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viernes, 24 de junio de 2011

María Escobar Laredo (La Coronela)

María Escobar Laredo (La Coronela)
Caibarién, 8 mayo 1866 - Caibarién, 3 de julio de 1919

Mana Escobar Laredo nació en Caibaríén el 8 de mayo de 1866. Recibió una educación propia de las mujeres de su época, en una escuela particular. Desde muy joven mostró un carácter firme, recto y apasionado ante Las ideas que consideraba justas. Su matrimonio con un comerciante español no impidió que mostrase sus sentimientos a favor de la independencia.

Desde enero de 1895 comenzó a relacionarse con algunos patriotas de la localidad, y ofreció sus servicios a la causa de la independencia. Iniciada la guerra participó junto con Federico Pedrosa dentro del Club Revolucionario «El Diablo», que dirigía Federico Malgraty mantuvo vinculaciones de trabajo con el Club de Remedios que dirigía Antonia Romero (la Torcaza).

María Escobar realizó una conspiración de puertas abiertas y su casa fue el centro principal de reuniones encuentros y trasiego de alimentos y de abrigo a los insurrectos.

Esta posición motivó el alejamiento de los miembros del Club «El Diablo», que preferían trabajar en un mayor secreto. Ella continuó su labor, y luego de un interrogatorio a que fue sometida por el Comandante militar de la plaza, cambió su seudónimo por «Vencedor» y organizó un Club con este nombre.

María fue centro de la actividad conspirativa en Caibarién, mantuvo estrechos contactos con el jefe del Cuarto Cuerpo del Ejército Libertador, General Francisco Carrillo y con la jefatura de la brigada de Remedios; manejaba la correspondencia con el exterior, propiciaba la preparación y envío de recursos diversos a los combatientes y apoyaba la entrada y salida del país de enviados de las fuerzas revolucionarias.

Logró agrupar a favor de la lucha a esposas e hijas de comerciantes y funcionarios españoles, pero los más recalcitrantes, conocedores de sus posiciones a favor de Cuba la llamaban irónicamente «la Coronela».

Un gran admirador de la labor de María Escobar fue el General en Jefe, Máximo Gómez, con el cual se relacionó en los últimos meses de 1898. Una correspondencia fluida se estableció entre ambos antes y después ae con¬cluida la guerra, y Gómez, en aquellos días amargos, puso en sus cartas a María muchas de sus tristes ideas sobre el presente y futuro de Cuba, por lo que constituyen un valioso testimonio de las preocupaciones del Generalísimo sobre la situación del país.

Al morir el 3 de julio de 1919, en su ciudad natal, a María Escobarle rindieron honores militares como Coronela del Ejército Libertador, grado que Máximo Gómez le ratificó una vez concluida la guerra.


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Fuente: ACELIA SIMÓN: María Escobar: "La Coronela"
Tomado de: Villa Clara y sus luchas por la Independencia (1878-1898) de Migdalia Cabrera Cuello
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