VILLACLARA
ANTECEDENTES DEL LEVANTAMIENTO DE CIENFUEGOS
EL PLAN DE ALZAMIENTO HACIA EL ESCAMBRAY
A partir de las orientaciones de Frank País, a mediados de 1957 el Movimiento 26 de Julio en la clandestinidad se organiza militarmente, surgiendo así las Milicias del 26 de Julio en nuestro territorio.
Dentro de las organizaciones estudiantiles se crearon las "Brigadas Juveniles", aunque los estudiantes se subordinaban a su organización, estas brigadas realizaban trabajos en estrecha coordinación con el 26 de Julio.
En la carta circular, Frank analiza las fallas cometidas el 30 de Noviembre y pone mucho énfasis en ayudar al Ejército Rebelde, que se enfrentaba solo a las tropas de la tiranía en la Sierra Maestra.
Entre varios análisis de importancia que Frank hace en la carta, está la siguiente orientación:
...”hay que ir rápidamente a la creación de varios frentes más, en orden de efectividad e importancia, de ahí que sea labor de todas las direcciones Provinciales y municipales el hacer labor intensa en las regiones que pudieran utilizarse para futuros frentes, estudiarlas, hacer contactos, mantenerlos, aportar, en fin todos los detalles a la dirección nacional pero en forma discreta, sin despertar revuelos, sin prometer nada, ni hablar más de la cuenta, la dirección nacional hará los estudios y resolverá lo que crea más conveniente y posible."
Las Villas ya venía madurando la idea de abrir un frente guerrillero en el Escambray, contaban con una célula del Movimiento 26 de Julio en Cayo Loco, Distrito Naval del Sur, integrada por marinos, cuyo jefe era el cabo de la marina Santiago Ríos, que en sus inicios de oposición al régimen, había entrado en contactos con la Organización Auténtica y después con el 26 de Julio, al fundarse este movimiento revolucionario, a través del dirigente cienfueguero Rigoberto García Flores, este lo comunicó a Efraín Alfonso Liriano, Jefe de Acción y Sabotaje en Las Villas.
El plan de alzamiento hacia el Escambray fue concebido con una amplia participación de miembros del 26 de Julio de toda la provincia.
En Cienfuegos estaban guardadas las armas que se habían obtenido con la Organización Auténtica y contaba con las que se tomarían en el Distrito Naval de Cayo Loco. Sobre la idea de abrir el Frente en el Escambray, expresa el Coordinado del 26 de Julio en Cienfuegos en aquel momento, Emilio Aragonés Navarro:
“... según el plan concebido, el cual consistía en sublevar la unidad, incorporar a los que lo solicitaran, tomar las armas y entregarlas a los revolucionarios y marchar hacia el Escambray. (...) la Dirección Provincial había seleccionado para la acción a un grupo de sus mejores militantes, muchos de ellos dirigentes municipales conjuntamente con algunos de La Habana que fueron previamente trasladados a la provincia..."
Las Villas trabajó tesoneramente para preparar una amplia representación de los miembros del 26 de Julio, que se unirían en la apertura del frente. Este plan, tanto de la provincia, como de la nación, evidencia la importancia y perspectivas que se esperaba obtener a favor de la lucha armada que se libraba contra la tiranía.
Por los testimonios y documentos que hacen referencia a las reuniones de trabajo que realizaron en Cienfuegos los miembros de la Dirección Nacional, entre ellos Melba Hernández, Haydée Santamaría y Javier Pazos. Estos contactos debían ser de conocimiento del dirigente nacional Frank País, aunque se mantuviera con mucha discreción.
Para dar el paso definitivo reunieron armas y otras condiciones necesarias y el 28 de mayo de 1957 comenzó el acuartelamiento de los hombres en la ciudad de Cienfuegos. Llegaron a reunir 35 revolucionarios procedentes de toda la provincia, el alzamiento se produciría el día 29 con la incorporación de la célula de marinos del Distrito Naval de Cayo Loco, donde se tomarían armas y víveres, contaban también con otras armas que habían sido acopiadas por el 26 de Julio y las tenían escondidas en diferentes lugares que entregarían a los involucrados el mismo día 29, garantizando que estas estuvieran seguras en caso de surgir un imprevisto que frustrara el plan a última hora.
En la ciudad de Santa Clara, se concentraban los miembros del 26 de Julio que procedían de los municipios, para ser trasladados a Cienfuegos. De esta operación ofrecemos el siguiente testimonio de Mariano Montero Ángulo, El Curro:
“Desde hacía varios meses se había venido estableciendo los contactos con los elementos que tomarían parte en la acción de un alzamiento que tenía como finalidad, tomar las armas de Cayo Loco y subir a las montañas del Escambray....Los primeros contactos los hizo Efraín Alfonso Liriano, Cheche, jefe, por aquella época de acción y sabotaje en la provincia (Las Villas)..., y con Eduardo García Lavandero a mediados del 1956, con el cabo de la Marina de Guerra, Santiago Ríos...Cheche y García Lavandero, dejaron este asunto en manos de Rigoberto García Flores, quien era en ese entonces dirigente del 26 de Julio en Cienfuegos.”
“Se llegaron a tener más de treinta marinos, comprometidos con el movimiento, entre ellos Francisco del Sol, Luis Miranda y Alberto Villafaña..., que habían tenido contactos con los Auténticos, de la OA... La idea de tomar las armas y los víveres del Cayo y partir hacia las montañas, fue de Emilio Aragonés coordinador del movimiento en Cienfuegos, quien sometió la proposición a la dirección provincial..., a fin de preparar un grupo de gente ya probada, entre los que se encontraban: Rodolfo de las Casas, Casita, Antonio Larralde, Ixo Gallo, Víctor Bordón, Ernesto Mora, Israel Abreus... Juan José Álvarez, Raúl Coll, Manuel Matienzo, José Liriano, Gilberto González, Cheíto, Aldo Margolles y Mariano Montero Ángulo, El Curro, entre otros. Se alquiló una casa en Buena Vista que serviría de cuartel a los compañeros que llegarían de la provincia y de donde saldrían en un momento determinado para el Cayo... Gilberto González Sánchez, fue el encargado de ir trasladando a los compañeros hacia Cienfuegos desde el punto de concentración en Santa Ciara, que eran el Bar Rainbow y la clínica Santa Clara, en Carretera Central entre Unión y Maceo. “
“Aleida March... fue la encargada, con otras compañeras de ir citando a los compañeros seleccionados en una forma precipitada, pues se había tomado como lugar de cita el entierro de los compañeros Chiqui Gómez Lubián Julio Pino Machado."
Como hemos dicho, a Gilberto González Sánchez se le asignó la responsabilidad de organizar el traslado de los combatientes para Cienfuegos y al conocerse que la policía había detenido a los acuartelados, que ya sumaban 35, se suspenden los traslados y se quedan esperando en Santa Clara para ser recogidos Víctor Bordón, Ernesto Mora, Julio Chaviano, El Curro, y otros.
Mientras esto ocurría en Santa Clara, en Cienfuegos en la casa de Emilio Aragonés, esperaban Haydée Santamaría y Javier Pazos que habían viajado a Cienfuegos, donde se reunieron con Osvaldo Rodríguez, Jefe de Acción y Sabotaje de Las Villas, y los miembros del movimiento cienfueguero Raúl Coll y Aldo Margolles.
La presencia de Haydée Javier en Cienfuegos demuestra la participación de la Dirección Nacional del 26 de Julio, en la malograda acción.
Los hombres se acuartelaron en una casa del reparto Buena Vista de la ciudad sureña, que había estado deshabitada por algún tiempo, al parecer el movimiento que debió originar tantas personas entrando a la casa, despertó la sospecha de algún vecino que avisó a las autoridades.
Ante la presencia de los cuerpos armados, se produjo un intercambio de disparos iniciado por dos compañeros que portaban armas, haciendo uso de ellas, con la intención de dar tiempo al resto de los compañeros a escapar por el fondo de la casa, pero estaba rodeada y fueron apresados los 35 revolucionarios que estaban allí. A pesar de las torturas a las que fueron sometidos los prisioneros, las autoridades no pudieron obtener información que diera una pista de la vinculación de estos detenidos con los marinos de Cayo Loco.
Continúa el testimonio de El Curro:
“Por iniciativa propia, viajé a Cienfuegos para llevarle un dinero al abogado que presentaría los recursos de Habeas Corpus, frente al hotel Roma me entrevisté con Pepín Maraboto que me llevó a la casa del presidente del Cienfuegos Yacht Club, doctor Osvaldo Dorticós Torrado, después que hablé con él, me dio una gran sensación de confianza su forma de hablar y el cariño con que hablaba de los compañeros (presos). Dijo que no cobraría nada por su trabajo, pero si yo quería le dejara el dinero, pues habían compañeros en muy malas condiciones y que sería bueno comprarles unas colchoneticas para que no siguieran durmiendo en el suelo pelado... Los más maltratados eran Antonio Larralde, que le quemaron los pies, Juan José Álvarez que le habían dado tantos culatazos que no se podía levantar. Cheíto y Casitas, bárbaramente torturados...”
“Aunque el dinero no era mío... le dejé los 100 pesos que llevaba. De regreso a Santa Clara, llegue a ver a la familia de Ixo Gayo e Israel Abreus. No me atreví a visitara la familia de Casita porque su casa estaba chequeada. Entrada la madrugada me trasladé a la casa de Ramón Pando Ferrer, donde nos sorprendieron los primeros rayos del sol.”
Las Villas sufrió un duro revés, con el arresto de los 35 revolucionarios en Cienfuegos, entre ellos dirigentes del 26 de Julio de los municipios: diez de Santa Clara, ocho de Cabaiguán, seis de Sagua la Grande, tres de Sancti Spíritus, tres de Cruces, tres de Vueltas, uno de Encrucijada y uno de La Habana.
Los revolucionarios del municipio de Cienfuegos estaban acuartelados en diferentes casas de la ciudad, según lo planificado, se incorporarían al día siguiente por lo cual no cayeron presos. Posteriormente, algunos compañeros de los más comprometidos tomaron el camino del exilio y otros siguieron trabajando con el temor de ser denunciados y detenidos en cualquier momento.
Frank País, al conocer lo ocurrido en Cienfuegos y las afectaciones que sufrió la provincia, decide enviar a un compañero con la misión de realizar una inspección en Las Villas, para conocer su situación e iniciar un trabajo de reorganización y fortalecimiento.
Mientras estos problemas ocupaban la atención de la dirección del 26 de Julio, en Santiago de Cuba, Camacho acelerába los preparativos de un grupo de hombres y armas que él llevaría para la Sierra Maestra, se trataba, como hemos dicho, del segundo refuerzo para incorporarse al Ejército Rebelde
. Pero Frank, ante la urgencia de la situación, decidió enviar a Camacho a Las Villas, por el revés sufrido con la detección de los 35 revolucionarios en Cienfuegos.
Con estos argumentos Frank convencía a Camacho de que por el momento no podía marchar a la Sierra Maestra, ya que la prioridad era resolver la situación de Las Villas y respecto al segundo refuerzo, se había designado a Francisco Cruz Bouzá, Paquito, para continuar el trabajo. Para el viaje de Camacho hacía falta una acompañante, mi casual presencia en Santiago de Cuba resolvió el problema, aunque aquel viaje no estaba en mis planes, pues siempre coordinaba con la familia si tenían que dejar a los niños para ausentarme por varios días, pero al ser incluida como parte del recorrido por Las Villas, me daba la oportunidad de cumplir oficialmente una misión del 26 de Julio.
A mediado de junio llegamos a Santa Clara, nos alojaron en la casa del doctor Aurelio Hernández de La Barca (hermano de la conocida política, Alicia). El matrimonio formado por Aurelio y Lola, nos dio una especial acogida, eran colaboradores del Movimiento 26 de Julio, pertenecían a una clase profesional acomodada, él, médico y ella maestra, sus hijos habían podido alcanzar altos estudios. A la dueña de la casa se le ocurrió darle a Carlos Jordán (nombre de guerra de Camacho), el título de doctor a los efectos de los empleados de la casa, yo me presenté con el nombre de Sonia.
El título de doctor traería un serio problema, al ocurrir un accidente de tránsito en la calle Unión y Carretera Central donde estaba ubicada la casa y por fatalidad hubo un herido, una empleada de la casa solicitó la ayuda del doctor Jordán, quien no conocía ni los primeros auxilios. Fue necesario llamar con urgencia a un verdadero doctor, pero la empleada no le perdonó la falta de ética profesional a Jordán. Aquel sería uno, entre diferentes incidentes que se nos presentaron, sobre todo por el acento oriental que era evidente en nuestra forma de hablar y nos identificaba como tales.
El primer contacto con los dirigentes del 26 de Julio en la provincia, se produjo con Osvaldo Rodríguez Ayala, Jefe de Acción y Sabotaje, que acudió a la casa donde estábamos hospedados y coordinó con Camacho el plan de trabajo.
Seguidamente nos reunimos con el doctor Allan Rosell Anido, Coordinador Provincial del Movimiento, en la consulta que él tenía en la calle Cuba, frente a la iglesia La Pastora.
La doctora Margot Machado no estuvo en esta reunión, pero conocimos de su trabajo como destacada dirigente de la organización clandestina, Margot había perdido a Julio Pino Machado, uno de sus hijos, hacía apenas un mes en un fatal accidente cuando transportaba una bomba. Igual situación de duelo encontramos en la casa del matrimonio formado por el doctor Gómez Lubián y Josefina Urioste, por la muerte de su hijo Agustín en el mismo accidente que Julio Pino Machado.
La provincia villareña contaba con una amplia cantera de profesionales de la medicina y educación, que eran miembros o colaboradores del 26 de Julio. Entre sus miembros estaba el doctor Guillermo Rodríguez del Pozo, y su esposa Cristina Callejas, quienes nos prestaron importante apoyo en nuestro trabajo. La familia Gómez Lubián, la doctora Marta Lugioyo, la profesora Aleida March, entre otras personas muy valiosas en el desarrollo revolucionario.
Para cumplir la misión asignada a Camacho en Las Villas, fue necesario desplegar una intensa actividad con una serie de entrevistas y reuniones con los dirigentes del 26 de Julio de la provincia y de los municipios.
La Dirección Provincial del Movimiento hizo las coordinaciones pertinentes para garantizar el transporte y los acompañantes a cada lugar de reunión donde nos esperaban los contactos y enlaces de los compañeros del 26 de Julio. Durante todos los recorridos y con reuniones Osvaldo y su esposa Margot fueron eficientes acompañantes. Estos factores hicieron posible el cumplimiento del trabajo en el tiempo previsto, tal como lo había orientado Frank.
Regresamos a Santiago de Cuba en los primeros días de julio, cuando aún estaba demasiado reciente el duelo que Frank sufría por la caída en acción el 30 de junio de su hermano Josué, lo que no le impedía atender con toda dignidad los asuntos del trabajo que la patria había puesto en sus manos. A Josué lo habíamos conocido personalmente en Guantánamo, mientras realizaba labores del 26 de Julio. Se parecía a Frank físicamente, su caída en combate dejó en nosotros un triste duelo. Camacho lo recordaba cuando en una ocasión Josué le mostraba la manipulación de una ametralladora en el cuarto de su casa, en la calle General Bandera, y doña Rosario, la madre, los sorprendió, Josué trató de ocultar el arma, pero la madre era demasiado astuta y dirigiéndose a la ventana la cerró, mientras le decía: Josué, no te cuides de tu madre, cuídate de la ventana abierta por donde puede verte el enemigo, ciérrala y entonces muéstrale a tu amigo el manejo del arma. Recordábamos su ternura con América Domitro la novia de Frank, a la que acompañaba y cuidaba como a la hermana que no tuvo, i Cuánta juventud perdida, cuánta promesa frustrada por la mano asesina de la dictadura!
CAMACHO, JEFE DE ACCIÓN EN LAS VILLAS
Frank estaba reunido con Bebo Hidalgo, cuando Camacho le ofrecía la información del recorrido por Las Villas.
En la misma reunión Frank le comunicaba a Camacho su designación como Jefe de Acción y Sabotaje en la provincia, sabía la ilusión de su compañero por conducir el segundo grupo de combatientes para la Sierra Maestra, pero una carta firmada por Hipólito y Mercedes, Coordinador y Finanzas respectivamente del 26 de Julio en Las Villas, que ponía de manifiesto las desavenencias que existían con el compañero Osvaldo Rodríguez Ayala, quien venía desempeñando el cargo de Jefe de Acción y Sabotaje, aconsejaba proceder al cambio.
Cuando había que sustituir a un compañero, Frank seleccionaba al que reuniera un conjunto de cualidades y antecedentes que lo avalaran como revolucionario ante el Movimiento, y estas, según argumentó, para convencer a Camacho, él las reunía.
Mientras tanto, yo había regresado a Ermita, pues tenía que hacerme ver por los vecinos y las autoridades del cuartel, para que creyeran que no estaba en contacto con Camacho, que seguía siendo buscado por los sicarios de la tiranía. Tan pronto Camacho recibió las instrucciones de Frank, regresó a Santa Clara y lo instalaron en la casa del matrimonio de Clara Lubián y Roberto Gómez, Moropito. Al parecer las relaciones en Santa Clara marchaban con la mejor armonía, la cooperación que recibió Camacho fue intachable. Sin embargo, en una carta que Frank envió al Coordinador de Las Villas, expresa que el 12 de julio de 1957 había sido uno de los días más agradables al compartir unas horas con Mercedes (Margot Machado) y su hija. La carta expresa que había recibido informes que daban lugar a las siguientes instrucciones para realizar cambios en la dirección provincial:
“(...) Es indudable que en esas condiciones no se puede trabajar con la amplitud y capacidad que necesitamos. Ya de eso hablé extensamente con Jordán (Julio Camacho) y con Mercedes y creo que la mejor solución sería que poco a poco se le fuera dando a Jordán esa responsabilidad, y que tú te quedaras de coordinador y Mercedes de tesorera, aparte de toda la inmensa ayuda que pueda prestar en todos los sectores. A Osvaldo podrían ustedes hábilmente colocarlo al frente de un grupo que fuera a la Sierra, dado lo difícil que (ustedes podrían hacerlo razonar) se le está haciendo su situación y dada la necesidad urgente que tenemos aquí en la Sierra de jefes como él. Reúnanse los tres (tú, Mercedes jordán) y planteen esto lo más rápido que puedan, pues pronto habrá una subida a la Sierra. Le dije a Mercedes que irían cinco de Las Villas, pero en ese caso sacrificaríamos los cinco de Oriente y mandaríamos un grupo de diez ó quince, comandados por él.”
Las bases organizativas de la rama de acción y sabotaje, contribuyeron a fortalecer su estructura militarmente a lo que se llamó milicia, otorgando los grados militares correspondientes a los jefes de provincia y municipios.
A tono con estas orientaciones, el Coordinador de Las Villas, Allan Rosell, recibió en el mes de agosto los modelos oficiales firmados por Rene Ramos Latour, Daniel, con los grados correspondientes a los diferentes compañeros de acción, y el de Comandante para Julio Camacho, Jefe de Acción y Sabotaje provincial. Ya se habían producido los ascensos en otras provincias y municipios. Estos grados estaban sujetos a que en su oportunidad fueran ratificados por el Comandante en Jefe Fidel Castro.
Entre julio y agosto llegó a Las Villas, Octavio Louit Venzant (Cabrera, nombre de guerra) y en uno de mis viajes acompañé al santiaguero Raúl Perozo, que había estado propuesto para participar en el frente guerrillero que se pensaba abrir por Miranda en el mes de junio.
En Las Villas se desempañó como Jefe de Acción y Sabotaje en el municipio de Santa Clara, lo apodaron El Capitancito, por su juventud y su grado de Capitán de Milicia.
En la provincia de Las Villas, Camacho efectuó múltiples reuniones en función de acelerar los trabajos de reestructuración, visitó los municipios, estableciendo un trabajo directo con la base que le permitía conocer personalmente a todos los dirigentes del 26 de Julio en la provincia.
En Cienfuegos se reestructuró el movimiento en una reunión que se celebró en la vivienda de Carmen Lavandera, en la calle Santa Clara entre Urrutinier y Gacel. La Dirección del Movimiento quedó integrada de la forma siguiente: Pedro Antonio Aragonés, Totico, Coordinador; Puyín Olascuaga, Jefe de Acción; Osvaldo Dorticós Torrado, Jefe de Resistencia Cívica; Carmen Lavandero, Responsable de Finanzas. Entre los presentes estábamos también Manuel Lam, Cuco Pina, Rogelio Guillot, Osvaldo Rodríguez Ayala, su esposa Margot y yo.
ANTECEDENTES DEL LEVANTAMIENTO EN CIENFUEGOS
Mientras en Las Villas se trabajaba en el fortalecimiento del movimiento revolucionario, también se creaban las coaliciones para retomar los planes frustrados del mes de mayo en Cienfuegos, se realizaban contactos con miembros del 26 de Julio en el Escambray a través de Bienvenido Núñez, con vistas a crear en el momento oportuno el frente guerrillero.
En Santiago de Cuba el oficial de la Marina de Guerra Orlando Fernández García, Saborít, lograba una entrevista con Frank País, en la cual trataron importantes asuntos relacionados con los propósitos conspirativos entre la Marina y el Movimiento Revolucionario 26 de Julio.
De esta entrevista, que duró cinco horas, Frank escribió a Fidel, informándole, resumidamente, los aspectos tratados con el oficial, de cuya carta se desprende que Frank había recibido una favorable impresión de los criterios manejados por Saborit. A tono con la impresión recibida, Frank escribe a Fidel: "...Creo que hemos dado el paso más firme en lo que a relaciones con militares se refiere..."
El asesinato del dirigente revolucionario Frank País, el 30 de julio, traería serios inconvenientes a los planes conspirativos entre el 26 de Julio y los propósitos de abrir el frente del Escambray a través de Cienfuegos.
Es posible que Frank no hubiera involucrado la célula de Cayo Loco con una conspiración de carácter nacional que en aquel momento era bastante prematura. Pero los hilos de aquella conspiración que nada tenían que ver con Cienfuegos, se entretejieron durante el mes de agosto y se establecieron contactos y conversaciones propiciadas por Miguel Merino, quien, carente de disciplina y autorización para involucrarse, como intermediario en un asunto tan delicado, se valió de sus relaciones personales en Cienfuegos y en la capital del país, y así realizar contactos entre oficiales y dirigentes revolucionarios y de esta forma mezcló a oficiales de la conspiración nacional con la célula de Cienfuegos, dando lugar a una reunión efectuada en el poblado de Manacas, en Las Villas.
LA REUNIÓN DE MANACAS
En los últimos días de agosto, llegan noticias a Camacho de la reunión que había tenido lugar en Manacas entre un oficia de la Marina procedente de La Habana y personas relacionadas con el 26 de Julio en Cienfuegos, conocida como la Reunión de Manacas, a la cual asistieron el oficial de fragata Dionisio Sari Román y Miguel Merino, que se atribuyó el papel de vincular a San Román con los planes que se llevaban a cabo en Las Villas entre el 26 de Julio y la célula integrada por marinos en el Distrito Naval de Cayo Loco en Cienfuegos.
La noticia de la reunión efectuada en Manacas, sin el conocimiento de la dirección del Movimiento de Santa Clara, originó un gran malestar y, por su gravedad Camacho propuso tomar medidas disciplinarias contra los compañeros involucrados en el asunto y solicitó al dirigente nacional del 26 de Julio, comandante Faustino Pérez, información al respecto. El 29 de agosto de 1957, Camacho escribe al Jefe de Acción Nacional, Rene Ramos Latour, Daniel:
“(...) Habiéndome impuesto del contenido de la carta que hiciste a Hipólito,9 debo decirte que las personas que sostuvieron la entrevista no corresponden a la dirección de Cienfuegos ni son militantes del movimiento en dicha ciudad. De este asunto vengo conociendo desde hace algunos días y he dado órdenes a los responsables de distintos términos hasta los cuales llegaron solicitando ayuda, de no colaborar ni prestar esfuerzo alguno hasta tanto esta dirección lo autorice. Uno de los Sres. que hizo acto de presencia asumiendo la representación de ciertos elementos militares de La Habana, donde radica, se llama Miguel Merino y según informes posee una carta de Javier o Felipe Pazos. Es conocido por nuestro compañero Faustino, por cuyo motivo me dirigí a él pidiéndole investigue e informe lo que pueda conocer en relación a este asunto. En la comunicación dirigida al compañero Faustino, le manifestaba que de producirse estos hechos en forma aislada, equivaldría a una gran irresponsabilidad y haría un gran daño al movimiento. También le hacía saber que de ser oficiales las actividades de dicha persona, se había cometido grave falta al no comunicarlo a la dirección de esta provincia, y de ser clandestinas, debían de tomarse medidas rápidamente para evitar todo el mal que podían producir. Para mayor rapidez en el esclarecimiento de este problema, hemos acordado que me traslade a La Habana, así que en su oportunidad te pondré al corriente de todo cuanto conozca al respecto. Te saluda revolucionariamente, Gastón.” (Gastón, nombre de guerra que Camacho recibió en Santa Clara, después de quemado el de Jacobo).
Mientras tanto, se estaban efectuando una serie de reuniones de nivel nacional, en las que no participaba la provincia de Las Villas, porque la conspiración que se estaba fraguando no tenía que ver con los marinos del Distrito Naval de Cayo Loco del municipio Cienfuegos, atendidos por el Movimiento 26 de Julio de Las Villas.
El 30 de agosto tiene lugar en La Habana una importante reunión de Daniel y Faustino, con los diferentes factores que están participando en la conspiración iniciada por los ex oficiales de la Marina. En ella no puede participar Orlando Fernández, Saborit^ pues ha sido detenido...
Asisten por la Marina Dionisio San Román y Juan M. Castiñeiras. En la reunión se acuerda la fecha del levantamiento nacional para el 5 de septiembre. ‘‘
La detención de Saborit constituyó un duro golpe para el movimiento insurreccional de la Marina, pues muchos de los contactos y el ajuste final del plan estaban a su cargo, por lo que no pudieron ser concretados.
Hasta Santa Clara, llegan noticias con algunos detalles de la conspiración nacional. Miguel Merino le hace llegar esta a Guillermo Rodríguez del Pozo y este propicia una entrevista con Camacho. Merino le informa que las acciones del levantamiento de la conspiración de la Marina tenían un carácter nacional y que se contaba con Cienfuegos para el levantamiento, le informa también la fecha y hora. Esta información unida a la reunión de Manacas y los anteriores acuerdos tomados sin el conocimiento de Las Villas, hacen que Camacho decida viajar de inmediato a La Habana para conversar con Faustino Pérez.
El día 3, Camacho se traslada a la capital. La reunión con Faustino se efectuó el día 4, es en esa reunión que Faustino le informa a Camacho que en una reunión nacional entre el 26 de Julio y la Marina, se acordó que la fecha de las acciones contra el régimen fuera el día 5 de septiembre, faltaban solamente unas horas para las acciones. Faustino le da a conocer el compromiso de la Marina de Guerra con las acciones, lo que le confiere carácter nacional a la conspiración.
Estas acciones se desarrollarían en La Habana y en otros lugares del país entre los que estaban Mariel y Santiago de Cuba, entre los más significativos.
Se había elaborado un plan sin contar con la provincia de Las Villas para respaldar las acciones, a pesar que esta preparaba la apertura de un frente guerrillero en el Escambray y contaba con una célula en la Marina del Distrito Naval de Cayo Loco en Cienfuegos, de donde tomarían las armas.
Faustino explicó a Camacho que esta conspiración planificada para el 5 de septiembre, tenía una perspectiva nacional, con posibilidades de triunfar en el derrocamiento de la tiranía.
A pesar de la contrariedad que el desarrollo de todo aquello le había causado a Camacho, acostumbrado a cumplir disciplinadamente las decisiones del Movimiento Revolucionario, aceptó incorporarse al plan acordado y poner su mejor empeño en lo que a él le correspondía.
. La tarde avanzaba y él debía trasladarse a Cienfuegos, para poner en marcha un plan de alzamiento que en aquel momento la Dirección de Cienfuegos desconocía.
El comandante Faustino Pérez le preguntó a Camacho si la Dirección de Las Villas tendría inconveniente en que un oficial participara en Cienfuegos en representación de la conspiración nacional de la Marina. Camacho le responde que no debía haber objeción y que él (Camacho) pensaba llegar a Santa Clara para informar al resto de los miembros de la Dirección Provincial todo lo acordado.
Faustino expresó agradecimiento a Camacho por su comprensión en apoyar el levantamiento, pese a los malos entendidos que se habían presentado con anterioridad y se despidió de Camacho deseándole buena suerte. El poco tiempo que mediaba para las acciones no permitía hacer otras aclaraciones.
Camacho recogió a Dionisio San Román en 25 y O en El Vedado, en la casa de Rolando Ortega, conocido por el Boxo, estaba cayendo la tarde cuando salieron para Las Villas.
En Colón se separaron y Merino, quien conducía la máquina, continuaría para Cienfuegos llevando a San Román, Camacho tomaba un carro de alquiler para continuar hasta Santa Clara, donde informaría a la Dirección del Movimiento las orientaciones recibidas y el plan de alzamiento que tendría lugar al día siguiente.
. En la reunión que había solicitado Camacho estuvieron presentes los cuadros de Dirección del 26 de Julio, Allan Rosell, Coordinador Provincial del 26 de Julio, Margot Machado, Tesorera; Guillermo Rodríguez del Pozo, Osvaldo Acosta, Octavio Louit, Cabrera, responsable del Movimiento Obrero 26 de Julio y Raúl Perozo, Jefe de Acción del municipio de Santa Clara, donde se desarrollarían acciones para distraer las fuerzas de la tiranía, limitando su poder operativo contra Cienfuegos, donde tendrían lugar las acciones principales de la provincia.
. Camacho asumía la jefatura del alzamiento, como Jefe de Acción y Sabotaje del 26 de Julio de la provincia, y el capitán de fragata Dionisio San Román, se incorporaba, representando a la conspiración nacional.
. Cienfuegos jugaría un rol de apoyo a las acciones a realizar en La Habana junto con otros lugares del país, enrolados por la Dirección Nacional de la conspiración.
Después de la reunión, Camacho se hizo acompañar por Osvaldo Acosta para que le manejara el automóvil hasta Cienfuegos, el punto acordado donde San Ramón y Merino lo estaban esperando era la casa de Alejandro Suárez, donde estaba refugiado el Jefe de Acción y Sabotaje de Cienfuegos, Pedro Antonio Aragonés, Totico, posteriormente se incorporaron Raúl Coll y Rogelio Guillot, mientras la esposa de Alejandrito adaptaba los uniformes y preparaba brazaletes para los combatientes, los hombres reunidos organizaban los detalles de las acciones que realizarían al amanecer.
El desarrollo alcanzado por la Dirección del 26 de Julio en Las Villas, facilitó poner en marcha las acciones armadas en tan poco tiempo.
Acordaron localizar al cabo Santiago Ríos, Jefe de la célula del 26 de Julio en el Distrito Naval enclavado en Cayo Loco.
Ríos debía crear las condiciones para la entrada de la Dirección del 26 de Julio encabezada por Camacho y la Marina por San Román.
Mientras en Cienfuegos se movilizaban las fuerzas revolucionarias para darle cumplimiento a los acuerdos concertados nacionalmente en la Habana, un grupo de oficiales de la Marina de alta graduación, incorporados a última hora de forma unilateral, posponían las acciones a espaldas del 26 de Julio y, por supuesto, sin cursar aviso al capitán de fragata San Román, que había sido designado por sus compañeros para actuar en las acciones de Cienfuegos.
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Tomado de "Historia de una gesta libertadora 1952 - 1958" de Georgina Leyva Pagán- Historia-Editorial Ciencias Sociales,
Págs.132 a 146.
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GRUPO DE HISTORIA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA EN SANTA CLARA (ACRC)
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