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viernes, 3 de agosto de 2012

EL MOVIMIENTO CONSPIRATORIO EN CUBA ANTES DE 1868.

Síntesis Histórica.



Los Soles y Rayos de Bolívar, la Comisión Militar Ejecutiva y Permanente, la Real Orden de las Facultades Omnímodas, la Gran Legión del Águila Negra, La Mina de la Rosa Cubana, la de Vuelta Abajo, la Junta Revolucionaria de la Habana.











Antes de 1799 el ambiente político de la Isla pudo considerarse tranquilo, pero desde 1799 hasta 1823, período que comprende los gobiernos de Someruelos, Cienfuegos, Cagigal, Mahy y Quindelán, loa disturbios políticos comenzaron.



En 1823 se hacían preparativos en Cuba para lograr su independencia y crear la República de Cubanacán. Verdaderas personalidades cubanas formaron parte de la llamada Conspiración de los Rayos y Soles de Bolívar.



El movimiento comprendió principalmente las Provincias de Pinar del Río, Habana y Matanzas, estando al frente de las mismas: Martín de Mueces, José Francisco Lemus, con carácter de Jefe Supremo y José Teurbe Tolón.



El movimiento estaba señalado para estallar el 17 de agosto de 1823. Al mando de la Isla se encontraba el General Francisco Dionisio Vives. Pero la conspiración se descubrió por una delación.



Vives no empleó mano tuerte para los complicados; sabía que el rigor sería contraproducente. La sentencia se firmó el 24 de diciembre de 1824. Unos fueron a prisión; otros quedaron en libertad bajo fianza; algunos fueron desterrados. Resultaron condenadas más de seiscientas per- Como las actividades revolucionarias seguían en la Isla, en el año de 1825, el 4 de marzo, España instauró la Comisión Militar Ejecutiva y Permanente, encargada de perseguir y castigar a todo aquel que conspirase por la independencia. J Por muchos años esta Comisión Militar llevó a cabo una fiscalización constante y aterradora. Cuando la llamada «Conspiradión de la Escalera», en 1844, el procedimiento usado fue verdaderamente inquisitorial. En 1819, la política del Gobierno era la del terror. Se iniciaban procesos y más procesos, hasta por sospechas de haberse pronunciado frases subversivas, y se embargaban los bienes del acusado que era encerrado por tiempo indefinido en oscuros e inmundos calabozos.



España insistió en el uso de la fuerza y llegó a los sanguinarios gobiernos de Tacón, O'Donnell, Concha, Valmaseda y Weyler. El 28 de mayo de 1825, por Real Orden, se otorgaban a los Capitanes Generales de la Isla de Cuba las facultades omnímodas.



En 1829 fue descubierta la conspiración de la le ío Gran Legión del Águila Negra. Perseguía esta conspiración la independencia de Cuba con la ayuda de elementos mejicanos, llegando a su mayor actividad en el año 1826. Su organización fue tan perfecta que nunca se ha llegado a saber quién fue su jefe supremo, desconociéndose también las intimidades de la institución, porque delatada ésta, muchos de sus miembros tuvieron que huir y en su huida destruyeron toda la documentación.



En 1847 y 48, el Consejo Cubano de New York y el Club de La Habana hacían gestiones para la anexión de Cuba a los Estados Unidos.7 Al frente de este movimiento estaba Gaspar Belancourt Cisneros, «El Lugareño», quien mirando el ejemplo de Méjico y Colombia, libres, pero en una constante anarquía, temía pudiese ocurrirle lo mismo a Cuba. Consideraba como una de las ventajas de la anexión el mejoramiento de la familia cubana por el cruzamiento de la raza sajona.



Pero independientemente a estas ideas, sin tener que ver nada con el Consejo o el Club de La Habana, surgía otra conspiración, la de la Mina de la Rosa Cubana, que también perseguía la independencia de Cuba.



El alma de aquella conspiración era el General Narciso López, venezolano, quien la fomentó en Las Villas, debiendo estallar simultáneamente en Trinidad, Cientuegoa, Sancti Spíritns y VILLA CLARA.8



Pensando comenzar el levantamiento en Cienfuegos, el 24 de junio de 1848, tuvo éste siu embargo que ser aplazado para el mes de julio en espera de un bergantín con armae y moniciones que debía llegar de Estados Unidos. Pero la conspiración fracasó porque uno de los conjurados, José Sánchez Iznaga, lleno de miedo ante los acontecimientos, contó a su madre y ésta a su esposo, Don Pedro Gabriel Sánchez, los últimos acuerdos de los conspiradores, determinando este último hacer la denuncia al General Roncali.



En 4 de julio de 1848 quedaba fracasado aquel movimiento. El General Narciso López tuvo que huir, llegando a la Isla de Nueva Providencia y de allí a New York. En 1852 fue conocida otra conspiración, la de Vuelta Abajo, considerada una de las más grandes y mejor organizadas de las llevadas a cabo hasta entonces. Se estaba en los preparativos de un alzamiento, pero un accidente fue el motivo principal de que todo fuese descubierto. Eran conducidas hacia el ferrocarril en un carretón una serie de cajas. Una de ellas cayó al suelo y se descubrieron los fusiles que en la misma iban. José García Tejada, que llevaba las cajas fue hecho prisionero. También Juan González Alvarez, rico hacendado de Vuelta Abajo. En a« finca se encontraron 73 carabinas, fusiles y pistolas.



Formaban parte asimismo de aquella conspiración, Don Francisco de Frías, Conde de Pozos Dulces, el villaclareño Luis Eduardo del Cristo, Joaquín Fortún, José Balbín, Anacleto Bermúdez y el poeta Ramón de Pahua.



La Comisión Militar en abril de 1853, condenó a muerte a Juan González Alvarez y a Luis Eduardo del Cristo, pero en el momento de llevarse a cabo la sentencia les fue conmutada la pena por la de diez años de presidio.



Las actividades revolucionarias de los criollos continuaban. La Junta Revolucionaría de La Habana tenía a Ramón Pintó como Presidente, el cual fue sucesor de Anacleto Bermúdez, Pintó tenía 51 años y era catalán. Formaban parte también de la Junta: Juan Cadalso, José Antonio Cintra, José Antonio Echevarría, Esteban Santa Cruz de Oviedo. Benito Gener y Junco, Alejo Iznaga Miranda, Ángel Cadalso y muchos más.



Claudio Maestro, peninsular, empezó a trabajar con los conspiradores, y lo hizo tan bien, que depositaron en él toda su confianza. Servía de correo haciéndose pasar como vendedor de baratijas, transportaba armas y daba viajes a los Estados Unidos.



El 26 de enero de 1855 Claudio Maestro traicionaba a los conspiradores delatando el movimiento.



El general Concha se apoderó de los depósitos de armas y municiones, se hicieron prisioneros en Trinidad, Puerto Príncipe, Vuelta Abajo, La Habana y otros lugares del Territorio.



Se condenó a muerte a Ramón Pintó, quien, según Concha, era el primer peninsular que conspiraba contra España.



Pintó era antiguo amigo de Concha, pero ni ésto, ni lo poco convincentes de los cargos que se le imputaban hicieron variar la sentencia.



El 22 de marzo de 1855 fue ejecutado en el patíbulo Don Ramón Pintó.





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Tomado de"El Club Revolucionario Juan Bruno Zayas" Universidad Central de Las Villas 1961

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GRUPO DE HISTORIA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA EN VILLACLARA (ACRC)

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