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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Lino del Río Menchaca

Lino del Río Menchaca
Falcón 23 Septiembre 1928 - Placetas, 31 Diciembre 1958

Lino del Río Menchaca nace en Falcón el 23 de Septiembre de 1928. Asistió a la Escuela Pública en el mismo lugár, donde estudió hasta el 5to. grado ya que tuvo que comenzar a trabajár para ayudar ala familia que contaba con recursos muy modestos.

Por espacio de algún tiempo vendió pan por las calles y cuando contaba con 17 años de edad aprendió a manejar automóviles. Pudo entonces trabajar como chofer para ayudar al sostén familiar al fallecer el padre.

En contacto con grupos revolucionarios de la zona participó en diversas actividades, principalmente en el traslado de medicamentos para el Escambray.

El 31 de diciembre de 1958, cuando se dirigía en su auto a Placetas para cumplir una misión, una avioneta lo ametralló y le causó la muerte



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GRUPO DE HISTORIA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA EN SANTA CLARA (ACRC)


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MIERCOLES 31 SE RINDE LA JEFATURA DE POLICIA

MIERCOLES 31 SE RINDE LA JEFATURA DE POLICIA
LO QUE PUBLICÓ EL NEW YORK TIMES
1 COMBATIENTE CAÍDO ESE DÍA





Durante el último día de 1958, mientras continuaban los ataques de la aviación, los tanques y tropas de infantería salieron por última vez del Regimiento, en vano intento de cambiar la situación, pero fueron rechazados por los rebeldes.
Una tras otra iban cayendo las posiciones del gobierno. Frente al Escuadrón 31 de la Guardia Rural los rebeldes usaban un altoparlante para exigir la rendición. Los soldados estaban en una ratonera, no tenían otro camino. Finalmente, uno de ellos salió a negociar.

En otra parte de la ciudad, un foco fuerte de resistencia era el sólido edificio de la estación de la policía, que estaba defendido por el coronel Cornelio Rojas, un viejo oficial con un impresionante expediente criminal. Durante la huelga de abril su consigna de "cuatro muchachos por uno de los nuestros" había costado muchas vidas.

En el interior de la jefatura de la policía había ordenado resistir hasta las últimas consecuencias. Uno de los oficiales, el capitán Olivera, abandonó su posición y se negó a seguir combatiendo: el coronel lo fulminó con dos disparos en el pecho y así sentó el ejemplo para los que quisieran rendirse.

El edificio estaba siendo duramente castigado con impactos de balas y disparos de bazucas. Las gruesas paredes de la jefatura policiaca se desmoronaban con las andanadas de los proyectiles tomados del tren blindado batistiano.

En las calles aledañas, los guerrilleros comandados por Pachungo se enfrentaban a los tanques. A pesar de la superioridad de sus armas, los soldados cedían terreno y la ciudad estaba prácticamente en poder de los rebeldes.

Los guardias atrincherados en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen también se rindieron, con la intervención hermano saleciano Juan. El Che le encargó a un cura húngaro de esa iglesia, José Vándor Weech, que gestionara la rendición de los policías.

378 A las cuatro de la tarde, cuando era evidente que los sitiados en la jefatura no tenían salida, el coronel Rojas pidió una tregua.

Leonardo Tamayo, de la tropa del Che, le dio veinte minutos.

En un carro de la Cruz Roja fueron trasladados los muertos y heridos. Tres de los sitiados aprovecharon el momento y pidieron conversar.

El Che los complació y se dirigieron al interior de una casa vecina.

Los policías se rindieron, y fueron autorizados a refugiarse en el Regimiento No. 3 Leoncio Vidal.

Unos trescientos hombres abandonaron los fusiles en la calle y huyeron a todo correr rumbo al cuartel. Así, de repente, se produjo una verdadera estampida:

Al verse libres de sus oficiales y en presencia de amigos y familiares, la mayoría de los policías prefiere acogerse a la zona liberada.

Hacia la fortaleza enemiga encaminan sus pasos el coronel Cornelio Rojas, el comandante José Romero Benítez, el teniente Velázquez, famoso por sus crímenes en Manicaragua, donde era jefe policiaco y dos o tres oficiales más.

En poder de la columna 8 quedaron centenares de armas, siete "perseguidoras", varios tanques, y abundantes municiones

Cerca de las seis de la tarde, mientras hostigaba a los francotiradores atrincherados en un piso alto del Gran Hotel frente al parque Leoncio Vidal, en Santa Clara, José Mendoza Argudín sintió el ruido inconfundible de la llegada de los tanques. Al principio creyó que eran enviados del Regimiento No. 3, pero enseguida se sorprendió al ver que en uno de ellos venía el Che.

Los huéspedes fueron evacuados hacia el Gobierno Provincial. Un empleado se brindó para conducir a los rebeldes hasta donde se encontraban los esbirros. La operación era arriesgada, había que pasar de una sección a otra del edificio por un tablón, romper una ventana y entrar a la habitación.

El empleado que se ofreció de guía fue el primero en cruzar. Después de Intercambio de disparos y de una granada que por fortuna no estalló, los esbirros huyeron hacia otro piso.

Mendoza quemó unos colchones para presionarlos, pero él y sus hombres sufrieron también los rigores del incendio, casi asfixiados poe el humo, y con una agravante: no había bomberos en la ciudad.

En la jefatura del Regimiento No. 3 de Santa Clara resultó perturbadora la noticia que el refuerzo procedente de La Habana había sido detenido a la altura de Manaca al chocar con las fuerzas emboscadas del comandante Víctor Bordón.

En el sector a cargo del Directorio, las unidades del capitán Raúl Nieves Mestre, destruyeron las últimas tanquetas y carros blindados del Escuadrón 31 de la Guardia Rural. Hasta la jefatura de policía se llegó abriendo boquetes de casa en casa. Los santaclareños no solo dieron el permiso solicitado, sino que eran los primeros en empuñar las piquetas para echar abajo las paredes de sus residencias. Las calles lucían limpias de rebeldes, mientras éstos, ocultos de los franco tiradores enemigos, se iban acercando al objetivo.

Entretanto, los cadáveres yacían esparcidos por todas partes y los heridos agonizaban en la vía pública. Cuántos pretendieron recogerlos, pagaron con la vida el generoso empeño. Los encallecidos sicarios de Batista, los "chivatos" acorralados eran insensibles a todas las consideraciones humanas. El mando insurgente, a través de la Cruz Roja, solicitó una tregua, al solo propósito de enterrar los muertos y conducir los heridos a lugar seguro.

Respuesta insolente de Casillas: —No hay tregua. Exijo la rendición.

Al parecer, el jefe del regimiento Leoncio Vidal no se había percatado aún de la magnitud del desastre. O acaso, engañado y traicionado por el taimado sátrapa de Kuquine, ajeno a todo sentimiento de lealtad y consecuencia, cumplía órdenes en espera de refuerzos que nunca le llegaron, lean a continuación la noticia que publicó el New York Times reportada por la AP ese día 31 de diciembre. El último de los grandes crímenes de Batista se perpetró contra sus propios hombres.



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Fernando Cuesta Piloto (Cienfuegos)

Fernando Cuesta Piloto (Cienfuegos)
Palmira, Cienfuegos, 10 marzo 1935--Santa Clara, 30 de Diciembre 1958

Fernando Cuesta Piloto. Patriota cienfueguero que perteneció al Movimiento 26 de Julio, se incorpora a la lucha armada en el Escambray,radicando en Minas Bajas junto al Comando Ramón Pando Ferrer del Directorio Revolucionario 13 de Marzo,que dirigía el capitán Raúl Nieves Mestre, posteriormente al llegar a ese grupo montañoso se une a la Columna Invasora No 8 Ciro Redondo comandada por Ernesto Guevara (Che), y participa en la campaña de Las Villas.

Nació el 10 de marzo de 1936 en la finca Palmarito, del municipio de Palmira, Cienfuegos, antigua provincia Las Villas. Hijo de Francisco y Lauriana Esther de procedencia humilde. A los 7 años comienza a trabajar en el campo para ayudar al sustento de la familia. A la edad de 9 años se muda para la ciudad de Cienfuegos y cursa la primaria en la escuela # 13 situada en la calle 12 % 85 y 87 en Tulipán. Con el afán de superarse asiste a la única escuela nocturna existente en Cienfuegos, que radicaba donde hoy se encuentra la primaria José Antonia Saco.

Con el deseo de mejorar económicamente y ayudar a su familia se traslada para La Habana y comienza a trabajar en la cafetería ubicada en Monte y Zulueta. Ese lugar era frecuentado por miembros del Directorio Revolucionario 13 de marzo, al establecer contacto con ellos participa en varias acciones contra la dictadura batistiana.

Como su vida peligraba en la capital del país regresó a Cienfuegos donde trata de contactar con los militantes del Movimiento 26 de julio (M-26-7) en esta ciudad, también busca la forma para contactar con los organizadores de la huelga del 9 de abril con el fin de continuar la lucha contra la dictadura.

En julio de 1958 se incorpora a la lucha armada en el Escambray y al llegar a ese grupo montañoso la Columna Invasora No 8 Ciro Redondo comandada por Ernesto Guevara (Che), participa con esta Columna en la campaña de Las Villas. Como miembro de dicha columna contribuye a la liberación del pueblo de Camarones y del municipio de Cruces, en este último se une a la guerrilla del capitán Julio Martínez participando con ellos en la liberación del pueblo de La Esperanza, en el combate de Santo Domingo y en su posterior reconquista.

En la batalla de Santa Clara se incorpora al pelotón de Miguel Álvarez del Movimiento 26 de julio (M-26-07), como apoyo al Directorio Revolucionario, a quienes le habían designado la toma del cuartel de la motorizada, los Caballitos y el Escuadrón 31 donde combaten los días 29 y 30 de diciembre de 1958.


El día 30 de diciembre de 1958 se dirige al Escuadrón 31 como parte de la escuadra del soldado Benvivre, toman la caballeriza y la aviación enemiga los desaloja, seguidamente se incorpora a otro grupo de la guerrilla.


Después junto con la escuadra de moloteros que dirigía, se tienden sobre el techo del portal de la casa de al lado del Cuartel 31, desde allí miraba hacia la ventana donde se encontraba Félix del Sol Medell (Felo).



Posteriormente deciden tomar otra vez el cuartel siendo él el primero que entraría en la caballeriza cuando se agacha entre los pelos de alambre para penetrar sale de adentro de la caballeriza un guardia rural y dispara, Fernando Cuesta Piloto cae mortalmente herido a los pies de Félix del Sol Medell. Una bala le había penetrado por el sentido derecho, Del Sol con dos compañeros más saca a Fernando de la caballeriza y lo llevan para el hospital, allí llegando con vida.

Muere el 30 de diciembre de 1958, siendo el único cienfueguero que muere en la batalla de Santa Clara. Al conocer su caída en el combate el comandante Ernesto Guevara ordenó que le dieran sepultura con los honores correspondientes en el cementerio de Santa Clara, posteriormente sus restos fueron trasladados a Cienfuegos y sepultados en el Panteón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias en el Cementerio Tomás Acea.

Con solo 22 años cayó combatiendo para darnos la libertad y la soberanía que hoy disfrutamos los cubanos. El edificio del Cuartel del Escuadrón 31 de la Guardia Rural es hoy la Secundaria Básica "Fernando Cuesta Piloto" de Santa Clara.

Eugenio López Alvarez

Eugenio López Alvarez
Baez, 23 Marzo 1933 - Santa Clara 30 Diciembre 1958

El 30 de diciembre de 1958, en los momentos en que la batalla de Santa Clara estaba en su punto más álgido, cae herido de muerte el combatiente Eugenio López Alvarez, al lado de su jefe Capitán Roberto Rodríguez, "El Vaquerito", en el ataque a la jefatura de la policía.

Nació el 26 de marzo de 1933, en la finca "Palmarito", Báez, municipio de Placetas, en un humilde hogar campesino! No pudo realiziar sus estudios de primaria y desde muy joven se integró al trabajo agrícola. Como casi todos los jóvenes campesinos de esa zona, en la etapa de la zafra, marchaba hacia Camagüey para trabajar en distintas colonias de caña.

Es en esa provincia donde establece contacto con varios compañeros contrarios al régimen y se integra a la lucha revolucionaria, debido a su entusiasmo por la causa de la liberación de la Patria. Realizó distintas actividades clandestinas como la venta de bonos.

De nuevo en Báez mantuvo su interés por la causa revolucionaria. Las emisiones de la Radio Rebelde, que oía con frecuencia, le decidieron tomar el camino de las armas y se marcha hacia el Escambray. Se integra a las tropas del II Frente y a la llegada de la Columna "Ciro Redondo" a esta zona se unió a las mismas y tuvo participación en distintas acciones.

Incorporado al grupo dirigido por "El Vaquerito" toma parte en la ofensiva final contra la tiranía, hasta llegar a Santa clara. Aquí pierde la vida dos días antes del triunfo de la Revolución.


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Roberto Rodríguez "El Vaquerito"

Roberto Rodríguez "El Vaquerito"
Sancti Spiritus, 7 junio 1935 - Santa Clara,30 diciembre 1958

Así escribió Enrique Acevedo acerca de Roberto Rodríguez Fernández, El Vaquerito, en las páginas del libro Descamisado. Su pérdida temprana, a pocas horas del triunfo rebelde, conmocionó a la tropa y especialmente al Comandante Guevara, quien también dejó su testimonio de aquel momento:

«Recuerdo que tenía el dolor de comunicar al pueblo de Cuba la muerte del Capitán Roberto Rodríguez, "El Vaquerito", pequeño de estatura y de edad, jefe del Pelotón Suicida, quien jugó con la muerte una y mil veces en lucha por la libertad.»

Cuentan que cuando llegó a la Sierra Maestra, para incorporarse al grupo guerrillero, andaba descalzo. Entonces, Celia Sánchez le prestó un par de calzado que le sobraba. «Con los nuevos zapatos y un gran sombrero de guajiro, parecía un vaquero mexicano y de allí nació el nombre de El Vaquerito, diría más tarde el Che.

Subió a las montañas para combatir la dictadura porque conocía bien las injusticias del sistema. Siendo apenas un niño trabajó como estibador, repartidor de leche, ayudante de tipografía, entre otros oficios que le reportaban escasas ganancias.

Su buen carácter, sus ocurrencias e imaginación impresionaron enseguida a los demás combatientes, a los que impregnaba optimismo y destreza durante los combates. En el libro Pasajes de la Guerra Revolucionaria, el Guerrillero Heroico valoró sus cualidades:

«El Vaquerito demostraba que la realidad y la fantasía para él no tenían fronteras determinadas y los mismos hechos que su mente ágil inventaba, los realizaba en el campo de combate; su arrojo extremo se había convertido en tema de leyenda cuando llegó el final de toda aquella epopeya que él no pudo ver.


Ya en Las Villas asumió la dirección del Pelotón Suicida, un grupo temerario que lanzaba todas sus energías contra el enemigo, sin dejar de ser un ejemplo de moral revolucionaria. A él solamente ingresaban voluntarios escogidos, pero todos querían formar parte de él.

La toma de Fomento, Cabaiguán, Placetas, Remedios y Caibarién engrandecieron la figura del emblemático capitán, quien al llegar a la capital provincial recibió la orden de atacar la Jefatura de Policía, donde cayó mortalmente herido.

El Che ordenó que su cadáver fuera velado en Placetas. Allí, el pueblo liberado unos días antes, le rindió homenaje pese al constante hostigamiento de las avionetas enemigas.

A 52 años de aquellos hechos retorna El Vaquerito a Santa Clara. Regresa para seguir librando nuevas batallas, junto a sus hermanos de la Columna 8 Ciro Redondo y bajo la guía inclaudicable del Che.

MARTES 30 SE RINDE EL GOBIERNO PROVINCIAL Y LA CARCEL PROVINCIAL

MARTES 30 SE RINDE EL GOBIERNO PROVINCIAL Y LA CARCEL PROVINCIAL
3 COMBATIENTES CAÍDOS ESE DÍA



La batalla continuaba y el día 30, el pelotón de Alberto Fernández Montes de Oca unido al de José Mendoza Argudín rendían al Gobierno Provincial.
El Che ordenó a Alfonso Zayas que avanzara por el centro de la ciudad y ocupara los alrededores del cine Cloris en los bajos del Gran Hotel, donde elementos del SIM mantenían una atalaya de francotiradores.

También se entrevistó con el comandante Ramiro Valdés, le puntualizó las misiones y le entregó armas y municiones para reforzar sus fuerzas.

Los rebeldes lograron la rendición de la Cárcel Provincial después de que la esposa de uno de los soldados sitiados les enviara una carta. Rogelio Acevedo y Pedro Labrador acom¬pañaron a la mujer a parlamentar. Fueron escuchados y allí se rindieron unos vein¬te soldados y policías, y se liberaron 80 presos políticos.

La Audiencia seguía resistiendo, y sus ocupantes lograron rechazar un ataque comando rebelde. El ejército envió dos tanques, dos tanquetas y más de sesenta soldados para que rescataran a los batistianos que resistían en ese lugar y en la cárcel, pero en el intento tuvieron dos muertos.

Un bazuquero rebelde hizo huir a los tanques con sus certeros disparos.

Uno de los blindados, en su precipitada fuga, pasó por encima de los soldados muertos. Cuca, una colaboradora de la retaguardia, recogió el fusil Springfield del soldado caído bajo las ruedas del tanque.

El coronel de la policía, Cornelio Rojas, quien estaba inmovilizado dentro de su propia jefatura, rodeado y atacado por los rebeldes; viendo impotente, cómo se acercaban sus enemigos, tomando casa por casa, por las azoteas, los patios y hasta atravesando pared tras pared con la autorización y el apoyo de los vecinos..

En el otro extremo de la ciudad, luego de ser incendiado, se rindió el cuartel de los "caballitos" y la mayoría de sus miembros se replegaron hacia el cuartel de la guardia rural.

El enfrentamiento mayor en la ciudad se desarrolló alrededor de la estación de policía donde existía una gran concentración de batistianos

El coronel Cornelio un oficial que se había destacado por sus crueldades y asesinatos, estaba convenocido de que no debía rendirse

. El ataque rebelde era comandado por el Vaquerito al frente de su pelotón suicida; las escuadras de Leonardo Tamayo, Hugo del Río, Emérido Merino y Alberto Castellanos, y parte del pelotón de la comandancia del Che, sumaban unos setenta hombres que tenían dificultades para acercarse a la fortaleza, con trincheras muy protegidas y que, para colmo de males, se encontraba a solo unos quinientos metros del cuartel Leoncio Vidal.

Al Vaquerito se le asigna la toma de la Jefatura de la Policía, La estación contaba con cerca de trescientos hombres entre policías, soldados y chivatos, muy próxima al Cuartel del Regimiento Leoncio Vidal. que tenían la misión de reforzarla en caso de ataque.

Entonces comenzó el lento avance de calle en calle y de casa en casa, ya en la Calle San Pablo el Vaquerito se terció su rifle automático y tomando un cincel y una mandarria encontró la forma de aproximarse a la jefatura sin ser descubierto.

Abrió boquetes por dentro de las casas en las paredes medianeras a todo lo largo de esa calle, hasta apostarse en una azotea a cincuenta metros de la jefatura. Seis hombres lo acompañaron en la misión. Por eso las fuerzas batistianas se sorprendieron del fuego graneado que salía de una de las casas más cercanas.

Apostados en la azotea, Tamayo, Hugo del Río y el Vaquerito hacían fuego contra el cuartel. Faltaban una horas para el triunfo del primero de enero y el Vaquerito, como siempre, de pie, tiraba hacia la estación de Policía.

—Tírate al suelo, que te van a matar.


Pero ya era tarde. Chorreaba sangre. Una bala de M-l le atravesó la cabeza unas horas antes de la victoria.

Lo llevaron a la clínica. Los que estaban cerca pudieron oír en voz muy baja decir al Che, que era seco para los elogios: "Me han matado cien hombres."

Después, cuando comunicó al pueblo de Cuba que Santa Clara estaba en poder de la Revolución, también tuvo el dolor de anunciar la muerte del capitán, pequeño de estatura y de edad "quien jugó con la muerte una y mil veces en lucha por la libertad".


Los hombres del Vaquerito quedaron bajo las órdenes del teniente Leonardo Tamayo

MARTES 30 SE RINDE EL GOBIERNO PROVINCIAL Y LA CARCEL PROVINCIAL

MARTES 30 SE RINDE EL GOBIERNO PROVINCIAL Y LA CARCEL PROVINCIAL
3 COMBATIENTES CAÍDOS ESE DÍA



La batalla continuaba y el día 30, el pelotón de Alberto Fernández Montes de Oca unido al de José Mendoza Argudín rendían al Gobierno Provincial.
El Che ordenó a Alfonso Zayas que avanzara por el centro de la ciudad y ocupara los alrededores del cine Cloris en los bajos del Gran Hotel, donde elementos del SIM mantenían una atalaya de francotiradores.

También se entrevistó con el comandante Ramiro Valdés, le puntualizó las misiones y le entregó armas y municiones para reforzar sus fuerzas.

Los rebeldes lograron la rendición de la Cárcel Provincial después de que la esposa de uno de los soldados sitiados les enviara una carta. Rogelio Acevedo y Pedro Labrador acom¬pañaron a la mujer a parlamentar. Fueron escuchados y allí se rindieron unos vein¬te soldados y policías, y se liberaron 80 presos políticos.

La Audiencia seguía resistiendo, y sus ocupantes lograron rechazar un ataque comando rebelde. El ejército envió dos tanques, dos tanquetas y más de sesenta soldados para que rescataran a los batistianos que resistían en ese lugar y en la cárcel, pero en el intento tuvieron dos muertos.

Un bazuquero rebelde hizo huir a los tanques con sus certeros disparos.

Uno de los blindados, en su precipitada fuga, pasó por encima de los soldados muertos. Cuca, una colaboradora de la retaguardia, recogió el fusil Springfield del soldado caído bajo las ruedas del tanque.

El coronel de la policía, Cornelio Rojas, quien estaba inmovilizado dentro de su propia jefatura, rodeado y atacado por los rebeldes; viendo impotente, cómo se acercaban sus enemigos, tomando casa por casa, por las azoteas, los patios y hasta atravesando pared tras pared con la autorización y el apoyo de los vecinos..

En el otro extremo de la ciudad, luego de ser incendiado, se rindió el cuartel de los "caballitos" y la mayoría de sus miembros se replegaron hacia el cuartel de la guardia rural.

El enfrentamiento mayor en la ciudad se desarrolló alrededor de la estación de policía donde existía una gran concentración de batistianos

El coronel Cornelio un oficial que se había destacado por sus crueldades y asesinatos, estaba convenocido de que no debía rendirse

. El ataque rebelde era comandado por el Vaquerito al frente de su pelotón suicida; las escuadras de Leonardo Tamayo, Hugo del Río, Emérido Merino y Alberto Castellanos, y parte del pelotón de la comandancia del Che, sumaban unos setenta hombres que tenían dificultades para acercarse a la fortaleza, con trincheras muy protegidas y que, para colmo de males, se encontraba a solo unos quinientos metros del cuartel Leoncio Vidal.

Al Vaquerito se le asigna la toma de la Jefatura de la Policía, La estación contaba con cerca de trescientos hombres entre policías, soldados y chivatos, muy próxima al Cuartel del Regimiento Leoncio Vidal. que tenían la misión de reforzarla en caso de ataque.

Entonces comenzó el lento avance de calle en calle y de casa en casa, ya en la Calle San Pablo el Vaquerito se terció su rifle automático y tomando un cincel y una mandarria encontró la forma de aproximarse a la jefatura sin ser descubierto.

Abrió boquetes por dentro de las casas en las paredes medianeras a todo lo largo de esa calle, hasta apostarse en una azotea a cincuenta metros de la jefatura. Seis hombres lo acompañaron en la misión. Por eso las fuerzas batistianas se sorprendieron del fuego graneado que salía de una de las casas más cercanas.

Apostados en la azotea, Tamayo, Hugo del Río y el Vaquerito hacían fuego contra el cuartel. Faltaban una horas para el triunfo del primero de enero y el Vaquerito, como siempre, de pie, tiraba hacia la estación de Policía.

—Tírate al suelo, que te van a matar.


Pero ya era tarde. Chorreaba sangre. Una bala de M-l le atravesó la cabeza unas horas antes de la victoria.

Lo llevaron a la clínica. Los que estaban cerca pudieron oír en voz muy baja decir al Che, que era seco para los elogios: "Me han matado cien hombres."

Después, cuando comunicó al pueblo de Cuba que Santa Clara estaba en poder de la Revolución, también tuvo el dolor de anunciar la muerte del capitán, pequeño de estatura y de edad "quien jugó con la muerte una y mil veces en lucha por la libertad".


Los hombres del Vaquerito quedaron bajo las órdenes del teniente Leonardo Tamayo

Antonio Pérez González

Antonio Pérez González
Caibarién, 2 Octubre 1935--Santa Clara,29 de Diciembre 1958

Antonio Pérez González nace en Remedios el 2 de octubre de 1935.

Hijo de Manuel y de Julia de origen campesino, desde pequeño se trasladaron a residir en Caibarién.

En el año 1958, el 26 de diciembre cuando la toma de Caibarién se unió a las tropas rebeldes para la toma de Santa Clara, siendo ubicado en la loma del Capiro y el día 29 de diciembre cuando fue bombardeado dicho lugar murió, aunque quiso protegerse debajo de una mata donde apareció arrodillado con su fusil en las manos. Cuando el comandante Ernesto Che Guevara visitó el lugar de los hechos ordenó su entierro, no sin antes reconocerlo y al examinarlo exclamó: “era de un temperamento nervios. Así concluyó su vida revolucionaria por la liberación de la Patria

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Dagoberto Peña García

Dagoberto Peña García
Manicaragua, 22 Noviembre 1932 - Santa Clara, 29 Diciembre 1958

En la finca "El Ingénito", municipio de Manicaragua nació el 22 noviembre de 1932 Dagoberto Peña Garcia. Sus primeros estudios hasta alcanzar el 6to. grado, los realizó en la Escuela Pública de su lugar de origen.

Después residió con su madre en la ciudad de Santa Clara y continuó estudios en una escuela privada. Su actividad laboral la desarrolló en una casa comercial de Santa Clara.

Incorporado al movimiento clandestino participó en múltiples acciones contra la tiranía batistiana. Vendió bonos, realizó sabotajes y distribuyó propaganda.

Subió a las montañas del Escambray para integrarse a la lucha armada. Allí permaneció 15 días pero regresó a la ciudad de Santa Clara cumpliendo órdenes superiores.

Cuando comienza la batalla de Santa Clara, Dagoberto se une a los combatientes y toma parte en el ataque al Cuartel 31. Allí cae el 29 de diciembre de 1958.



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LUNES 29 SE DESALOJAN LOS SOLDADOS DEL CAPIRO Y SE RINDE EL TREN BLINDADO

LUNES 29 SE DESALOJAN LOS SOLDADOS DEL CAPIRO
Y SE RINDE EL TREN BLINDADO Y EL CUARTEL DE LOS CABALLITOS
2 COMBATIENTES CAÍDOS ESE DÍA






A las 5 de la mañana del lunes 29 de diciembre, el seco ladrido de las ametralladoras y el estampido de los obuses, en las afueras, anunció a los pilongos el comienzo de la batalla.
El Che, con base en los recintos universitarios, estaba lanzando sus bravos al asalto de la Loma del Capiro y de la jefatura del distrito de Obras Públicas. Ambas posiciones cedieron ante el empuje incontenible de los rebeldes.

El tren llegó acéfalo al área de combate, con un mando improvisado. El coronel Rosell, jefe del cuerpo de ingenieros a cuyo cargo estuvo la responsabilidad de blindar y artillar el monstruo de acero designado como comandante de la expedición, desertó en el momento de la partida. Amillonado en el plácido usufructo del marzato, el cauto oficial no se sintió atraído ante la idea de montarse en aquella fortaleza móvil, con sombrías perspectivas de ataúd. Sigilosamente, anticipándose unas horas a Batista, se escurrió hasta los muelles del Biltmore, abordó su yate y se dio a la fuga.

De otra parte, la prédica revolucionaria había permeado al Cuerpo de Ingenieros. En los alistados, clases y oficiales existía escasa vocación de lucha. Cada cual estaba consciente de que Batista y Pedraza les enviaban al matadero para un estéril sacrificio. No era un secreto que algunos, bajo los uniformes, escondían ropas de civiles.

Las primeras patrullas insurgentes habían ganado el acceso a la ciudad Se infiltraron a través de las calles San Miguel, Nazareno, Caridad y otras, cortando las intersecciones de la carretera central, controlando el puente de La Cruz.

En el parque Leoncio Vidal, bajo el fuego certero de los mejores tiradores del Regimiento, apostados en el Gran Hotel, los rebeldes avanzaban pegados a las pared arrastrándose por sobré el asfalto. A diferencia de la campaña en montañas, esta vez la topografía les era adversa.

Estaban en descubierto, bajo la mira de las ametralladoras instaladas en el ultimo piso del empinado rascacielos de provincias. Pero continuaron ganando tiempo hasta posesionarse, tras enconada lucha, del Palacio Provincial.

El siguiente paso consistía en penetrar en la planta baja del hotel para ir conquistándolo de piso en piso y de habitación en habitación. Por otras vías progresaban las tropas del Directorio. Uno a uno se desplomaban los baluartes del régimen. Los tanques, en los que tanto confió Casillas para el éxito de los combates de las calles, eran virtualmente prisioneros de la muchedumbre, atascados entre las barricadas de obstáculos de toda especie. Delante de ellos, la ciudadanía tendía cortinas de gasolina ardiendo. Los aplastó la noble cólera del pueblo al que pretendieron intimidar.

Los asesinos del aire no se dieron tregua en su labor. Durante todo el día, las alas negras de la FAE volaron sobre la ciudad martirizada. Empezaron por las afueras, atacando las entradas por Camajuaní, el edificio de Obras Publicas, la central en su sección Placetas-Santa Clara, el reparto Páez, el reparto Santa Catalina. Los rebeldes montaron antiaéreas en camiones y corrieron a las zonas bombardeadas. El caserío, en las faldas de la loma del Capiro, fue barrido. De entre las ruinas se elevaba un humo espeso y un herdor a carne quemada.

Luego se batieron sobre Santa Clara. Los verdugos de Cienfuegos, los bárbaros que asolaron Sagua e hicieron cenizas San Luis y Alto Songo, iban a escribir el más horrible capítulo en sus expedientes de genocidas. Los viejos tejados de la ciudad de 'Marta Abreu saltaban sobre calles y edificios, arrojando al aire racimos de escombros.

No se respetaron clínicas ni hospitales. En el de Maternidad, donde médicos y enfermeras dieron ejemplo de abnegado sentido del deber, algunas mujeres alumbraron bajo la metralla, mientras las pavorosas "revientamanzanas" estremecían el edificio y se hacían pedazos los cristales del salón de operaciones. Eran hijos que nacían en un minuto, a la vez terrible y estelar.

En la clínica situada en la carretera de Camajuaní, los enfermos saltaban de sus lechos presas de pánico. El corresponsal de la Sección EN CUBA presenció cómo un rebelde, un jovencito de apenas 16 años, abandonaba el abrigo de una columna para salir a la calle batida por los proyectiles de un caza para cubrir con su cuerpo a una niñita que corría enloquecida. Escenas similares se vieron en todas partes.

En algunos lugares, los cráteres abiertos por el bombardeo medían hasta diez metros de diámetro.

El_Pelotón de Rogelio Acevedo atacó la cárcel y la Audiencia, y el de Pablo Ribalta entró en el barrio Condado, uno de los más humildes de la ciudad, rodeado de caseríos marginales, y allí la gente se desbordó de júbilo.

Ese grupo de combatientes tomó el barrio de los prostíbulos más famosos de la ciudad, conocido por Majana, e incendió el teatro pornográfico Martí.

Su nombre era una afrenta que justificaba la tea incendiaria a laque los mambises tanto apelaron en sus guerras. Las milicias del 26 de Julio estaban organizadas para el apoyo desde la retaguardia y para la asistencia a combatientes.

El Che ordenó a una parte del pelotón suicida que tomara por asalto las posiciones enemigas de la loma del Capiro. Los soldados que la ocupaban respondieron con varios morterazos y fuego nutrido, mientras la aviación hostigaba a los rebeldes. Finalmente, al ser desalojados del Capiro, sus defensores se refugiaron en el tren blindado, que avanzó hacia la ciudad acosado por los guerrilleros. A continuación a en manos de los rebeldes, la estación del ferrocarril y la planta eléctrica.

En Santa Clara, el jefe del tren blindado, comandante Ignacio Gómez Calderón estaba sin saber qué hacer bajo el fuego intenso de los rebeldes.

Procedente del Regimiento No. 3 le llegó la orden de que retrocediera hacia la estación del ferrocarril y tratara de rescatar dos plantas móviles que se hallaban en ese lugar. Alrededor de las tres de la tarde, siempre bajo el fuego sostenido de los rebeldes, el tren batió campanas, comenzó la retirada sin la menor prevención Sus gruesas planchas resonaron bajo el impacto de las balas mientras centenares de cócteles Molotov se rompían en llamas sobre las corazas de acero. Por las mirillas, el batallón de ingenieros hacía funcionar desesperadamente sus ametralladoras. Era un espectáculo dantesco el del tren, semejando un reptil prehistórico, envuelto en llamas y en humo, en mitad de un estrépito infernal El convoy quedó descarrilado, donde había sido levantada la línea. bajo la implacable acometida de los "barbudos de la Ciro Redondo.


Muy cerca de allí, la aviación destruyó varias casas durante los bombardeos. "El Vaquerito se metió por dentro de una hortaliza que había en el Hospital de Maternidad.;. llevaba cocteles que empezó a tirar contra los coches blindados del tren, aquello se llenó de humo. Dicen que el Vaquerito incluso llegó a meterse dentro del tren"


Con el descarrilamiento, algunos vagones se volcaron. El lanzamiento de Cocteles Molotov contra los coches blindados convirtió el convoy en un verdadero infierno.Desde uno de los vagones volcados, por una de las troneras donde un segundo antes disparaba una calibre "30' asomó un pañuelo blanco sujeto al cañón de un fusil. Era el medio día. Sobre la ciudad se cernía una fina llovizna. Cuando el Che llegó al lugar ya los hombres del teniente Roberto Espinosa habían hecho 41 prisioneros y se mantenía el acoso:

una lucha muy interesante donde los hombres eran sacados con "cocteles Molotov” del tren blindado, magníficamente protegido, aunque dispuesto solo a luchar a distancia, desde cómodas posiciones y contra un enemigo prácticamente inerme, al estilo de los colonizadores con los indios del Oeste norteamericano. Acosados por hombres, que desde puntos cercanos y vagones inmediatos lanzaban botellas de gasolina encendida, el tren se convertían, gracias a ¬las chapas del blindaje- en un verdadero horno para los soldados.

Al ser informado de que un refuerzo se acercaba por la carretera de Camajuaní , Che ordenó al capitán Pardo que continuara el acoso, le prometió "el envío de algunos hombres de la Universidad, donde más de cien combatientes procedentes de la escuela de reclutas 'Ñico López' permanecía como reserva" y se dirigió al lugar donde lo necesitaban.

Sobre las cuatro y media, el capitán Pardo propuso una tregua. La experiencia le había enseñado que esa era una eficaz manera de resquebrajar aún más la moral de los soldados.

La tregua fue aceptada. Pardo se acercó al tren y conminó a rendirse al 1er. oficial que encontró; un comandante médico que estaba de acuerdo con terminar choque, pero argumentó que no podía tomar ninguna decisión pues no era el jefe.

Cuando encontraron a Gómez Calderón, este afirmó que no pensaba rendirse. Al saber que el Che se hallaba al frente de las operaciones, solicitó un encuentro con él..

Salieron a buscarlo, se apareció por la cola del convoy. El comandante Che Guevara concedió una tregua de 15 minutos para que se concertara la rendición y pidió a la Cruz Roja que interviniera. Leovaldo Carrazana acompañó al Che en esa misión; luego recordaría:

“Me paré al lado de la farola del puente sobre el río Cubanicay con una bandera blanca y grité: ¡Soldados, aquí estamos con el jefe de la tropa rebelde que no quiere más sangre!

El jefe batistiano aceptó negociar, pero pidió hacerlo donde no lo oyera la tropa.

Che aceptó ir hasta uno de los vagones del tren blindado. Allí estuvieron hablando. El oficial proponía que los dejaran regresar a La Habana y no hacían un solo disparo más.

-Yo le doy mi palabra de honor que si nos deja continuar viaje a La Habana, no vamos a disparar ni un solo tiro contra ustedes.

-Mire, aun creyendo en su honor militar, esas armas las utilizarían otros soldados-

No acababan de llegar a un acuerdo cuando los soldados comenzaron a abandonar los vagones por su cuenta y a alternar con los rebeldes. La situación se le hizo incontrolable al jefe batistiano. Sus soldados estaban ansiosos de terminar aquella guerra.

La rendición se tramitó en breves instantes, casi sin formalidades. Los prisioneros, exactamente 401, fueron trasladados a la de pendencia de Obras Públicas, donde quedaron bajo la custodia de un pequeño grupo de rebeldes. Un alistado, con palabra balbuceante narró su odisea.

—Fuimos engañados. Al salir nos dijeron que llegaríamos hasta Agabama, reconquistando fácilmente los cuarteles, que ustedes eran un grupito mal armado. Cuando nos atacaron quedamos boquiabiertos. ¡Nos engañaron! ¡Nosotros no queríamos venir!

El botín apresado incluía 8 bazukas, numerosas ametralladoras y más de 80 mil tiros. Como siempre, el ejército de Batista devenía en fuente de abastecimiento de los insurgentes. Las flamantes armas no tardaron en entrar en acción aunque manejadas por manos distintas a las de aquellos a los que estaban destinadas.

Y dio principio el asalto a la ciudad. Santa Clara entera se alzó en armas contra el tirano.

Hasta los propios insurgentes que habían llegado de Oriente, habituados a la devota solidaridad de población civil, se sintieron cohibidos ante aquella explosión de heroísmo colectivo. El pueblo se lanzó a la calle. Los autos fueron sacados de sus garajes y volcados por sus dueños para cerrar camino a los tanques enemigos. Desde las azoteas, desde puertas y ventanas, mujeres y hasta niños arrojaban cócteles a los carros blindados de la dictadura.

Era clamor unánime. — ¡Armas, armas!

Y cuando las recibían, casi sin preguntar como manejarlas, se precipitaban hacia la más próxima zona de pelea, entremezclados con los barbudos cruzados de la libertad, supliendo con valor lo que les faltaba en experiencia.

En ataque a la plaza del mercado, un veterano del Escambray se arrojó a las piernas y derribó con justificada violencia a una muchacha que, con temeridad suicida, corría hacia los acorralados soldados Batista, empuñando una pistola

La noticia llegó pronto a Batista, pero un tanto edulcorada. El mensaje enviado a La lHabana le informaba que a las 22:00 horas, al tratar de remover el convoy hacia la estación de ferrocarril de Santa Clara para rescatar dos plantas móviles cumpliendo instrucciones del jefe de regimiento, habían caído prisioneros.

El armamento ocupado en aquel tren superaba la suma de todo lo que poseían entonces las fuerzas rebeldes que operaban en Santa Clara. El aporte a los arsenales guerrilleros fue muy apreciado por Fidel Castro, quien no había descartado la posibilidad de un gran combate final en Santiago de Cuba o en la Habana.

Cerca de cuatrocientos prisioneros procedentes del tren blindado fueron trasladados a Caibarién para que la fragata los embarcara hacia la capital. Ellos represéntaban la última esperanza militar del régimen. En ómnibus, autos, camiones, Antonio Núñez Jiménez, Rodolfo Rodríguez de la Vega y otros oficiales rebeldes trasladaron hasta el puerto de Caibarién a los vencidos.

Se le comunició a la fragata la presencia de los soldados rendidos y contestaron que tenían que consultar a Columbia, Se gestionó el envío a tra´ves de Sagua la Grande, pero el Captitán de la Rosa se negó a recibirlos pues alegó que sería muy prjudicial para el prestigio y la moral de la tropa de ese cuartel.. Finalmente la frgagata comunicoó la negativa de Columbia de aceptar los prisioner os ya que eran unos cobardes , y debían quedarse allí y correr su proia suerte.

Entonces fueron trasladados para el Club Naútico de Caibarién donde en vez de ser matratados recibieron atención y eran mirados sin rencor, más bien con pena por haber tenido que jugar un papel tan infeliz en la guerra. Las milicias comenzaron a prepararles comida, culminando así la historia del famoso "tren blindado"

De igual modo, ese mismo día 29, pero aproximadamente las 6:30 de La tarde, cayó en manos rebeldes el cuartel de Los Caballitos.

Por la ciudad circuló un manifiesto mimeografiado con un mensaje dirigido al “Pueblo de Santa Clara” que anunciaba: “ Nuestras fuerzas ocupan la mayor parte de la ciudad y creemos que dentro de breves horas podremos anunciar a los villareños y al pueblo de Cuba que SANTA CLARA YA ES CIUDAD LIBRE.”

El documento también prevenía contra el exceso de entusiasmo, recomendaba que evitaran “ desbordarse en manifestaciones populares, ya que el ejército aún ocupaba posiciones en la ciudad y había franco tiradores apostados en varios edificios.”. Las orientaciones para la población eran las siguientes: La población civil debía permanecer en sus casas y salir solo en caso de extrema urgencia:

Las familias residentes cerca de las áreas de conflicto debían evacuar el lugar inmediatamente, pues era muy posible que se produjeran bombardeos y ametrallamientos, se solicitaba ayuda a los miembros del Ejército Rebelde y la clandestinidad.

El combate del Escuadrón 31

El combate del Escuadrón 31
Un pasaje de la Batalla de Santa Clara
En su libro "Pasajes de la Guerra Revolucionaria" el comandante Ernesto Guevara, al referirse a la Batalla de Santa Clara dice:


"Mientras las tropas del Directorio Revolucionario se encargaban de tomar el cuartel número 31 de la guardia rural, nosotros nos dedicábamos a sitiar casi todos los puestos fuertes de Santa Clara: aunque fundamentalmente, establecíamos nuestra lucha contra los defensores del tren blindado situado a la entrada del camino de Camajuaní, posiciones defendidas con tenacidad por el Ejercito, con un equipo excelente para nuestras posibilidades".

Las tropas del Directorio Revolucionario que participarian en la Batalla de Santa Clara Se habían dividido en dos columnas, una que atacaría el Cuartel de los Caballitos, y otra, la integrada por el Comando "Ramón Pando Ferrer", que al mando del capitán Raúl Nieves Mestre lucharía contra el Esuadrón 31 de la Guardia Rural.

El escuadrón era defendido por unos 300 soldados apoyados por dos tanques y cinco carros blindados y estaba ubicado al sur de la ciudad dominando las carreteras de Manicaragua y Báez.

Las fuerzas del Comando "Ramón Pando Ferrer",integradas por 43 combatientes del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, armados con 2 Ametralladoras Thompson, 3 M-1, 5 Garant, 15 Springfields, 2 Winchester y una diversidad de San Critóbal, Carabina Italiana, Escopetas Calibre 16, Retrocargas y pistoles,como se detalla a continuación :


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Integrantes del "Comando Ramón Pando Ferrer del Directorio Revolucionario 13 de Marzo" y armas que portaban para el ataque al Escuadrón 31, el 28 de Diciembre 1958
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Número de orden Nombre y apellidos del combatiente Arma que utilizaba
1 Capitán Raúl Nieves Mestre Ametralladora Thompson. y pistola
2 Capitán Roberto Fleites M-1
3 Tte. Guillermo Anido del Pino Garant, pistola
4 Tte. Victor Dreke Ametralladora Thompson
5 Arturo Rodríguez Springfields
6 R. Martínez Springfields
7 Antonio Artiles Springfields
8 Anselmo Ortega Springfields
9 Enrique Rodríguez Winchester
10 Juan Morales Retrocarga
11 Jesús Rivas Pistola 45
12 J. G. Pérez Garant
13 E. Beguistaín Garant, pistola 45.
14 Angelito Alex Springfields
15 José Lutgardo González Automática
16 Roberto Sacerio Granket
17 Rene Ledesma Rifle 44
18 José Trujillo Springfields
19 Arcadio Fleites Retrocarga
20 Ramón Palma Escopeta calibre 16
21 Carlos Sanchidrían Springfields
22 Agapito García Springfields
23 Sebastián Nieves Mestre M-1
24 Manuel Nieves Mestre Carabina Italiana
25 Kil Nieves Mestre Aching pistola 45
26 Lucio García Revólver y escopeta
27 Pedro Cruz San Cristóbal
28 Gilberto Arencibia Springfields
29 Leandro Nieves M-1
30 Adolfo Alfonso Springfields
31 Antonio Morales Pistola 45
32 Ariel Barreras Winchester
33 Alexis Sánchez Garant
34 Jaime Solape Springfield
35 Felicito Pérez Retrocarga
36 Abelardo Ferreira Garant
37 Antonio Pérez Springfieds
38 Elio Pino Springfields
39 Julio Cárdenas Springfields
40 Eugenio Martínez Retrocarga
41 Lutgardo Pedrosa Springfields
42 Román Pérez Automática
43 Silvio González Retrocarga


Reforzadas además con militantes del Movimiento 26 de Julio los que totalizaban no más de 70 combatientes avanzaron durante la madrugada del día 28 de diciembre de 1958, en un columna compuesta por jeeps, autos y camiones a cumplir la misión asignada por el Che.

Al frente de la columna iba el capitán Raúl Nieves Mestre, a la derecha en la foto, con su estado mayor integrado por los tenientes Victor Dreke Cruz y Guillermo Anido del Pino, a la izquierda en la foto. El avance hacia la ciudad se hizo lento debido a la gran cantidad de obstáculos que había en el camino.

La mayoría de los integrantes del comando eran oriundos de Santa Clara y la misión encomendada de combatir de nuevo en sus calles, escenarios de sus luchas clandestinas, les hacía sortear cualquier dificultad por cumplirla.

Todos habían recibido con alegría la orden de atacar a Santa Clara y mientras avanzaban sus mentes se llenaban de recuerdos: La concentración frente al Ayuntamiento el propio 10 de marzo de 1952, cuando los politiqueros les habían prometidos armas para resistir al golpe de estado; las manifestaciones por sus calles; los mítines relámpagos; la huelga azucarera; los primeros intentos de alzamiento en el Escambray; la extraordinaria huelga cuando la muerte del inolvidable Frank País; los combates del 9 de abril; las tensiones de la vida cladestina, el vivir acosados, perseguidos. Y aunque algunos de sus integrantes ya habían traspasado las puertas de la ciudad en pequeñas acciones en ese propio mes, los días 8, 13 y 19, ahora volvían a Santa Clara con más conciencia y disciplina, veteranos de combates, formando el frente común que comandado por el Che nucleaba a las distintas fuerzas revolucionarias que operaban en el Escambray.

Aproximadamente a las ocho de la mañana entraban a Santa Clara. Sorpresivamente, la columna fue atacada por la aviación, no obstante, los combatientes ansiosos por cumplir su misión prosiguieron el avance a pie. La marcha se hacia difícil, pues del Escuadrón comenzaron a disparar al mismo tiempo que la aviación ametrallaba la carretera.

EL CERCO AL ESCUADRÓN 31

Frente al Escuadrón había un solar yermo de unos trescientos metros de largo por cien de ancho, que dejaba casi sin posibilidades de parapeto a los combatientes. Ese frente estaba resguardado por dos tanques y tanquetas.

Nieves, Dreke y Anido, organizaron el ataque situando a un número determinado de hombres frente al Escuadrón, usando de parapeto las casas y'edificios, de igual forma se cubrieron los flancos y el fondo del mismo hasta llegar a rodear al cuartel. De esa forma se trabó combate.
Los tanques y tanquetas que se encontraban frente al cuartel abrieron fuego rasante contra las avanzadas rebeldes, ai mismo tiempo que la aviación enemiga proseguía hostigándolos con su ametrallamiento.

Muchas casas y edificios habitados por familias fueron alcanzados por los proyectiles de la aviación enemiga que tomaba al pueblo indelenso como objetivos militares. Esto contribuyó a vincular aún más al pueblo con los combatientes revolucionarios.

Al mediodía algunas de las tanquetas que estaban en el Escuadrón avanzaron disparando hacia las posiciones de los rebeldes, ocasión que aprovechaban algunos guardias para salir cuartel, disparar sobre los emplazamientos de los rebeldes y retroceder de nuevo al interior del cuartel mientras otros salían a repetir la ope- ración anterior.

Para contrarrestar este hostigamiento enemigo, Víctor Dreke organizó un grupo de milicianos que armados de "cocteles molotov" trataban de incendiar a las tanquetas en sus incursiones.

Mientras esto ocurría del Regimiento "Leoncio Vidal" había salido una tropa de infantería que respaldada por tanques se dirigía a reforzar a los sitiados.

El avance del refuerzo se realizaba atravesando el barrio del Condado. Ante esta situación. el capitán Raúl Nieves escogió a un grupo de hombres que al mando del teniente Guillermo Anido del Pino tendrían como misión entablar cómbate a esta tropa y detener su avance.

PUEBLO COMBATIENTE

Al salir a la calle de Cuba, los combatientes designados fueron gratamente sorprendidos por el número considerablemente grande de jóvenes los seguían: era el pueblo que organizado, combatiente y disciplinado luchaba junto a los combatientes del Ejercito Rebelde.

El apoyo popular se manifestó de múltiples formas: en las calles, el pueblo había atravesado guaguas, camiones, autos, muebles y cuanto objeto pudiera obstaculizar el avance del enemigo. El espectáculo del pueblo construyendo barricadas era maravilloso.

De inmediato el teniente Anido dió la orden preparar botellas de "cocteles molotov", situándolas convenientemente por donde se preveía sería paso obligado de los tanques y la infantería enemiga.

Los hombres que se iniciaban en la lucha guerrillerai esperaban tranquilamente el avance de los tanques. El pueblo había perdido el miedo. Uno de esos hombres anónimos, parapetado en los altos del Hotel Bristol en la calle Cuba bombardeó con "cocteles molotov" al tanque que encabezaba el refuerzo, obligándolo a retroceder envuelto en llamas, mientras la infantería que avanzaba detrás del tanque huía de forma vergonzosa.Los rebeldes les arrebataban tanques y camiones blindados al ejército batistiano.


Otro refuerzo de infantería protegido por dos tanques avanzaba por la calle Estrada Palma del Condado en dirección al puente "Americano". Los combatientes se situaron con venientemente a unos cuarenta metros de la salida del puente, con orden de dejar pasar al primer tanque y al primer pelotón ds infantería, y cuando se disponía pasar el segundo tanque con su correspondieníe pelotón, se abrió nutrido fuego barriéndose desde distintos puntos a la soldadesca batistiana que se retiró desorganizadamente junto con sus tanques, que a pesar de su grueso blindaje y de su gran volumen de fuego no hicieron frente a los revolucionarios.

Este fue el ultimo intento del Regimiento a "Leoncio Vidal" de reforzar a los sitiados en el Escuadrón 31.

LA CAÍDA DEL HEROICO ROBERTO FLEITES GONZALEZ

El cerco al cuartel contiauaba desarrollándose normalmente, cuando en un intento desesperado de los sitiados por romperlo, sale un tanque del Escuadrón disparando repetidas veces sobre el centro de operación del comando rebelde. Inmediatamente los combatientes abren fuego contra el mismo pero a pesar de ello el tanque seguía avanzando. El valeroso Roberto Fleites, hijo de Santa Clara, disparaba su M-l contra el tanque.

Comprendiendo los combatientes que era imposible parar el tanque con armas de infantería lo dejan pasar, mientras Fleites continuaba disparando contra este.

Raúl Nieves le grita que se aparte, pero su extraordinario valor le hacia llevar su osadía más allá de los límites de la más elemental prudencia. Un cañonazo del tanque le dio en pleno rostro a aquel. valiente combatiente revolucionario, que se había destacado en la lucha clandestina en la la ciudad por su participación en el ajusticiamiento ejemplarizante al aviador que señalaba los puntos a bombardear en el Escambray; en el ajusticiamiento en plena tarde de un sargento asesino y torturador y en el rescate de un revolucionario preso en la cárcel de Santa Clara, ocasión en que cayó el valioso Ramón González Coro.

El combate continuó desarrollándose y el tanque fue detenido y capturado, y es el que hoy se encuentra en la Plaza "Ignacio Agrumonte" de la Universidad de la Habana.

EL CAÑÓN SIN RETROCESO

Del exterior del país ,llegó una avioneta que aterrizó en el territorio del Escambray, en ella vino Carlos Figueredo, quien acompañara a José Antonio Echevarría en el asalto a Radio Reloj. Entre las armas que traía se destacaba una amtralladora calibre 38 de emfríamiento por agua y un cañón sin retroceso. Estas armas llegaron a Santa Clara en la noche del día 29, y entre el compañero Víctor Dreke y Carlos Figueredo se procedió a armarlo situándolo entre unos tres cientos a cuatrocientos metros frente al Escuadrón.

El cañón operado por Figueredo y Dreke se dedicó a hostigar constantemente al Escuadrón desde los distintos emplazamientos en que lo iban ubicando de acuerdo con las circunstancias.

Ya se había rendido el Cuartel de los Caballitos, y los combatientes que habían participado en él se incorporaron al combate del Escuadrón 31.

Toda el área aledaña al cuartel estaba dominada por los rebeldes. Las calles de acceso estaban bloqueadas para impedir la llegada de nuevos refuerzos. Ahora todas las fuerzas se concentraron en el combate contra el mismo.

Durante el día 30. el Che tomó el tren blindado y las tropas del Movimiento 26 de Julio, continuaban combatiendo en la Estación de Poncía. Gran Hotel, Gobierno Provincial, y otros lugares. En todas partes se peleaba bravamente.

Conjuntamente con el desarrollo de los combates, se realizan numerosas detenciones de confidentes que eran trasladados para el Hotel Bristol, en la calle Cuba frente al Hospital "San Juan de Dios" el que quedó convertido en Cárcel Revoluciónaria. El propio pueblo, que era quién conocía ampliamente a los delatores, los detenía y los presentaba ante los oficiales rebeldes encargados de esa cárcel del pueblo.

EL APOYO DEL CHE

El día 31 el combate entraba en su cuarto día y los atacantes habían agotado prácticamente el parque. El jefe del comando, capitán Raúl Nieves se dirigió al encuentro con el Che, y al solicitarle granadas y municiones, el Che le dijo: —¿Para qué quieres balas para dejar ir a los soldados? Nieves le contestó que a él no se le iban los soldados. Entonces el Che se sonrió en una forma afectiva, cariñosa, y ordenó que se le entregara inmediatamente el parque que necesitaba, agregando que enviaría algunos de sus hombres para reforzar su posición, cuestión ésta que se cumplimentó de inmediato.

En las caballeriza del Escuadrón cayó también el magnífico combatiente Fernando Cuesta Piloto, natural de Palmira y conocido por "Cienfuegos", militante del M-26-7 que se destacaba por su valor y decisión frente al enemigo.

En los alrededores del Escuadrón se encontraban los cadáveres de algunos civiles, así como de soldados de la tiranía.

La desmoralización comenzó a manifestarse al sorprender el teniente Guillermo Anido a un grupo de soldados saliendo de una de las casa aledañas en franca posición de huida pero portando armas y en zafarrancho de combate

El capitán Raúl Nieves dió la orden de fuego y quedaron fulminados. De inmediato los revolucionarios comenzaron a registrar minuciosamente las casas de los alrededores en evitación de la fuga de los asesinos que se sabía habían escapado del interior del cuartel.

LA RENDICIÓN

Con el abundante parque recibido, la noche del 31 de diciembre se intensificó el tiroteo. A las tres de la madrugada, se dio la orden de alto al fuego. El capitán Raúl Nieves se situó junto con otros compañeros en la tapia de una casita que colindaba unos veinte metros del cuartel y dirigiéndose al jefe del Escuadrón, capitán Milián, le dijo:

—Le habla el jefe de la operación de la toma del Escuadrón 31 que dió la orden de alto al fuego, y lo conminó a rendirse.

El capitán Milíán contestó que un militar pundunoroso no se rendía

Nieves le insistió.

El militar respondió que no podía rendirse, porque tenía muchos muertos y heridos.

El jefe del comando rebelde le recordó que el cuartel se encontraba rodeado y aislado, que los tanques y tanquetas estaban silenciados y sus dotaciones escondidas en el Escuadrón, y añadió: "tiene cinco minutos para rendirse", de lo contrario daría la orden de abrir fuego y que en esta oportunidad tomarían el Escuadrón por asalto. Que lo bombardearían con "cocteles molotov" y que las llamas serian su destino, y concluyó diciendo: "Ríndanse ahora que aún es tiempo. Después no habrá tregua".


Pasados unos minutos se dirigió de nuevo al jefe del Escuadrón inquiriendo: "Que ha determinado?" Este respondió que al aclarar quería sostener una entrevista con el jefe rebelde en la puerta del Escuadrón para acordar la entrega del msimo, e insistíó en que no se disparara. El capitán Nieves aceptó la proposición corriendo la orden de no disparar.

Al amanecer, aproximadamente a las seis de la mañana, el militar gritó pidiendo al capitán rebelde que fuera a su encuentro, que él iría al suyo.

Ambos se encontraron en la explanada frente al Escuadrón. El militar enarbolaba una sábana blanca a modo de bandera. El silencio era sepulcral. El capitán Milián proponía rendirse a condición de que se le diera la libertad a él, así como a los oficiales, clases y soldados.El capitán Nieves aceptó el compromiso con la excepción de la libertad de él, así como de los asesinos que pudieran encontrarse dentro de la tropa, cuestión que sería determinada por la superioridad. Aceptó.

El jefe rebelde le dijo al capitán enemigo que lo acompañara a ver al Che para determinar su libertad. Se trasladaron en una micro-onda del Escuadrón rendido, desde la cual, el capitán Milián se comunicó con el Regimiento "Leoncio Vidal", y les dijo que iba a rendirse. Del Regimiento le insistieron en que no se rindiera. El militar reiteró que se había rendido y colgó el micrófono.

Amanecía el Primero de Enero de 1959,

RELACIÓN DE ARMAS Y EQUIPOS OCUPADOS EN EL ESCUADRÓN 31


88 Carabinas brasileñas

24 Carabinas San Cristóbal

70 Springfields

40 Garands

1 Browning

9 Ametralladoras Thompson

2 Carabinas italianas

3 Carabinas M-1

2 Tanquetas

5 Carros Blindados

6 jeeps.

4 automóviles

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(publicado en Vanguardia de Santa Clara, el 30 de Diciembre de 1981)


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GRUPO DE HISTORIA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA EN SANTA CLARA (ACRC)

Ramiro Santiago Rodríguez

Ramiro Santiago Rodríguez
Las Tunas, 18 septiembre 1936--Santa Clara, 28 de Diciembre 1958

Ramiro Santiago Rodríguez. . Integrante del Movimiento 26 de Julio.Combatiente revolucionario que luchó en la Sierra Maestra.realizó la invasión a Las Villas y cayó durante la Batalla de Santa Clara.

Nació el 18 de septiembre de 1936 en Las Tunas, hijo del matrimonio formado por Benito y Angelina. Comenzó sus actividades docentes a la edad de 6 años en su ciudad natal.

A pesar de la dificultades económicas que atravesaba la familia fue el único logró alcanzar el 6to grado. No pudo continuar estudios, pues, para poder sostener el hogar se vio obligado a empezar a trabajar junto con su padre y hermanos mayores.

Desde su temprana edad pudo darse cuenta de que la situación del país era cada vez más crítica, que el gobierno imperante respondía a los intereses de Estados Unidos y que no se ocupaba de resolver ni siquiera los problemas más elementales del pueblo.

Le conmovía la despiadada explotación del los obreros y del campesinado por capitalistas y latifundistas.

Al incorporarse a trabajar en la finca de El Pilar sufrió en carne propia la explotación habitual de que eran objeto los peones que laboraban en ella y quedó profundamente marcado por la misma.

Esto, unido a la sólida educación patriótica que recibía en el seno familiar hizo que se formaran en él férreas cualidades revolucionarias y patrióticas.

La firmeza de ideas y el grado de conciencia política alcanzado a tan temprana edad lo compulsan a participar en la lucha revolucionaria.

En 1956 al enterarse de las acciones de Movimiento 26 de Julio se interesa por cooperar e ingresar como miembro en la organización. Ese mismo año llegó a ser jefe del Movimiento en la zona de Gramal, donde organizó a un aguerrido grupo de jóvenes dispuestos a luchar por la libertad. Asustados las autoridades del lugar después de sus primeras acciones y sospechando de Ramiro, éste es sometido a una pertinaz persecución que lo obliga a abandonar el lugar para salvar la vida.

El Movimiento lo ayuda a trasladarse a la Sierra Maestra en 1957. A finales del propio año logró hacer contacto con el Ejército Rebelde y, a principios de 1958, por su intrepidez y carácter temerario, fue llamado para integrar el Pelotón Suicida que dirigía el legendario Capitán Roberto Rodríguez Fernández (El Vaquerito). Desde ese momento fueron muchos los combates y escaramuzas en que participó. Su valentía, su astucia y arrojo le valieron el grado de teniente en 1958.

Muerte

El 28 de diciembre de 1958 cayó mortalmente herido en la Loma del Capiro, tenía sólo 22 años. Su fecunda y fructífera vida de luchador revolucionario, tronchada en plena juventud son un firme testimonio de cómo se convirtió en tan poco tiempo en un símbolo para la juventud cubana, en un mártir de la Patria.




GRUPO DE HISTORIA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA EN SANTA CLARA (ACRC)

Israel Santos Santos

Israel Santos Santos
Islas Canarias, 2 Octubre 1935--Santa Clara, 28 de Diciembre 1958

Israel Santos Santos. Mártir revolucionario del municipio Las Tunas.


Nació el 14 de enero de 1929, en el seno de una familia encabezada por sus padres naturales de Canaria, quienes vinieron a residir en la provincia deCamagüey, lugar donde transcurrió la niñez de este mártir, en un ambiente campesino. Cuando Israel tenía 13 años de edad sus padres se trasladaron para la ciudad de Las Tunas. Poseían una ligera amplitud económica.

A la edad de 17 años decidió viajar a los Estados Unidos, desde donde regresó cuatro años más tarde, por no pasar el servicio militar en aquel país.

Labor revolucionaria

El 13 de septiembre de 1958 salió de su casa en horas tempranas de la mañana y no regresó. Luego se conoció que había partido con otros dos compañeros hacia el central Elia y de ahí al Francisco.

De este Batey continuaron hasta San Miguel del Junco, donde acampaba la columna Ciro Redondo al mando del Ché, quien inicialmente no los aceptó por carecer de armas de combate, pero por gestiones del tunero Juan Alberto Castellanos, que integraba la fuerza invasora, finalmente el Guerrillero Heroico accedió y se incorporaron al contingente rebelde.

El 28 de diciembre en la preparación de la toma de Santa Clara, le correspondió ir por la carretera de Camajuaní, donde fue herido mortalmente junto a otros dos integrantes de la columna: Anibal Arceo Fonseca y Miguel Diosdado Pérez Pimentel . Los tres llegaron muertos a un hospital de un cercano pueblo liberado por las huestes revolucionarias. Los sepultaron en el cementerio de Placetas, desde donde después del triunfo de la Revolución fueron trasladados sus restos para la ciudad de Las Tunas.



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Aníbal Arceo Fonseca

Aníbal Arceo Fonseca
Ceiba Caridad, Manzanillo, 30 Noviembre 1938--Santa Clara,28 de Diciembre 1958

Aníbal Arceo Fonseca nace en la Comunidad de Ceiba Caridad, perteneciente al Consejo Popular # 12 de San Francisco en Manzanillo, Provincia de Granma. Junto con su hermano Baldomero empieza muy pequeño en el oficio de vaquero, trancar los terneros, arrear vacas,enlazar, ordeñar son sus obligaciones como tal.

A sus oídos llegan las historias de los hombres que han desembarcado por Las Coloradas, el 2 de Diciembre de 1956, allá a la vista de Ceiba Caridad está la Sierra Maestra donde aquellos hombres conquistan a golpe de heroísmo la libertad para todos los cubanos.

Aníbal con su hermano Baldomero y con Carlos Coello contactan con los compañeros del 26 de Julio y les dicen sus deseos de alzarse, les explican que sin armas no serán recibidos, por lo que los tres jóvenes proyectan una acción para procurárselas.

En el año 1958 se monta el campamento del Comandante Pedro Miret, en Ceiba Caridad de donde parten hacía la Sierra Maestra Anibal Arceo Fonseca y Carlos Coello.

Integrados a la Columna del Che son seleccionados para participar en la Invasión a Las Villas.

Participando en todos los combates de la Columna 8 en la provincia de Las Villas: Guinía, Fomento,Guayos, Placetas, Remedios, Caibarién, etc. es de los primeros que entra en Santa Clara el día 28 de Diciembre por la Carretera de Camajuaní, y cercanos a la retransmisora de la estación de radio CMQ son sorprendidos por una Tanqueta militar un grupo de combatientes entre los que se encontraba "Aníbal Arceo Fonseca, Israel Santos Santos y Miguel Diosdado Pérez Pimentel", los que entran en combate con una tanqueta del ejército. En la desigual acción librada los tres son heridos de gravedad. Conducido al Hospital de sangre de Placetas muere el día 28 de diciembre de 1958 cuando contaba 20 años.


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Miguel Diosdado Pérez Pimentel (Tato Madruga)

Miguel Diosdado Pérez Pimentel (Tato Madruga)
Encrucijada,8 de noviembre de 1936 - Placetas, 28 Diciembre 1958

Miguel D. Pérez Pimentel (Tato Madruga) El 8 de noviembre de 1936 nace en Encrucijada, Miguel Diosdado Pérez Pimentel en el seno de un hogar de recursos modestos. Cursó la enseñanza primaria en su pueblo natal y también la secundaria.

Al terminar el 8vo. grado se matricula en el Instituto Pre-Universitario de Sagua la Grande, donde comienza a destacarse no solamente como deportista sino como buen estudiante y dirigente de la Asociación de alumnos.

Al terminar el Pre-Universitario se matricula en la Universidad Central de Las Villas en la carrera de Ingeniería Química Industrial.

Ya desde sus años de estudiante en Sagua se había relacionado con distintos compañeros revolucionarios, pues desde el primer momento del golpe del 10 de marzo, había tomado una actitud decidida y firme contra la tiranía. Allí en Sagua realizó varias tareas clandestinas como venta de bonos, reparto de propaganda y agitación.

Al pasar a la Universidad entra en estrecho contacto con compañeros del Movimiento 26 de Julio y se integra al mismo inmediatamente.

En esta etapa de su vida de combatiente revolucionario adopta el nombre de guerra de "Tato Madruga" por el que fue conocido a partir de entonces.

Al ser paralizadas las actividades docentes en la Universidad se dedica al trabajo como expendedor de boletines en Cruces, pueblo al que se habían mudado los padres.

Consideraba que el mejor camino para acelerar el triunfo de la Revolución era la lucha armada y se alza en armas en el grupo guerrillero de Víctor Bordón Machado. A la llegada de la Columna "Ciro Redondo" al Escambray pasa a formar parte de las tropas del Comandante Ernesto Che Guevara, y tiene amplia participación en combates tales como Fomento, Guayos, Remedios y Placetas.

Al comenzar la Batalla de Santa Clara un grupo de combatientes entre los que se encontraba "Tato Madruga", entra en combate con una tanqueta del ejército. En la desigual acción librada "Tato Madruga" es herido de gravedad. Conducido al Hospital de sangre de Placetas muere el día 28 de diciembre de 1958 cuando contaba 22 años.

Sus restos descansan en el cementerio de Encrucijada, donde se le rinde perpetuo homenaje.

Antonio Duménico Jimenez (Yamil)

Antonio Duménico Jimenez (Yamil)
Placetas, 25 Septiembre 1933 - Trinidad, 28 Diciembre 1958

Antonio Duménico Jimenez (Yamil) Nació en Placetas el 25 de septiembre de 1933. Cursó estudios en el Instituto dé Remédios, posteriormente pasa a estudiar a la Escuela de Ceiba del Agua, en La Habana, donde se gradúa de linotipista. Después fue alumno de la Escuela de Periodismo de Santa Clara y trabajó en la redacción del periódico "Los Pinos Nuevos".

Estableció contactos con miembros del Directorio Estudiantil "13 de Marzo" y se integró a las filas de esa organización.

Realizó diversas tareas de suministro y también facilitó la impresión de propaganda con la tirada de un periódico clandestino. Participó en las acciones de la huelga del 9 de abril y después tuvo que marchar hacia el Escambray para incorporarse a los grupos guerrilleros.

Fue uno de los combatientes rebeldes que integran el contingente que ataca la ciudad de Trinidad. En la operación le correspondió mantener una posición en el hospital. Defendiéndola cayó herido y después fue rematado por los esbirros de la tiranía.

Era el 28 de diciembre de 1958.

Augusto Arturo Alba Martínez

Augusto Arturo Alba Martínez
Cifuentes, 20 Abril 1924 - Santa Clara, 28 Diciembre 1958

Nació en Cifuentes e1 20 de abril de 1924.

Pasó su niñez en este poblado y más tarde se trasladó a Santa Clara, lugar en el que residió.

En la capital de la provincia se unió al movimiento revolucionario Y cayó en el transcurso de la batalla de Santa Clara el 28 de diciembre de 1958.

En Cifuentes existe una tarja que lo recuerda.



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Abelardo Pérez González

Abelardo Pérez González
Santa Clara, 1 de Mayo 1944 - Santa Clara, 28 Diciembre 1958

Abelardo Pérez González Abelardo Pérez González nace en Santa Clara el 1ro de mayo de 1944.

A pesar de su juventud estaba vinculado a la lucha revolucionaria clandestina, vendía bonos, participaba en sabotajes y otras actividades dentro de un grupo de los que actuaban en la capital villaclareña.

Cuando las tropas de la Columna 8 «Ciro Redondo" comandadas por Ernesto Che Guevara penetraron en Santa Clara para dar inicio al combate por su liberación, Abelardito con un valor extraordinario y con desprecio absoluto del peligro, entra en la lucha lanzando “cocteles molotov” a los tanques del ejército.

En este enfrentamiento cae acribillado a balazos y después de muerto los militares tomaron su cadáver y poniéndolo en el medio de la calle, le pasaron con un tanque por encima.

Tenía al morir 14 años de edad.


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Armando Machado Chirino (Armandito)

Armando Machado Chirino (Armandito)
Ranchuelo 2 Marzo 1941 - Santa Clara 28 Diciembre 1958

En la finca "La Estrella", Barrio Poza de la China, del Municipio de Ranchuelo, nace Armando Machado Chirino, conocido por "Armandito", el 28 de marzo de 1941 en el seno de un hogar de procedencia proletaria.

Sus primeros estudios los hace en Ranchuelo, donde obtiene el 6to. grado, y al pasar a vivir en Santa Clara en la casa de un tío, continúa superándose y llega al 8vo. grado.

Ansioso de continuar adelante, quiere ingresar en la Escuela de Comercio de Santa Clara, pero al no lograrlo se hace mecanógrafo y taquígrafo,

Muy joven aún comienza a trabajar como mensajero de un establecimiento comercial de Santa Clara y al iniciarse el proceso revolucionario, después del 10 de marzo, se integra al mismo convencido, de que aquella sociedad en que vivía no solamente explotaba a los trabajadores, sino que le cerraba las puertas de los estudios a los humildes.

De carácter muy reservado, a pesar de su juventud, sus actividades revolucionarias eran desconocidas por sus familiares.

En los últimos meses del año 1958 se incorpora a los rebeldes del Escambray, debido a que sus acciones clandestinas eran conocidas por las autoridades y corría serio peligro.

El 28 de diciembre de 1958, cuando estaba en su pleno la Batalla de Santa Clara, junto a otros compañeros se encontraba realizando misiones de guerra, y en ocasión de transitar en un jeep por la Carretera Central, entre Santa Clara y Placetas, y muy cerca de esta ciudad, fueron interceptados por una patrulla y en el encuentro sostenido con el enemigo muere Armandito y un compañero de lucha.

Solamente contaba 17 años de edad Armando Machado Chirino cuando ofrendó su vida en aras de una Patria mejor



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Capitán Roberto Fleites González

HÉROES ETERNOS DE LA PATRIA
COMBATIENTES CAÍDOS EN ESE PRIMER DÍA DE COMBATE EN SANTA CLARA
Roberto Fleites González
Santa Clara, 7 Octubre 1940 - Santa Clara 28 de diciembre de 1958

El 28 de diciembre de 1958 cuando la batalla de Santa Clara se encontraba en plena acción,, cae víctima de un disparo de cañón de una tanqueta, en el asedio al antiguo Cuartel 31, el Capitán Rebelde Roberto Fleites González. ílacido en Santa Clara el 7 de octubre de 1940 en el seno de una familia de trabajadores.

Debido a la explotación que sufría nuestro pueblo, la madre, desde que lo llevaba en el vientre, tuvo que trabajar duramente para poder subsistir.

Asistió a la escuela primaria en su ciudad natal donde siempre se destacó por su conducta y aplicación. Desde muy pequeño comenzó a interesarse por las cuestiones de nuestra Historia y en especial sobre la vida de nuestros patriotas. Sólo pudo cursar hasta el 7mo. grado ya que era imperativo que comenzara a trabajar para ayudar al sostén familiar y aprendió el oficio de zapatero.

La situación creada en Cuba por el artero golpe de estado del 10 de marzo se reflejó en Roberto y, ansioso de ayudar a terminar con el régimen que oprimía al pueblo, entró en relaciones con compañeros que militaban en las filas revolucionarias.

Dentro de su labor clandestina se dedicó primero a la venta de bonos, pintar consignas revolucionarias y a la realización de actos de sabotaje, con los compañeros del Movimiento 26 de Julio.

Formó parte de los combatientes de Santa Clara que apoyaron en esta ciudad el levantamiento armado del 5 de septiembre de 1957

Cuando la huelga revolucionaria del 9 de abril Roberto es del grupo que sale a la calle ese día a enfrentar la tiranía con las armas en la mano, y al fracasar esta acción logra escapar con grandes dificultades.

Muy buscado por los cuerpos represivos pasa a la clandestinidad y continúa sus acciones revolucionarias.

Su situación se hizo insostenible y entonces decide unirse a un grupo de combatientes del Directorio Revolucionario 13 de Marzo en Minas Bajas, Escambray, donde actuó en diversas acciones. Tuvo participación en dos hechosi relevantes, ocurridos en esta ciudad, ya que toma parte en la ejecución de un piloto que realizaba misiones de reconocimiento en las montañas y, después, en el rescate de un compañero revolucionario cuando salía de la Audiencia de Santa Clara.

De regreso en el Escambray participa en las acciones de la toma de Fomento, Placetas, Báez, Manicaragua, hasta que penetra con los combatientes del Comando Ramón Pando Ferrer del Directorio Revolucionario "13 de Marzo" para atacar el Cuartel 31.

Roberto Fleites González, ejemplo de joven revolucionario y de valor a toda prueba, contaba con sólo 18 años de edad cuando entregó su vida por la causa de la libertad.

DOMINGO 28 SE DAN LAS MISIONES DE COMBATE EN LA CIUDAD DE SANTA CLARA

VILLACLARA
DOMINGO 28 SE DAN LAS MISIONES DE COMBATE EN LA CIUDAD
9 COMBATIENTES CAIDOS ESE DÍA



Las huestes victoriosas del Che sólo se detuvieron en Placetas el tiempo necesario para organizar la administración civil y equipar a las milicias que se hicieron cargo del mantenimiento del orden. En el veloz itinerario de la campaña no había tiempo tampoco para atender al manejo y traslado de los prisioneros. Los restos de la guarnición quedaron al cuidado de la Cruz Roja.

Utilizando toda clase de vehículos, la columna Ciro Redondo marchó sobre Camajuaní. Una serie de rápidos movimientos bastó para rendir las posiciones adversarias. Enseguida, sobre el eco del último disparo, abandonaron la villa liberada para proseguir el avance fulminante. No hubo altos ni "descansen" para ingerir alimentos. Al paso de los jeeps y camiones, los vecindarios jubilosos les proporcionaban pequeños bocados y refrescos.

En su jeep, viajando por accidentados terrenos, Guevara y sus oficiales planificaron el asalto a Santa Clara. Con un mapa extendido sobre sus rodillas, el profesor de geografía de la Universidad Central de Las Villas. Antonio Núñez Jiménez, jefe del servicio topográfico rebelde, fue señalando al médico argentino los ignorados caminos que conducían hasta la capital provincial, descubiertos y explorados en sus andanzas científicas de espeleólogo.

—¿Cuándo piensa usted atacar a Santa Clara, comandante? —quiso saber Antonio Nuñez Jiménez.

—En cuestión de horas. Ya estamos marchando sobre ella...

Núñez Jiménez indicó una zona en el mapa.

—Por aquí podemos llegar sin tropiezos hasta la Universidad....


Pedraza y Casillas habían tomado todas las medidas para hacer de Santa Clara una plaza inexpugnable. La loma de Capiro, punto dominante a tiro de fusil de la ciudad, fue rodeada de trincheras y reforzadas sus defensas naturales con un tren blindado de 17 carros, 2 ametralladoras calibre 50 y un cañón antiaéreo. Allí apostaron unos 350 hombres.

El cuartelillo del cuerpo de vigilancia de carreteras, conocido popularmente por los Caballitos, situado sobre la carretera central en su ramal oriental, se transformó en un poderoso blocao de hormigón, guardado por una compañía de infantería.

El Escuadrón 31 de la Guardia Rural, estratégicamente situado al sur de la capital, también fue acondicionado para resistir el esperado empujón de los rebeldes. Además, estaba el campamento Leoncio Vidal, sede del regimiento número 3, con su guarnición de casi dos mil soldados.

Por si fuera poco, la iglesia de Buenviaje, el Palacio Provincial, el de Justicia, la cárcel provincial, la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, la Jefatura de policía, el Gran Hotel con sus 11 pisos y otras residencias y edificios públicos, la Clinica Marta Abreu, y el Aeropuerto o Plato, fueron ocupados y artillados para asegurar la resistencia en el corazón de la ciudad, en el caso de que cedieran las defensas exteriores.

Cuando las avanzadas de la columna 8 Ciro Redondo llegaron a la Universidad Central, era custodiada por 15 miembros de la policía univesitaria. No hubo resistencia. El jefe de los custodios, Isidro Cárdenas, era amigo del capitán Antonio Núñez Jiménez, y se pasó a los rebeldes.

En ese trayecto, cercanos a la retransmisora de la estación de radio CMQ, los rebeldes fueron sorprendidos por un vehículo militar y a la vez por un grito de ¡La Guardia!

Como toda acción armada, produjo bajas en ambos bandos contendientes. Al de los rebeldes Le ocasionó La pérdida de 3 de sus integrantes: Israel Santos Santos, Aníbal Arceo Fonseca y Miguel Diosdado Pérez PimenteL

El avance rebelde no se detuvo a pesar de los disparos realizados desde La Loma del Capiro por los soldados del Tren Blindado, vehículo que se encontraba protegido por una ladera de la referida elevación, situación esta que desconocía el Ejército Rebelde.

La presencia del Tren Blindado en Santa Clara era bien conocida por el comandante Guevara, y aún más, desde que este transporte militar era acondicionado en los talleres de reparación de locomotoras y automotores de Ciénaga, en La Habana, ya que obreros integrantes de una célula clandestina del Movimiento 26 de Julio, lo habían comunicado a La dirección provincial de la organi¬zación en el Llano, la que lo informó al Comandante en Jefe y Marcelo Fernández, en su condición de Coordinador Nacional, en viaje realizado a la antigua provincia de Las Villas, se lo hizo saber al Che

Sin lugar a dudas, los armamentos que portaba ese transporte militar eran superiores a las del Ejército Rebelde y Los disparos de sus integrantes desde las alturas del Capiro, ocasionaron la muerte de otros dos combatientes rebeldes, poco después de haberse producido las primeras bajas. Ellos fueron: Ramiro Santiago Rodríguez, invasor de la Columna No. 8 y Antonio Pérez González, quien se había incorporado a La tropa rebelde en la toma de Caibarién.

Por su parte, la aviación comenzó el ataque en La Loma del Capiro, por la carretera de Camajuaní y, de igual modo, por la carretera a Manicaragua y Las zonas cercanas al Escuadrón 31 de la Guardia Rural, lugar por donde entraron Las tropas del Directorio Revolucionario 13 de Marzo. Esa arremetida obedecía a la petición realizada por el jefe del Regimiento «Leoncio Vidal».

Para repeler el fuego enemigo que provenía de la Loma del Capiro, eL comandante Guevara designó al capitán Luis Alfonso Zayas Ochoa con 50 hombres y a los tenientes Alberto Fernández y Pablo Emilio Carmena, con 10 y 24 hombres respectivamente. Si se compara la cifra de los integrantes del Ejército Rebelde, 84 en total, era mínima al lado de la tripulación del Tren Blindado que ascendía a 408.

El ataque rebelde no se detenía, pues se combatía en la Loma del Capiro, en el Escuadrón 31 de la Guardia Rural y había comenzado la exploración, por parte de las tropas del Directorio Revolucionario, para proceder a la toma del cuartel de Los Caballitos. En horas de la noche, el jefe de La Columna No. 8 comenzó nuevamente a disponer La ubicación de su destacamento para que este iniciara su entrada a La ciudad.

Como es conocido. La Batalla en Santa CLara comenzó el 28 de diciembre, sin embargo, algunas personas confunden esa fecha cuando leen el artículo del Che en que planteaba: «El 29 de diciembre iniciamos la lucha». EL jefe guerrillero había dado La orden a varios de sus pelotones de que penetraran en la ciudad en horas de la noche del propio día 28 y al siguiente día comenzaría el combate con más fuerza dentro del perímetro urbano santaclareño, lo que queda probado porque fue el día en que más pérdidas humanas se produjeron por haber arreciado los enfrentamientos e intensificado los ataques de la aviación.

La columna del Che tenía entonces solo 300 hombres, aunque los militares daban cifras de tres ceros. El Che se reunió con su estado mayor precisar las misiones de combate: el capitán Rogelio Acevedo, con 30 hombres su mando, ocuparía la Audiencia, y también tomarían la cárcel provincial y liberarían a los presos políticos.

El capitán Roberto Rodríguez, el Vaquerito, miembros del pelotón suicida atacarían la jefatura de la policía, que era defendida por el coronel Cornelio Rojas.

El capitán Ramón Pardo y 40 combatientes más se situarían en la línea del ferrocarril para evitar la retirada del tren blindado.

El capitán Miguel Álvarez reforzaría con sus hombres las tropas del Directorio Revolucionario que atacarían el SVC, situado a la entrada de la doble vía, en la salida de la Carretera Central hacia Placetas.

El capitán Raúl Nieves Mestre y el teniente Víctor Dreke del Directorio Revolucionario, tendrían como objetivo el Escuadrón 31 de la Guardia Rural.

Las tropas reforzadas del capitán Luis Alfonso Zayas batirían la posición de la loma del Capiro.

El teniente Emerio Reyes, con 30 hombres, avanzaría por el centro de la ciudad.

En el momento del ataque [apuntó El Che], nuestras fuerzas habían aumentado considerablemente su fusilería, en la toma de distintos puntos y en algunas armas pesadas que carecían de municiones. Teníamos una bazuca sin proyectiles debíamos luchar contra una decena de tanques, pero también sabíamos que para hacerlo con efectividad deberíamos llegar a los barrios poblados de la ciudad donde el tanque disminuye mucho su eficiencia


Esa noche el Che acampó en el crucero La Línea. Dos pesadas aplanadoras atravesadas para cerrar el tráfico. Aprovechando la oscuridad, salió a hacer exploración acompañado de Juan Alberto Castellanos, Osear Fernández Mell, Aleida March, Harry Villegas y José Mendoza

Aprovechando las sombras de una noche sin corriente eléctrica, el Che salió a recorrer la vía en busca de un punto vulnerable donde poder montar una trampa contra el tren blindado. Por medios clandestinos contaba con todos los detall acerca de dicho convoy y conocía bien su punto más débil: los dos inevitables carriles por los que se desplazaba.

También en la noche, el pelotón comandado por el capitán Ramón Pardo Guerra dio un rodeo por la derecha de la carretera y se situó en el cruce del puente sobre el río Cubanicay, en la carretera de Camajuaní a Clara, y la línea del ferrocarril que cruza sobre esa vía. Con un buldózer que manejaba el capitán Roberto Ruiz, auxiliado por el teniente González, se levantó tramo de la vía con el objetivo de descarrilar el tren si retrocedía hacia Santa Clara,

Todo había quedado listo para iniciar las acciones dentro del perímetro urbano de Santa Clara el Lunes 29


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Distribución de las FUERZAS REBELDES para la Batalla de Santa Clara
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Jefes de las Fuerzas Rebeldes Cantidad de hombres Objetivo a tomar
Capitán Luis Alfonso Zayas Ochoa Aprox. 50 Loma del Capiro
Capitán Ramón Pardo 40 Tren Blindado
Comandante Gustavo Machín 40 Cuartel de Los Caballitos.
Capitán Raúl Nieves Mestre 80 Escuadrón 31 "Miguel Jerónimo Gutiérrez
Capitán Miguel Alvarez Sánchez 30 Refuerzo al Directorio Revolucionario en Los Caballitos y el Escuadrón 31
Capitán Roberto Rodríguez "El Vaquerito" 24 Jefatura de Policía
Teniente Alberto Fernández Montes de Oca 10 Gobierno Provincial y Gran Hotel
Teniente Pablo Emilio Carmenate 24 Refuerzo al desalojo de la loma del Capiro
Capitán Rogelio Acevedo 30 Palacio de Justicia (Audiencia) y Cárcel Provincial
Teniente Emerio Reyes 30 Clínica Marta Abreu y Aeropuerto o Plato

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Carmen Gutiérrez Morrillo

VILLACLARA
PATRIOTAS DE LA GUERRA DE 1895



Carmen Gutiérrez Morrillo
Santa Clara, el 14 de agosto de 1854 - Santa Clara el 28 de diciembre de 1914

Nació en Santa Clara, el 14 de agosto de 1854, en el seno de una familia de patriotas. A Los 14 años comenzó a impartir clases a algunos esclavos domésticos en una escuela nocturna gratuita para negros.

En agosto de 1879 fundó el colegio para señoritas «Santa Clara», en el cual estudiaban por medio de becas 10 niños que no podían pagar por asistir a la escuela. En horas de La tarde Carmen Gutiérrez ofrecía clases gratuitas, en su mismo colegio, a niños pobres.

Al establecerse el Instituto de Segunda Enseñanza en Santa Clara, ella, junto a un grupo de alumnos, matriculó este nivel de educación, y se graduó como bachiller en arte en 1887.

A la vez, continuaba su ejercicio de La docencia, y llegó a educar, en esos años, a dos generaciones de villaclareños.


Fue una abnegada luchadora por la libertad y auxiliada por su hermana Nicolasa y otras jóvenes de su familia y amigas, fundó el Club de «Hermanas de Juan Bruno Zayas», del cual fue presidenta. Mantuvo una estrecha colaboración con José de Jesús Monteagudo, quien fuera jefe de brigada de Villa Clara y después déla Segunda División del Cuarto Cuerpo del Ejército Libertador. Su

Labor de apoyo a las fuerzas villareñas en recursos de diversa índole fue notable.

Una delación La llevó a la cárcel con su hermana y otras colaboradoras, donde permaneció desde el 20 de agosto hasta el 3 de octubre de 1897. Ya en libertad continuó su quehacer, destacándose en el apoyo brindado a Los reconcentrados de Santa Clara, en una infatigable Labor de ayuda en alimentos, ropas y medicamentos.

Al concluir la guerra continuó su labor docente, como maestra y directora de escuelas. Falleció en Santa Clara el 28 de diciembre de 1914.

Fuente: EQUIPO PROVINCIAL DE HISTORIA; «Proceres viLlaclareños», Santa Clara, 1991. (Manuscrito).




GRUPO DE HISTORIA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA EN SANTA CLARA (ACRC)

Pedro Julio Marcelo Maimó

Pedro Julio Marcelo Maimó
Santo Domingo, 3 Mayo 1931 - Santo Domingo, 27 Diciembre 1958

En la finca "Fidelidad", barrio San Bartolomé del municipio de Santo Domingo nace el 3 de mayo de 1931 Pedro Julio Marcelo Maimó, siendo sus padres de procedencia campesina.

Cursó sus estudios de primaria en la escuela "El Placer" donde alcanzó el 8to. grado. Más tarde pasa a Santo Domingo para continuar sus estudios de secundaria.

Quiso avanzar en su superación y cursar la Escuela de comercio, pero la situación económica de la familia lo hizo marchar a trabajar a la finca "Tres Colinas" para ayudar al sostén familiar.

Posteriormente se dedica a otras actividades laborales como vendedor de pan y galletas ambulante.

Desde muy joven Pedro Julio se destaca por su carácter rebelde a la opresión y la tiranía.

Cuando el 10 de marzo, consecuente siempre con su pensamiento progresista, se opone al mismo y realiza numerosas actividades clandestinas como recogida de armas, venta de bonos, y también participa en distintas acciones revolucionarias y cuando la huelga de abril toma partido en la misma.

A fines de diciembre de 1958 las tropas de Víctor Bordón atacan a Santo Domingo como parte de la ofensiva final contra la tiranía, Pedro Julio se les une y participa en el ataque al puente de la Carretera Central.

El día 27 de diciembre de 1958 cuando el ejército de la tiranía contraataca a Santo Domingo, el joven revolucionario muere en combate peleando contra las tropas enemigas.

Orlando Alfonso Cairo

Orlando Alfonso Cairo
Corralillo, 7 septiembre 1930 - Santo Domingo 27 Diciembre 1958

Nació Orlando Alfonso Cairo en Sierra Morena, municipio de Corralillo, el 7 de septiembre de 1930, en el seno de una familia obrera. Estudió la enseñanza primaria hasta el 6to. grado en la escuela de su pueblo natal.

En 1945 se trasladó hacia la zona de Punta Felipe y alli laboró, por espacio de varios años, como pesador de caña. En el llamado tiempo muerto, realizaba trabajos como obrero agrícola.

Opuesto al régimen tiránico establecido por la fuerza el 10 de marzo de 1952, desde el primer momento combatió el sistema de opresión establecido.

Se unió al Movimiento 26 de Julio y en sus filas realizó múltiples acciones clandestinas.

Tuvo participación activa en la huelga del 9 de abril y muy significado y perseguido marchó hacia las montañas del Escambray incorporándose a las tropas guerrilleras.

Orlando cayó en el combate entablado por las fuerzas rebeldes con el ejército de la tiranía, en Santo Domingo el 27 de diciembre de 1958.

Rolando Morales Sanabria

HÉROES ETERNOS DE LA PATRIA
COMBATIENTES CAIDOS EN SANTO DOMINGO



Rolando Morales Sanabria
Cifuentes, 11 de diciembre de 1937 - Santo Domingo,27 Diciembre 1958

En el pusblo áe Cifuentes, 11 de diciembre de 1937 nació quien años más tarde sería un héroe eterno de la Patria, Rolando Morales Sanabria.

En la escuela pública de ese lugar, que hoy lleva su nombre, estudió la enseñanza primaria y después en Santa Clara hasta el 5to. grado y regresó a Cifuentes.

Con 15 años de edad comenzó a trabajar en el comercio.

Simpatizó con la ortodoxia y fue contrario a la tiranía desde su instauración. A mediados de 1956 ingresó en la primera célula del Movimiento 26 de Julio que funcionó en Cifuentes.

Con anterioridad había participado en la huelga azucarera de diciembre de 1955 y desarrolló trabajos en la propaganda y acción de la lucha clandestina.

Colaboró en la Huelga del 9 de Abril en diversas actividades de sabotajes como la quema del puente de Sitio Nuevo, descarrilar carros de caña y otras acciones.

Estuvo preso en julio de 1958 por realizar actividades de sabotaje y en octubre ingresó en un grupo guerrillero que operaba en la zona, tomando parte en varias operacio¬nes.

Rolando estuvo entre el grupo de combatientes que al mando del Comandante Víctor Bordón, y cumpliendo órdenes del Comandante Ernesto Che Guevara, atacó Santo Domingo a fines de diciembre de 1958, como parte de la estrategia desarrollada Por el Guerrillero Heroico para liquidar al enemigo en la región central del país.

En aquel combate cayó el joven cifuentense el día 27, víctima de las balas enemigas. Sólo unos días después llegaba la libertad ansiada por la que luchó y murió Rolando Morales Sanabria.

La liberación de Santo Domingo:

La liberación de Santo Domingo:
Un eslabón de la Batalla de Santa Clara
COMBATIENTES CAIDOS EN SANTO DOMINGO



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La liberación de Santo Domingo fue considerada dentro de La estrategia de las fuerzas revolucionarias en Las Villas y de su jefe, el comandante Ernesto Che Guevara, en el momento de dar el golpe definitivo a la dictadura decadente y desmoralizada impuesta al país, que aceleró la crisis existente en Cuba, e impuso el terror.

En este territorio, con tradiciones de lucha dentro del movimiento obrero después de 1953, y bajo la influencia de los sucesos del Moncada y el posterior desembarco del Granma, maduraron las ideas revolucionarias, surgió el Movimiento 26 de Julio y comenzó el desarrollo de acciones contra la tiranía. Este proceso cobró mayores bríos por la presencia cercana, o dentro del área del municipio, de la guerrilla que organizara y dirigiera Víctor Bordón, que creció con nuevos grupos que actuaban en la zona y que contó entre sus miembros con numerosos dominicanos.


La participación del municipio en la Huelga del 9 de Abril aceleró la feroz represión dirigida por el coronel Eleuterio Pedraza y, aunque Víctor Bordón y gran parte de sus hombres debieron marchar hacia las montañas del sureste villareño, otros pequeños contingentes permanecieron en el área del municipio, se fortalecieron y desarrollaron acciones en diversos puntos de Santo Domingo. Una de las principales fue el combate de Cejas de Baracaldo, próximo al Arroyo del Ciego, el 11 de noviembre de 1958, dirigido por el capitán Julio Chaviano.

Luego, Chaviano y sus hombres marcharon también hacia el Escambray, integrándose a las fuerzas que allí operaban, con las que ejecutó numerosos acciones militares en las montañas y después en la Campaña de Las Villas.


Como parte de la estrategia seguida por Ernesto Che Guevara para preparar las condiciones, a fin de atacar la ciudad de Santa Clara, correspondió al contingente del comandante Víctor Bordón cumplir una importante misión en su antiguo territorio de operaciones. Asi, esta tropa debía avanzar por el sur suroeste, a partir de Placetas, y llegar a la Carretera Central para derribar el puente sobre el río Sagua la Grande, aledaño a La localidad Santo Domingo.

En su marcha, las fuerzas revolucionarias hicieron un amplio recorrido que Llevó a la ocupación de varias Localidades en la carretera de Santa Clara a Cienfuegos y sus áreas cercanas como Palrrnra, Cruces, Abreus, Rodas y Ranchuelo. La ejecución de esta misión logró impedir el envío de refuerzos desde la ciudad sureña hacia la capital provincial en Los días de la batalla.

El 25 de diciembre de este mismo año, los grupos rebeldes del municipio conocían la orden que tenía Víctor Bordón dada por el comandante Ernesto Guevara:

Evitar desde Santo Domingo el avance de refuerzos de la tiranía a su ejército en Santa Clara.

Al amanecer del día 26, estos grupos se movían desde Cascajal hasta Santo Domingo en espera de La orden, y en su marcha cortaron cables telefónicos, derribaron postes eléctricos de alta tensión y árboles para obstaculizar La Carretera Central en el tramo.

El puente sobre el río Sagua la Grande, a unos dos kilómetros de Santo Domingo, era una gran armazón de hierro donde se situaron Las tropas del régimen que aprovecharon bien las condiciones del terreno. Ubicaron parapetos en diversos puntos, con armamento de diferentes tipos, entre las que se incluían 2 ametralladoras calibre 30. El propósito esencial era resistir cualquier intento si eran atacados, ya que la presencia de tropas revolucionarias en los alrededores, era conocida.

En La madrugada del 27 de diciembre, comenzó el enfrentamiento con disparos cruzados de ambos bandos. La fuerza que dispuso el comandante Bordón estaba dirigida por los capitanes Eladio Machín, auxiliado por Israel Chávez con una ametralladora y que atacaba por el oeste; Edelberto González, (Cente) que actuaba por el sur y Julio Chaviano que operaba hacia el norte mientras otros combatientes marchaban hacia Santo Domingo.

El combate se tornó encarnizado. Negados a escuchar Los llamados a rendición, los guardias contestaban con una Lluvia de disparos mientras La aviación comenzaba a hostilizar a los atacantes.

Pronto hubo heridos y muertos; cayeron: Pedro Julio Marcelo Maimó y Orlando Alfonso Cairo.

Ante La situación creada en el objetivo atacado, el comandante Bordón determinó que permanecieran en el lugar los hombres del capitán Julio Chaviano y con el resto de la tropa marchó sobre la localidad cercana para arremeter, junto a los combatientes que ya operaban en la población, contra el cuartel de La Guardia Rural, principal objetivo dentro del área urbana.

Un grupo tuvo La misión de atacar el citado cuartel mientras otros, como parte de la maniobra, debían ubicarse en los elevados de la Carretera Central, en la salida hacia Santa Clara, para defender este estratégico sitio. Estas acciones se realizaron bajo el hostigamiento de aviones B-26 que daban cobertura aérea a las fuerzas del régimen. Para cumplir su cometido, algunos combatientes se parapetaron en la azotea de la red telefónica donde cayó herido de muerte Rolando Morales Sanabria; en tanto, cuando trataba de buscar un equipo automotriz grande para obstaculizar la Carretera Central, fue sorprendido por un disparo y muerto, ErisbeL Paz Monzón.

EL combate duró aproximadamente hora y media y culminó con La victoria. Los 40 soldados que allí se encontraban trataron de resistir eL empuje de: Los revolucionarios, pero ante la imposibilidad de detener la acometida, se rindieron. EL reducto enemigo cayó en la tarde del día 27.

El jefe de los guardias capturados, el teniente Hernández, aceptó la propuesta de conminar a sus subordinados parapetados en el puente para que se rindieran. Ante el llamado de su superior, los soldados levantaron bandera blanca, pero cuando se esperaba que se entregaran volvieron a disparar, momento en que el militar que se mantenía sin ataduras, aprovechó para correr, escapar de sus captores y unirse a sus hombres.

Esta tropa se trasladó hasta un cañaveral cercano hacia eL final de la tarde.

Los combatientes rebeldes marcharon hacia el término y dispararon sobre el área, pero no encontraron respuesta. Hubo la impresión de que no estaban en condiciones de ofrecer resistencia. En esas circunstancias. Bordón decidió marchar para informar al comandante Guevara de la toma de Santo Domingo por sus fuerzas.

Sin embargo, la situación pronto se tornó compleja cuando los militares ubicados en el cañaveral cercano al puente, y que recibieron apoyo de lugares cercanos, se dispusieron a retomar el control sobre Santo Domingo. Con ese propósito, marcharon hacia La Localidad y se produjo un encuentro con las fuerzas rebeldes, ahora prácticamente a La defensiva, en el área de los elevados.

En medio del desconcierto existente sobre el número de Los integrantes del ejército y el desconocimiento de sí atacaban o no por varios lugares, La resistencia se realizó con un número redundo de combatientes revolucionarios, y ante los infructuosos intentos de rechazarlos, se determinó el repliegue para lo cual tomaron el camino de Lajas, en el cual se encontraron con Bordón que ya regresaba, a unos pocos kilómetros de Santo Domingo.

El jefe guerrillero determinó, ante la situación creada, que lo fundamental era cumplir una nueva orden dada por Che: aguantar en la zona de Mordazo un convoy de refuerzo que procedía de La Habana. Nuestra tarea ahora es cumplir la orden del Che de detener un convoy que viene de La Habana para reforzar la guarnición de Santa Clara. ¡Para aguantar ese bicho sí hay que tener cojones, y yo cuento con los de ustedes!

Yo venía de un encuentro con el Che en el que me había dicho: Bordón, no puede pasar ni un refuerzo. Si yo veo que un refuerzo entra es porque ya tú moriste. Por lo tanto no me iba a desgastar en reconquistar el cuartel. Pensé: Cuando los aisle se joden, y me dediqué a la tarea fundamental.

Ahí mismo comenzó a situar a los hombres al lado de la carretera Central. Colocó una avanzada en Mordazo bajo las ordenes del capitán Cente y determinó, además, otras dos barricadas en Manacas y la entrada del central Washington .

Ordené que desde que entrara el convoy a Mordazo trataran de dividir el ejército de los tanques, y no dejarles de disparar. La tarea era muy compleja ya que todo era terreno llano, sin protección, y no podía dedicar en ese frente a toda la tropa, pues una parte de ella permanecía haciendo un cerco sobre Santo Domingo, para evitar la entrada y salida de enemigos de esa ciudad.

Aquel convoy en verdad era un monstruo rodante. Los campesinos de la zona observaban horrorizados aquella mole de hierro, metralla y ruido ensordecedor. Una impresionante y asombrosa caravana de carros blindados con un equipo delante para despejar la vía de cualquier equipo u obstáculo que se interpusiera. Sobre los vehículos iban cerca de 200 hombres dotados de fusiles modernos, además de 4 tanques M-4, y el apoyo aéreo de una avioneta y dos aviones B-26. Eran un Goliat de infierno y plomo, y un David de ímpetu y vergüenza empeñado en no dejarlo llegar a su meta.

Dejó una parte de los hombres en Santo Domingo, en un cerco que impidiera a Los soldados salir del lugar o recibir ayuda de fuera.

EL refuerzo no pudo ser detenida en Mordazo, pero su marcha se hizo lenta y complicada. EL convoy avanzó hasta Cascajal donde fue hostigado por las fuerzas rebeldes, pero fue imposible impedir su avance; en este trayecto, en la zona de la Cervecería, las fuerzas revolucionarias incendiaron autos y ómnibus en La Carretera Central.

Al llegar al poblado de Manacas, fueron recibidos por los revolucionarios que construyeron trincheras a Lo Largo de La carretera. Otro impacto fuerte lo recibieron en el central Washington donde interceptaron el camino con vagones de cañas soldados a la línea que atraviesa la carretera.

En todas aquellas acciones, donde fue mucho el valor desplegado por La tropa contra un enemigo superior en su equipamiento, se destacó una mujer, Zobeida Rodríguez, "Mimí", combatiente de la tropa de Víctor Bordón.

En realidad, desde que el convoy entró a territorio de Las Villas, sufrió numerosas pérdidas y resultó frenado durante dos importantes días, ya que en este tiempo se combatía en Santa Clara y, aunque Logró entrar en Santo Domingo, ya llegaba el fin de la tiranía. La misión encomendada por Ernesto Che Guevara se había cumplido.

El comandante Bordón, con el contingente guerrillero que el mismo organizó y otros muchos que se Le incorporaron, lograron obstaculizar y demorar los refuerzos enemigos antes de su llegada a la capital provincial.

En ese tiempo, el Guerrillero Heroico descarriló y tomó el Tren Blindado y otras instalaciones militares y horas después quedó liberada Santa Clara.

EL 31 dedidembre, los soldados que se habían mantenido en la población controlados por algunos grupos de combatientes, conocieron en el cuartel la situación existente en Santa Clara que ya estaba prácticamente en manos de Los combatientes revolucionarios.

Ese día, los representantes de algunas instituciones locales dieron a conocer al mando rebelde la intención de rendirse de los uniformados, siempre que se les perdonara La vida.

La propuesta de rendición fue aceptada y los guardias depusieron las armas.

En el amanecer del 1 de enero de 1959, los dominicanos festejaban la victoria de las armas rebeldes. Santo Domingo había sido liberado y también Manacas, Mordazo, Cascajal, Rodrigo y otros poblados cercanos.



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Tomado de "Víctor Bordón: El nombre de mis ideas"- José Antonio Fulgueiras 2002.
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