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viernes, 24 de febrero de 2012

Sectarismo y micro fracción

Sectarismo y micro fracción
EFEMÉRIDES DEL 26 MARZO 1962






“La Seriedad de un partido revolucionario se mide por la actitud ante sus propios errores”

Así comenzó Fidel Castro su comparecencia ante la televisión nacional el 26 de marzo de 1962 para informar a la población de la existencia de una corriente sectaria en el interior de las Organizaciones Revolucionarias Integradas, embrión del partido que la Revolución quería para si. Fue la primera vez que le escuché citar a Lenin.

Habían transcurrido tres años del triunfo y mediante la ley de reforma agraria y las nacionalizaciones, la Revolución había cruzado un Rubicón histórico y contaba entre sus experiencias los sabotajes contrarrevolucionarios, la lucha contra las bandas de alzados, los efectos del bloqueo norteamericano y la victoria en bahía de Cochinos. El peligro que en aquel momento surgió provenía de las filas propias y de donde menos cabía esperarse: del partido que nacía de la unión de las fuerzas revolucionarias.

Con extraordinaria lucidez, Fidel Castro condujo la Revolución como un esfuerzo plural en el cual encontraron cabida todos los hombres y mujeres dispuestos a luchar contra la dictadura y por la causa popular. Ese espíritu, se trasladó a las estructuras gubernamentales y políticas que surgían en el proceso de convertir al movimiento revolucionario en el poder.

Decenas de escritos, discursos y testimonios recogen los esfuerzos realizados por Fidel para sumar y para evitar que se desgajaran de la Revolución elementos que aun siendo menos consecuentes podían contribuir a la marcha del proceso. Ese acento unitario, desde los primeros días fue asumido por los principales líderes y comandantes revolucionarios, especialmente por Raúl y Che Guevara, cuyos aportes a esa obra fueron y son decisivos.

Guiados sobre todo por confusiones y ambiciones personales, unos pocos elementos del antiguo partido marxista cubano, actuando de modo individual, intentaron aprovechar los espacios abiertos por la integración unitaria de las organizaciones que habían participado en la lucha contra la tiranía para introducir en el partido que se fundaba, una corriente sectaria que amenazó con la unidad y la cohesión de las filas revolucionarias. Al denunciar el hecho y mencionar a su principal promotor, Aníbal Escalante, Fidel consideró aquellas desviaciones como un fenómeno natural, incluso probablemente inevitable.

El trauma fue superado con altura y generosidad y sobre todo con la comprensión de la dirección del antiguo partido marxista y de sus abnegados militantes que asumieron correctamente la crítica a su antiguo dirigente.

No obstante, cuatro años después, ocurrió un rebrote, esta vez asumiendo la forma de una “micro fracción” formada por varias docenas de personas que asumían posiciones de ultra izquierda y realizaban proselitismo en el seno de instituciones estatales y en el Partido. Como agravante figuró el hecho de que ese grupo, en el cual aparecían mezclados elementos mencionados durante la crítica al sectarismo, tenían comunicación con funcionarios de la embajada soviética.

En 1968 Raúl Castro informó al pleno del Comité Central y los implicados fueron juzgados por los tribunales ordinarios.

Aunque, según Fidel, aquel grupo

“…Como fuerza política carecía de significación; como intención política, sus actos eran de carácter grave; y como corriente dentro del movimiento revolucionario, una corriente francamente reformista, reaccionaria y conservadora…”


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Tomado de: Jorge Gómez Barata
Progreso Semanal

MANIFIESTO DE MONTECRISTI

MANIFIESTO DE MONTECRISTI
25 marzo 1895





El 25 de Marzo de 1895, en tierra dominicana el Delegado del Partido Revolucionario Cubano, José Martí y el General en Jefe del Ejército Libertador Máximo Gómez Báez refrendaban, con sus firmas, el Manifiesto de Montecristi, el 25 de marzo de 1895.

En aquel programa de la revolución se presentaba la guerra de independencia de Cuba, "nudo del haz de islas donde se ha de cruzar, en plazo de pocos años, el comercio de los continentes, es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aún vacilante del mundo."

Tales tesis, de trascendencia política y económica, reiteradas por Martí en diversas ocasiones durante la década de los noventa, sustancia el contexto geopolítico e histórico en que Cuba volvía a levantarse en armas, no sólo para alcanzar su independencia de España sino, y sobre todo, para evitar el predominio en nuestra América, y particularmente en el concierto caribeño, de los Estados Unidos.

"Honra y conmueve pensar que cuando cae en tierra de Cuba un guerrero de la independencia, abandonado tal vez por los pueblos incautos o indiferentes a quienes se inmola, cae por el bien mayor del hombre, la confirmación de la república moral en América, y la creación de un archipiélago libre donde las naciones respetuosas derramen las riquezas que a su paso han de caer sobre el crucero del mundo."

Identificados en los principios, tras el intenso diálogo sostenido en los últimos tres años durante las visitas del Delegado al Generalísimo, ambos avalan la proclama que subraya el alcance que, para nuestra América, tiene todavía, la existencia de la república libre, soberana e independiente en la mayor de las Antilllas.

Los dos hombres que habían asumido las máximas responsabilidades políticas y militares de la guerra se manifestaban, como voceros de su pueblo, con perspectiva de futuro. "La revolución de independencia, iniciada en Yara después de preparación gloriosa y cruenta, ha entrado en Cuba en un nuevo período de guerra, en virtud del orden y acuerdos del Partido Revolucionario Cubano en el extranjero y en la Isla..."

Así se puntualizaba, también, la existencia de una sola revolución, la que comenzó en la Demajagua, bajo la conducción de Carlos Manuel de Céspedes y en las Clavellinas con Ignacio Agramonte, la que protestó con Antonio Maceo en Baraguá e intentó la hombradía de la llamada Guerra Chiquita, con Calixto García y que entonces, bajo la dirección de Martí y Gómez se reiniciaba en 1895, la misma que encontraría su continuidad en la generación del 30 y en la del Centenario, en el siglo XX.

EL PRIMER REFUERZO A LA SIERRA MAESTRA

EL PRIMER REFUERZO
El trabajo de dirección mancomunado de Frank País, Celia Sánchez y Vilma Espín para enviar con urgencia el primer grupo armado hacia la Sierra Maestra





Entre el 16 y el 19 de febrero de 1957, el Comandante en Jefe Fidel Castro sostuvo su primer contacto en la finca de Epifanio Díaz, con los principales dirigentes del llano: Frank País, Celia Sánchez, Armando Hart, Faustino Pérez, Haydée Santamaría y Vilma Espín.
Fidel exhortó allí a apresurar los preparativos del envío del refuerzo armado que se sumaría a la guerrilla base. La mayoría de estos hombres serían reclutados bajo las órdenes de Frank País, en Santiago de Cuba; y a Celia Sánchez le correspondía alistar a otro grupo en Manzanillo y sus alrededores.

En este encuentro, el máximo líder de la Revolución dejó bien claro que en adelante el movimiento en el llano estaría encaminado a apoyar la lucha guerrillera en la montaña. Orientó otras tareas relacionadas con la propaganda y las finanzas del Movimiento.

Se interesó, además, por la situación de los militantes clandestinos, las misiones que desempeñaban en las ciudades, y la forma y los métodos utilizados para materializar las tareas y evadir la persecución de los esbirros de la tiranía. Elogió, por otra parte, el alto grado de participación de la mujer en la lucha.

En la noche del 19 de febrero, ya en el llano, se produjo la primera reunión para dar cumplimiento a la tarea encomendada por Fidel. Frank País explicó allí, detalladamente, la necesidad de enviar cuanto antes a la Sierra Maestra un refuerzo de más de 50 hombres armados, los cuales serían escogidos entre los participantes de las acciones del 30 de Noviembre en Santiago de Cuba en apoyo al desembarco del Granma, y otros militantes probados en acciones anteriores, de buen estado físico y disposición para pernoctar y resistir la vida dura de la montaña.

Se reafirmó, asimismo, que Frank, Vilma y otros compañeros se encargarían de seleccionar los hombres en las distintas células del Movimiento en Santiago de Cuba, mientras en la zona de Manzanillo el trabajo sería dirigido por Celia y los principales cuadros del movimiento 26 de Julio en la región. Frank orientó que cuando los compañeros llegaran a Manzanillo los concentraran en la arrocera del señor Hubert Matos y de allí los ingresaran paulatinamente a la Sierra Maestra.

Pero, dos o tres días antes de que comenzaran a llegar los compañeros, Hubert Matos fue a ver a Felipe Guerra Matos y le planteó la imposibilidad de recibir a los hombres que venían de Santiago enviados por Frank País, toda vez que se le había enfermado su hijo y tenía que salir inmediatamente para La Habana.

—Explícaselo a Celia, pues no tengo tiempo ni para hablar con ella, le dijo a Guerra Matos, con la mayor naturalidad del mundo.

—"Yo me desconcerté, cuenta Guerra Matos, pues ya lo teníamos todo preparado en ese lugar. De todas formas di la espalda y me fui.

"Rápidamente informé a nuestra jefa, Celia Sánchez, de la inesperada situación y ella me ordenó partir de inmediato hacia Santiago de Cuba e informárselo a Frank. Esa misma tarde del 23 de febrero de 1957 salí para la capital de la provincia de Oriente y me reuní, en horas de la noche, con Frank en la casa de Duque Estrada.

"Allí se tomó el acuerdo de buscar varias casas en Manzanillo donde se pudieran concentrar los compañeros. Le adelanté a Frank que Celia tenía controlada en la ciudad algunas viviendas disponibles, pero me parecía que no eran suficientes para alojar a un grupo tan numeroso." Mientras Guerra Matos informaba a Frank todo lo ocurrido, a Celia, en Manzanillo, se le iluminó el rostro cuando le vino a la mente el marabuzal de la finca La Rosalía, que administraba René Llópiz, el hermano de Héctor, su gran amigo.

EL MARABUZAL

El marabuzal se erguía majestuoso dentro de la finca La Rosalía. De un embrionario aromal de finos tallos espinosos, se había transformado con el paso de las lluvias y los años en un portentoso bosque de gruesos troncos que se alzaban arrogantes, a más de tres metros de altura, sobre la tierra manzanillera. Ubicado a solo 10 kilómetros de Manzanillo, a la orilla de la carretera que conduce a Yara, el monte se enseñoreaba a menos de 1 500 metros de la cárcel del pueblo, por lo que le sería muy difícil imaginar al más perspicaz de los guardias amarillos o azules, que allí acamparía por más de 15 días una fuerza rebelde.

Fue una idea ingeniosa de Celia Sánchez con la complicidad de los hermanos Llópiz y la aceptación de Guerra Matos.

Agita’o, el capitán Sotús, va a ser el jefe del grupo que tú conoces, ordenaba Frank País desde un pequeño papel que Guerra Matos tomó en sus manos con suma alegría. Llegaban así, el 24 de febrero de 1957, los primeros dos hombres del esperado refuerzo.


"Con Sotús venía Vazquecito. Los alojé en mi casa y por la tarde salí en el pisicorre con ellos a dar una vuelta por la ciudad de Manzanillo. Me vieron los agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) y le preguntaron a Rafael Sierra sobre la identidad de las dos personas que andaban conmigo. Sierra era el jefe del movimiento clandestino en Manzanillo y con su proverbial inteligencia les dijo que eran amigos míos, muy allegados, y los despistó."

Alberto Vázquez García, Vazquecito:


"La mayoría de este refuerzo que organizó Frank, habíamos tomado parte en el levantamiento del 30 de Noviembre en Santiago de Cuba. Tuve el honor, junto al jefe de grupo Jorge Sotús, de estar entre los primeros dos que mandaran para Manzanillo a integrar el primer gran refuerzo hacia la Sierra Maestra.

"Salimos en horas tempranas de Santiago de Cuba. Yo manejé el carro marca Chevrolet 55, que era de los Mazoa. En el asiento trasero venían Sotús y América, la novia de Frank.

"En todo el camino no afrontamos ningún problema, y al llegar a Manzanillo fuimos directamente hacia una vivienda, que después supimos que era la casa de Guerra Matos. Por la tarde salimos a hacer un recorrido por la ciudad y al poco rato le informaron a Guerrita que dos agentes del SIM andaban sobre nuestra pista. Felipe no perdió tiempo y esa misma noche nos trasladó hasta la finca La Rosalía."

"Estos son los primeros dos compañeros", informó escuetamente Guerrita a Celia. Ya Celia y Llópiz habían desandado una vasta área de aproximadamente 400 metros cuadrados debajo del abrigo espinoso. Por ello no les fue difícil guiar a los hombres al refugio escogido, a pesar de la oscuridad reinante de una noche con ánimos de lluvia.

Antes de que el sol abriera los ojos tras las pestañas del lomerío, arribó a Manzanillo un segundo grupo procedente de Las Tunas integrado por Alfonso Zayas, Raúl Castro Mercader, Orlando Pupo Peña, Guillermo Domínguez y otros combatientes del llano.

Alfonso Zayas:

"Al día siguiente, Guerrita nos recogió en la casa de Arango. Recuerdo que se paró en el umbral de la puerta y nos dijo:

‘Se jodió el contacto, tenemos que irnos para Santiago de Cuba’. Le susurré: ¿Guerrita, qué está pasando?, y él me contestó también muy bajito: ‘Cállate, que esto es una estratagema para despistar. Ahora vamos para el lugar donde tenemos que ir’.

"Y a los pocos minutos nos llevó a los 4 compañeros de Puerto Padre para el marabuzal." Los combatientes que arribaban a Manzanillo lo hacían desde distintos puntos del territorio oriental, pero todos venían a parar a la vivienda de Guerra Matos. Eloy Rodríguez Téllez describe su trayectoria:

"Yo tenía mi gallo en la mano listo para entrar en el ruedo de la valla, cuando un compañero me tocó por el hombro y me interrogó":

—¿Estás dispuesto a irte para la loma? "Sí, conmigo pueden contar."

—No se trata de contar, es para que salgas ahora mismo. "A los pocos minutos ya iba rumbo a Santiago de Cuba sin despedirme de mi familia. Frank me recibió y me planteó la determinación de que me alzara.

"Me coloqué con otro compañero en el asiento trasero de un auto. Delante iban dos mujeres también desconocidas para mí. Salimos hacia el Alto de Quintero y tomamos la Carretera Central. Al llegar a la posta situada en el entronque de El Cobre, uno de los centinelas le pidió la identificación a la muchacha que iba al timón. Ella, después que el guardia revisó el carro, le mostró un bolso que tenía en el asiento y en tono burlón le preguntó: ‘¿Y esto no me lo va a registrar?’.

"Durante el viaje, por la conversación entre ellas me enteré que quien iba manejando era Vilma Espín y la otra compañera, Asela de los Santos. Me causaron muy buena impresión, sobre todo cuando supe que Vilma dentro del bolso llevaba una pistola. Ya estaba cerca de Manzanillo y todavía no sabía a cuál sitio exacto nos llevaban ni cuándo llegaríamos. El aturdimiento, la disciplina de la compartimentación, y mi carácter poco comunicativo determinaron que hasta hoy no sepa quién fue el compañero que viajó conmigo aquella noche.

"A las seis y 30 de la tarde llegamos a Manzanillo. Dejamos la calle principal, doblamos a la derecha y nos estacionamos frente a una casa. Vilma dijo: ‘¡Ya llegamos!’ Me sorprendí, pensé que iba a un monte, a una montaña donde me encontraría con Fidel, pero no era así; había llegado a una casa de familia donde se celebraba un cumpleaños. Entré a la sala aún medio aturdido. Nos brindaron una merienda que me vino muy bien, porque no había almorzado ni comido. Al poco rato de estar allí, Vilma y Asela nos desearon buena suerte y se marcharon."

Frank País llevó las armas en uncamión de naranjas En todos estos días, Guerra Matos tuvo la responsabilidad de recibir en su casa a los más de 50 hombres que formarían el gran grupo de refuerzo. Para evitar sospechas convirtió su morada en una inacabable fiesta de cumpleaños, donde los niños, ajenos al propósito que abrigaba tal encubrimiento, se deleitaban de lo lindo engullendo dulces y refrescos.

"Llegaban a la casa y cuando me percataba de que había mucha gente dentro, salía para la tienda, compraba un cake y refrescos, y le celebraba un cumpleaños a Pupi, mi hijo de 5 años, quien nació un 29 de febrero, año bisiesto, y eso me permitía festejarle su onomástico hasta cuatro veces a la semana. Otros como Raúl Barreras y Alberto Martínez (Quico) tuvieron que acudir a los ómnibus interprovinciales:

"Al mediodía cuando salí del trabajo me alertaron: Barreras, no entres a tu casa que la policía te está esperando para meterte preso. Mi tío me llevó hasta Matanzas, donde estuve más de dos semanas escondido. En los primeros días de marzo regresé a Santiago de Cuba. Me dijeron: Barreras, se está preparando un grupo para la Sierra Maestra. Me llevaron para casa de Vilma.

"Allí me informaron que todos los carros estaban ocupados, por lo que tenía que ir hasta Manzanillo en guagua de la calle. En el mercado Vidal me compré un par de botas rústicas. Quico vino en la guagua conmigo. Llegamos a Manzanillo como a las 8 de la noche. Nos estaban esperando.

"A las 7 de la mañana me buscó Felipe Guerra Matos y nos llevó para el marabuzal. Nos dieron el uniforme y comenzamos la vida del campamento. Las instrucciones eran muy precisas: No hablar, no moverte; todo a través de señas. Fui de los últimos en llegar, me dieron un fusil calibre 22 y cuando se fue Taras Dimitro hacia Santiago de Cuba por razón de la detención de Frank País, me entregaron el Remington que él tenía."

Guerra Matos también tuvo que trasladar hacia el marabuzal a tres jóvenes norteamericanos que se habían fugado de la Base Naval de Caimanera, en Guantánamo, para unirse a la guerrilla de Fidel.

"Se nombraban Charles Ryan, Víctor Buehlman y Michael Garvey, quienes después de escaparse de la base hicieron contacto con la dirección del Movimiento 26 de julio en Guantánamo y estos los incorporaron al grupo de combatientes de esa ciudad que se sumaron al refuerzo.

"La prensa los había dado como desaparecidos desde febrero 17. Eso fue una jugada del Movimiento 26 de Julio encabezado por Frank para romper la censura, pues se trataba de hijos de funcionarios norteamericanos.

"Aproximadamente el 3 de marzo llegaron a Manzanillo. Tenía la encomienda de Frank de que tratara por todos los medios de hacerles la vida lo mejor posible, de tratar de no mandarlos para el marabuzal. A tal efecto hablé con Lorie Valls que era con el que yo trabajaba. En esa casa había estado Frank cuando la entrevista de Matthews y allí los alojé.

"Los americanitos, como muchachos al fin (tenían entre 15 y 17 años), salían para la calle e iban hasta el parque. Allí hicieron amistad con varios jóvenes del pueblo. Pero, el 9 de marzo de 1957, en la primera plana del Diario de la Marina, salieron las fotos de ellos y un escrito en el que los daban como desaparecidos.

"Cuando vi las fotografías y leí el texto me dije: ¡Madre mía en qué rollo nos hemos metido!, y salí hecho un bólido para el parque. Les mostré el periódico y en mi escaso inglés y un poco por señas les indiqué: ¡Arriba que ahora mismo nos vamos para el campamento!

"No había pasado ni media hora y ya estaban en el marabuzal. Los muchachitos se adaptaron rápidamente a la vida y a la disciplina que regía en el campamento. Se ajustaron a la dieta rigurosa de una sola comida al día y a todo el reglamento.

"Yo les puse ‘los gringuitos’ y eran excelentes muchachos. Se le dio un buen manejo político a la presencia de ellos con nosotros. Fidel se lo informó al periodista Bot Taber y este le dio una gran popularidad. Resultó una manera muy eficaz de romper la censura.

"Un buen día se apareció Frank País en Manzanillo vestido de camionero, venía en un supuesto camión cargado de naranjas, las cuales cubrían los fusiles que los compañeros del Movimiento 26 de Julio en Santiago de Cuba habían recolectado para armar a los hombres que integrarían el grupo de refuerzo.

"El camión era manejado por Juan José Otero, dueño del vehículo, y también los acompañaba Bebo Hidalgo, quien trabajaba directamente a las órdenes de Frank.

"Cuando pararon frente a mi casa salí y pregunté: ¡Qué!, ¿venden las naranjas? Sorprendido Otero, quien no me conocía, ripostó: No, no, ya tengo un medio trato para vender la libra en ocho reales. Te las pago a peso si me las bajas aquí mismo, le dije, y al tipo por poco le da una sirimba.

"Frank se encabronó conmigo y me dijo: Coño Agita’o, tú siempre jodiendo. ¿Cómo vas a hacer bromas con cosas tan serias?

Yo sabía que debajo de las naranjas traían las armas. Me monté con ellos y fuimos hasta el molino de arroz. Allí nos encerramos en uno de los almacenes que yo administraba, y descargamos los fusiles.

"Las armas las dejamos allí en el almacén, y por la noche cogí otro camión del molino arrocero y junto con Frank volvimos a situarlas debajo de la paja de arroz. Para despistar aún más, las naranjas, envasadas en sacos, fueron vendidas en el centro del pueblo a la vista de todos los transeúntes. Uno de los designados para efectuar esta maniobra encubridora fue Antonio Béguez López:

"Haydée Santamaría y Vilma Espín me llevaron en una máquina a Manzanillo y cuando llegamos allá Vilma se puso a hablar con Guerrita y me lo presentó.

"Muchos años después supe que Vilma le dijo a Felipe que no me mandara para el campamento desde el primer día y me dejara un tiempo en su casa, porque tenían interés de que no me pasara nada. Yo era hijo del doctor Béguez, uno de los mejores pediatras de Santiago de Cuba, y mi papá había colaborado mucho con el Movimiento 26 de Julio".

Celia preparó todos los detalles

Evoca Guerra Matos que en la medida en que los hombres se ubicaban en la finca La Rosalía, la infatigable luchadora clandestina Celia Sánchez los vacunaba contra el tétanos y el tifus, a la vez que les suministraba otros tipos de medicinas que necesitaran los combatientes. Los equipaba, además, de uniforme, mochila, y botas de campaña. También imponía una férrea disciplina y los preparaba psicológicamente para los sacrificios y carencias que debían enfrentar en la montaña.

Eloy Rodríguez Téllez:

"De forma directa, pero suave, Celia nos explicó la necesidad de ponernos aquellas vacunas, porque en la Sierra Maestra no había médicos ni medicinas y debíamos estar inmunizados... por si acaso. Reveló que hacía solo unos días ella había estado con los rebeldes y la vida en la montaña era muy dura.

"Enfatizó que aquellos expedicionarios carecían de todo, muchos nunca se habían cambiado de ropa y menos aún bañado, a pesar de llevar alzados más de dos meses. Tenían una vida nómada y comían solamente cuando encontraban algún alimento y el tiempo se los permitía. ‘Deben estar preparados para lo peor,’ recalcó.

Preparar aquellos hombres para la supervivencia en el monte resultó una tarea harto difícil para Celia, Guerrita y demás responsables, sobre todo porque se trataba de un grupo de jóvenes acostumbrados a la vida de la ciudad, algunos provenientes de la clase media y otros con una situación de vida relativamente holgada.

El propio Eloy lo revela:

"Cuando llegó una carreta con el almuerzo, nos mandaron a formar y nos entregaron un plato de campaña y una cuchara a cada uno. Me sirvieron y pensé que se habían equivocado, pues lo que me echaron apenas se veía. Miré a los demás y comprobé que recibían lo mismo, cuatro o cinco cucharadas de arroz, dos de picadillo y dos pedazos de yuca.

"Fui a quejarme a Nano (Emiliano Díaz Fontaine), mi jefe de escuadra, y me respondió: —"Eso es lo que te toca. A mí me pasó igual cuando llegué y me dijeron que debemos comer poco para acostumbrarnos a la vida en la Sierra, porque allí solo se come cuando se puede."

Luis Argelio Pantoja recuerda a Celia preparando los botiquines, preocupándose por la distribución de los alimentos, en el reparto de los uniformes. Era una especie de hada madrina que estaba atenta a todos los detalles.

Guerrita rememora que algunos compañeros preferían o aceptaban dormir en el suelo ya que resultaba extremadamente complejo colgar las hamacas dadas la estrechez del recinto boscoso y las ásperas espinas que brotaban de los troncos del marabú.

"Además de la táctica preparatoria para la resistencia, nos era sumamente difícil y peligroso trasegar alimentos y agua potable en pleno día por la cercanía del campamento con la cárcel. Se les prohibía, asimismo, fumar y hablar en voz alta, mientras el agua y los alimentos los entregábamos de manera racionada. No obstante, el personal mantenía un envidiable estado anímico y un deseo abierto de unirse lo más pronto posible a la guerrilla de Fidel.

"La columna de cerca de 50 hombres, dirigida por Jorge Sotús, fue organizada en cinco escuadras al mando de los tenientes René Ramos Latour, Emiliano Díaz Fontaine, (Nano), Enrique Ermus González, Pedro Sotto Alba y Guillermo Domínguez López.

"A partir de ese momento comenzaron a realizarse las guardias del campamento. Situamos cuatro postas en los flancos del monte. También se inició la preparación militar, que incluía instrucción sobre las distintas posiciones y el manejo del armamento con el que se contaba, el cual mejoró ostensiblemente luego del cargamento traído por Frank."

Alfonso Zayas:

"Dormíamos en el piso pues no se podía armar hamaca. Frank País nos trajo los dos fusiles Springfield que habíamos cogido en el asalto al Polvorín allá en Puerto Padre. A nosotros nos habían trasladado desarmados para Santiago. Esos fusiles los utilizamos también para hacer las guardias. Yo me acostaba al lado del que hacía posta. Hice un camastro allí. Me dije: ¡Si hay cualquier cosa que vengan los guardias cojo mi fusil y me lanzo al combate!"

Hacia la Sierra Maestra: Miguel Ángel Manals:

"Yo llegué el 3 de marzo al marabuzal y allí estuve 12 días. Dormíamos en el suelo. Había mucho polvo de tanto caminar y luego empezaba a llover. Nosotros no nos movíamos de una escuadra a otra, porque ese movimiento no correspondía. Nos mojábamos, después el calor sofocante. El marabú es un árbol muy agresivo. Cuando nos mojábamos la ropa se nos secaba en el cuerpo, porque los rayos del sol no penetraban allá adentro por la boscosidad que tenía aquel lugar.

"Hacíamos guardia, nos entrenamos en arme y desarme, nos arrastrábamos, hacíamos cuclillas. Yo conocía un poco de boxeo." El grupo de hombres acampados en el marabuzal ascendió a 52 combatientes luego de la incorporación progresiva de compañeros que provenían de varias zonas de Oriente y otros, como Pedrín Sotto Alba, expedicionario del Granma, dispersado al desembarcar tras ser sorprendidos los rebeldes por la fuerza batistiana en Alegría de Pío, y Gerardo Yayo Reyes, quien perdió también el núcleo de la guerrilla en la emboscada de Alto de Espinosa.

La tropa ya disponía del siguiente armamento: una ametralladora Madzen, calibre 30 y una Johnson calibre 30,06; dos fusiles de mirilla telescópica 30,06; cinco fusiles Remington calibre 30,06; seis fusiles Mendoza de igual calibre; dos fusiles calibre 270; cuatro fusiles Springfield 30,06; cuatro Winchester calibre 44, cuatro fusiles calibre 22, seis escopetas calibre 1, cuatro pistolas y cuatro revólveres de distintos calibres.

Se habían hecho gestiones para enviar el grupo de refuerzo en los primeros días de marzo, pero noticias confidenciales aseguraban que el ejército enemigo poseía informes someros de la existencia de una fuerza acantonada en un lugar desconocido con intenciones de subir a la Sierra Maestra. De ahí que tomaran medidas de vigilancia y optaran por custodiar las distintas vías de posible acceso al lomerío.

Tras la detención de Frank País, algunos pensaron que debían abandonar inmediatamente el lugar, mas Celia Sánchez opinó lo contrario, ya que no era el momento oportuno para realizar el trasiego de personas ante tanta vigilia, y confiaba además enteramente de que a Frank País, aunque fuera vilmente torturado, no le sacarían una sola palabra.

Cuando los soldados retornaron a los cuarteles y cesó relativamente el acoso, se decidió la fecha de partida: 15 de marzo, en horas de la noche. Ese día se sumaron al campamento, para despedir a los futuros rebeldes, Armando Hart y Haydée Santamaría, dos valerosos combatientes de la clandestinidad.

El traslado de los hombres fue encomendado a Guerra Matos: "Hicimos exploraciones para encontrar la vía más expedita de subir a la Sierra. Las realicé con Pedrito Álvarez, cuñado de Celia y dueño de la arrocera. Al final nos decidimos por un camino que entroncaba con un canal muy profundo. Después tomamos la decisión de cuándo, cómo y a qué hora íbamos a salir.

"Salimos del Marabuzal alrededor de las 10 de la noche en dos vehículos hasta un lugar señalado, donde nos esperaba Hubert Matos con dos camiones de su propiedad, los cuales poseían mayor capacidad y fuerza para el transporte de los hombres y el armamento.

"Hicimos el trasbordo aproximadamente una hora después y Hubert dispuso conducir él un camión y yo el otro. El aguacero no quería amainar y la situación se tornaba cada vez más compleja, pues los hombres estaban totalmente entripados de agua y fango. No obstante las inclemencias del tiempo, ningún combatiente daba una muestra de desánimo, por el contrario, entre palabrotas y ocurrencias nos instaban a continuar la ruta."

Eloy Rodríguez Téllez: "Bajamos del camión con mucho trabajo, evitando perder algo o golpear a los compañeros. Ya en tierra vimos una zanja gigantesca que atravesaba una arrocera por la cual debíamos cruzar. Lo más difícil era hacerlo sin dañar el armamento ni las propiedades, para lo cual Nano, Jiménez y Furry (Abelardo Colomé Ibarra) formaron una cadena y a través de ella pasaron la ametralladora y los depósitos que yo les entregaba.

"Del otro lado nos esperaban dos camiones. Reiniciamos la marcha, ahora más veloz y con nosotros más mojados; pasamos por el batey de La Mocha y El Jagüey hasta el cruce de La Larga donde nos desviamos dejando a un lado el terraplén que conducía a Yara."

Guerra Matos:

"Cuando entramos en el área de la arrocera arreció el aguacero y llegando a la propiedad de Mario León, cerca de Cayo Espino, los camiones se atascaron.

"Ahí comenzó la odisea. Los combatientes tuvieron que volver a bajarse a empujar los camiones. No obstante, tomé la decisión de atravesar la estancia de Mario León fuera como fuera. Siempre mantuve la intención de desviarnos y no pasar cerca de donde estaba el batey de la arrocera."

"Al final los camiones no pudieron continuar y dejamos los compañeros en la finca de Luis Lao para seguir rumbo a la Sierra Maestra. Hubert Matos y yo regresamos a pie y fuimos sorprendidos por la guardia rural.

"Cuando nos dieron el alto Hubert tiró disimuladamente el revólver en una zanja. ¿Qué hacen aquí?, nos preguntaron. Rápidamente les contesté: ‘Tenemos los camiones atascados y venimos a ver a Juancito Bello, mayoral de esta finca, para que nos preste un tractor de la arrocera para sacarlos del atolladero’, le dijimos a los soldados.

"Los guardias nos creyeron y nos permitieron continuar. Yo propuse a Hubert buscar dos tractores y sacar los camiones del fangal para continuar transportando la gente, pero me planteó que él no seguía allí y que se iba echando para Yara. ‘¡Esto está muy difícil y nos van a descubrir y a matar!’ También yo estaba muy agotado pues hacía prácticamente dos días que no dormía. De todas formas continuamos la marcha hasta que nos sorprendió el amanecer entrando a la zona de Cerro Abajo, en Jibacoa.

"Paramos un camión y le dijimos al chofer que teníamos un familiar enfermo y nos hacía falta que nos trasladara hasta Yara. Le pagué 5 pesos y nos dejó en Yara. Después alquilé una máquina en Yara y como a las 11 de la mañana llegué a Manzanillo. Fui a una casa donde estaban Celia, Haydée y Armando Hart. Les expliqué con lujo de detalles todo lo que había sucedido y que los hombres habían continuado a pie, rumbo a la finca de Epifanio Díaz.

"También les informé que Hubert Matos se había escondido. Ya por la tarde la radio comenzó a dar informaciones de que dos camiones se habían hallado atascados cerca de Cayo Espino. La información precisaba que en los vehículos se encontraron uniformes, balas y cartucheras, lo cual hacía suponer que en ellos se transportaron hombres armados con destino a la Sierra Maestra.

"Se formó tremendo revolico. La prensa continuó dando noticias y Hubert Matos, al escuchar todo aquello salió como un bólido para La Habana y se asiló en la Embajada de Costa Rica.

"Yo también me vi precisado a irme para La Habana y estuve varios días en una casa de huéspedes donde hice contacto con Faustino Pérez. "Llamé a Manzanillo a casa de mi familia y me informaron que como los camiones decían en sus rótulos Arrocera de Hubert Matos, nadie sospechaba que yo estuviera involucrado en eso. Entonces decidí regresar de nuevo a mi pueblo y continuar mis actividades clandestinas."

¡Ahora sÍ somos un ejército!

El grupo de refuerzo, por su parte, continuó la marcha a pie por un sendero abrupto en el que tuvieron que sortear intensos fangales y otros laberintos muy difíciles de enfrentar por una tropa poco ajetreada en estas peripecias.

Luego de algunas paradas de descanso lograron arribar a la finca de Epifanio Díaz; allí los esperaba el Comandante Ernesto Che Guevara, comisionado por Fidel para recibirlos y conducirlos hacia donde estaba el máximo líder de la Revolución. Tras el saludo, el Che le informó a Jorge Sotús que tenía órdenes de Fidel de hacerse cargo del grupo tan pronto llegaran y llevarlo al lugar en que él se encontraba. Sotús denegó el pedido y expresó de forma airada que él era el jefe, y que la dirección del Movimiento en el llano le había ordenado que le entregara personalmente el grupo a Fidel.

El Che se quedó consternado y sorprendido a la vez ante tal respuesta, mas aceptó la fanfarronería con el ánimo de evitar fricciones y consolidar la unidad. No obstante, en sus apuntes de la guerra valoró así este primer encuentro:

Unos 50 hombres era el refuerzo, de los cuales solamente una treintena estaban bien armados; venían dos fusiles ametralladora, una Madzen y una Jonhson. En los pocos meses vividos en la Sierra, nos habíamos convertido en veteranos y veíamos en la nueva tropa todos los defectos que tenía la original del Granma: falta de disciplina, falta de acomodo a las dificultades mayores, falta de decisión, incapacidad de adaptarse todavía a esta vida. El grupo estaba dirigido por Jorge Sotús, con el grado de capitán y dividido en cinco escuadras de diez hombres cada una, cuyo jefe era un teniente (...)

En la noche del 24 de marzo, en un campamento improvisado en la ladera de la majestuosa montaña conocida como la Derecha de Caracas, la bisoña tropa se encontró con Fidel y los 12 guerrilleros que se mantenían constantemente a su lado. Fue un extraordinario acontecimiento.

Eloy Rodríguez Téllez:

"Quedamos perplejos; nos habíamos hecho la idea de que en La Sierra había cientos de rebeldes combatiendo, organizados en columnas, con el abastecimiento y condiciones para derrotar al ejército de Batista, y ahora enfrentábamos una realidad bien distinta: un pequeño grupo guerrillero en condiciones casi deplorables.

"Mas, aquella primera imagen tan decepcionante fue borrada de inmediato por la presencia de Fidel, que nos impresionó a todos, avanzaba saludando a quienes encontraba a su paso mientras se dirigía adonde estaban el Che y Sotús. Posteriormente un compañero me contó que la mayoría de quienes venían con Fidel desconocían la llegada de este refuerzo, y cuando Camilo divisó desde lejos nuestro campamento, dijo:

—Mira, Fidel, allá están los soldados.

—No son soldados, son nuestros hombres enviados por Frank —respondió Fidel, y Camilo, al oír aquello, se le salieron las lágrimas de emoción."

Luis Argelio González Pantoja:

"Yo me estaba lavando los pies en el río cuando veo aparecer aquel grupito de hombres y me dije: Ahí viene la vanguardia. Luego me di cuenta de que esa era toda la tropa. Entonces le musité a Pepín: Esto es un tremendo embarque.

"Cuando Fidel nos vio se emocionó mucho y expresó en alta voz: ‘¡Ahora sí somos un ejército, hemos triunfado!’. No se lo dije a nadie, pero pensé: Coñóo, este es el hombre más optimista del mundo." Mas la convicción de Fidel siguió creciendo y a los pocos minutos, en medio de la noche oscura, Luis Argelio y sus demás compañeros se fueron impregnando del optimismo al escuchar a aquel hombre corpulento que embelesaba con sus gestos y sus palabras.

Pasó revista a la nueva tropa formada, inspeccionó el armamento y los fue saludando uno por uno. Dio la bienvenida y recordó el compromiso que habían contraído con la patria. Indicó que sumando todos los compañeros que allí estaban se volvía a reunir una fuerza similar a la que partió de México en el yate Granma. Y ahí mismo reiteró que el triunfo estaba asegurado.

Sobre este encuentro el expedicionario Efigenio Ameijeiras escribió:

Llegamos casi de noche a casa de un campesino amigo, y para sorpresa nuestra, allí estaban el Che, Guillermo, Ramirito y un compañero desconocido para nosotros. Nos saludamos alegremente y el Che le relató a Fidel su odisea desde que lo dejamos enfermo. Al preguntarle Fidel al Che sobre el compañero desconocido, el Che le dijo que formaba parte de un contingente de hombres armados que Frank había mandado.

"¿Cuántos dijiste que son?, le preguntó Fidel. —Son como 50 con fusiles y ametralladoras de distintos calibres y algunas escopetas. ‘¡Yo sabía que Frank no me fallaría!’, dijo Fidel y agregó:


—Che, es necesario que nos hagamos sentir inmediatamente, asestándole a la tiranía un golpe, que por su importancia, no le puedan negar por más tiempo al pueblo de Cuba nuestra presencia en la Sierra Maestra, y más ahora en estos momentos, en que la tiranía niega la entrevista que sostuvimos con Matthews. ‘Estoy de acuerdo contigo, Fidel —dijo el Che—, pero es necesario que en ese golpe obtengamos la victoria, capturándole al enemigo las armas y haciéndole muchas bajas, para que le sea difícil ocultar la verdad’. Así nació la idea de atacar Uvero.


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TOMADO DE: EL MARABUZAL Por José Antonio Fulgueiras, Editora Politica/La Habana 2009
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Coronel Mambí Leoncio Vidal Caro

Coronel Mambí Leoncio Vidal Caro
Corralillo, 12 de septiembre de 1865 - Santa Clara, 23 Marzo 1896


Las Villas es una de las provincias de Cuba que más mártires ha dado a la independencia.

Miró Argenter las llamó “corazón del país” en párrafos bellos, y Ramiro Guerra ha dicho que “ninguna región de Cuba supera a los villareños en heroísmo ni en espíritu de sacrificio”.

En efecto, de los asambleístas de Guáimaro, además de Céspedes y Agramonte, los únicos que cayeron peleando en la Guerra del 68, fueron los seis delegados villareños.


Viene la Guerra Chiquita del 79 y el brazo de los hijos de estos lares es el último en rendirse.

Se desencadena nuestra última gesta redentora y la provincia entera se vuelca animosa. En la lucha, uno de los que más se distingue es Leoncio Vidal Caro. Había nacido en Corralillo el 12 de septiembre de 1865. Los primeros años de su juventud los pasa en Barcelona (España), donde residen algunos familiares.

De regreso a Cuba, Leoncio Vidal se consagra activamente a la política en el término de Camajuaní, tan pronto estalla la Revolución, Vidal se lanza al campo de la guerra.


Todo lo sacrifica para cumplir lo que para él constituye su más alto deber patriótico.

En febrero de 1896 se une a otras fuerzas que marchan a Vueltabajo, volviendo poco después a su territorio de Villaclara. Sus actividades de guerrero las va anotando en su “Diario de Campaña”, que señala las innúmeras acciones en que toma parte. Es un hombre temerario que se encima sobre la muerte a cada minuto. En lo más recio del conflicto, cuando Weyler en Las Villas movía sus columnas por todo aquel territorio, Leoncio Vidal asalta la ciudad de Santa Clara. Arrojo y valentía era preciso para empresa tan audaz.

En ella dejó la vida nuestro heroico mambí. El parte oficial no tanto, como una correspondencia periodística nos habla de lo que fue tal hazaña.


"A la una de la madrugada del 23 de marzo de 1896, eran despertados los vecinos por el tropel de mil caballos y descargas incesantes de fusilería.

Además, un inmenso vocerío dando vivas a Gómez y Maceo y a Cuba Libre, acompañados por los gritos de “Al machete”. Aquello era la señal más evidente de que los insurrectos estaban dentro de la plaza.

Mientras unos grupos trataban de surtirse de lo más necesario, otros recorrían las calles dando gritos y haciendo disparos. La pólvora corría. Uno de tales grupos, como de 30 hombres llegó al Parque Central. Fueron repelidos por las fuerzas españolas destacadas en el Teatro y en los bajos de la Audiencia. Restablecida la calma, entre los mambises había dos muertos: uno era un vendedor ambulante que se había unido a los insurrectos; el otro era el coronel Leoncio Vidal. Su intrepidez le había costado la vida.


Expuestos ambos cadáveres al público, Vidal tenía un balazo en el pecho y otro en la frente."


Anteriormente Santa Clara había sido asaltada por el General Mambí Manuel de Jesús Calvar (Titá) el 20 de Julio de 1876, quién posteriormente fue Presidente de la República en Armas. Al ahondar en nuestro heroico pasado, vale recordar las palabras de un gran español, don Nicolás Estévanez, quien en su “Historia de América”, dice:

“Exceptuando Venezuela, ninguna república de América derramó tanta sangre como la de Cuba, ni hizo tantos sacrificios, ni tuvo tantos mártires”.

Ramiro Lavandero Cruz

Ramiro Lavandero Cruz
Finca El Tocino,Ranchuelo, 16 Julio 1935 - Habana, 18 Marzo 1958

Ramiro Lavandero Cruz Integrante de una familia dedicada a las labores agrícolas, Ramiro Lavandero Cruz, nace el 16 de Julio 1935, en la finca “El Tocino”, municipio de Ranchuelo.

Al propio tiempo que asistía a la escuela primaria,

ayudaba al padre en las labores agricolas. Después la familia se traslada a Ranchuelo, donde termina el 6to. Grado. Terminada la instrucción primaria ocupa un puesto en una tienda de víveres,más tarde fue chofer de alquiler hasta que comienza a trabajar de obrero en la fábrica de cigarros “Trinidad y Hermano” de Ranchuelo, hoy “Vegueros”.

De fuerte constitución física no sólo se destacó en el trabajo, sino también como deportista, practicando el baloncesto.

De carácter tenaz, de gran audacia y valiente a toda prueba, desde los primeros momentos se muestra como enemigo de las lacras que existían en aquel entonces, y esto lo hace llegar a las filas del Partido Ortodoxo, donde ocupó destacado lugar.

El artero golpe del 10 de marzo le hace dar un paso firme contra la dictadura que se entronizaba y cuando se funda el Movimiento 26 de Julio en Ranchuelo, se integra inmediatamente al mismo.

Por sus condiciones personales es designado en un cargo en la Dirección Municipal del Movimiento como responsable de Acción y Sabotaje.

Al ocurrir el asesinato de Frank País y producirse una huelga general como protesta del pueblo ante ese alevoso crimen, Ramiro Lavandero realiza distintas acciones de sabotaje, organiza comandos de acción y otras tareas.

Duramente perseguido, tiene que ocultarse y se marcha para las proximidades de San Juan de los Yeras, donde continúa su labor revolucionaria, pero al ser descubierto se traslada hacia La Habana, uniéndose en la lucha revolucionaria al también mártir Efraín Alfonso Liriano.

El 18 de marzo de 1958 y en los momentos en que estaba en el Restaurant "Las Primaveras"' en el Vedado, esperando la llegada del conocido revolucionario Sergio González (El Curita), con el que iban a coordinar distintas acciones con vista a la próxima huelga general del 9 de Abril, Lavandero es aprehendido conjuntamente con Ifraín Alfonso Liriano por el conocido esbirro Ventura. A partir de la fecha en que fue capturado es sometido a toda clase de torturas, en inútil empeño de conocor los planes que se gestaban, y ante la imposibilidad ds obtener esos datos, Ramiro es asesinado sin que hasta el presente se haya podido determinar el lugar donde descansan sus restos.


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Sergio González López

Sergio González López
Aguada de Pasajeros, LV, 29 Octubre 1921 - Habana, 18 Marzo 1958







Nacido en Aguada de Pasajeros, el 29 de octubre de 1921, huérfano de padre desde muy niño, y como consecuencia de la atmósfera religiosa familiar, Sergio, apenas un adolescente, fue enviado al Seminario de Santiago de Cuba a cursar estudios eclesiásticos, como antes lo fueron sus hermanos. Estudios que ninguno de ellos terminaría.
Próximo a concluir el año 1945, casado ya con la villareña Gladys Vergara, ingresa en la Havana Electric Railway Co., como inspector de registro (inspector secreto), con carácter suplente, en los tranvías operados por dicho monopolio norteamericano.

En la imprenta de su hermana Delia, localizada en la antigua Plaza del Vapor, se encuentra laborando al producirse el go|pe militar del 10 de marzo de 1952.

Asiduo visitante al local del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), Sergio irá conociendo y profundizando sus relaciones con hombres como Gustavo y Ángel Ameijeiras, Machaco, Gerardo Abreu, Fonfán, y otros que, convencidos de la necesidad de esgrimir las armas contra la tiranía, buscaban o cultivaban el contacto con sus iguales.

Promulgada la amnistía de los moncadistas, bajo la presión de las masas, Sergio González López pone la imprenta a disposición del Movimiento, y, junto a Ñico López y Gerardo Abreu, Fonfán, participará en la constitución de las primeras Brigadas Revolucionarias del 26 de Julio en la capital.

Detenido por primera vez por las fuerzas represivas de la tira¬nía el 6 de noviembre de 1956, y puesto en libertad, permaneció acuartelado en su imprenta, junto con otros compañeros en víspera del alzamiento del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba y del desembarco del "Granma".Respetado por su vitalidad, su optimismo, su entrega fotal a la causa, su austeridad en el manejo de los fondos del Movimiento, su influencia bienhechora sobre distintos capitanes del 26 en los diferentes barrios de la capital, su figura se agiganta.

Detenido el 10 de mayo en relación con la fábrica de bombas localizada por la policía en la calle Gloria, fue remitido al Castillo del Príncipe.

En la cárcel, Sergio libra junto a Gustavo y Machaco Ameijeiras, Faustino Pérez, Arísfides Viera, Rogelio Perea, Rogito y varias decenas más de aguerridos combatientes de la clandestinidad, la que posiblemente podría calificarse como la más exitosa de las acciones realizadas en 1957 por los combatientes del llano en la ciudad de La Habana: la huelga de hambre de los presos políticos del Príncipe, librada entre el 16 de julio y el primero de agosto de ese año.

En esta huelga participaron más de 70 compañeros en El Príncipe, secundada además, por presos políticos de !as prisiones de Pmar del Río y de la cárcel de Boniato, en Santiago de Cuba, Y por alumnos de la Escuela de Comercio de la capital, y por dos compañeras revolucionarias, presas entonces en el Vivac de Mujeres de Mantilla.

La huelga, iniciada en protesta por los abusos y atropellos de que eran objeto los presos políticos de Isla de Pinos, provocó también la adhesión de diversos núcleos obreros en el país, motivó la publicación en la prensa nacional de cientos de declaraciones apoyando las demandas de los huelguistas, apelaciones de algunas instituciones al cardenal Arteaga y al "presidente" Batista, en aras de dar solución a los hechos que motivaron la huelga, la visita del Presidente del Tribunal de Urgencia y del Supervisor de la cárcel habanera a los huelguistas, en demanda de que abandonaran la huelga cuyo sostenimiento prolongado llegó a hacer temer por la vida de más de diez revolucionarios; y en el caso de Sergio González López, El Curifa, le dio la oportunidad de escribir una de las más luminosas carias que padre alguno haya escrito a un hijo, en respuesta a unas líneas que su hijo mayor, de entonces doce años, le enviara pidiéndole, inocentemente, que abandonara la huelga, al temer por su vida.

"Si fueras tú el que estuvieras en esta lucha preferiría mil veces que murieras en ella a que fueras un cobarde o desertor o un traidor. Si yo muriera por esta causa tú tendrías que sentirte orgulloso de mi; pero si por cobarde la traicionara, cuando fueras grande tendrías vergüenza de decir que eres hijo mío", escribirá Sergio a su hijo.

Transcurrido los años, podemos aseverar que orgulloso estaría el autor de esta frases en la actualidad, de ver no sólo a su hijo mayor, hoy intemacionalista sino también a sus otros tres hijos: Reinaldo, Richard e Isabelita y a su viuda Gladys, elementos activos, de nuestra Revolución.

Fugado Sergio de la prisión el 22 de octubre de ese año, a los tres meses de concluida la huelga, asumirá, por órdenes superiores, la responsabilidad de Jefe de Acción y Sabotaje en la antigua provincia habanera.

En menos de 40 días se impregna de extrema actividad el territorio. Se producen, ininterrumpidamente, ajusticiamientos de esbirros, estallidos de bombas y petardos, quema de cartas con fósforo vivo en ios buzones de Correos, voladura de tramos de vías férreas, quema de cañaverales, apagones en amplias zonas de la capital al dinamitar transformadores, el estallido de cien bombas en una sola noche.

Sergio no sólo dirige, sino que, gustando de probar e iniciar ccmpañeros en la acción, participa, luego de ser nombrado Jefe de Acción y Sabotaje, en no menos de 20 acciones.

Concibe entonces un plan mediante el cual crearía condiciones objetivas y subjetivas para convocar a la Huelga General Revolucionaria que se preveía como el colofón de todo el proceso insurreccional para alcanzar la victoria.

El plan incluía el estallido de una bomba en la conductora de agua del Acueducto de Vento, el incendio del tanque 241 de la refinería de la Esso Standard Oil, en Guanabacoa (Belot), el asalto e incendio de cheques y documentos en la Caja de Compesaciones del Banco Nacional de Cuba, e! incendio de miles de pasquines del candidato presidencial de la tiranía, le voladura de las plantas eléctricas de Tallapiedra y Regla, el asalto, ya a Oscuras, de diversas estaciones de policía, y la toma de un conjunto de iglesias cuyas campanas se harían repicar ininterrumpidamente de inmediato llamando al pueblo a la huelga.

El 18 de marzo, alrededor de la una de la farde, Sergio es sorprendido y detenido por sicarios de! Buró de investigaciones en el apartamento 7 de la calle K, número 420, en el Vedado.

Conducido al Buró de Investigaciones fue sádicamente torturado y mutilado.

Su cadáver, junto a los de los jóvenes revolucionarios Bernardino García, Motica y Juan Borrell, quienes coincidieron con él en las celdas en que fueron torturados, fue tirado cobardemente el dja 19 en el reparto Altahabana.

Sus hijos y la que fuera su esposa y compañera de luchas encarnan dignamente los ideales, formas de vida y objetivos por los cuales Sergio vivió y entregó su vida. Su pueblo, los obreros a quienes como clase supo defender, construyen, sobre los cimientos fraguados por él, la sociedad con cuya materialización soñó. Erguido andará siempre Sergio, codo a codo, junto con quienes como él, según postulara Martí: "aún después de muertos dan luz de aurora".

(Tomado de de Florentino González en Juventud Rebelde, 17 marzo 1988)



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Ifraín Alfonso Liriano (Cheché)

Ifraín Alfonso Liriano (Cheché)
Cruces, Las Villas, 31 de octubre de 1926 - Habana 18 Marzo 1958





Día aciago, podría decirse del 18 de marzo de 1958, ya que en él, caen en manos de los esbirros de la tiranía numerosos revolucionarios. Al mediodía, son apresados, en distintos lugares del Vedado. El Curita y Juan Borrell; y en la calle Dragones, Bernardino Santos, Motica. Los tres, aparecían muertos al día siguiente.

Comenzaba la tarde cuando, en otro lugar de la ciudad, en plena calle Carlos III, era apresado Ifraín Alfonso Liriano, Cheché.

Había nacido en Cruces, Las Villas, el 31 de octubre de 1926, en el seno de una familia cuya situación económica se acercaba a la miseria. Más tarde, cuando apenas tenía 6 años, la familia se trasladó para Ranchuelo. Era ya un joven trabajador cuando el golpe del 10 de marzo de 1952 cambió su desfino, para convertirlo en un revolucionario.

Ese mismo día sufre su primera detención, en la ciudad de Santa Clara, por escribir y circular un llamamiento a la Huelga General.

Aunque sus primeras acciones las realizó con los auténticos, después del Moncada se percata de que ese nuevo grupo que irrumpía en la acción revolucionaria y su líder serían los indicados para encabezar la revolución. De ahí que, cuando se funda en Santa Clara el Movimiento 26 de Julio, a mediados de 1955. Cheché está entre los primeros que se integran a esa organización ocupando la responsabilidad de jefe de acción y sabotaje en la Dirección Provincial del Movimiento en Las villas.

A partir de ese momento, no cejó un instante en su lucha por derrocar a la tiranía y por transformar la sociedad cubana.

Cuando se hizo tan conocido de las fuerzas represivas en Las Villas que su permanencia allí ya era imposible, Cheché fue trasladado a La Habana y engrosó las filas de los combatientes en esta ciudad.


Sus compañeros de la clandestinidad y de la cárcel lo recuerdan como a un compañero afable, muy educado y a la vez dado a la broma, que tenía un gran prestigio dentro del Movimiento.

En el Príncipe, Cheché era un compañero que unía que mantenía la disciplina.

Víctor Sorí, compañero de la clandestinidad, recuerda:"Lo conocí en la cárcel.Él estaba subordinado a Faustino, a Sergio, a Machaco. Mientras Cheché vivió me dirigió. Trabajaba activamente en la preparación de las acciones. Él orientaba las acciones y llegó a nuclear a más de 100 compañeros. Fue quien organizó e altentado a Boris Kavanovich acción que dirigió Borrell y en la que participamos también Motica y yo."

Hoy, después de tantos años, tres amigas y compañeras de lucha, posiblemente de las últimas personas que lo vieron con vida rememoran ese día.

María Teresa del Valle, profesora de la Universidad de La Habana, y María del Carmen del Valle estomatóloga y profesora del Instituto Superior de Ciencias M'edicas, así como su mamá Sara Portilla, cuentan de Cheché, y al hacerlo reconstruyen una parte de la jornada cotidiana de un combatiente. En el caso de Cheché, de su última jornada.



María del Carmen: "Lo habíamos conocido aquí, cuando vino un día con un compañero del Movimiento.
Vivíamos entonces en L No. 460, casi esquina a 27. Después él iba casi todos los días, Casi siempre almorzaba y después descansaba un poco en el sofá

Sara: "Llegó un día por la mañana y me dijo que si podía darle algo de almorzar. Todavía no era la hora, pero yo había preparado sopa de ajo y tamal en cazuela. Él no quiso la sopa pero se comió el tamal y tomó té, porque no tomaba café. Después se acostó a descansar en el sofá."

María Teresa: "Él siempre andaba de traje. Era un hombre muy buen tipo, muy llamativo. Cuando yo llegué ese día y lo vi en casa, me sorprendí mucho, porque el día anterior Otto Meruelos lo había acusado, con nombre y apellidos, de ser el autor del secuestro de Fangio. Él me dijo que no era cierto, que él no había estado en eso. Estaba muy tranquilo. Se tomó su té, y dijo que tenía que salir a hacer algunos contactos."

Sara:"Me dijo que no podía ir por su casa porque lo estaban cazando"

Carmen : "Yo salí con é!. Me dijo que tenía una reunión en K entre 21 y 19.
Le dije que tuviera cuidado, pero tanto él como yo caminábamos tranquilamente por la calle L.
En L y 21, nos detuvimos a tomar café. Allí me despedí de él. Creo que fui la última persona que lo vio. É! iba contento, tranquilo, seguro."

Así con pasos firmes, Ifraín Alfonso Liriano se encaminaba hacia la muerte. Un rato más tarde, engrosaría la lista de los mártires de la Patria, de los que todo lo sacrificaron, hogar, tranquilidad, amor, porque surgiera una nueva Cuba. (Tomado de Dolores Nieves: "Ifraín Alfonso: crónica de su último día" Tribuna de la Habana del 18 Agosto de 1988, pag. 3)


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Lorgio Vaca Marchetti

Combatientes caídos en Bolivia







Lorgio Vaca Marchetti
Carlos
Boliviano (1934-1967)


Nació en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, el 18 de octubre de 1934. Se incorporó a la guerrilla el 11 de diciembre de 1966, en la retaguardia. Murió ahogado en Río Grande cuando intentaba cruzarlo en una balsa, el 16 de marzo de 1967.



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Lorgio Vaca Marchetti (Carlos). Boliviano. Sus restos aún no han sido hallados
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GRUPO DE HISTORIA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA EN SANTA CLARA (ACRC)



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PROTESTA DE BARAGUÄ

PROTESTA DE BARAGUÄ
PRESERVÖ LA DIGIDAD DE LOS CUBANOS








Baragua preservó la dignidad de los cubanos En víspera de los trágicos acontecimientos de 1878, España concentró en Cuba más de un cuarto de millón de hombres sobre las armas y un presupuesto anual de más de 36 millones de pesos.
Pero su nuevo jefe de operaciones, Arsenio Martínez Campos, estaba convencido de la imposibilidad de vencer a los cubanos en el campo de batalla y comenzó una nueva política, destinada a atraer a los que flaqueaban en el territorio de Cuba Libre. Mientras apretaba el cerco militar, indultaba a los desertores, respetaba la vida de tos prisioneros y ofrecía ventajas a los jefes locales por separado.

Desde 1876, la situación para los cubanos era desfavorable, no obstante los triunfos de Antonio Maceo y de Vicente García en Oriente. En octubre de ese año, Máximo Gómez tuvo que abandonar la jefatura de Las Villas y a finales de 1877, sólo quedaban en Camagüey 140 alzados.

El regionalismo había frustrado la invasión a occidente y la consolidación de las victorias en Camagüey, se carecía de un General en Jefe capaz de imponerse y concertar acciones decisivas y no sólo la defensa de sus zonas por los caudillos locales.

El sector más radical de los terratenientes que inició la lucha había perecido; sus continuadores sentían temor del ascenso de gran número de jefes y oficiales de las clases populares, como Maceo y el propio Gómez, gran estratega y libre de cualquier tendencia regionalista.

El último Presidente designado por la Cámara -después de un breve mandato del vicepresidente Francisco Javier de Céspedes, también de la familia Céspedes- fue Vicente García, pero ya pocos obedecían al gobierno y respetaban las decisiones de la Cámara de Representantes.

El 8 de febrero de 1878, los jefes militares de la región de Camagüey y diputados a la Cámara decidieron capitular, aprovechando la suspensión de hostilidades decretada por Martínez Campos para que los insurrectos pudieran conocer su plan de paz. Allí, en San Agustín del Brazo, la Cámara se disolvió sin consultar a los orientales, que aún obtenían importantes victorias.

El llamado Comité del Centro, constituido en esta ocasión, se puso en contacto con Martínez Campos, quien el 10 de febrero informó en su campamento de El Zanjón, que aceptaba la comunicación de los comisionados y ordenaba la suspensión general de las hostilidades. Con el Pacto del Zanjón debía terminar oficialmente la contienda el día 28.

Martínez Campos se apresuró a anunciar la pacificación de la isla, pero aún quedaban frente a España las tropas orientales de Antonio Maceo y Vicente García, y las villareñas de Ramón Leocadio Bonachea.

Al tiempo que ocurría ésto, Antonio Maceo -quien de soldado en octubre de 1868, ya era desde 1877 Mayor General- lograba en enero y febrero apoderarse de importantes pertrechos, tras sangrientas batallas cerca de Palma Soriano, en la Llanada de Juan Mulato, y destrozar en San Ulpiano al famoso batallón español de San Quintín.

Sus tropas, constituidas en su mayoría por esclavos libertos, negros y mulatos libres y un grupo de fieles oficiales blancos, estaban lejos de cualquier desmoralización y coincidían con su jefe en rechazar la capitulación sin independencia ni abolición de la esclavitud.

Las circunstancias llevaron entonces a Maceo a jugar un liderazgo político; dejando de lado cualquier rencilla, convocó a Vicente García y otros que aún estaban alzados y pidió una entrevista a Martínez Campos.

El 15 de marzo de 1878, en los Mangos de Baraguá, el jefe español poco pudo añadir a las intenciones de la pacificación.

Maceo fue tajante y claro; también sus acompañantes Manuel Calvar y Félix Figueredo: demandaban a España la independencia de Cuba y la abolición de la esclavitud, objetivos por los cuales los cubanos habían peleado durante 10 largos años y vivido todo tipo de sufrimientos y calamidades.

Las hostilidades se reanudaron el día 23 del propio mes en condiciones desiguales, todo el poderío de España contra mil 500 mambises que decidieron proseguir la lucha.

Inicialmente los españoles no respondían al fuego, pero después la pelea fue encarnizada y no les daban tiempo ni para ingerir alimentos.

El nuevo gobierno insurrecto acordó preservar la vida de Maceo y mandarlo al exterior, en mayo, a buscar refuerzos en la emigración, pero ante la imposibilidad de organizar una expedición, poco a poco la lucha cesó en el oriente, mientras en Las Villas el brigadier Ramón Leocadio Bonachea se mantuvo alzado varios meses.

No obstante, la Protesta de Baraguá que también tuvo su Constitución, preservó la dignidad de los cubanos, lo cual permitió revivir el espíritu de lucha para reanudar la cruzada independentista en el momento oportuno.

Desde mediados de 1878, comenzó otra conspiración que daría lugar en los siguientes dos años a la llamada Guerra Chiquita, con el alzamiento de veteranos del 68 y la participación de José Martí como subdelegado del Comité Revolucionario de La Habana.

A pesar del fracaso, el joven patriota dedicaría su vida a la preparación de la contienda de 1895 sobre bases nuevas, con los brazos armados de Maceo y Gómez.



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Gilberto Bermúdez Bermúdez (Kuchilán)

Gilberto Bermúdez Bermúdez (Kuchilán)
Santa Clara, 13 de abril de 1933 - Sancti Spiritus, 13 Marzo 1958

Hijo de una humilde familia, Gilberto Bermúdez Bermúdez nació en Santa Clara el 13 de abril de 1933. Las dificultades económicas del hogar determinaron que alcanzara sólo hasta el 5to. grado en la escuela primaria.

Para colaborar al sustento familiar trabajó como ayudante en una bodega y después como dependiente. Más adelante, buscando un mejor salario, pasó a trabajar como obrero de la construcción. Inició sus labores como peón y después como ayudante.
Con el golpe del 10 de marzo, Gilberto comenzó a preocuparse por la situación del país y despiertan en él ansias de lucha por un futuro mejor

Vinculado al movimiento revolucionario fue uno de los fundadores del Movimiento 26 de Julio en Santa Clara, y en 'sus filas se distinguió por su bravura y audacia en actos de sabotaje, transporte de armas, propaganda y otras acciones propias de la lucha clandestina.

La persecución de las fuerzas represivas hizo necesario su traslado a las montañas del Escambray. Allí se incorporó a las tropas rebeldes que combatían la tiranía. Por su destacada participación en la lucha alcanzó el grado de Capitán.

En una ocasión bajó a Santa Clara para realizar una misión. Regresaba a las montañas en unión de cinco compañeros, que se incorporaban a las guerrillas, cuando resultaron sorprendidos por una emboscada enemiga en las proximidades de Sancti Spíritus. Allí cayó, junto a sus compañeros, el 13 de marzo de 1958.


GRUPO DE HISTORIA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA EN SANTA CLARA (ACRC)

Gerardo Medina Cardentey

Gerardo Medina Cardentey
Pepe
(1931-1957)






Nació el 23 de abril de 1931, en Pinar del Río, tenía 21 años cuando declaró su guerra a muerte contra la dictaduraimpuesta al pueblocubano.

Las aulas de la Escuela Profesional de Comercio y del Instituto de Segunda Enseñanza, así como en los lugares de reunión de la juventud pinareña contaron con la presencia de Medinita en toda manifestación de repudió contra el régimen de Batista y sus desmanes.
Se inspiraba en los textos de Martí de quien era asiduo lector.

En 1952 se incorporó a un grupo de acción que dirigía Menelao Mora Morales también natural de Pinar del Río. Operaron durante algún tiempo en la Organización Auténtica (O.A) independizándose más tadre, actuando por cuenta propia ingresa en el Directorio Revolucionario (D.R).

Entre 1952 ? 1956 participa en actividades de trasiego de armas del puerto de La Coloma a La Habana lo que le dio un nivel de organización al grupo de Gerardo y el propiamente.

Era considerado un magnífico tirador, encabezaba las prácticas de tiro que se hacían en distintos lugares.

Las habitaciones del Hotel Globo donde trabajaba como cajero sirvieron un múltiples ocasiones como punto de reuniones a los conspiradores, donde asistía Menelao Mora disfrazado para que no lo reconocieran a dar instrucciones que Medinita tenía que cumplir como jefe del Movimiento Estudiantil Revolucionario (M.E.R) en Pinar del Río.

En octubre de 1956 tuvo que trasladarse a la Habana y pasar a la clandestinidad ya que era rigurosamente buscado por el ejército y la policía batistiana, lo cual no le impidió cumplir en Pinar del Río con las misiones asignadas como jefe del grupo que posteriormente atacaría el Palacio Presidencial.

A cualquier hora se presentaba en casa de los Izquierdos, cuartel general del D.R, donde se reunía con los miembros de la célula. De ahí partieron los hombres que bajo su mando debían acuartelarse el 10 de marzo de 1957 en los apartamentos del Vedado en La Habana.

José Manuel Hernández León -Pepito Chepe

José Manuel Hernández León
Pepito Chepe
(1924-1957)






Nació el 14 de enero de 1924, el mayor de los siete hijos de José Hernández Placencia y Ana León. Sus estudios primarios los realizó en una escuela pública de Pinar del Río, su ciudad natal. Después del octavo grado ingresa en el Instituto de Segunda Enseñanza hasta graduarse de Bachiller en Ciencias y Letras.

Ingresó en la Escuela de Medicina de Ciudad de la Habana.

face="Arial, Helvetica, sans-serif">Militó en la ortodoxia muy activamente, lo que lo condujo a la conspiración contra la dictadura . Después del asalto al Cuartel Moncada se articula el movimiento 26 de julio y Pepito Chepe se vincula a los riesgosos actos clandestinos del grupo que mantenía viva la llama de la rebelión en la región occidental.

La muerte lo sorprende en el último año de la carrera de medicina, uno de los alumnos favoritos del doctor Carlos Rodríguez. Corría y auxiliaba a este en la sala de neurocirugía y el laboratorio de la misma en el hospital Calixto García.

Murió a las seis menos cuarto del 13 de marzo de 1957 en la acera del Estadio Universitario, frente al hospital Calixto García, vilmente asesinado por un esbirro de la tiranía.

Ormani Arenado Llonch

Ormani Arenado Llonch

(1936-1957)







Nació el 18 de diciembre de 1936, en Pinar del Río, hijo único de Manuel Arenado Pando y Francisca Llonch García. Su padre era contador con una posición desahogada que le permitió ofrecer una buena educación a su hijo.

Cursó estudios en las escuelas Píos de la primera enseñanza y siempre formó parte del cuadro de honor del plantel por ser un alumno excelente. Se graduó como Bachiller en Arte y Letras en julio de 1953, poco después de cumplir los 16 años de edad.

En 1950 recibió el título de profesor de inglés, expedido por el centro especial de Inglés de Pinar del Río.

Siempre se caracterizó por ser el primer alumno en obtener las más altas calificaciones.

Ingresa en la Universidad de la Habana en la facultad de Arquitectura exactamente al cumplir la edad mínima que se exigía para ingresar en este centro docente. Arenado se hospeda en el hogar católico universitario frecuentado por José Antonio Echeverría líder estudiantil revolucionario que estudiaba en dicha facultad y su afinidad en el repudio a Batista fortaleció la camaradería que se extendía en las aulas.

Ormani era un gran aficionado al deporte, practicaba baloncesto, figurando en los quintetos del instituto pinareño y de la facultad de Arquitectura de la Universidad.

En 1955 fue elegido delegado de la escuela de Arquitectura en el seno de la pedagogía Estudiantil Universitaria, participando con Echeverría y demás compañeros en cuanta actividad revolucionaria tenía lugar.

Militaba en el Directorio Revolucionario haciendo junto a los demás jóvenes revolucionarios que la Capital de la República se convirtiera en un riesgoso campo de batalla, donde muere en feroz combate el 13 de marzo de 1957, en el asalto al Palacio Presidencial; cuando cursaba el segundo año de su carrera.



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José Luis Gómez Wanguemert

José Luis Gómez Wanguemert
Pepe
(1926-1957)





Nació en La Habana el 2 de julio de 1926. Hijo del conocido periodista Luis Gómez Wangüemert Lorenzo y Josefina Maiquez Rivero. Estudió la primera y segunda enseñanza en el Instituto Edison de la Víbora, donde se graduó de Bachiller en Ciencias con un brillante expediente. En ese plantel comenzó a despuntar en sus aficiones literarias. Ingresó en la Universidad de La Habana en el curso 1945-1946, matriculándose en la Escuela de Ingeniería, carrera que no terminó.

Participó en la expedición de Cayo Confites, mediante la cual un grupo de jóvenes cubanos trató de ayudar a la liberación del hermano pueblo de Santo Domingo, que sufría la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo, intento frustrado por el gobierno de Cuba. Sobre sus experiencias en estos hechos publicó en la revista “Carteles” una serie de reportajes que tituló “Diario de Cayo Confites”. Debido a su inclinación literaria ingresó en la Escuela Profesional de Periodismo del Ministerio de Educación, manifestando gran interés por llevar el teatro hacia los lugares más alejados. Al producirse el golpe de estado el 10 de marzo de 1952, se vinculó a la lucha contra la tiranía incorporándose al Directorio Revolucionario. Participó en numerosas acciones, en diciembre de 1956 integró uno de los grupos de apoyo a la fuga de tres compañeros presos en el Castillo del Príncipe, también participó en la quema de perseguidoras en la agencia Ambar Motors.

Su disposición a arriesgar la vida en las empresas más peligrosas le valió el sobrenombre de “Peligro”. Participó en el asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957 cayendo valientemente junto a Menelao Mora, Carlos Gutiérrez Menoyo, José Briñas y otros inolvidables compañeros.

El comandante Faure Chomón en un relato de los hechos lo describe como un hombre de pensamiento y acción: “ ..., por eso cuando sonó el teléfono dejó de disparar su arma y atendió aquella llamada... – ... sí, le habla un miembro de la milicia armada del Directorio Revolucionario, acabamos de tomar Palacio y hemos matado a Batista ... ”.

Cae en combate durante el asalto al Palacio Presidencialjunto a Menelao Mora, Carlos Gutiérrez Menoyo, José Briñas y otros inolvidables compañeros. .




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Mario Casañas Díaz

Mario Casañas Díaz


Santo Domingo,6 de agosto de 1930 - Habana,13 Marzo 1957


Entre el nutrido grupo de héroes que el 13 de marzo de 1957 pierde la vida en el glorioso Asalto al Palacio Presidencial, que tenía como objetivo ajusticiar en su guarida al tirano, se encontraba Mario Casañas Díaz, nacido el 6 de agosto de 1930 en Santo Domingo.


Era aún pequeño cuando su familia se trasladó para La Habana. Inició sus estudios en su pueblo natal y los continuó en la Capital.


Se destacó en la práctica del deporte, entre ellos el volibol y el soft ball.


Contaba sólo con 10 años de edad cuando se hizo fotógrafo, lo que más tarde le permitió desplegar sus actividades revolucionarias dentro del marco de su propio trabajo.


Convencido de que la lucha armada era el medio para lograr que el pueblo cubano lograra su libertad, Mario se vincula con hombres de acción para desarrollar labor clandestina contra el régimen.


El 11 de marzo se despidió de la familia y marchó hacia el lugar señalado para su acuartelamiento y el día 13 de marzo alcanzó la gloria imperecedera de los héroes de la Patria, al morir con las armas en la mano.

José Antonio Echeverría Bianchi

José Antonio Echeverría Bianchi
Cárdenas, 16 julio 1932 - Habana, 13 marzo 1957






Mártir del estudiantado cubano, combatió la dictadura de Fulgencio Batista desde el mismo día del Golpe Militar del 10 de Marzo de 1952.

Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, fundador en 1955 del Directorio Revolucionario, del cual era Secretario General, José Antonio Echeverría fue la figura central del asalto a la emisora "Radio Reloj", el 13 de Marzo de 1957, y uno de los organizadores del ataque al Palacio Presidencial realizado ese día por una parte de sus compañeros.

Resultado de las conversaciones que había sostenido en la capital mexicana con Fidel Castro, en la "Carta de México" -firmada por ambos- el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario decidieron unir sólidamente sus esfuerzos para derrocar la tiranía y llevar a cabo la Revolución Cubana.

Horas antes de las acciones dejó escrito su testamento político pues no logró regresar vivo a la Universidad de la Habana donde se establecería el cuartel general para la resistencia popular.

"Hoy, 13 de marzo de 1957 -expresó-, día en que se honra a los que han consagrado sus vidas a la digna profesión de Arquitecto, para la que me preparo, a las tres y veinte minutos de la tarde, participaré en una acción en la que el Directorio Revolucionario ha empeñado todo su esfuerzo, junto con otros grupos que también luchan por la libertad. Esta acción envuelve grandes riesgos para todos nosotros y lo sabemos. No desconozco el peligro. No lo busco, pero tampoco lo rehuyó. Trato sencillamente de cumplir con mi deber. Nuestro compromiso con el pueblo de Cuba quedó fijado en la Carta de México, que unió a la juventud en una conducta y una actuación, pero las circunstancias necesarias para que la parte estudiantil realizara el papel a ella asignado, no se dieron oportunamente, obligándonos a aplazar el cumplimiento de nuestro compromiso. Creemos que ha llegado el momento de cumplirlo. Confiamos en que la pureza de nuestras intenciones nos traiga el favor de Dios para lograr el imperio de la Justicia en nuestra Patria, Si caemos que nuestra sangre señale el camino de la libertad. Porque tenga o no, nuestra acción el éxito que esperamos, la conmoción que originará nos hará adelantar en la senda del triunfo. Pero es la acción del pueblo la que será decisiva para alcanzarlo. Por eso este manifiesto que pudiera llegar a ser testamento, exhorta al pueblo de Cuba a la resistencia cívica, al retraimiento de cuanto pudiera significar un apoyo a la Dictadura que nos oprime, y a la ayuda eficaz de los que están sobre las armas para libertarlo. Para ello es preciso mantener viva la fe en la lucha revolucionaria aunque perezcamos todos sus líderes, ya que nunca faltarán hombres decididos y capaces que ocupen nuestros puestos, pues, como dijera el Apóstol, "cuando no hubieran hombres, se levantarían las piedras para luchar por la libertad de nuestra patria". A nuestros compañeros, los estudiantes de Cuba, les pedimos que se organicen, ya que ellos constituyen la vanguardia de nuestra lucha, y a las fuerzas armadas que recuerden que su misión es defender a la Patria, no someter a hermanos, y que su puesto es el del Ejército Mambí, que peleaba POR LA LIBERTAD DE CUBA, como terminan todos sus escritos. I Viva Cuba Libre!

La misión de Echeverría, simultánea a la del Palacio Presidencial, era informar al pueblo de los acontecimientos y llamarlo a la lucha.

En coordinación dentro de Radio Reloj con una célula del Directorio, el comando encabezado por el líder de la FEU ocupó la planta. Los locutores transmitieron varios partes elaborados previamente como si los reportes fueran propios de la redacción radial y José Antonio pronunció una alocución:

"¡Pueblo de Cuba!- En estos momentos acaba de ser ajusticiado revolucionariamente el dictador Fulgencio Batista. En su propia madriguera del Palacio Presidencial el pueblo de Cuba ha ido a ajustarle cuentas. Y somos nosotros, el Directorio Revolucionario, los que en nombre de la Revolución Cubana hemos dado el tiro de gracia a este régimen de oprobio. Cubanos que me escuchan: acaba de ser eliminado..."

En ese momento la emisora salió del aire según algunas versiones automáticamente por el timbre elevado de la alocución pero de acuerdo con otras, fue cortada en un centro de control.

En el costado de la Universidad su automóvil resultó interceptado por un vehículo policíaco -las llamadas perseguidoras-, Echeverría se defendió con su pistola pero murió ametrallado.

El próximo 16 de julio iba a cumplir 25 años. Había nacido en Cárdenas, Matanzas, en 1932.

Las autoridades retuvieron el cadáver 24 horas y prohibieron ser velado en su ciudad natal. El carro fúnebre, sólo acompañado por un automóvil con los padres, partió hacia el cementerio cardenense desde La Habana.

El sepelio se efectuó en horas de la noche, en presencia de pocos familiares y amigos, quienes fueron registrados por los agentes represivos. Todo el tiempo la necrópolis estuvo rodeada por policías, soldados y miembros del Servicio de Inteligencia Militar (SIM). Días después la tumba fue profanada: soldados caminaron encima de la misma y destruyeron una lápida colocada sobre ella. José Antonio Echeverría, desde su ingreso a la Universidad en el curso 1950-1951, ganó las simpatías de sus compañeros que lo designaron delegado de asignatura.

Enfrentado al batistato, encabezó una corriente radical como secretario general y después presidente de la Facultad de Arquitectura (2 de febrero de 1954), la cual lo elevó primero a secretario general de la FEU (23 de febrero) y, seguidamente, el 30 de septiembre del propio año, a la presidencia de la más antigua organización estudiantil cubana.

Su coraje personal y enfrentamientos cuerpo a cuerpo con los agentes represivos en decenas de manifestaciones estudiantiles durante todos los años de la dictadura le dieron ese liderazgo.

Resultó lesionado y detenido en varias ocasiones. También colaboró destacadamente en el movimiento estudiantil latinoamericano e internacional. A principios de 1955 participó en el rechazo a una agresión somocista contra Costa Rica, en unión de otros estudiantes cubanos que viajaron a ese país como combatientes voluntarios.



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54 ANIVERSARIO DEL ATAQUE AL PALACIO PRESIDENCIAL

54 ANIVERSARIO DEL ATAQUE AL PALACIO PRESIDENCIAL




Desde finales de 1955 el recién creado Directorio Revolucionario había hecho contacto con el abogado Menelao Mora Morales, quien tenía planes para ajusticiar al dictador Fulgencio Batista. Esta ¡dea fue retomada a fines de 1956 y finalmente se previo la acción para el 13 de Marzo de 1957, fecha del ataque al Palacio Presidencial y la toma de la emisora "Radio Reloj".

En enero de este año tuvo lugar la primera reunión preparatoria entre el DR y el grupo de Mora Morales. Después sucesivamente procedieron a perfilar los detalles y el reclutamiento de los hombres, asi como el acopio de armas.

Los dirigentes del Directorio se proponían desarrollar la lucha armada urbana luego de los acuerdos tomados en agosto de 1956 (Carta de México) en que el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario expresaron su disposición de aunar los esfuerzos para derrocar la tiranía mediante acciones especificas de cada parte hacia ese fin.

Las operaciones estaban previstas de la siguiente forma: el asalto al Palacio Presidencial por un comando de 50 hombres con armas automáticas, un grupo de apoyo de otros cien que entraría en acción posteriormente al mismo tiempo que era tomada "Radio Reloj" para difundir la noticia de la muerte de Fulgencio Batista. Este último destacamento ocuparía a continuación la Universidad de la Habana donde se establecería el cuartel general.

Integraron la comisión militar de la acción Carlos Gutiérrez Menoyo (jefe), Faure Chomón Mediavilla (segundo) y Armando Pérez Prieto, encargado de vigilar e informar la presencia de Batista,

El refuerzo disponía de fusiles y unas 10 ametralladoras calibre 30, 10 fusiles automáticos y una ametralladora calibre 50 montada sobre el eje de un camión. Debía controlar los edificios más altos cercanos ai Palacio tales como Bellas Artes, la fábrica de tabacos, el Hotel Sevilla y otros, emplazar las ametralladoras y disparar contra la guarnición palaciega situada en la azotea de la casa de gobierno.

La primera y la tercera parte se llevaron a cabo pero el segundo comando no llegó. Faltaron las órdenes precisas de los responsables a los involucrados para dirigirse a los objetivos señalados mientras un camión con el armamento necesario estaba estacionado cerca del lugar.

A las 15.15 fue forzada la puerta de entrada a Palacio por el comando dirigido por Garios Gutiérrez -ex combatiente de la República española- y Faure Chomón. El primero murió en el interior del edificio, al igual que Menelao Mora, y el segundo resultó herido y pudo escapar.

Los combatientes revolucionarios tomaron la primera planta y en la segunda llegaron hasta el despacho de Batista, quien había escapado hacia el piso superior. Se libró un violento combate con la guarnición militar que desde el tercer piso concentró un nutrido fuego contra los asaltantes.

Habían ocurrido numerosas bajas cuando José Luis Gómez Wangüemert -muerto poco después-asumió el mando para organizar la retirada pues ya estaban seguros que el refuerzo había fallado. Sólo 26 pudieron escapar, muchos de ellos heridos. Las ametralladoras instaladas en la azotea alcanzaron a varios que se retiraban por el parque donde actualmente radica el Memorial Granma.

La toma de Radio Reloj -el segundo objetivo- se realizó casi simultáneamente. El líder juvenil José Antonio Echeverría (Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria y Secretario General del Directorio Revolucionario) informó sobre los sucesos luego de la transmisión de varios partes redactados como si fueran de los reporteros de la planta. En la acción participaron 14 personas.

Poco después, José Antonio resultó muerto a un costado de la Universidad cuando el automóvil en que viajaba fue interceptado por una patrulla policiaca.

Además perecieron ese dia 24 asaltantes a Palacio, otros dos resultaron asesinados en los días posteriores y el 20 de abril, las víctimas de Humbold 7 Fructuoso Rodríguez Pérez, Juan Pedro Garbo Servia, José Machado Rodríguez y Joe Westbrook Rosales, dirigentes estudiantiles y participantes en los sucesos del 13 de Marzo. Contra personas ajenas cayó también la represión como Pelayo Cuervo Navarro, quien apareció muerto en el lugar conocido como EL Laguito. Cinco muertos y 28 heridos fueron las bajas gubernamentales reportadas.

El propósito de los asaltantes era desconcertar al régimen con el ajusticiamiento de Batista, entregar las armas de la guarnición al pueblo convocado por medio de Radio Reloj y tomar otros puntos de la ciudad como el Cuartel Maestre de la Policía -ocupar su fuerte arsenal- y asi sucesivamente otras estaciones policíacas y cuarteles hasta dominar la capital.

La guarnición del Palacio Presidencial estaba formada por 200 hombres: jefatura, una compañía de la policía militar, secciones de la marina de guerra, policía nacional, sanidad militar y agentes del servicio secreto. Disponía de seis ametralladoras calibre 30, cuatro calibre 50, 69 subametralladoras Thompson, nueve fusiles M-1, 245 pistolas colt calibre 45 y 48 pistolas star calibre 45,



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José Julio Rivas Herrera

José Julio Rivas Herrera
Nueva York 22 Marzo de 1937 - Habana 11 Marzo 2001

Nació en la ciudad de Nueva York, EUA. El 22 de marzo de 1937, lugar donde vivían sus padres que eran ciudadanos cubanos.

En el año 1940 regresaron a Cuba, al pueblo de Baire, antigua provincia de Oriente, hoy Holguín, aquí residieron hasta el 1950.En Baire estudió en la escuela primaria hasta el 7mo. grado en un colegio privado de la religión Cuáquera, llamada Los Amigos.

En 1950 se mudaron para la ciudad de Santa Clara donde continuó sus estudios, ingresando en 1953 en la Escuela Profesional de Comercio, donde estudió 3 años en horario nocturno, ya que durante el día trabajaba em diferentes bufetes como taquígrafo y mecanógrafo.

En 1955 comenzó a trabajar en el Ten Cent y ese mismo año comenzó a administrar la Dulcería “El Carmen” que era propiedad de su padre, en todo este tiempo continuó sus estudios nocturnos y realizaba trabajos de taquígrafo en La Universidad Central de Las Villas.

En este año 1955 se integra a las Brigadas Juveniles del Movimiento 26-7 y continúa participando en el movimiento estudiantil siendo Presidente de aula y miembro de la Dirección de la Asociación de Estudiantes de la Escuela de Comercio, junto a los compañeros Armando Choy y Hornedo Rodríguez

Al amanecer del 30 de Noviembre de 1956 ante la ausencia de las armas prometidas para las acciones de ese día, Quintín Pino y Cheché Alfonso cambian el plan a la nueva situación sin armas, se inicia el acuartelamiento y se ordena a algunos a buscar armas. José Julio Rivas acompañado por Francisco Ramos (Sakiri) se dirigen a casa de un profesor que era cazador para pedirle sus escopetas. Éste se reviró y en el forcejeo un tiro hiere al profesor en la mandíbula. Con las escopetas de caza en su poder se internan en el monte atrayendo hacia sí la actividad represiva del ejército.

Es detenido y condenado a 6 años de privación de libertad, trasladándosele de la prisión de Santa Clara a La Isla de Pinos, donde permaneció hasta el 1ro. de enero de 1959 .

En el Presidio Modelo de Isla de Pinos fue un miembro activo del M-26-7 en la prisión, responsabilizado con tomar taquigráficamente las noticias de Radio Rebelde y de otros emisoras que se obtenían en la noche y que también la trascribía y entregaba a Manuel Graña, quien lo escribía en letra de molde y la colocaba temprano en la mañana en el periódico mural "Noticias de Cubanía".

Al triunfo de la Revolución se incorpora como oficial de la Marina de Guerra Revolucionaria hasta 1980, en esos años fue designado en comisión de servicios: En el Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados y en el Ministerio de Hacienda

En 1980 paso a las Tropas Terrestres como Jefe de Retaguardia de la Base Central de Abastecimientos de las FAR.
En 1883 fue designado Jefe de la Dirección de Explotación de Campamentos y Viviendas de las FAR.
En 1989 fue designado Jefe de la Dirección de la Unión de Empresas de Comercio y Turismo de las FAR.
En 1993 y a su solicitud fue pasado a retiro con grados de Coronel.
En 1994 comenzó a trabajar en la Proveedora General de Transporte como Subdirector de Organización y Control y luego Subdirector General.

Poseía la condición de Fundador del PCC y fue condecorado con medallas y distinciones otorgadas por las FAR .

Sus restos descansan en el Panteón de las FAR en el Cementerio de Colón.



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EL II FRENTE ORIENTAL “FRANK PAIS”. Marzo 1958

NOTICIAS DEL SEGUNDO FRENTE "FRANK PAIS"
MES DE MARZO 1958






Luego del envió,de los 50 hombres de refuerzo al Cdte. en Jefe Fidel Castro Ruz, el 17 de marzo de 1957, Frank País, Jefe de Acción del Movimiento Revolucionario “26 de julio” concibió la idea de crear un Segundo Frente en la región de la Sierra Cristal con vista a obligar a la Dictadura a dividir sus fuerzas y no poderlas concentrar contra la tropa de Fidel en la Sierra Maestra.

Así cuando llegaron las armas que quedaron del heroico asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957, la parte mayor Frank se las hizo llegar a Fidel a través de la bien estructurada organización de la Lucha Clandestina en Cuba, tarea cumplida a cabalidad por la Dirección Nacional del “Movimiento 26 de Julio”, integrada por Faustino Pérez, Frank País, Haydee Santamaría, Armando Hart, Carlos Franqui y la organizada en Santiago de Cuba, pues esas armas se recibieron enviadas por Pepe Garceran unas (las del camión de La Corona) y por Sergio González las otras (las del camión en Santos Suárez), con la autorización de la Dirección del Directorio Revolucionario “13 de Marzo”.

Esas armas se guardaron en la finca “El Cañón” de Juan José Otero ubicada en el Alto de Boniato, Santiago de Cuba, donde se metieron en barriles de grasa y se trasladaron en una goleta de la Maderera de los hermanos Babun, previa coordinación con ellos realizada por Frank Pais y Carlos Iglesias Fonseca, y fueron desembarcadas en el Uvero por el entonces Capataz de los Babun, Gilberto Cardero, luego Comandante del ER.

Con las armas desembarcadas, el día 28 de mayo Fidel y su Ejercito Revolucionario ataco el cuartel del Uvero y al decir del Cdte. Che Guevara “El Ejercito Rebelde adquirio su mayoria de edad”.

Otra parte de esas armas Frank las preservo para organizar el II Frente a finales del mes de junio de 1957 concentrando un importante grupo de jóvenes revolucionarios en la finca “El Cauchal”, Palmarito de Cauto, Central Miranda (hoy “Julio Antonio Mella”) en esa época, bajo el mando del Capitán del ER Rene Ramos Latour, enviado a Frank para esa mision por el Cdte Fidel Castro el 4 de junio, y otros valiosos combatientes tales como Oscar Lucero, Taras Domitro Tarlabauca, Miguel Ángel Manals, Raúl Perozo Fuentes, Luis Clergé y el Dr. José Ramón Balaguer Cabrera que formaban la Jefatura del Grupo guerrillero.

La gran concentración de jóvenes en la zona levanto la sospecha del Ejercito de la Dictadura en la región que procedió a apresar algunos en la misma Terminal de trenes, así como dio una batida en la zona de concentración de la tropa revolucionaria que tuvieron que huir logrando salvar la mayor cantidad del armamento, con el que luego Frank formo otros refuerzos al Cdte. Fidel Castro que se los envió el y luego el Cdte. Daniel, que lo sustituyo después del 30 de julio de 1957, en nombre de la Dirección Nacional. En estos hechos de “El Cauchal” tambien hubo que lamentar la muerte del joven revolucionario Rene Medina, “Boby”, natural del pueblo de Baire.

El 4 de febrero de 1958 el Cdte. Daniel le escribe al Cdte. en Jefe Fidel Castro y le explica la persecución que eran sometidos los combatientes clandestinos en los pueblos y ciudades y que ante esta situación los compañeros se estaban alzando, por lo que era necesario que la Dirección del M 26 7 organizara esto y escogiendo buenos jefes y creara guerrillas que asaltara los pequeños cuarteles de los Centrales Azucareros, quemara canas, así como interrumpiera el trafico de trenes y vehículos por carreteras, en un Plan que denomino “Guerra Total en Oriente”.

Llevando a cabo esta idea la DN organizo una tropa de revolucionarios de la zona de Mayari y Guantánamo bajo el mando del Capitán Demetrio Monsetny “Villa” y ataco el cuartel de los Guarda Jurados de la Nicaro el día 23 de febrero ocupando 7 garands y otros equipos militares y se retiro hacia la Sierra Cristal.

Se organizo otra tropa bajo el mando del Teniente Raúl Menéndez Tomasevich con revolucionarios de Santiago de Cuba, Joturo, San Benito y Sagua de Tanamo que atacó y tomó el Cuartel de Mayari Arriba el 5 de marzo de 1958, liberando definitivamente este pueblo, que luego seria la Capital del II Frente Oriental “Frank Pais”.

En febrero de 1958, luego del exitoso ataque al Cuartel de La Plata, donde se capturaron 15 fusiles, cinco ametralladoras y abundante parque, el Cdte. en Jefe Fidel Castro decidió crear otros Frentes. Así creó las Columnas 3 y 6, para abrir los Frentes II y III, bajo el mando de los ascendidos a Comandantes Raúl Castro Ruz y Juan Almeida Bosque con fecha 27 de febrero


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El 1ro. de marzo a las 1500 horas ambas Columnas partieron del Campamento de la Pata de la Mesa en el mismo corazón de la Sierra Maestra. Fueron despedidas por el propio Cdte. Fidel que les hablo a todos los veteranos combatientes que iban a cumplir las nuevas e importantes misiones de abrir dos nuevos Frentes. La Columna 3 “Mario Muñoz Monroy” al Este de la Sierra Maestra en la zona denominada Sierra de El Cobre. Y la Columna 6 “Frank País García” hacia la zona septentrional de la provincia de Oriente, hacia las montanas de la Sierra Cristal y los macizos montañosos Moa-Toa-Baracoa.

La Columna 6 la integraban 67 hombres organizados en Una escuadra de Comandancia y Cuatro Pelotones bajo el mando de los Capitanes Felix Pena Díaz (vanguardia), Reinerio Jiménez Lage, Ciro Frías Cabrera y Efigenio Ameijeiras Delgado (Retaguardia) y a su vez Segundo jefe de la Columna 6.

En la travesía se incorporaron otros 11 hombres, completándose 78 hombres con 53 armas largas.

El 7 de marzo en el caserío de Puerto Arturo ambas Columnas se separaron. En “La Anita” la Columna 6 tuvo que esperar dos días por transporte para luego acampar el día 9 en San Lorenzo, lugar sagrado donde cayera en combate el “Padre de la Patria” Carlos Manuel de Céspedes el 27 de febrero de 1874.

El cruce de la Carretera Central se realizo en la noche del 10 de marzo, mientras los esbirros festejaban el Golpe Militar de 1952.

El 11 de marzo a las 1600 horas la Columna 6 llegaba a Piloto del Medio al Norte del Municipio de San Luís, en las estribaciones de la Sierra Cristal, tras agotadora marcha de 11 días a pie, y en vehículos durante solo 10 horas para cruzar la Carretera Central por la zona entre Contramaestre y Palma Soriano.

Inmediatamente se adentra la Columna 6 en la Sierra Cristal en donde el primer mes se dedica a conocer las nuevas montanas las que abarcaban los municipios de Mayari, Sagua de Tanamo, Baracoa, Yateras, Guantánamo, Alto Songo y San Luís, contactar con los grupos de revolucionarios alzados por la represión de la Dictadura y organizar a su población campesina en interés del Ejercito Revolucionario. Así el 20 de marzo el Cdte. Raúl Castro se reúne con el Capitán Villa y con el Tte. Tomasevich al que asciende a Capitán y procede a reestructurar la Columna 6 “Frank País” organizando Cinco Compañías:




Cia. A “Otto Parrellada” Jefe Cáp. Raúl Menéndez Tomasevich para operar en la zona de Alto Songo con 30 combatientes revolucionarios;

Cia. B “Juan Manuel Ameijeiras” Jefe Capitán Efigenio Ameijeiras Delgado y de Segundo el Cáp. Demetrio Monsetny “Villa” y la conformaban el Pelotón de Retaguardia de combatientes de la Sierra Maestra “Los Mau” y otros pelotones de combatientes y escopeteros para operar al Noroeste de Guantánamo;

Cia. C “Josué País” al mando del Capitán Julio Pérez Guitian con algunos integrantes de la Columna 6 y los escopeteros que operaban bajo el mando de Evans Rosales y Antonio Lamoru. Como Segundo Jefe el 1er. Tte. Baudilio Mendez. Teatro de Operaciones la zona de Sagua de Tanamo, Cayo Mambi y Moa;

Cia. D “Omar Ranedo” Jefe Capitán Manuel Fajardo Sotomayor con integrantes de la Columna 6 y combatientes de la zona de Yateras para operar en la zona del Noreste de Guantánamo;

Cia. E “_________________” Jefe Capitán Ciro Frías Cabrera con el Pelotón 3 de la Columna 6 y combatientes de la zona bajo el mando de José Duran Braquet “Zapata”, Carlos Lahite Lahera “Pepecito” y José Sandino, luego Capitanes del ER, para operar en la zona al este de Guantánamo a Baracoa.


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TOMADO DEL CONVERSATORIO SOBRE EL II FRENTE ORIENTAL “FRANK PAIS”. Realizado el 17 DE JUNIO DEL 2010. PONENTE: José Luis Cuza Tellez de Giron. Contralmirante (R) CAPITAN ER JEFE COMPANIA B “PEDRO SOTTO ALBA” DE LA COLUMNA 19 “JOSE TEY”, SEGUNDO FRENTE ORIENTAL “FRANK PAIS”.
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