EL HUMANISMO: POLÍTICA DEL PRESENTE Y ÉTICA DEL FUTURO
Por: Ariel Barreras Enrich
RESUMEN:El libro es una revolucionaria interpretación del humanismo, una metodología ética y un análisis del reciente anti-humanismo imperialista en la recién reunión sobre el Cambio Climático de CopenhageEn en Diciembre del 2009
ÍNDICE
Si no tuviéramos que edificar el socialismo con los elementos que nos ha dejado el capitalismo, la tarea sería fácil. Pero la dificultad reside en que nos vemos obligados a edificar el socialismo con elementos completamente corrompidos por el capitalismo.
Lenin: Obras Completas. Tomo 28 pág 201
Editora Política. La Habana 1963
ANUNCIO 3
ALGORITMOS FILOSÓFICOS 6
I -INTRODUCCIÓN. 10
II -OBSTÁCULOS HISTÓRICOS AL HUMANISMO. 27
III-FUNDAMENTACIÓN DEL HUMANISMO. 41
IV -SURGIMIENTO DE LA SOCIEDAD HUMANISTA. 69
V –INCURSIONES DE LA BIOÉTICA EN LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA 77
VI-ANEXOS.
Argumentos de Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales sobre maniobras anti humanistas en la Cumbre Climática de las Naciones Unidas en diciembre de 2009. 98
ANUNCIO
Identidad nacional, independencia, progreso y cultura, son cuatro pilares de la supervivencia, no sólo para Cuba, también para los pueblos de la Patria Grande americana. Cuando Fidel define a la cultura como eje y sustento del socialismo cubano, con él Hugo Chávez promueve el socialismo del siglo XXI y Rafael Correa proclama la Revolución Ciudadana, los tres coinciden en la defensa de la identidad y soberanía de los pueblos, ello lleva implícita una convocatoria a la participación de todos en ese empeño. Porque la identidad no es sólo lo que se hereda en hábitos, costumbres, historia o esa filosofía común que se expresa como temperamento ante la violación de principios evidentes, sino proyecto de vida en el que se participa para desarrollar lo que nos enorgullece, tal como argumenta Evo Morales. A esa convocatoria acuden los sectores más dinámicos de la heterogeneidad social que nos caracteriza y necesariamente, cada cual difundirá las ideas que les son afines, amoldándolas bien o regular al objetivo que nos proponemos.
Lo que no se sabe, es en qué medida ese objetivo común puede ser distorsionado por el prisma de cada enfoque; riesgo latente, si no hay precisión en las aristas que abarca dicho objetivo. Por ejemplo, la arista política está bien definida gracias a la más que centenaria historia de luchas por la independencia y soberanía nacionales y el tormentoso conflicto que nos impone la injerencia norteamericana. Pero, la arista económica que implica salvaguardar y desarrollar la propiedad nacional sobre los medios fundamentales de producción, ha tenido una convulsa trayectoria de avances y retrocesos desde los mismos orígenes de nuestros países, excepto el corto período de 45 años en que Cuba la ha consolidado. Sin embargo, la importancia de una economía verdaderamente nacional, es decir al servicio de la población toda, escapa a muchos que sólo interpretan la economía como un proceso que debe conducir a indicadores promotores del derroche personal, mucho más allá del lógico bienestar que merece cualquier persona. En consecuencia, aparece la indiferencia ante la propiedad social, las violaciones de la disciplina institucional y laboral, la negligencia ante las responsabilidades y el criterio mercantilista puro de trabajar sólo en aras de la ganancia. También constituyen ejemplos, la arista de la Defensa de la Patria y su futuro; la del nuevo alcance y significación del Derecho y la Justicia, incluyendo la social.
La comprensión socialista de la economía requerirá instruir persistentemente a cada generación en el significado de la teoría de la plusvalía y desarrollar teorías pospuestas o postergadas, como la de la distribución social, que las revoluciones cubana y venezolana han puesto en primer plano, pues no se trata de vencer en el mercado mundial al capitalismo con sus armas, sino de superarlo como sistema social. Igual ocurre con las demás aristas, dentro de las que hay que desarrollar enfoques esenciales.
Pero, todo eso sería poco si no se hace entender que detrás de todas esas teorías especializadas, debe haber un sustrato ético fundamental para convertir en convicción revolucionaria de todo el pueblo, los valores morales que han motivado a los que las originan y aplican. El centro de ese sustrato son los conceptos de humanidad y humanismo. Sólo sobre esa base puede derrotarse a su contraria: la política clasista burguesa y reivindicar la política revolucionaria. Las misiones internacionalistas, principalmente las médicas y educacionales de hoy y los programas de integración para el desarrollo del ALBA, en esta etapa en que el mundo vive insólitas situaciones de exterminio y egoísmo, constituyen formas esperanzadoras y concretas de cómo desarrollar el humanismo revolucionario.
Ahora bien, ¿en qué consiste el humanismo? ¿es un fenómeno antiguo o reciente? ¿Cuáles son sus categorías o conceptos principales? ¿Hay alguna institución depositaria tradicional del mismo? Cuando se llama a generalizar y universalizar la cultura, hay que tener respondidas esas interrogantes; lo contrario es correr el riesgo de sectarizar la cultura y el humanismo. En ello está más presente que nunca el aserto leninista de que sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria.
Estas ideas fueron las centrales en el espacio, que en el año 2000, me concedió el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón dentro del Diplomado de Bioética y se han repetido cada año hasta el 2005, en la Maestría sobre el mismo asunto. Ahora pretendo presentarlas como referencia bibliográfica para los tres objetivos que me parecieron importantes:
1. Fundamentar el humanismo revolucionario, único posible en la actualidad, devalorando mitos y engaños tradicionales.
2. Desarrollar un método para construir teorías éticas y demostrar la invalidez de teorías de otro tipo, que se presentan como tales.
3. A partir del método, brindar el fundamento para desarrollar técnicas en la formación de valores en general y la selección ética de los cuadros.
Sin embargo, la meditación teórica solamente es insuficiente para convertir la Ética humanista en hegemónica. Sin negar la necesidad de la sistematización propuesta, es evidente que no se rebasa el nivel de trasmisión de valores que lograban los misioneros religiosos durante la expansión capitalista del llamado Renacimiento. Por eso, desde que hay Estado los gobernantes, muchas veces, han incorporado al sistema jurídico la acción de las instituciones que trasmitían los valores de su ideología; por ejemplo, por mucho tiempo la Iglesia certificaba la limpieza de sangre de los súbditos del país que aspiraban a un reconocimiento sustancial. Con ello, se continuaban los procedimientos de Carlo Magno, quien determinó que todos sus súbditos debían aprenderse el Padre Nuestro en el término de un mes o recibirían treinta palos y varias semanas a pan y agua, hasta que pudieran recitarlo de memoria; una práctica semejante, imitada por de reyes, cónsules, emperadores y sultanes, que sentaron tales precedentes en diversas partes del mundo, llega hasta sistemas actuales con parlamento; por ejemplo, Estados Unidos, donde los procesos judiciales comienzan con el juramento de los declarantes (con independencia de su credo) sobre una Biblia protestante.
Desde luego, no se trata de legitimar esa función de policía ideológica sobre el poder judicial, como acostumbran los regímenes fascistas y fascistoides, sino de que en el sistema jurídico el humanismo presida los procedimientos y decisiones e impida los subterfugios de quienes han violado la legalidad y luego pueden ampararse en ella para escapar a sus acciones. Ahí tenemos el caso de Pinochet, destruyó la legalidad chilena y luego de la supuesta reinstalación de la misma, nunca pudo ser juzgado porque había que garantizarle un derecho de justicia que siempre negó a sus víctimas. La historia demuestra que el Derecho de los explotadores siempre se basa en justificantes extrajurídicos; así, existió el “derecho de conquista” enarbolado por Vasco de Gama, Cristóbal Colón y otros semejantes, que consistía en el simple procedimiento de anunciarlo a sus víctimas en un idioma ininteligible y empezaba a aplicarse inmediatamente por medio de la violencia. Otra forma refinada de lo mismo lo constituye el “derecho de ocupación” que al hacerse sistemático se designa como “derecho consuetudinario”, denominación aparentemente neutral, pero que nunca se reconoce a los pueblos originarios cuando son invadidos y que se refrenda con el supuesto argumento de la “fuerza como fuente de derecho”, la que no requiere demostración lógica. Tal parece que la Ética humanista no puede conciliarse con el Derecho; pero, José Martí expresó: “Yo quiero que la ley primera de la República sea el respeto a la dignidad plena del hombre” y también afirmó: “Conquistaremos toda la Justicia”. ¿Por qué esa pretensión martiana de regular éticamente al Derecho?
Porque elevándola como Principio rompe la relación maquiavélica entre medios y fines, fundadas en estrechos intereses de clase. No concibe la República como el área de dominio de una clase, porque no está pensando sólo en nuestro país, sino en la Patria Grande: en el fiel de la balanza de la Historia de América ve a las Antillas, principalmente Cuba y Puerto Rico, para inclinarla hacia un futuro venturoso, frente a la expansión imperialista de Estados Unidos. Nosotros podemos comprender eso, también por otra vía: el legado de los Manuscritos Filosóficos y Económicos de 1844 de Marx y Engels, donde afirman que la clase obrera no sólo se va a emancipar ella, sino que emancipará a toda la sociedad; es decir, su situación ante la propiedad es el modelo que debe generalizarse, para una participación justa de todos en la riqueza creada por la humanidad. Con ello, la Ética del proletariado coincide con la Ética de la humanidad.
Cuando José Martí propone introducir la Ética como parte del cuerpo jurídico, ella deja de ser una opción subjetiva, individual y aleatoria, convirtiéndose en una obligación o deber social generalizado. De ese modo Martí convierte la Ética humanista en un instrumento para la educación moral de todos los miembros de la sociedad y un criterio para validar el ejercicio de la ética de las clases. Él no profundiza en el asunto porque todavía no hay República, tiene por delante una guerra que en el Manifiesto de Montecristi propone como breve y sin odio al soldado español, pero necesaria, que debe conducir a la Independencia. Al morir en combate, dicha tarea quedó pendiente; pero empezó a concretarse en la línea política desarrollada por Fidel en la práctica del Internacionalismo y ahora se desarrolla en diversas direcciones prácticas con la creación del ALBA y la Revolución bolivariana de Venezuela. Sobre la base de esas experiencias es posible comenzar una conceptualización para su estrategia.
Después de la fundamentación humanista de la constitución propuesta por Martí, se hace necesario delimitar jurídicamente los momentos de su preeminencia sobre cualquier otra Ley, regla o disposición, de manera que no quede a la interpretación personal de un juez o tribunal.
¿Cuál es el momento de la preeminencia ética en la Ley?
Cuando es violada o esté en riesgo de ser violada la jerarquización categorial básica de la existencia, en este orden descendente de importancia: la especie, la nación, la etnia, la identidad cultural, el sector social y la persona. Aquí entran en escena el manipulado concepto de los derechos humanos, muchas veces presentados como individuales y en oposición a la sociedad y el supuesto deber de cumplir órdenes genocidas.
Si la Ética se estructura dentro del sistema jurídico, también se resolverían expeditamente litigios y contradicciones de monopolios y latifundios con Estados que están obligados a eliminar la desigualdad social, para evitar su desaparición y la de sus habitantes. La necesidad de esa jerarquización es un aspecto desarrollado en este trabajo.
El Autor
ALGORITMOS FILOSÓFICOS
José Martí ha dicho: " la guerra que se nos hace es de pensamiento; ganémosla a pensamiento" y eso implica una enseñanza: la necesidad de variar los instrumentos de nuestras ideas. No podremos combatir con éxito si en cada sector de conocimiento las referencias terminológicas o de enfoque, que empleemos, son las que imponen los partidarios de la explotación del hombre. Por ejemplo, en Filosofía se mantiene la valoración cosmológica del tiempo y los argumentos descansan en los descubrimientos físicos y astronómicos, mientras tanto, se supone invariable el tiempo social (concebido como una diversidad para un conglomerado de ricos, pobres, parásitos y marginados), que se repite indefinidamente, para convalidar las secuelas deshumanizadoras de esa interpretación.
Si, como dice Marx, "la riqueza de una sociedad se mide por el tiempo libre que concede a cada uno de sus miembros" y si toda sociedad vive porque se trabaja, el tiempo real hasta ahora es el de los trabajadores quienes están obligados a dividirlo en tiempo productivo y tiempo de recuperación, significa también que las sociedades que han predominado han sido muy pobres, porque sólo conceden ese derecho a minorías dominantes. Descontando las mayorías en los países pobres, que ejercen un tiempo productivo siempre en precario, entonces, ¿qué valor tiene el bienestar de quien debe trabajar en dos empleos, como en Estados Unidos, para llenar su casa de artefactos y sólo dispone de seis horas diarias para dormir, comer, hacer el amor y "recrearse" encerrado en su vivienda? ¿En cuál vida socio cultural participa? Ejemplo evidente es el de los inmigrantes, quienes gradualmente se van aislando, debilitan y reducen sus relaciones con amistades y familiares impedidos de mantener la costumbre de visitas espontáneas y son obligados a concertar un día "libre" para ello.
La llamada sociedad de consumo es una maquinaria productiva, que exprime al máximo los recursos físicos y nerviosos de sus trabajadores desgastándolos prematuramente, al tiempo que los atiborra de bienes instrumentales. Allí ocurre algo análogo al manejo de aves, vegetales y ganado: una hipertrofia de rendimiento, a costa de fertilizantes, pienso enriquecido o tratamiento hormonal selectivo. Aceptado ese mecanismo, queda sin lugar el análisis sociológico del tiempo social de los creadores, entendido como tiempo vital y la Filosofía y
las demás disciplinas al servicio del sistema, no van a ocuparse de abordarlo, aunque hacen esfuerzos denodados por presentarlo como modelo ideal para nuestras sociedades de sub consumo.
De igual modo, los teóricos capitalistas exportan la idea de que todos necesitan un supuesto pluralismo de partidos y que éstos tengan el mismo marco limitado de sus programas políticos: el escamoteo de las soluciones a los problemas nacionales, aceptación de condiciones onerosas del Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, la complicidad en guerras sucias o campañas difamatorias contra movimientos progresistas, la renuncia a su propia soberanía, la xenofobia y el nacionalismo vulgar. Por tanto, se trata de un pluralismo falso, tal como el de los Demócratas y Republicanos en Estados Unidos.
Nosotros entendemos por pluralidad real la de los sectores sociales (niños, jóvenes, mujeres, mujeres, hombres, etnias, campesinos, obreros, intelectuales), que han sido marginados del progreso social en su país y requieren de un programa común, que es el derecho a igualdad de oportunidades para lograr la vida, la vivienda, la comida, el trabajo, la salud, la cultura y la supervivencia de sus identidades. Esta es una pluralidad que debe ejercerse cotidianamente, no formalmente cada cuatro años en elecciones, por demás, fraudulentas.
Por eso debemos marchar codo a codo los que defendemos el humanismo, que es luchar por el presente y por el futuro y en esa tarea hay que reivindicar la Filosofía, porque la línea de pensamiento que se originó a partir de Platón, atribuyó un aura especulativa a esta disciplina, destinada a ejercitar el "espíritu". En su historia posterior muchas élites hallaron refugio a la sombra de la idea de una supuesta separación y superioridad del pensamiento sobre la "materia", fomentando de paso el prejuicio sobre la inutilidad o parasitismo de la Filosofía.
Sin embargo, la Filosofía es particularmente útil desde Carlos Marx la constituyó en Ciencia. Su trabajo en ese campo permite comprender, que cuando se pretende hacer ciencia, hay que presuponer la sujeción a leyes de los fenómenos y la tarea científica consiste en hallar esas leyes o al menos, las regularidades que las expresan y en éste último caso, se trata solamente del problema de la precisión del conocimiento, que en la filosofía marxista se define considerándolo tanto en el “carácter relativo de la verdad, como en el absoluto". En esa posición no hay sitio para el cadáver del agnosticismo, sobre el cual Federico Engels expresó:
"La refutación más contundente de estas extravagancias, como de todas las demás extravagancias filosóficas, es la práctica, o sea, el experimento y la industria. Si podemos demostrar la exactitud de nuestro modo de concebir un proceso natural reproduciéndolo nosotros mismos, creándolo como resultado de sus mismas condiciones, y si, además, lo ponemos al servicio de nuestros propios fines, damos al traste con la "cosa en sí" inaprensible de Kant. Las sustancias químicas producidas en el mundo vegetal y animal siguieron siendo "cosas en sí" inaprensibles, hasta que la química orgánica comenzó a producirlas unas tras otras; con ello, la "cosa en sí" se convirtió en una cosa para nosotros, como por ejemplo, la materia colorante de la rubia, la alizarina, que hoy ya no extraemos de la raíz de aquella planta, sino que la obtenemos del alquitrán de hulla, procedimiento mucho más barato y más sencillo"
Y como casi todas las formas de la actividad humana contemporánea se atienen a la norma de generalizar y comprobar luego en la práctica, los nuevos agnósticos no enfrentan a los que tantas conquistas ponen a disposición del Progreso Social. En vez de ello, arremeten contra el racionalismo en general recomendando que no se piense y se acuda a los “instintos”, a la “intuición”, porque así se es más “auténtico”.En lo particular, acusan al marxismo de ser determinista (en su versión mecanicista). Pero el determinismo marxista es dialéctico; o sea, incluye una categoría especial: la mediación dialéctica. Al ostentar esa posición como” más abierta” o “tolerante”, en realidad revelan que su indeterminismo es el basamento filosófico de un oportunismo vulgar.
De todos modos, las consecuencias de la Revolución Científico Técnica y las ideas de globalización, prácticamente asentadas al inaugurarse el año 2000, apuntan a la inevitable universalidad del humanismo para todos los pueblos, grupos y naciones. Para hacer más propicias estas nuevas circunstancias, la tarea filosófica debe ser "cientificar" la vida teórica y práctica contemporánea; lo cual significa que la filosofía debe cumplir un mandato de síntesis del pensamiento, como nunca antes pudo proponerse.
Quedó atrás, para ella, el largo período de esclarecimiento de principios generales: cosmológicos, gnoseológicos, sociológicos y metodológicos; productos de los virajes sofísticos y cartesianos, porque éstos ya se han convertido en instrumentos tácitos y expresos de las ciencias particulares. Por ejemplo, el problema fundamental de la filosofía: la relación entre el pensar y el ser, tiene su aceptación materialista en las ciencias fisiológicas, dado que no se concibe un pensamiento independiente del cerebro; sólo los que aún realizan enfoques especulativos sobre la interacción nerviosa con la realidad (conciencia y práctica), persisten en difundir ideas envejecidas. Ello es como creer que puede existir el movimiento de un automóvil sin dicho vehículo.
La verdadera filosofía tiene por delante la tarea de concretar principios, que faciliten la creación no sólo en el pensamiento científico, también en sus aplicaciones; ahí está el mejor libro de Filosofía del Siglo XX para demostrarlo: “Materialismo y Empiriocriticismo” de Lenin, que los académicos se empeñan en ignorar para su propia ceguera. Simultáneamente, las escuelas filosóficas que no puedan hacerlo, se convertirán en fósiles especulativos, capaces únicamente de suministrar objetos de estudio sobre la arqueología del pensamiento.
Cuando hablamos de esa actividad de síntesis filosófica, nos referimos a su capacidad para construir algoritmos filosóficos y sus principios correspondientes, en respuesta al enfoque multidisciplinario que exigen los problemas actuales. Ello consiste en la definición de varias tareas imprescindibles para ese trabajo:
1. Definición del empleo metodológico del lenguaje en cada ciencia, no de enfoques filológicos tradicionales, como medio de comunicación con otras.
2. Precisión del objeto de estudio-trabajo en su actualidad, al abordar cada ciencia
3. Procurar la concreción del método, como sistema de procedimientos, para abordar las relaciones entre objetivos, medios y fines, implicados en el enfoque concreto del objeto de estudio-trabajo.
4. Brindar criterios de validez para dar coherencia a la aplicación y resultados del sistema de procedimientos o método concreto.
Los capítulos que se ofrecen a continuación, excepto el último, son conferencias para postgraduados en medicina, que imparto desde 1998 en el Instituto de Ciencias Médicas de La Habana; todos tratan de cumplir ese cometido filosófico con un contenido esencialmente ético-humanista.
Puede constatarse que ningún imperativo categórico, ninguna idea apriorística, ninguna visión teleológica, ha podido suplantar la realidad y menos, ha contribuido a mejorarla. Porque ha sido la acción de los hombres, obligados a afrontar los problemas que las circunstancias han puesto delante de ellos, la que ha logrado los resultados deseables o indeseables que tenemos hoy día.
Por eso, desde que el marxismo reveló la interdependencia económica y cultural en el desarrollo social, puede comprenderse con toda claridad que la humanidad ha transitado hacia un peligro común, más acentuado en estos tiempos: el de la desaparición de la especie, dada por cambios ecológicos y políticas genocidas que incluyen riesgos de conflictos nucleares y bacteriológicos. Dada la presión de problemas globales, que requieren de la colaboración mancomunada para solucionarlos, y las aspiraciones, cada vez más generalizadas de lograr la unidad dentro de la diversidad humana, no tiene sentido la construcción de una teoría ética que se proponga objetivos individualistas o institucionales restringidos.
Se hace patente que hoy día no se puede confundir la doctrina ética con los programas políticos y escamotear el carácter general, de fundamentación y de crítica que debe tener la ética humanista sobre la política, la ciencia, el derecho o cualquier otra Forma de la Conciencia Social. Si se hace a la inversa y la política o la posición confesional determinan la ética general, la transformarían en sectorial o elitista, haciendo que se pierda el carácter humanista, general o común de la moral y las funciones que debe realizar. Lo cual es comprobable a través de la Historia, donde se ha demostrado que el predominio de los programas políticos y confesionales sobre la ética humanista ha provocado siempre la anulación de ésta. Al respecto, Federico Engels había observado:
"La posibilidad de experimentar sentimientos puramente humanos en nuestras relaciones con otros hombres se halla ya hoy bastante mermada por la sociedad erigida sobre los antagonismos y la dominación de clase en la que nos vemos obligados a movernos; no hay ninguna razón para que nosotros mismos la mermemos todavía más."
Ariel Barreras Enrich
La Habana Noviembre de 2006
I INTRODUCCIÓN.
El Humanismo, convertido en un fantasma por las especulaciones de los teóricos burgueses, quienes primero no supieron y más tarde no han querido precisar su estructura ética, se disuelve como una nube cada vez que se le aborda con los métodos que ellos proponen. Igualmente, ello se observa en la indefinición de su alcance: unos le sitúan vagamente en el llamado período del Renacimiento, identificándolo con el sensualismo que atenúa y edulcora la aridez clerical procedente del medioevo; otros, traspolan esa interpretación hedonista a la antigüedad para afirmar supuestos antecedentes históricos desde el esclavismo y últimamente, en el campo de la recién parida Bioética, se ha inventado un "naturalismo cristiano", que le daría origen.
El objetivo de esta obra es abordar los principales problemas metodológicos, históricos, políticos, filosóficos e ideológicos que han obstaculizado un enfoque coherente del Humanismo y dejar sentado, además, que el desarrollo del Humanismo es imprescindible para la teoría marxista, que no es nuevo en ella, ni puede traerse desde fuera, incorporando especulaciones ajenas, como se ha pretendido al empastarle incoherencias existencialistas o psicoanalistas, so pretexto de completar o superar lo que llaman limitaciones del marxismo y sus creadores.
La propaganda burguesa, con su tradicional práctica del embuste, afirma además que el marxismo es ajeno a las personas y que los individuos son títeres del Estado. Permeados y pagados por los capitalistas, repiten lo mismo para las huestes revolucionarias demagogos y plumíferos de toda laya, ignorando a sabiendas lo que opinaron Marx, Engels y Lenin al respecto.
Este propósito de completamiento agregándole retazos de teorías ajenas que parten del subjetivismo, violaría la coherencia del método y la teoría marxista, que descansan en la objetividad más rigurosa. De igual modo opera la "superación", aún en la más ortodoxa significación hegeliana, que pretende abandonar sus planteamientos y sustituir su teoría por otra cosa. Lo habitual con Marx es emplear el procedimiento de adulterarlo, quien haya leído el Manifiesto Comunista sabe que en él se critican fuertemente diversos modelos de socialismos pre-científicos, sin embargo, la propaganda académica burguesa los presenta como ejemplos para denigrar la teoría de Marx y Engels. Muy diferente es el recurso que emplean habitualmente cuando se refieren a teóricos anteriores. Por ejemplo, Platón es abordado con sentido apologético y abunda la adjetivación favorable a su modelo de República a pesar de el griego hace allí formulaciones que hoy llamaríamos nazistas; Aristóteles recibe una valoración técnica por su sistematización de la Lógica y se analiza superficialmente su propuesta de ética esclavista que pretende ser traída íntegra a la actualidad para justificar las desigualdades.
Es decir, que por idiotismo de unos y perfidia de otros no se leen los textos marxistas originales, sino lo que dicen supuestos intérpretes que colocan sus versiones interesadas. Por otra parte, Marx, Engels y Lenin, nunca dijeron que estaban ofreciendo una receta que debía seguirse invariablemente. Su argumentación no fue una predicción del futuro, pues estaban muy lejos de considerarse profetas del comunismo. ¿Por qué, entonces se insiste en decir que ellos no hablaron de tal o cual fenómeno social? ¿Por qué exigirles a ellos profecías que no se les exigen a otros que han desarrollado interpretaciones sociales a través de la historia? Ellos reiteraron en infinidad de ocasiones que su teoría era "UNA GUÍA PARA LA ACCIÓN", lo cual significa que no hay que adaptarla, ni completarla eclécticamente y menos sustituirla mediante la aparente superación, sino DESARROLLARLA ante cada situación social.
El gran aporte de Marx es que por primera vez convierte el estudio de la historia y de la sociedad en una actividad científica, brindando un método que parte de considerar que el desarrollo de la humanidad y sus instituciones no tiene un origen ajeno al proceso histórico, no ocurre arbitrariamente, ni debido al capricho o la genialidad de un hombre excepcional, sino en virtud de leyes sociales propias y objetivas y de la misma manera que Darwin explicó por primera vez la Biología en forma científica, ateniéndose al mismo enfoque metodológico. Ya Darwin ganó su pelea, porque sus descubrimientos permiten mayores ganancias en la explotación de la naturaleza: pero Marx aún recibe los ataques de quienes engañan a la humanidad.
Según el marxismo, los hombres que aparecen como geniales en la sociedad, sólo son su resultado, se convierten en tales y lo demuestran cuando interpretan acertadamente los hechos. Igual puede decirse de cualquier institución. De ello se deduce que el DESARROLLO de esa teoría revolucionaria sólo es posible a partir de su propio método dialéctico, aplicado a la elaboración teórica, es decir, a su relación con la práctica social. Marx y Engels, abnegados luchadores por la Libertad y el bienestar de la especie humana no se dedicaron especular, sino a elaborar un método científico ya aceptado a hurtadillas por arqueólogos y psicólogos burgueses: que el trabajo social y sus resultados, crearon al hombre, su lenguaje y sus instituciones, como lo demuestran en los hallazgos de objetos materiales y experimentos
Vale aclarar que de la variada y controvertida producción ideológica o filosófica de los siglos XIX y XX occidentales, sólo han quedado en pie las doctrinas de Tomás de Aquino y Carlos Marx. Todas las demás están arrinconadas como piezas de museo en la Historia de las Ideas, de ellas no quedan representantes activos que tengan verdadera influencia. Sólo el tomismo y el marxismo tienen una base social que las sustenta: el primero la alimenta con su promesa de la salvación sobrenatural y el segundo con su capacidad para revelar la esencia de la explotación contemporánea y coordinar la resistencia contra ella. Lo prueba el hecho de que todas las teorizaciones los toman como referencia, tanto en sentido positivo como negativo. Lo último que enmascaró esta situación fue el neoliberalismo teórico, que no era ni liberal ni nuevo, ni fue realmente una doctrina por su doble falta de coherencia y consistencia teóricas. Y si pudo estremecer por una década el ámbito publicitario, no el intelectual, fue porque el Imperialismo estableció su vinculación parasitaria al proceso de globalización, pero éste continúa y el neoliberalismo ha transformado su virulencia en descrédito.
"Huérfano de ideas", como ha dicho Fidel, el Imperialismo abandona el camino de las argumentaciones y se dedica simplemente a mentir, basado en la posibilidad que le da el control monopólico de los grandes medios de comunicación y a saquear y exterminar, con el mismo impulso depredador de los antiguos fenicios, cartagineses y romanos, porque son poseedores de la más poderosa maquinaria de matar individuos que ha existido. A pesar de todo, son incapaces de vencer a la humanidad.
En ese sentido conviene liquidar cuentas con un escritor de filosofía marxista que deslumbró a muchos en la década de los sesenta: Louis Althusser, al que posteriormente se le atribuyó una oscura leyenda, quien hizo todo lo posible por convertir en anti humanista el marxismo, so pretexto de perfeccionar su carácter científico, como si la Ciencia o cualquier actividad social pudieran ser ajenas a la Ética, después que las aberraciones de Menguele, se han transformado en simples tanteos de perversidad en comparación a la guerra contra Vietnam y el silenciado Bloqueo contra Cuba, y la satanización de la Revolución Bolivariana de Venezuela, desatados por el imperialismo norteamericano.
En su trabajo Louis Althusser se propone dos tareas y un resultado: primera, intenta redefinir la estructura y el contenido de la filosofía marxista; segunda, desvalorar los trabajos teóricos iniciales de Marx y Engels, a la vez que las críticas filosóficas de Lenin, de manera que se rompa la continuidad del pensamiento marxista; por último, el resultado: fragmentar el núcleo dialéctico del marxismo, transformando su metodología en una incoherencia y el enfoque final resulta un materialismo contemplativo, so pretexto de afianzar su carácter científico y teórico puros, al margen de una práctica concreta.
Comienza expresando: "Precisando una vez más, podemos decir: el materialismo histórico tiene por objeto los MODOS DE PRODUCCIÓN que han surgido (y surgirán) en la historia, su estructura, su constitución, su funcionamiento y las FORMAS DE TRANSICIÓN que hacen pasar de un modo de producción a otro."(p.4)
Aquí introduce una función profética del estudio del objeto del materialismo histórico, pues ninguno de sus creadores afirmó que pudiera estudiarse un objeto antes de existir. Lo que afirmaron fue que estudia los modos de producción que existen o existieron; por ello Marx y Engels se negaron a trazar normativas sobre la vida futura, véase al menos el "Anti Dühring". Otra falacia es afirmar que estudia las "formas de transición", cuando en realidad lo que aborda son. Las "leyes" que rigen la transición de un sistema social a otro. Sin embargo, Althusser exige: “La importancia de una teoría desarrollada acerca de las formas de transición hacia el socialismo y el comunismo es algo que no puede escapar a ningún marxista: en efecto, el conocimiento científico de esas formas influye directamente en toda la actividad económica, política, jurídica e ideológica de la ." (p.5)
Por el subjetivismo que posee, ese planteamiento es ajeno al marxismo, quien postula precisamente lo opuesto: toda la actividad económica, política, jurídica e ideológica de la Revolución (lo que él llama construcción del comunismo y de tránsito al comunismo, sin que nadie pueda marcar sus límites), es la que influye directamente sobre el conocimiento científico de las llamadas formas de transición, que no pueden ser más que experimentales, como muestra la historia de los diversos modelos de socialismo, es decir, se parte de una práctica social no acabada (estructuras de participación económica, política, culturales, de distribución de bienes o servicios, etc.) empujada por la necesidad histórica y se teoriza más o menos, a fin de perfeccionar, sustituir o modificar esa práctica, en un ciclo reiterativo, hasta que las llamadas formas adquieren estabilidad y entonces como subproducto se ha obtenido la "teoría desarrollada".
Él mismo ha dicho que Marx sólo desarrolló las formas de transición del feudalismo al capitalismo en El Capital y que dejó simples bosquejos e indicaciones de las formas de transición de otros sistemas y aparentemente expresa la causa de su curiosidad: "¿Por qué es tan importante señalar lo que El Capital nos da y lo que no nos da? ¿Señalar lo que contiene por derecho y lo que contiene de hecho? Porque la representación que se hace de la naturaleza de El Capital determina la representación que se hace de la ciencia marxista de la historia." (p.6)
En el lenguaje evasivo que le caracteriza, tal vez quiere decir que las argumentaciones económicas forman su contenido por derecho y lo demás, incluyendo su método implícito y no desarrollado como sistema (la Dialéctica), están sólo de hecho. De todos modos, este es un enfoque analógico subjetivista (gira alrededor de representaciones) que no justifica, ¿querrá decir que la ciencia marxista de la historia tendrá las mismas características de un contenido en parte por derecho y en parte de hecho? Este argumento supone falta de creatividad de los que siguieron a Marx a partir de Engels y Lenin, quienes desconocerían las orientaciones de que el marxismo era "una guía para la acción" (teórica y práctica, es decir, fundamentalmente un método).
Pero, un poco más adelante comienza a confesar sus intenciones: "Si en cambio, nos hacemos una idea justa de lo que contiene y lo que no contiene El Capital, extraeremos otra concepción del marxismo, conforme a la idea que podemos hacernos de una ciencia." (p.7) Esa "idea justa" es la que emplea dos páginas más adelante para rechazar casi todas las obras de Marx , principalmente las primeras, so pretexto de que son "ideológicas" (en el sentido napoleónico del término) y no "científicas" (entendidas como un sistema de teoría "pura"); también, para reducir a Engels y a Lenin a la mínima expresión: "No solamente ni Marx ni sus sucesores nos han legado nada que pueda compararse, ni remotamente a El Capital...aún los textos más abiertamente filosóficos de Marx (obras de juventud) no son, teóricamente hablando, textos marxistas." (p. 8)
Y ya claramente agrega: "Verdaderamente la filosofía marxista nunca nos es dada, en una forma adecuada a su objeto, está contenida en
Se hace claro que para Althusser el pasado, principalmente teórico, es la única fuente de la filosofía marxista, no el presente y mucho menos el enfoque heurístico para la acción. Pretende convertir el marxismo en una filosofía muerta y no advierte la contradicción de exigir anteriormente que se haga una teoría desarrollada de las
En su propósito de fragmentar el pensamiento marxista leninista, Althusser inventó el concepto de "corte epistemológico" (de origen no marxista) para desvincular las obras tempranas de Marx y Engels de las posteriores y tratar de echar al cesto los enfoques humanistas que se enunciaron por primera vez en aquellas, pero que se desarrollaron esencialmente en obras posteriores. Por ejemplo, el concepto de enajenación, abordado por ambos en 1843-44, tiene su explicación en el fetichismo de la mercancía, categoría económica que se desarrolla en El Capital
No pienso seguir un agobiante camino, semejante al recorrido por Engels tras Eugenio Dühring. Pero el innoble propósito althusseriano, de calificar de "anti humanista" al marxismo por que es científico, no puede quedar sin una primera respuesta, "ideológica" al decir de Althusser, y una segunda fundamentada desde el rigor metodológico del marxismo, que ofrecemos en un capítulo posterior, dedicado a la fundamentación del humanismo.
Para la primera poseemos el "Bosquejo de una crítica de la economía política" de Federico Engels, de 1843-44, el cual fue calificado por Marx como "un brillante bosquejo de una crítica de las categorías económicas", en la
Pero en ese Bosquejo, Engels afirma: "Tenía razón Smith al elogiar el comercio como humanitario. En el mundo nada hay que sea absolutamente inmoral. También el comercio tiene un aspecto por el cual rinde homenaje a la moral y al humanitarismo. La ley del más fuerte, el robo en despoblado de la Edad Media, se humanizaron cuando se incorporaron al comercio; y el comercio se hizo humanitario cuando, en su primera etapa, particularizada por la prohibición de exportar dinero, se convirtió en sistema mercantil. Después se humanizó el sistema mercantil mismo. Naturalmente que estar en buenos términos con la persona a quien se le compra barato, corre a cuenta del interés del comerciante, lo mismo que con aquella a quien se le vende caro. Por tanto, una nación actúa con mucha imprudencia si engendra sentimientos de odio entre sus proveedores y clientes. Mientras más amistad, más beneficios. Tal es el humanitarismo del comercio. Y esta manera de usar la moral con fines inmorales, constituye el orgullo del sistema del libre comercio... exclaman los hipócritas. ¿No hemos llevado la civilización a puntos distantes del globo? ¿No hemos predicado la fraternización de los pueblos y reducido el número de guerras? Sí habéis hecho todo eso... Habéis civilizado los confines de la tierra con el objeto de ganar nuevo terreno para desplegar vuestra sucia avaricia. Habéis predicado la fraternización de los pueblos, pero esa fraternidad es la fraternidad de los ladrones. Habéis reducido el número de guerras; para que las ganancias sean mayores en la paz, para intensificar al máximo la rivalidad entre los individuos, la ignominiosa guerra de la competencia.
¿Habéis hecho algo por puro humanitarismo, por tener conciencia de la inutilidad de la oposición entre el interés general y el individual? ¿Cuándo habéis obrado moralmente sin ser interesados, sin abrigar en el fondo de vuestro espíritu motivos inmorales, egoístas?"
En esas últimas líneas Engels define el humanismo (humanitarismo se decía en su época): "tener conciencia de la inutilidad de la oposición entre el interés general y el individual" Esas palabras son la síntesis de una convicción, pero también de un programa, que está exigiendo en el campo teórico una explicación a los economistas burgueses, cuyo único propósito en sus análisis es hallar justificantes técnicos para incrementar las ganancias; así, abordan a profundidad la producción, el cambio o mercado, los costos, las materias primas y el capital fijo, cuya renovación siempre analizan y al propio tiempo, excluyen la valoración de la renovación en el elemento más importante de la producción: la clase obrera.
Ello se debe a que la reproducción de la fuerza de trabajo implicaría considerar modo, estilo y nivel de vida, es decir aspectos sociales que dependen de la distribución; lo que mermaría sus ganancias. Por eso se deja a los obreros la tarea de garantizar su vida. El capital no tiene necesidad de ello, porque para algo mantiene el ejército laboral de reserva o desempleados, dentro del cual la competencia rebaja el precio de los salarios. Como parte del proceso laboral, el asalariado es sólo una pieza recambiable y mientras no está fuera de él, sólo es un ser humano en la medida que sea capaz de consumir, es decir, mientras tenga salario puede educar sus hijos, vestir, recrearse, tener vivienda, atención médica, en fin, un grado de vida social que será proporcional a sus ingresos y en la medida que carezca de empleo, dejará de tener acceso a esos bienes y servicios y a las relaciones que de ellos se derivan, en una palabra, se deshumaniza rápidamente. Eso es lo que veremos que explica Carlos Marx en sus trabajos juveniles: Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844 e Introducción a la Crítica del Derecho de Hegel. Comprobamos así, que no se trata como dice el enfoque althusseriano de un moralismo abstracto, que busca el origen del problema en factores educativos o psicológicos, ni la solución en consejos; no es por tanto el pseudo humanismo que Althusser ha construido con ese enfoque, para atribuirlo más tarde a Marx, sino, lo que llamamos una valoración sociológica dentro de una denuncia que va a durar toda la vida de sus autores y será abordada teórica y prácticamente en cada oportunidad adecuada. Dice Marx:
"Para el hombre que no (es) otra cosa que obrero, - y para él como tal - sus cualidades humanas sólo existen en tanto que ellas existen para el capital ajeno a él...
"Por consiguiente, apenas sucede que el capital no es ya para el obrero (sea por necesidad o por capricho), él mismo no (es) más para sí: no tiene ningún trabajo; por lo tanto, no tiene salario y como no posee existencia en tanto ser humano sino sólo como obrero, puede ir a enterrarse, a morirse de hambre, etc. El obrero existe como obrero sólo cuando existe para sí en cuanto capital; y existe en cuanto capital sólo cuando algún capital existe para él...
"Por consiguiente, la economía política no reconoce al obrero sin trabajo, al peón, en cuanto permanece fuera de esta relación de trabajo. El ladrón, el estafador, el mendigo y el hombre sin trabajo; el obrero que se muere de hambre, desgraciado y criminal: estas son personas que no existen para la economía política sino para otros ojos, para los del médico, el juez, el enterrador, el alguacil, etc. Son espectros fuera del dominio de la economía política. Para ella, por consiguiente, las necesidades del obrero constituyen una sola: mantenerse mientras está trabajando, en tanto sea necesario impedir que perezca la estirpe de los obreros.
"Los salarios tienen así el mismo significado que el mantenimiento y el servicio de cualquier otro instrumento productivo... como el aceite que se pone en las ruedas para que éstas sigan girando.-"
Se observa una esencial diferencia entre los enfoques expresos y tácitos de carácter ético de la economía burguesa (ya veremos a Keynes), que se ocupa de los objetos y del obrero en cuanto objeto fabril y la conexión lógica que establece el pensamiento de los creadores del marxismo entre sus fuentes: evidencias empíricas y teóricas y sus objetivos (que no son individualistas ni abstractos: "virtudes", "llamados al mejoramiento humanos", etc.), que son socio clasistas, o sea, humanistas y clasistas, núcleo central que se hace necesario para una doctrina que surge unida a la práctica. El cientificismo althusseriano no ha querido ver que una teoría que se construye para cambiar el mundo, no puede excluir referencias tipológicas concretas de la realidad.
Quiero volver a recordar la muestra del pensamiento ético de los fundadores de la teoría del socialismo científico, citada anteriormente de esa obra básica para introducirse en el conocimiento de la filosofía marxista: "Ludwig Feuerbach y el fin de la Filosofía clásica alemana", allí Engels dice: "La posibilidad de experimentar sentimientos puramente humanos en nuestras relaciones con otros hombres se halla ya hoy bastante mermada por la sociedad erigida sobre los antagonismos y la dominación de clase en la que nos vemos obligados a movernos, no hay ninguna razón para que nosotros mismos la mermemos todavía más. ."
Subrayemos el carácter definitivo de la afirmación: " no hay ninguna razón para que nosotros mismos la mermemos todavía más." Sin embargo, la literatura filosófica marxista posterior a Lenin, hizo ignorancia general sobre el aserto. Conocemos las causas de mala política o de política anticientífica que se le atribuyen a Stalin en ello. Pero, eso fue un factor externo al proceso teórico: lo real fue la debilidad del análisis filosófico. Si los ideólogos o filósofos soviéticos hubieran trabajado el concepto de humanismo vinculado a su realidad social, en vez de preocuparse por las teorías humanistas tradicionales, burguesas de moda o por los beneficios o peligros personales, que se dice derivaban del stalinismo, con la audacia de Giordano Bruno, Lenin o Antonio Gramsci, no hubiera habido el descarrilamiento que provocó la Perestroika con sus ilusiones abstractas y desarticuladas, donde lo mismo se justificaron pensamientos zaristas, ideas fascistas que anhelos legítimos del pueblo, so pretexto de una "tolerancia" y "transparencia" indiscriminadas.
La Perestroika mostró en forma concreta la limitación distintiva de las teorías humanistas tradicionales: unas veces con el rechazo formal a dar validez a una ética clasista y otras, contraponiéndolo a ella. Por otra parte, como los ideólogos de las clases siempre han hablado del dominio y el control que debe ejercer el sector social que representan, el humanismo tradicional queda, por contraste, en situación de concepto vago, gelatinoso y casi inútil. Sólo queda identificarlo con el diluido término de "tolerancia". Establecido el significado tácito, la tolerancia humanista se convierte en complicidad y está lista para ser adoptada como escudo para cualquier desafuero; de paso, puede ser empleada con "elegancia" por sectores pseudo intelectuales que aún medran a la sombra de su cadáver.
Pero ese es un error que debe subsanarse, el verdadero humanismo no es apolítico, neutral, ni existe al margen de las clases. La tolerancia, igual que la amistad, la confianza, la suspicacia, el amor y el odio, sólo es una categoría moral de las relaciones interpersonales. En la jerarquización categorial que proponemos en esta obra, las categorías interpersonales deben considerarse inferiores a las Fuentes de la Ética, los Principios éticos y las Categorías generales de jerarquización social. Ninguna categoría de las relaciones interpersonales, puede ser la Fuente, el Principio o argumento central de una Teoría Ética coherente; precisamente por el relativismo y arbitrariedad que introduciría en el sistema ético; es lo que ocurre con los famosos "códigos personales" sobre la verdad.
De hecho, ese cambio de nivel de funcionamiento que eleva una categoría de relación interpersonal a categoría de jerarquización ética (metodológica), impide el ejercicio práctico de la teoría ética que se proponga; pues invariablemente la reduce a moverse entre dos simples conceptos: el bien y el mal abstractos, aplicables según el talante emocional o aleatorio de los individuos.
Además, ese truco enmascara la negativa a construir el núcleo central de una teoría ética y el abandono de la búsqueda de un criterio de referencia objetivo, que permitan evaluar y jerarquizar moralmente las relaciones, los servicios y la conducta en la sociedad. El ejemplo más reciente lo brinda la Bioética en sus "teorías sobre la toma de decisiones", las que no saben decir como se toman decisiones éticas y terminan proponiendo para ello referencias ajenas al campo ético como, atenerse a las tradiciones, la economía (conflicto "costo-beneficio"), la religión o las inclinaciones personales.
La estructura del humanismo debe argumentarse a partir de un enfoque científico, no de los errores tautológicos habituales que hacen derivar esa doctrina moral de motivaciones igualmente morales. Por eso, conviene recordar que para el marxismo la referencia teórica inicial es el materialismo histórico, cuyo método aplicado a la Ética permite definir el objeto de ella: el estudio de la conciencia social en su aspecto moral, las leyes del desarrollo de éste y su papel en la práctica social.
En carta a Weydemeyer, Marx explica: "Por lo que a mi se refiere, no me cabe el mérito de haber descubierto la existencia de las clases en la sociedad moderna ni la lucha entre ellas. Mucho antes que yo, los historiadores burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico de esta lucha de clase, y algunos economistas burgueses, la anatomía económica de éstas. Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases va unida sólo a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases...”
La evidencia del origen y el fin de la desigualdad social queda explicada de ese modo, sobre bases científicas. Recordemos que ha habido tres formas de explicar la desigualdad:
a) Por designio divino.
b) Por defectos en la "naturaleza" de los grupos humanos.
c) Como consecuencia del desarrollo social
Los dos primeros implican la resignación con el orden social que se hereda y su justificación. El tercero permite una acción rectificadora de la injusticia y muchos pensadores antes que Marx elaboraron teorías para canalizarla. Así, tenemos a los socialistas utópicos del renacimiento, a Juan Jacobo Rousseau y otros, quienes son los antecedentes teóricos que halla Marx en su tiempo; pero él recibe dos influencias decisivas: la de Hegel quien afirma que nada es eterno que todo cambia en virtud de procesos contradictorios internos, cuyas leyes generales cree descubrir y la otra, proveniente de Feuerbach, quien elabora una doctrina donde el hombre es el verdadero centro del universo.
Movidos por ambas concepciones filosóficas, contradictorias para sus contemporáneos pero no para Marx y Engels, éstos realizan una renovación del pensamiento teórico de su tiempo en múltiples campos e inauguran la interpretación científica de la sociedad, precisamente cuando comienzan su crítica humanista de la desigualdad social. Ella no es una crítica global o abstracta como la de pensadores precedentes, sobre la gran masa general de los pobres (mendigos, huérfanos, desamparados, enfermos, ladronzuelos, prostitutas, campesinos sin tierra, artesanos arruinados, etc.), sino sobre la situación extrema de la clase obrera de su tiempo, muchas veces en peores condiciones de vida que los otros pobres mencionados. En ese sector social ellos han notado una peculiaridad: la clase obrera constituye el corazón de la producción capitalista, no tiene carácter parasitario, pues realiza un trabajo y a pesar de ello padece la miseria; los obreros crean la mayor parte de la riqueza social y según Marx, en el futuro su importancia sería cada vez mayor. Los otros sectores (feudales, terratenientes, campesinos, etc.) pueden desaparecer y de hecho disminuyen cada vez más; en un sentido económico pueden ser sustituidos por la gran explotación capitalista de la agricultura; pero el capital crea más fábricas, se apodera de tierras, implanta su sistema de pagar un salario, porque ninguno de sus empleados es propietario de herramientas o de algo, sólo de su fuerza de trabajo y el capitalismo necesita más y más trabajadores en cualquier parte. Marx y Engels descubren que esa situación refleja la capacidad de la clase obrera para golpear al capitalismo desde dentro, organizarlos y cambiar, mediante la lucha, el sistema social, Los otros sectores pueden desaparecer y el capitalismo continuaría su marcha, aliviado de lo que considera una carga social inevitable, el "exceso de población". Por eso, la doctrina marxista no dice ser la de los menesterosos, ni desposeídos sino la de la clase obrera, a fin de que ésta asuma conciencia de su papel.
Ello no quiere decir que haya un desprecio por el resto de los oprimidos, sino que en aquellos momentos iniciales no podía utilizarlos inmediatamente como "arma material" de su filosofía. Por otra parte, desde el punto de vista teórico, se les había hecho evidente que la concentración del capital conduciría inevitablemente a la división final de la sociedad en dos polos: burgueses y proletarios, pues los campesinos serían convertidos en obreros agrícolas, los intelectuales (las llamadas profesiones liberales: médicos, abogados, ingenieros, escritores, etc.) también terminarían como asalariados en ese sistema social (hoy lo son). La forma en que ello ocurriría no podían decirla, porque no eran profetas, pero explicaron esa tendencia en él.
Pero su enfoque clasista no significaba que su sentido humanista estuviera olvidado o postergado, por eso dicen: "el deber de la filosofía, que está al servicio de la historia, es el de desenmascarar la aniquilación de la persona humana."
Y explican la forma de vincular todos los sectores y clases oprimidos a la lucha contra la explotación: "Sólo en nombre de derechos universales de la sociedad puede una clase determinada arrogarse el dominio universal. La energía revolucionaria y la conciencia moral del propio valor no bastan solamente para tomar por asalto esta posición emancipadora... para que un estado de la sociedad se haga valer por todos, todas las fallas de la sociedad deben encontrarse, a su vez, en otra clase...”
Las clases culpables fueron antes las esclavistas y feudales, desde Marx a estos tiempos: lo es la burguesía y su expresión más despiadada, el imperialismo. Al preguntarse dónde está la posibilidad de esa emancipación universal responde:
"en la formación de una clase radicalmente esclavizada, de una clase de la sociedad burguesa que no es una clase de la sociedad burguesa, de un estado social que es la desaparición de todos los estados sociales; de una esfera que obtiene de sus sufrimientos universales un carácter universal y no alega un derecho especial porque ella no padece una injusticia especial, sino la injusticia en si, que no puede ya apelar a un derecho histórico sino a un pretexto humano... de una esfera, finalmente, que no se puede emancipar sin emanciparse de todas las demás esferas de la sociedad y sin emanciparlas a su vez; significa, en una palabra que el total aniquilamiento del hombre sólo se puede rehacer con la completa rehabilitación del hombre. Ese estado especial en el cual la sociedad va a disolverse es el proletariado... el proletariado no está constituido por la pobreza surgida naturalmente sino por la producida artificialmente."
Al decir que la clase obrera no debe limitarse a luchar contra "una injusticia social, sino contra la injusticia en sí, que no puede ya a apelar a un pretexto histórico sino a un pretexto humano", Marx proclamó abiertamente las bases de una ética humanista expresada a través de una clase revolucionaria.
De esto parte para afirmar que el futuro de redención de los otros marginados, incluso los explotadores, también enajenados, sólo puede lograrse con la redención de toda la humanidad, en una lucha conducida por los trabajadores y vislumbra:
"el comunismo, entonces, como un retorno completo del hombre hacia sí mismo como ser social (es decir, ser humano); Retorno hecho conciencia y realizado dentro de toda la riqueza del desarrollo previo. Este comunismo, en tanto que naturalismo acabado se iguala al humanismo; es la resolución genuina del conflicto entre el hombre y la naturaleza y entre el hombre y el hombre; la verdadera resolución de la lucha entre la existencia y la esencia, entre la objetivación y la auto confirmación, entre la libertad y la necesidad, entre el individuo y la especie. El comunismo es el enigma resuelto de la historia, y sabe que él es esta solución."
Se aprecia la referencia humanista en múltiples comentarios de su obra, agrego una más: "El salario ordinario según Smith, es el más bajo compatible con la humanidad común (es decir con una existencia de bestia)"
Puede apreciarse de nuevo, que el humanismo de Marx se fundamenta en la realidad social objetiva, no en propósitos subjetivos, ni en la representación del hombre individual o de sus cualidades abstractas como le atribuyó Althusser, sino en la interpretación de las relaciones sociales, es decir, en el origen clasista de la desigualdad. Al tomar como referencia central el proceso de deshumanización del proletariado a manos del capitalismo, demuestra que ese sistema magnifica y acelera la depauperación de toda la sociedad y que los mendigos, prostitutas y demás marginados son resultado histórico de la propiedad privada, y bajo el capitalismo tienen su última expresión histórica. Este humanismo, por tanto, no es global en su formulación, ni abstracto; pero, tampoco es sectario.
Y en cuanto a este trabajo vale una aclaración: en él se hace necesaria una descripción del papel del cristianismo con relación a ideas que se han considerado humanistas posteriormente; ello ocurre porque durante mil años la vida del llamado occidente estuvo regida por esa ideología que incursionaba abiertamente en la vida privada de las personas y regía las políticas estatales. Lamentablemente para la humanidad, ninguna religión , partiendo de la egipcia, el budismo y otras que nos son menos conocidas, pudo ahorrarle los milenios de sufrimiento que vivió; porque, como cualquier otra institución, las Iglesias, reflejan la estructura económica de la sociedad: fallido fue el intento de Amenofis IV, quien pretendía sustituir al Dios Amón, la teocracia budista con sus arbitrariedades motivó su expulsión del territorio donde había surgido y el cristianismo, convertido en ideología oficial del Imperio, a partir del 325 de nuestra era, imitó la centralización estatal de entonces y convirtió a Roma en su centro teológico, provocando la disputa con los arrianos, quienes aspiraban al mismo status, por el papel de Alejandría en el suministro de trigo; ya en el feudalismo, la hegemonía política de ese tiempo descansaba en la propiedad territorial y la Iglesia se convirtió en la mayor propietaria de tierras y siervos en Europa. Con el advenimiento del capitalismo, la Iglesia estuvo mucho tiempo sin un poder estatal ("temporal") que la sustentara, hasta que a principios del siglo XX, el gobierno de Mussolini le reconoció la condición de Estado y le otorgó algunas manzanas en la ciudad de Roma, designándose el conjunto como Ciudad Vaticano y aunque ese Estado no tiene minas, recursos energéticos y naturales, industria, ni una estructura demográfica semejante a la de otros Estados en cuanto a población femenina y niños en su territorio, tiene estaciones de radio y televisión, de correos y un importante Banco financiero, que participa en operaciones similares a los de sus homólogos, es decir, pone en funcionamiento la esencia del modelo de Estado capitalista contemporáneo. Y si ello indica que como cualquier otra institución, la Iglesia refleja la estructura de la sociedad de su tiempo, incluyendo los tipos de dirigentes que ha generado a lo largo de su historia, es lógico que reflejara en ella las cualidades de los sistemas sociales a los que se ha adaptado. Tal vez, un día y en virtud de su antigua tradición y la lucha de los movimientos de base popular que hay en su seno, reflejando los nuevos tiempos, la Iglesia proclame la necesidad del socialismo en el planeta. En cualquier caso, espero que no se dude de la intención de objetividad con que la he enfocado en este trabajo.
Aunque no era sectario, el humanismo de Marx no es global en su formulación, porque hace una distinción entre todos los necesitados; no es abstracto, porque no ignora las diferencias de clase argumentando una "naturaleza común" que hace a los hombres amarse y odiarse a partir de pecados o cualidades congénitos, sino de resultados sociales comunes originados por las diversas formas históricas de propiedad privada. Y no es sectario, porque aún al proclamar su primera tarea, organizar a la clase obrera y hacerla hegemónica para lograr las transformaciones sociales y hacer viable su humanismo no es excluyente, ya que señala que la depauperación general será superada por un nuevo régimen social donde desaparecerán todas las clases, incluida la que debe dirigir su conquista
El humanismo, como toda ética, es una apreciación de las relaciones sociales, y es a partir de Marx que puede buscar su fundamentación a partir de un método dentro de la propia sociedad, para esclarecer su origen, las leyes que expliquen su desarrollo y los principios derivados de aquellas que condicionan su papel en la práctica social.
Al ejercer la apreciación humanista de las relaciones sociales, para estos tiempos, hallamos que nunca antes en la historia de la especie ha habido perspectivas tan halagüeñas, para el desarrollo de una ética universal, precisamente porque el desarrollo de la globalización muestra que se van cumpliendo los pronósticos de Marx y Engels en el Manifiesto Comunista, aunque no se debe menospreciar el peligro que representa, para toda la humanidad, el Imperialismo decadente.
El inicio neoliberal de esa globalización, con su rastro de adversidades de todo tipo, ha potenciado las revoluciones de Cuba y Venezuela, ha cohesionado al pueblo boliviano que avanza hacia un destino mejor y permitió el despertar de la conciencia popular y que se lograra en Brasil, Uruguay y otros países, así como el acceso de grupos dirigentes comprometidos con el progreso social en nuestra región. Sobre esa premisa, se puede gestar un nuevo sentido de la Economía, basada por una parte en diversas formas de participación popular: modos de organización comunitaria y la institucionalización de las fuerzas populares: trabajadores sociales en Cuba; por otra parte el sentido social de la gestión ejecutiva o voluntad política gubernamental, expresado en la reorientación funcional de instituciones tradicionales como el ejército, realizando tareas sociales y económicas, acompañado de la reorientación económica de empresas que asumen nuevas tareas productivas para el servicio social comunitario y asignan un nuevo destino, también social, para parte de las utilidades; PDVESA es el más conocido. Es todo un proceso que en Cuba se conoce como Batalla de Ideas.
La posibilidad de una nueva Economía aparece al establecerse una infraestructura constituida por:
1. Posibilidad de disponer de los recursos naturales y sociales.
2. Complementación de las economías nacionales, incluyendo una política aduanera solidaria.
3. Creación de un fondo financiero, que Chávez nomina como Banco del Sur.
4. Integración energética regional, auspiciado por la Revolución bolivariana de Venezuela, cuyos primeros pasos lo constituirán Petro sur y Petro caribe, con posibilidades de extenderse a Asia.
5. Un complemento de lo anterior, es la Revolución energética en Cuba, que permite un ahorro sustancial de energía.
6. Un gran Programa social de Desarrollo que incluye el Programa de Desarrollo Humano, impulsado por Programas de Desarrollo de la Educación, Programas de Salud y de la Información que comienza con Telesur.
7. Y el sentido social de la Distribución, representado hasta el momento por el sistema Mercal de Venezuela, la política salarial y de pensiones de Cuba, la política de subsidios y créditos a la población de Venezuela y Cuba, así como Programas integrales de servicios sociales que influyen en el modo y nivel de vida de sectores sociales.
Nada de esto existió en etapas anteriores de la humanidad y sin ello no habría base para una igualdad de oportunidades y que cada ser humano tenga bienestar, cultura y felicidad, objetivo supremo del humanismo, que hoy nos promete la Alternativa Bolivariana para los pueblos de América (ALBA), por el cual es imprescindible luchar.
Para terminar esta introducción, algunas generalizaciones metodológicas:
Desde Platón hasta Marx, el enfoque especulativo sobre los acontecimientos dejó los cambios sociales a la casualidad; a lo sumo, los pensadores, dedicados a manejar sólo argumentos teóricos se limitaron a explicaciones sobre lo ya dado: el más brillante ejemplo fue la lógica formal de Aristóteles. En el campo práctico se limitaban a recomendar el reordenamiento de lo establecido, en consecuencia, el futuro se concebía como una variante de lo existente. Metodológicamente puede explicarse por el desprecio sentido hacia el conocimiento empírico y fue tan poderosa esa forma de teorizar en abstracto, que aún los partidarios del empirismo quedaron atrapados en el método especulativo, de ejemplo sirvan los alquimistas, Bacon y Feuerbach.
Con Marx, la dicotomía empirismo-racionalismo fue superada y la evidencia empírica ha pasado a ocupar un lugar importante en el pensamiento científico y hoy forma parte de lo que se acepta como "hecho científico" en la Metodología de la Investigación. Esa superación es el primer y gran mérito filosófico de los "Manuscritos" y el "Bosquejo", que Althusser pasó por alto y se aplica en toda la obra posterior de los clásicos del marxismo. El desarrollo posterior de las ciencias aplicadas ha hecho irrelevantes las críticas de los adversarios de Marx, que muchas veces plagian a escondidas sus ideas, aunque hay teóricos burgueses, como Mannheim y Weber que han admitido sin cortapisas lo que deben al creador del Materialismo Histórico Dialéctico.
La clave que Marx revela sobre la unidad de lo empírico y lo racional es que no la integra desde el modelo abstracto de un individuo intemporal. como hace la supuesta Psicología General que aún se enseña (explica el pensamiento humano a partir de la experiencia y la sensoriedad humanas y viceversa, es decir, un manejo tautológico de abstracciones))
Para Marx, el origen y la unidad de lo empírico y lo racional y su síntesis: el pensamiento, se explican a partir de una realidad evidente que, por ello, no necesita demostración: es la práctica, sobre la cual descansa desde siempre la vida biológica y social de la humanidad. Marx no hace distinciones especulativas entre práctica y teoría; se ocupa de diferenciar los modos y formas de funcionamiento que engloban las anteriores acepciones. Después, muchas escuelas filosóficas han explicado distintos tipos de práctica, la más connotada: la absurda "práctica-práctica " de Althusser, donde subsume la "práctica teórica". Esta absorción de lo racional por lo empírico no obsta para que luego busque una teoría "pura" (rigurosa) que trata de defender proclamando un dualismo gnoseológico con el calificativo de "ideológico" o "no científico" a toda argumentación que perturbe esa "pureza".
Los filósofos soviéticos por su parte, se atrincheraron en el mundo de la lógica y amparados por la generalidad del concepto, desempolvaron la categoría de "actividad" y absorbieron en ella lo teórico y lo práctico, absolutizando el dualismo categorial.
Para comprender como nace el enfoque científico del humanismo de Marx y Engels en sus primeros escritos y se desarrolla en los posteriores, humanismo que por científico no está ajeno a la valoración moral, hay que entender su interpretación de la evidencia de la práctica social en sus mecanismos de origen: la Producción, donde el salario está sometido al mercado de la oferta y la demanda de la fuerza de trabajo y allí demuestra las diferentes condiciones de vida del obrero que no le permiten resistir ese contrapunteo, mientras que los capitalistas si pueden maniobrar dentro de las leyes de oferta y demanda, por tener condiciones diferentes de vida.
La Indiferencia del capitalista por preservar y mejorar la fuerza de trabajo, no es una categoría explícita de la Economía capitalista, sin embargo contrasta con la existencia de Costos y Gastos de Mantenimiento, que si están y se refieren a la preservación de la tecnología y las materias primas. La Imposibilidad del obrero para dejar de ser tal, les confirma su encadenamiento al sistema y si renunciara a ello, dejaría de ser persona. De esa conclusión a la inferencia de una condena moral no hay ningún trecho, así que no puede hablarse que Marx y Engels predican un humanismo traído por los pelos.
Veamos sus análisis sobre la Circulación: allí critican otra categoría económica, la Ganancia, cuyos mecanismos de oferta magnifican el producto, aunque sea malo, ocultan su inutilidad y hasta arguyen falsos costos de producción cuando monopolizan un mercado.
El Atesoramiento del capital es criticado por ellos, debido a sus móviles: la codicia y la avaricia, muchas veces expresados en guerras, leyes y saqueo.
Posteriormente, estos primeros trabajos abordan las consecuencias sociales del sistema y denuncian que la Economía Política burguesa no aborda la Distribución y no aborda por tanto, la miseria de los obreros y demás sectores de la población. ¿ Dónde está, la similitud entre este humanismo, en lucha contra las relaciones sociales corruptas del capitalismo y los otros supuestos modelos de humanismo y utopías, salidos de personalidades honestas, pero, sin base real para explicarlos o realizarse, que vaya más allá de sus nobles intenciones?
Es en El Capital, donde Marx logra el descubrimiento científico definitivo de la causa de la desigualdad y la injusticia, con su Ley de la Plusvalía. Pero El Capital no derriba las consideraciones de los trabajos anteriores, sencillamente las confirma. Él había prometido, al inicio de sus investigaciones, elaborar varios textos sobre distintos aspectos de la Superestructura ideológica de la sociedad, incluyendo la moral. La complejidad de sus luchas teóricas y prácticas en condiciones extremas, cortó esa posibilidad, pero dejó elementos suficientes para entender su línea de pensamiento.
En consecuencia, una caracterización de la Ética de estos clásicos y sus continuadores de la teoría del proletariado ( Lenin, Ho Chi Min y sin chovinismo: Fidel y cristianos como Chávez, Evo y Correa), quienes con sus aportes han logrado enriquecerla, se resume en lo siguiente:
1. La naturaleza social del hombre es la base sobre la que obtendrá el control de su propio destino.
2. La Libertad, concebida como práctica social, es lo que convierte a los seres humanos en actores y no en simples espectadores del proceso de redención de la especie.
3. La igualdad formal, debe y puede ser convertida en igualdad efectiva de la vida humana
4. La clase obrera brinda el modelo de sus relaciones respecto a los medios de producción y formas de distribución. Modelo que debe hacerse hegemónico, para hacer pasar a la humanidad de la prehistoria al momento en que ésta empiece a hacer su verdadera historia.
5. Sólo el humanismo puede movilizar al resto de la sociedad a convertir la política, la economía y las convicciones, en las palancas que impulsen la lucha por la transformación radical de la sociedad y que el hombre deje de ser el lobo del hombre.
En las condiciones contemporáneas, Cuba es un laboratorio ideal para el perfeccionamiento del humanismo, que parte de los principios generales y del programa práctico que Marx y Engels enunciaron desde sus trabajos iniciales. Aquí se han comenzado a subsanar las omisiones de la economía política burguesa y que los especialistas de la llamada economía política del socialismo no tuvieron en cuenta: el desarrollo práctico y luego será teórico, de una economía política del Crecimiento y la Distribución, cuyas categorías principales son la Solidaridad y el Internacionalismo, a la que se agrega la de Racionalidad, donde no se olvidan indicadores o conceptos derivados como los Costos y Gastos de los Medios de Vida (fuente de la fuerza de trabajo y del bienestar general), Ahorro (en sus diversas variantes), Planificación de la Cultura General Integral y están ausentes categorías nefastas como Ganancia, Competencia, que son sustituidas por Desarrollo social y económico, Eficiencia.
Una nueva economía política, cuya definición podría ser: "es la fundamentación científica del tránsito del capitalismo al socialismo"
Y su Objeto: la organización integral del sistema social socialista
La perspectiva de esta economía política, no sale del aire, sino de aplicar el método de Marx de partir de la realidad histórica en que se vive, incluyendo la motivación: si en el capitalismo la ganancia es la motivación inicial para la actividad práctica de sus especuladores primarios: industriales, comerciantes y sus especuladores secundarios: bancarios, financistas y especuladores de bolsa; también existe una motivación central del humanismo para actuar y teorizar a favor de la especie: el bienestar y la felicidad para todos.
Pero la motivación es el punto de partida; la vocación de resistir los atropellos personales e internacionales, obligó a nuestro pueblo a trazarse una estrategia de sobrevivencia que pasa por la ética martiana, sembrada secularmente en el pueblo y que fue despertada en la lucha insurreccional contra Batista, el títere de Estados Unidos que mandaba en Cuba, que era la antítesis del pensamiento de José Martí, donde priman los conceptos de Dignidad y Justicia, resumidos en su ideal de una "República con Todos y para el Bien de Todos" y en el de que "Patria es Humanidad".
Pero, el "período especial" tocó con fuego la conciencia política del pueblo y apenas se comenzó a salir de él, se descubrió que teníamos mayor capacidad de eficiencia económica y mayor sensibilidad para la justicia, en pocas palabras: no sólo se habían preservado las conquistas fundamentales de la Revolución, sino que, teníamos condiciones para dar un salto en la forma de organizar la sociedad. El mérito de ese descubrimiento pertenece a Fidel. Ahora podemos intentar un esquema personal, para explicarlo, de forma convencional en este trabajo:
Premisas materiales y sociológicas del humanismo cubano
Bases económicas:
a) carácter social de la riqueza que se crea
b) carácter social de la ciencia
c) disponibilidad de una masa crítica de agentes de la cultura científica,
técnica y la reorganización social permanente
Bases tecnológicas:
a) modernización y crecimiento de la producción
b) empleo de la ciencia como fuerza económica y social inmediata
c) modernización tecnológica y social de la distribución y el cambio
(infraestructura, planes de financiamiento, programas de gestiones
sociales)
Objetivos: Bienestar de la población, regulado por el principio humanista de Engels:
"tener conciencia de la inutilidad de la oposición entre el interés general y
individual" o el consejo de Lenin que proponía sustituir el viejo refrán ruso
de "cada uno para sí y Dios para todos" por el de "Todos para cada uno y
cada uno para todos"
Perdurabilidad y desarrollo de la población, (mediante tres etapas
entrelazadas: cultura del humanismo, generalización del humanismo,
universalización del humanismo)
Indicadores: a) empleo total.
b) cobertura general de salud.
d) seguridad social (índice de delitos, sistema de méritos y
reconocimiento social, legislación, protegidos sociales)
e) sistemas para mejorar el modo de vida
f) sistemas para mejorar el estilo de vida (educación y cultura en el centro de ese enfoque)
g) solidaridad internacional
Método de gestión: Voluntad política y participación popular (en Cuba se denomina
Batalla de Ideas o Desarrollo socialista)
Por su carácter inseparable de la actividad humana, no puede hablarse de una ética del humanismo sin esas bases que den realidad a su existencia, lo cual es muy diferente de los intentos humanistas anteriores, sustentados por factores subjetivos como deseos, propósitos abstractos de moralidad o interpretaciones místicas, huérfanas de una fuerza material capaz de enfrentar la maquinaria estatal que sirve a las clases explotadoras. Una ética humanista, no puede prescindir de ese enfoque metodológico sugerido por Marx; ella debe considerar que estos aspectos objetivos o prácticos para la reorganización social tienen, al menos, la misma significación que las fuerzas morales o de convicción, a fin de soslayar la tradicional melopea sobre esperanzas abstractas y desarticuladas que elogian sus propios enemigos:
“Pero batalla de ideas no significa sólo principios, teoría, conocimientos, cultura, argumentos, réplica y contrarréplica, destruir mentiras y sembrar verdades; significa hechos y realizaciones concretas. Aún en período especial, bajo el bloqueo, la hostilidad y las amenazas del imperio más poderoso que ha existido, nuestro pueblo diseña y construye la más justa y humana sociedad que hasta hoy se ha conocido.”
II. OBSTÁCULOS HISTÓRICOS AL HUMANISMO
El conmovedor, inteligente y valeroso libro de Corliss Lamont: "El Humanismo como Filosofía" , ve la luz inmediatamente después de concluir la Segunda Guerra Mundial, es decir, coincide con el nacimiento y desarrollo del la Guerra Fría y su expresión ideológica más abominable: el macarthismo.
La despreocupación de los supuestos filósofos que merodeaban por nuestros centros de estudio antes de 1959 y el bloqueo norteamericano subsiguiente al triunfo revolucionario de Cuba, me impiden saber cual fue el destino personal de este intelectual norteamericano, cuya obra llegó a mis manos en los años 70 del siglo XX; pero que merece gratitud y reconocimiento por sus esfuerzos de sistematización de un tema tan mal tratado y también maltratado, tanto por adversarios como por seguidores ostentosos. Y más que todo, porque deja abierta una ventana que permitirá la comunicación entre la conciencia de los norteamericanos y la de los otros habitantes del planeta.
Esto no excluye que tenga numerosas opiniones divergentes de Lamont, debido a su confesa posición ecléctica a ultranza y a concesiones que disminuyen el rigor científico y lo lleva a buscar antecedentes históricos del humanismo en todos los sistemas sociales y en todas las Formas de la Conciencia Social desde la antigüedad esclavista, justificando personalidades esencialmente negativas respecto al humanismo e identificando conclusiones teóricas (científicas, éticas y religiosas, entre otras) como directamente humanistas, cuando en realidad sus circunstancias los limitan a ser destellos de racionalidad dentro de una contemporaneidad específica en que la represión física, económica e ideológica amenazaba por todas partes.
La imposibilidad del proceso humanista supuesto por Lamont, está dada por obstáculos históricos que han sido insalvables en cada una de sus etapas más significativas y sólo empiezan a modificarse en nuestros tiempos. A partir de ellas propongo el resumen que sigue a continuación:
1er Etapa: la mítico-religiosa. El primer enfrentamiento racional a ella es el naturalismo, que se confunde con materialismo: se desarrolla la cosmología naturalista, basada en la racionalización de observaciones empíricas.
2da etapa: desde el fin de las guerras médicas hasta el período helenístico de Alejandro. Aparecen los sofistas y la reacción socrática: Platón y Aristóteles. Hay una retroalimentación de la ideología religiosa con el orfismo procedente de Persia.
3ra etapa: Ruptura de la identidad ideológica cultural por el Imperio romano, proliferación de sectas en el oriente: religión parsi, egipcia, mitraísmo, cristianismo.
4ta etapa: implosión del Imperio romano, ruptura del comercio mundial, debilitamiento de las antiguas ciudades, reorganización del cristianismo que declara sus primeras herejías, el feudalismo entra en crisis con la explosión demográfica que genera sublevaciones en Europa, para contrarrestarlas se organizan las cruzadas; ocurre la reacción con la expansión árabe y otomana. Aparecen los Estados nacionales europeos.
5ta etapa: Desarrollo de los Estados nacionales, el Renacimiento: la burguesía y el sensualismo (mirada al pasado de una "Edad de Oro" perdida, no hacia el futuro) como ideal individual, no social. La Reforma. Explotación del Nuevo Mundo: esclavitud africana, la esclavitud americana.
6ta etapa: El nuevo sistema del comercio mundial, el individualismo burgués. Las Revoluciones burguesas. La Conspiración de los Iguales. El imperio napoleónico, Haití y su bloqueo, los socialistas utópicos (salto de una ética individual a una social).
7ma etapa: La Asociación Internacional de los Trabajadores (desde el Cartismo). El Manifiesto Comunista. Agresiones e imposiciones capitalistas en Asia. La primera Guerra Mundial.
8va etapa: La Revolución de Octubre (ética individual vs ética de clase). El sistema colonial del imperialismo. Las revoluciones sociales en América en el siglo XX hasta 1952 en Bolivia y 1954 en Guatemala: los partidos de izquierda (ética social y clasista)
9na etapa: La revolución cubana 1959. Descrédito de la ética imperialista, nacional- religiosa y burguesa, a partir de su esquema de dominación "democrática" La globalización neoliberal. Diversidad de funciones de la ética en la Revolución cubana: como principio social; como principio político; como desarrollo cultural; como fundamento y expresión de la identidad revolucionaria. La ética revolucionaria cubana es desplegada como referencia de las relaciones: interpersonales (extendida a la especie), internacionalistas, interestatales, políticas internacionales (partidos, instituciones, iglesias), organizaciones (ONU), naciones (soberanía), nacionalidades y etnias. Por primera vez en la historia las revoluciones cubana y venezolana emplean la Ética consciente y sistemáticamente como arma política de defensa. Hay un temprano anuncio público sobre este comportamiento: durante la "Crisis de Octubre de 1962" o como restringidamente dicen los capitalistas, la "Crisis de los Misiles de 1962", Fidel Castro terminó su exigencia de que se cumplieran 5 Puntos, para garantizar la soberanía e independencia de Cuba con la sentencia: "Tenemos cohetes morales de largo alcance, que no se desmantelarán jamás". Y así ha sido.
Es obvia la extensión de la temática a desarrollar, sin embargo, en este trabajo serán abordados algunos aspectos esenciales.
El punto de partida para considerar un origen remoto del humanismo, es la necesidad de justicia social que expresaron las personalidades más destacadas, en forma de objetivos éticos y morales muy condicionados por su entorno (véase el discurso político de Pericles), que hoy se presentan como justificativos de ese improbable humanismo, o los objetivos declarados de muchos herejes cristianos que desaparecieron con ellos y no tuvieron continuidad. Sin embargo, el verdadero punto de partida social del humanismo es muy inmediato a nosotros, es la unidad del problema del conocimiento y su derivado: el problema de la verdad, que hoy se expresan en la coincidencia de los conceptos naturalistas básicos sobre la realidad social y su interpretación subjetiva popularizada, es decir: la Opinión Pública Internacional, surgida en la lucha contra el nazismo, contra la cual se enfilan todos los recursos mediáticos del imperialismo para desarticularla.
El punto de partida teórico tampoco se deriva del pasado, aunque los mercenarios de la ideología asuman una terminología de conceptos hipostasiados, sino del análisis del sistema capitalista, tal como lo enuncia el Manifiesto Comunista de 1847.
En él se revela que el humanismo no puede "hacerse" práctica o teóricamente, ignorando los intereses de clase, es decir, económicos, políticos y culturales existentes. Cuando se tiene presente esa realidad se comprende por qué la hostilidad de sectores de la medicina privada boliviana y venezolana, contra la misión médica que ofrece servicios gratuitos a los habitantes pobres de esos países, a pesar de que, "no tienen plata para pagar y ser sus clientes" - como dice el Presidente Evo Morales. El humanismo no resulta de los ideales abstractos de la educación, sino de lo que la filosofía marxista llama "necesidad social". Cuando el marginalismo de la antigüedad resumió su ideal de una pobreza comunitaria, en la parábola cristiana de que "primero pasará un camello por el ojo de una aguja antes de que un rico pueda entrar al reino de los cielos", resultó que no fueron los camellos los que pasaron, sino el tiempo y ya en la Edad Media encontramos en la esfera celeste a los Beatos (palabra latina que significa rico ). La necesidad social: ciega y sorda representaba los intereses de la clase feudal dominante. El humanismo, por tanto, ha debido esperar mucho tiempo para ponerse a la orden del día.
Es tal la importancia actual del humanismo, que escuelas filosóficas y teológicas, que enarbolaban el ascetismo, la misantropía y el sufrimiento como primer mérito teológico y se enfrentaban a sus primeras manifestaciones, lo retoman hoy y tratan de presentarse como abanderadas seculares de sus ideas, pero divulgándolas como laxas, metafísicas y corteses.
Así, encontramos el "humanismo de la encarnación" del neotomista Jacques Maritain o el humanismo pragmático de William James, quien, según Ferrater Mora, se propone "romper con todo absolutismo - con todo universo compacto- con todo intelectualismo, con toda negación de la variedad y espontaneidad de la experiencia", basándose en "una experiencia conceptual o perceptual que debe conformarse con la realidad para ser verdadera".
Para James "realidad" son "otras experiencias conceptuales o perceptuales" y "conformidad”: "que se obtenga un resultado satisfactorio, tanto intelectual como prácticamente", es decir, utilitarismo vulgar.
Por su parte, F.C. Schiller destacaba como una característica principal de su humanismo el "individualismo". En esa misma línea individualista están el neohumanismo liberal y el humanismo existencialista. Es evidente la paradoja de un humanismo individualista. En general puede decirse de todo esto que se abunda en una retórica vacía, que pretende desnaturalizar el significado del humanismo, sustituyendo el sentido concreto de la palabra que se deriva de "hombres", "humanidad", por entelequias gnoseológicas y metafísicas; como si las personas reales fueran procesos lógicos o fines abstractos.
La palabra humanismo, como indicara audazmente a pesar del macarthismo, el norteamericano Corliss Lamont: " encierra en si misma lo mejor de las tradiciones naturalistas y materialistas, es un término cálido, positivo, comprensible, que indica un interés supremo por el hombre y una correspondiente falta de interés por las preocupaciones sobrenaturales. De él fluye naturalmente la deducción de que el objeto ético supremo es trabajar por una existencia más feliz, a favor de toda la humanidad aquí y ahora. "
Se ha especulado bastante sobre un humanismo anterior al Renacimiento. El propio Lamont habla de dos fuentes del mismo: "los precursores filosóficos del humanismo" y las "raíces religiosas del humanismo". El análisis histórico corrobora que esas premisas son "convertidas" en doctrinas mucho después, mediante la confusión de identificar al humanismo con el antropocentrismo filosófico que desplazó la visión cosmológica de la filosofía de la antigüedad.
En etnocentrismo de los antiguos impedía el concepto de humanidad, entendido como totalidad de la especie y así lo testimonian las designaciones que hacía cada pueblo de si y de los extranjeros. Los egipcios, por ejemplo, llamaban a los ajenos a ellos con un término que significaba "no persona".
Los griegos tenían para lo mismo el vocablo de "bárbaros". Más recientemente la Etnología ha señalado que en América, Africa, Asia, Australia, las comunidades aborígenes se designan a si mismas con palabras que significan "los hombres", empleándolo como su gentilicio habitual y no consideran tales a los desconocidos, quienes deben adquirirlo por méritos y una ceremonia ritual del grupo.
Tenemos que remitirnos a algunos sofistas de la primera etapa para encontrar referencias que reconozcan a todos los hombres (y no está claro si incluyen a las mujeres), en aquellos pocos que se opusieron a la esclavitud en forma teórica. Pero como dicho sistema era inevitable, cuando Sócrates, aquel idealista tan idealizado, se remitía a las virtudes que esperaba en la nueva generación, se estaba refiriendo exclusivamente a los mancebos de Atenas, no a los de las demás Polis griegas y menos a los de otras etnias o naciones.
Vale añadir, además que el concepto de "virtud" no es el que se tiene en la actualidad, se entendía por tal la capacidad (conjunto de habilidades) para lograr el "bien" (que a su vez se interpretaba como lo que interesaba y creía merecer, cada cual) en realidad se trata de una especie de "pre positivismo" que se relaciona arbitrariamente con el humanismo. No se advierte que una cosa es admirar el método de argumentación de la filosofía antigua y otra identificarlo con las intenciones morales contemporáneas
De igual modo, considerar como fuente humanista al cristianismo es una creación retrospectiva; primero, porque las instituciones, incluidas las religiosas, no pueden escapar a la forma de organización del sistema social en que existen: en Europa medieval, la Iglesia era la mayor propietaria de tierras y de siervos por lo cual sus intereses chocaban con los del bajo clero, la nobleza y los campesinos y siervos, es sobre esa realidad que se producen muchas herejías, igual ocurre con las cruzadas, cuyo objetivo era aliviar la presión demográfica motor de las sublevaciones campesinas y posteriormente la Reforma luterana, también hostil al sistema feudal predominante. Si la Iglesia no hubiera estado enlazada a esos intereses, hubiera encabezado la liberación campesina y tampoco habría inventado la Inquisición; segundo, la finalidad teológica del cristianismo no fue liberar al hombre de sus problemas, sino consolarlo en el sufrimiento, para llevarlo a otra vida al servicio del Señor del cielo. Al no comprenderse la interdependencia de las instituciones y el sistema social, se ha confundido la conmiseración por los mendigos y demás marginados, con el verdadero humanismo, y éste no tiene nada que ver con la lástima y la sumisión, sino con la dignidad y capacidad de lucha del hombre. Veamos una prueba:
“Cuando Calígula otorgó la ciudadanía romana a todos los súbditos -dice Emil Ludwig-, lo hizo con el propósito especial de percibir un impuesto imperial. El clamor: Todos los hombres son hermanos, fue lanzado entonces por primera vez para equilibrar el presupuesto. Los emperadores necesitan grandes sumas para sus ejércitos y ahora que el ejército y no el pueblo era el que elegía al soberano, el cariño de éste se desvió de sus proletarios a sus mercenarios."
Sin remordimientos asumo la tentación de señalar la analogía de esa medida con la Ley de Inmigrantes que propugna el emperador norteamericano George W. Busch, para aliviar sus descalabros en la guerra contra Irak, aunque salvando las diferencias, pues no considera de inmediato como ciudadanos a los negros y latinos inmigrantes que ingresen en sus cuerpos militares a cambio de ese beneficio.
Después que esa doctrina de igualdad tributaria terrenal fuera impuesta por Calígula, como política de su Imperio, no podía preocupar a nadie que una religión la trasladara al mundo de los espíritus. Surgió así, el basamento socio económico que permitió extenderse al cristianismo y decir: "todos los hombres son iguales ante Dios". Si hubiera sido a la inversa, ningún emperador romano hubiera tolerado la subversión que ello implicaba. La igualdad espiritual del cristianismo es, por tanto, un efecto y no una causa de la igualdad jurídica.
La Edad Media tampoco facilita una base de igualdad social para desarrollar el humanismo: ante la estratificación social de Reyes, Marqueses, Duques, Condes, Caballeros, Burgueses, Campesinos y siervos, se alza la jerarquización celestial: fieles, Beatos, Santos, Ángeles, Arcángeles, Querubines y Dios.
Además de la estratificación social se estableció la idea central de la política teológica: el arrepentimiento. Este concepto es una limitación gnoseológica radical para el desarrollo del humanismo, porque justifica las arbitrariedades de los poderosos, al tiempo que desarma a los oprimidos, borrando toda posibilidad de crear una base de igualdad imprescindible para una postura humanista.
El cuadro se completa con el ejercicio de la intolerancia cristiana: "La intolerancia religiosa era un rasgo enteramente nuevo en el modo de pensamiento de la sociedad antigua, a pesar de todo lo intolerante que pudiese haber sido desde el punto de vista nacionalista, ligera como era en sus miramientos hacia los extraños, para no mencionar a los extranjeros, a quienes esclavizaba o mataba aunque no hubieran peleado como soldados, nunca pensó en despreciar a nadie por sus convicciones religiosas."
Esto se comprueba cuando observamos que en todos los emporios o ferias comerciales desde las costas del Asia Menor, Grecia, Sicilia hasta las de África, existía una diversidad de deidades y cultos junto a otros comunes, que sólo se diferencian por sus nombres locales. Pero, todas amparaban las transacciones comerciales y depósitos de riqueza, que efectuaban las diversas etnias y gens; ellas se hacían bajo los auspicios de sacerdotes y dioses múltiples. Heródoto da múltiples informaciones sobre ello.
Por su parte, el núcleo de ese pensamiento antiguo, combatido por el cristianismo, sobrevivía la Edad Media acosado por esa intolerancia que lo obligó a deformarse en dos vertientes: la de ciencia empírica en forma de Alquimia y Astrología y otra, como filosofía naturalista constituida por los restos de la religión "pagana" cuyas fiestas de la fertilidad, supersticiones y ceremonias fueron admitidas cuando podía compatibilizarlas con su ritual y si era imposible, calificadas por la Iglesia como "demonología", "pactos satánicos" e incluso "herejías"l
La intolerancia no era un fenómeno gratuito, se originaba en la pugna de intereses económicos y políticos, que en la Edad Media representaban por un lado el alto clero y la alta nobleza, contra los burgueses, baja nobleza, campesinos y bajo clero, por otro. Como consecuencia, es que se produce un proceso que arranca con las herejías antiguas, pasa por las cruzadas y ya en el siglo XIV aparecen los movimientos místicos que anteceden inmediatamente a la Reforma: la secta "Hermanos de la vida común", de Gerardo Groot; las ideas de Juan Pupper de Goch y de Juan Kessel de Groninga, todos en Alemania.
En Inglaterra Juan Wicleff (1328-84) se opuso a los tributos o diezmos y sobre todo a las inmensas propiedades de la Iglesia en su país. Respecto a la propiedad Wicleff decía que sólo era concedida por Dios a los elegidos. Su doctrina se propagó más tarde, mediante Juan Huss y Gerónimo de Praga, favorecida por el sentimiento nacionalista de los checos.
Donde más claramente se aprecian las contradicciones es en los Concilios, donde se discutía una y otra vez, la forma de limitar la autoridad de los papas. El de Constanza (1414-1417), logró mantener la supremacía del pontífice y condenó como heréticas las doctrinas de Wicleff y sus seguidores. El de Basilea que duró doce años (1431-1443), fue muy agitado y se discutió sobre el "absolutismo" papal, los privilegios nacidos de éste, la moralización del clero y la prohibición de acumular cargos y beneficios. El papa trasladó el concilio a Florencia y dio por terminadas sus deliberaciones cuando se planteó la admisión de los griegos ortodoxos en el seno de la Iglesia.
Es decir, que el humanismo no surgió en un proceso diáfano o en línea recta, como pretende la retrospectiva interesada. Lo que se abrió paso en el reino de la teología fue la ideología burguesa a través de la Reforma; aún hoy en el campo del pensamiento académico se excluye el análisis del medio social y éste proceso sólo se enfoca mediante especulaciones filosóficas; en su momento, esto suscitó numerosos choques en el mundo de las argumentaciones y enfrentamientos políticos contra aquél orden santificado por el catolicismo de la época.
En Mayo de 1520 el Papa excomulgó a Lutero mediante la Bula Exurge Domini. Entre otras cosas Lutero había proclamado su oposición a las Órdenes Mendicantes, " por considerar que fomentan la vagancia y son opuestas a la dignificación del trabajo"
Esto no significó que Lutero fuera defensor de los campesinos y trabajadores, sino que deseaba verlos disciplinados y obedientes, como se deduce de sus opiniones cuando se sublevaron contra la servidumbre: " hay que golpearlos, estrangularlos y apuñalearlos secretamente o en público, a fin de recordarles que nada es más ponzoñoso, dañino y endemoniado que un hombre en estado de rebeldía."
El predicador Thomas Munzer, simpatizante de Lutero, consideró que ello era una traición y consideró a éste como "archicanciller del demonio "Munzer se adueñó de Muhlbrausen y estableció un régimen comunitario, favorecido por los proletarios y campesinos de Suavia y Mansfeld, abandonó el cristianismo y predicó un panteísmo ingenuo. Sitiado en el castillo de Frankenhausen terminó prisionero y ejecutado en 1525, junto a un gran número de partidarios, igual a como había ocurrido con Huss y sus seguidores poco antes.
Otra secta protestante fue la de Calvino (1509-64), quien "prohibió en Ginebra los bailes, la música y las diversiones, por considerarlos inclinados al mal. Este sistema adquirió una reciedumbre injusta e inhumana: sólo el trabajo y los ejercicios religiosos podían formar parte de la vida de un buen cristiano"
Calvino es conocido también por haber ordenado la muerte de Miguel Servet ( re-descubridor de la circulación sanguínea), quien negó la divinidad de Cristo, al que consideraba sólo como un buen hombre y había buscado refugio en Suiza huyendo de la Iglesia católica que lo perseguía por lo mismo.
Cuando los continuadores de Munzer, los Anabaptistas o Rebautizantes ocuparon la ciudad de Munster y expulsaron al Obispo católico, Conde de Waldek, el régimen comunitario implantado fue combatido conjuntamente por católicos y luteranos, quienes aniquilaron totalmente esas familias, después de aplicarles horribles tormentos.
Es evidente que la tolerancia no anidaba en las "piadosas" ideas predominantes. Las frecuentes sublevaciones campesinas obligaron a que el motivo económico que enfrentaba a católicos y luteranos se resolviera en lo fundamental con los acuerdos de Nuremberg de 1532, donde se reconocieron las expropiaciones hechas a la Iglesia católica por los príncipes alemanes, así como el "status" religioso de sus súbditos, obligados a adoptar la religión de sus gobernantes, quienes podían decidir y decir como Enrique IV: "París bien vale una misa", es evidente que esto no significaba un reconocimiento de la libertad individual de credo.
En el campo del catolicismo la Contra Reforma buscó mantener las posiciones. El Concilio de Trento (1545-63) culminó esos objetivos; su logro principal fue la reorganización del gobierno de la Iglesia que asumió la forma monárquica. Con ello se eliminó la autoridad de los Concilios Generales que durante los siglos XIV y XV contrapesaban en cierta medida el poder del Papa. Dicho Concilio decidió mantener como idioma el latín, renovó la actividad de la Inquisición y creó una Comisión encargada de redactar el INDEX o catálogo de libros prohibidos.
Un papel importante en esa centralización fue el de las nuevas Ordenes religiosas, especialmente la Compañía de Jesús, fundada en 1534 y aprobada por el Papa en 1540, cuya regla 13 decía: " debemos siempre, para en todo acertar, que lo que yo veo blanco creer que es negro si la Iglesia hirárquica así lo determina"
El cristianismo nunca ha sido una doctrina homogénea, por no decir ortodoxa, dado que se ha constituido durante etapas prolongadas de adaptación como refleja su historia desde Filón de Alejandría (año 80 de n. e.) hasta el Concilio de Nicea (325 n. e.) en que la ausencia de un centro organizativo se expresaba en la diversidad de evangelios que cada patriarca u obispo auspiciaba, es a partir de la conclusión de este proceso que se estrenan las herejías. Luego ocurre el cisma Roma-Bizancio o católico romano-ortodoxo griego y más tarde, las guerras campesinas y las sublevaciones de la baja nobleza y el bajo clero que culminan en la Reforma luterana, para continuarse durante el desarrollo colonial del Renacimiento que produce el acelerado proceso de sincretismo que lo suelda a las identidades culturales de los pueblos originarios americanos, africanos y en menor medida asiáticos, cuya demostración más evidente son las "advocaciones" de María, considerada en esas expresiones madre de Dios para cada territorio o grupo étnico.
Ese inevitable desarrollo social que va desde el esclavismo al feudalismo y llega al capitalismo, produjo extraordinarios virajes económicos y políticos, que generaron dos campos opuestos de intereses en el mundo cristiano: uno, ocupado por el sector de la dirección eclesiástica que buscó su adaptación a favor de lo establecido o tradicional, realizando giros argumentales en la Teología, junto a medidas políticas de poder disciplinario, que fueron criticadas desde sus inicios y a principios del tercer milenio reconocidos como errores por el máximo jerarca católico Juan Pablo II; el otro, el de los sectores humildes de creyentes y parte del bajo clero, vinculado en sus necesidades a esa población, que han influido en el proceso de adaptabilidad del cristianismo en general y del católico en particular, al reclamar posibilidades para satisfacer intereses y necesidades perentorias aunque nunca han obtenido un triunfo definitivo. Así llegamos en estos tiempos a los finales del siglo XX y principios del XXI en que aparece la más reciente de las reivindicaciones, conocida como Teología de la Liberación, que en América Latina pugna por un lado con su propia jerarquía eclesiástica y por otro trata de alinearse con las fuerzas progresistas de la sociedad.
Sin embargo, la política efectiva del cristianismo nunca ha salido de las manos de las jerarquías, por definición histórica conservadoras de lo que consideran orden social, por ello, encontramos que siempre las expresiones populares del cristianismo que pudieron ser fuente del humanismo, no tuvieron oportunidad de desplazarse del ámbito místico y predominar en el social, y que todas sus argumentaciones que se encaminaban a propugnar una doctrina de vivir en la gracia de Dios no pudieron desarrollarse en la práctica de la vida común y perecieron con ellos. Al ser condenados por satánicos o heréticos y amenazados con lo mismo los que los siguieran, su influencia social fue nula, como lo demuestra la discontinuidad ideológica entre los múltiples movimientos de protesta que surgieron en la historia del cristianismo, desde los arrianos y dulcinos hasta los hugonotes. Sólo en los tiempos actuales es que no se ha podido calificar de satánicos o herejes a los seguidores de críticas sociales como la Teología de la Liberación aunque, para no hablar de otros casos, baste recordar las limitaciones "disciplinarias" que impuso la jerarquía eclesiástica a los sacerdotes Leonardo Boff y Frei Beto, que no fueron más allá, por el laicismo predominante en la ideología occidental que pone ciertos límites a los llamados "fundamentalismos" o "fanatismos" y les impiden restaurar desafueros inquisitoriales antiguos. Lamentablemente la opinión pública norteamericana no puede limitar de igual forma el fundamentalismo del poder blanco sajón del imperialismo norteamericano y su terrorismo. A la Teología de la Liberación no se le pudo reprimir física y legalmente, esto le posibilitó situarse en el mismo terreno social de los necesitados y confluir con los intereses de campesinos sin tierra, pueblos originarios y marxistas luchadores por cambios estructurales definitivos en Latinoamérica y el Caribe.
El cristianismo representado, por esa y otras corrientes semejantes, hoy puede integrarse legítima y perfectamente al humanismo, porque no se propone elaborar una doctrina acerca de lo sobrenatural, sino desarrollar un método de lucha por los pobres, con estilo propio y ello no es contradictorio con los objetivos que persiguen otras fuerzas progresistas. Pero, ello no significa que sea cierta la aseveración de que el cristianismo es fuente del humanismo, tanto por la imposibilidad histórica para éste, de tener una base social y económica que le permitiera desplegarse en la realidad, como ausencia de una doctrina social que lo expresara coherente y consistentemente y mostrara su superioridad sobre las otras interpretaciones de la vida.
En el siglo XVI el Renacimiento vino a reestructurar y reagrupar las contradicciones alrededor de las nuevas fuerzas sociales, que encabezó la burguesía para dar el golpe decisivo al feudalismo. Se enfrentó a su ideología: la escolástica, arma teórica de la Inquisición, con una nueva visión de la sociedad, la naturaleza y el hombre.
Los resultados de ese enfrentamiento fueron variados: en lo intelectual se proclamó la independencia de la razón y sus posibilidades de ejercicio con Descartes y Bacon. Surgieron las ciencias modernas con Galileo, Leonardo y Kepler. Se adoptó un naturalismo mezclado al sensualismo en la creación y circulación de obras mundanas, satíricas y picarescas de Miguel Ángel, Rubens, Rembrandt, Rabelais, Boccacio, Erasmo, Voltaire, Diderot, y Helvecio.
El centro de la vida práctica fue ocupado por el comercio, los viajes, las exploraciones, expediciones y las conquistas, incrementando contactos sistemáticos entre culturas diferentes. En lo social se reitera una línea radical representada, entre otros, por Moore, Campanella y Munzer, quienes esbozaron una especie de socialismo utópico donde se desarrollaría la confraternidad entre los hombres.
El deseo de estudiar, hacer experimentos, de lanzarse a aventuras de conquistas, fundaciones, lograr mayor bienestar y luchar por ello, es decir, el espíritu burgués, contaminó todos los estratos de la sociedad; las rígidas trabas de la vieja sociedad feudal fueron saltando década tras década hasta 1789 en que se proclamaron los "Derechos del hombre y del ciudadano", eliminando definitivamente la idea de un orden social basado en el derecho divino.
Un doble proceso originaba esos cambios: "De una parte el empobrecimiento de los señores feudales los obligó a disolver sus huestes, a liquidar sus mesnadas; de otra, el enriquecimiento de la burguesía arrojó de sus propiedades a los pequeños labradores para convertir sus tierras en praderas de los ganaderos."
El proceso culmina en la creación del comercio mundial y la aparición de masas enormes de "obreros libres". No fue una casualidad que el despertar de la vida comercial encontrara perfeccionado el sistema de contabilidad por partida doble, debido al monje italiano Luca Palaciolo, que servía para controlar los intereses comerciales y financieros de que disponían los monasterios.
La asombrosa subversión efectuada por el frente general que encabezaba la burguesía alcanzó todos los rincones del planeta. Fue entonces que pudo hablarse un lenguaje universal sobre el bienestar o la riqueza para todo el que lo deseara y se generalizó la idea de que ello era posible. La idea de ese resultado no se identificaba con un estado o clase específicos, como había ocurrido en el feudalismo, por tanto, sus apologistas fueron descritos posteriormente como humanistas.
Sin embargo, ese humanismo mostró en breve sus limitaciones, pues a medida que se desarrollaba la institucionalización y consolidación de la burguesía, se hacía evidente que aumentaba el marginalismo de las clases trabajadoras y la concentración del capital era cada vez más exclusiva.
La espiritualidad humanista del Renacimiento se orientaba naturalmente hacia la burguesía: su rama más afín dentro de la Iglesia católica está representada por el sacerdote Charles Demia, alabado como iniciador de la enseñanza primaria gratuita, quien postulaba el aprendizaje de trabajos manuales para "que las escuelas lleguen a ser agencias de información o lugares de mercado en que las personas acomodadas pudieran ir a buscar servidores de sus casas o empleados de sus negocios."
El pensamiento iluminista de Voltaire y Rousseau, heredero del Renacimiento, tampoco extendía su democratismo humanista a toda la población. El teólogo Juan Bautista Basedow de Hamburgo, definió en hermosa expresión que para él la educación consistía en formar "ciudadanos del mundo" y en prepararlos para una existencia útil y feliz y explicaba: "Los hijos de las clases superiores pueden y deben comenzar más temprano su instrucción y como deben ir más lejos que los otros, están obligados a estudiar más. Por fortuna, los niños del pueblo necesitan una instrucción menor que los demás y deben dedicar la mitad de su día a los trabajos manuales."
Como se ve, concebía dos categorías diferentes de "ciudadanos del mundo", lo cual corroboraba la necesidad del trabajo infantil, por influjo del maquinismo industrial que se iniciaba impetuosamente y reclamaba la fuerza de trabajo de miles de infantes desde los cinco años de edad procedentes de las clases "inferiores."
La burguesía francesa, ponderada por los que nos enseñaban historia europea por sus consignas de libertad, igualdad y fraternidad, "Por decreto de 14 de Junio de 1791, declaró todas las coaliciones obreras como un atentado contra la libertad y la Declaración de los Derechos del Hombre, sancionable con una multa de 500 libras y privación de la ciudadanía activa durante un año."
"El artículo IV declara que si "ciudadanos de la misma profesión, industria u oficio se confabulan y ponen de acuerdo para rehusar conjuntamente el ejercicio de su industria o trabajo o no prestarse a ejercerlo más que por un determinado precio, estos acuerdos y confabulaciones. . serán considerados como contrarios a la Constitución y como atentatorios a la libertad y a los Derechos del Hombre, etc”
Estas contradicciones revelan que este proceso ideológico disperso, que posteriormente ha sido llamado humanismo, tiene una afinidad específica con el ideal capitalista y se origina en el Renacimiento como respuesta a dos absolutismos: el personal de los reyes y el teológico de la Iglesia. El antagonismo contra ambos se expresa enalteciendo las cualidades de un modelo abstracto de personalidad; ilustrada, alimentada, proporcionada, creativa y fundamentalmente independiente.
Ese humanismo burgués tampoco fue una escuela filosófica, porque fue construido fragmentaria y sucesivamente por diversidad de pensadores, científicos, pintores, músicos, escultores, orfebres y organizadores políticos, entre otros; no en forma de doctrina, sino a través de polémicas, actitudes, pinturas, construcciones o esculturas; es decir, mediante sus obras, que toman como referencia una línea estética formal, esencialmente animada por una significación ética doble: una parte inspirada en su ideal greco romano del pasado y otra implícita en su modelo de personalidad.
Los rasgos de ese “humanismo” burgués pueden resumirse en lo siguiente:
1. No se refiere a la necesidad de crear condiciones sociales comunes para su desarrollo,
sino que confía en la capacidad individual para realizarlo.
2. Considera a la propiedad privada como su basamento, pero como toda la sociedad no
puede ser propietaria, no rebasa el marco de la clase social burguesa.
3. De ahí se deriva, en abstracto, que todos los hombres son iguales por su origen, pero es inevitable y admisible una diferenciación en su status social y económico.
4. Postula una tolerancia pasiva consistente en "dejar hacer", si no se perturba el orden social
Circunscrito al ámbito individual, ese humanismo burgués sólo puede concebir virtudes subjetivas y aleatorias, como la caridad, la tolerancia, la racionalidad, la dignidad; todas estimables en si mismas, pero sumamente distantes de algo que parezca deber u obligación. Por eso, el medio fundamental de promoverlas es apelar a las emociones y sentimientos y no a la acción institucional o colectiva directa.
Eximidas así las instituciones estatales, las religiosas y las colectividades, de la transformación del medio social su único papel sería el de la exhortación, el lamento por la "naturaleza insensible del hombre" y la esperanza de que alguna vez los hombres y las cosas cambien.
Analicemos por ejemplo la categoría moral "caridad".
Está sujeta azar de las relaciones (un día el benefactor encontró al menesteroso).
Las condiciones (por su proximidad u otro asunto, el menesteroso es notado por el benefactor).
El estado subjetivo del caritativo (que no es permanente: ese día sintió más fuerte la necesidad de aliviar la pena del otro)
La dádiva no resuelve el problema social o causa, sólo lo alivia
Se encamina a desarrollar la autoestima del donante.
Su capacidad de solución del problema no es definitiva, sino temporal.
La significación ética de la humanidad ha sido moldeada en cada guerra, prédica, conquista, desarrollo técnico, conflicto o revolución, experimentados a lo largo de la historia y por ello tiene expresiones étnicas, nacionales y de clases sociales.
Interpretada por sus contemporáneos o sus sucesores, todas las apreciaciones que se han hecho sobre la ética y la moral pueden reducirse a tres formas generales: primera las que deducen la ética y la moral de principios extra-históricos (Dios, naturaleza del hombre o leyes del universo); segundo las que la consideran a partir de cualidades individuales (placer, voluntad, deseo); tercero, las que se basan en consideraciones sociales (contratos, costumbres o auto-desarrollo social).
En este trabajo la ética y la moral son consideradas como parte y consecuencia del desarrollo social, entendido éste como desarrollo histórico de los modos de producción, de las formas de vida que los acompañan y del progreso de la cultura material y espiritual de la sociedad.
Hoy, cuando el capitalismo lleva 200 años de mercado mundial, como expresaran Marx y Engels: "Merced al rápido perfeccionamiento de los instrumentos de producción y al constante progreso de los medios de comunicación, la burguesía arrastra a la corriente de la civilización a todas las naciones, hasta las más bárbaras. Los bajos precios de sus mercancías constituyen la artillería pesada que derrumba todas las murallas... se establece un intercambio universal de las naciones. Y esto se refiere tanto a la producción material como intelectual."
La ética y la moral son impulsadas hacia la homogeneidad por los medios masivos que propone el modelo de la burguesía, Sin embargo, Engels realizó en su tiempo una aguda observación sobre las diferenciaciones morales al expresar:
"¿Que moral se nos predica hoy? Ahí tenemos, en primer término, la moral cristiano-feudal que nos han legado los viejos tiempos de la fe... Y al lado tenemos la moderna moral burguesa, y al lado de la moral burguesa moderna la moral proletaria del futuro. Por donde solamente en los países más cultos de Europa, el pasado, el presente y el futuro nos brindan tres grandes grupos de teorías morales, que rigen a la par y simultáneamente...
“Si vemos, pues, que las tres clases que forman la sociedad moderna, la aristocracia feudal, la burguesía y el proletariado, poseen cada una su propia moral, necesariamente tendremos que concluir que los hombres, sea consciente o inconscientemente, derivan sus ideas morales, en última instancia, de las situaciones prácticas en que se basa su situación de clases: de las relaciones económicas en que se producen e intercambian lo producido...”
Esto fue interpretado por teóricos marxistas posteriores como que la ética y la moral surgían de una determinación económica absoluta y tenían un carácter exclusivamente clasista inamovible. Tal enfoque llevó a casos extremos, como el del citado Althusser con su negación del humanismo, argumentando que era imposible la fundamentación científica del mismo y era sólo "ideología".
Se ignoró que a continuación de lo anterior, Engels expresó una idea importante: " Pero, por cierto, hay algo de común a las tres teorías morales mencionadas... Aquella teorías morales representan tres etapas distintas del mismo desarrollo histórico, tienen por tanto un fondo histórico común, y esto hace que tengan, necesariamente, muchos rasgos comunes."
Igualmente desconocieron sus afirmaciones a Bloch: " Según la concepción materialista de la historia, el factor que en última instancia determina la historia es la producción y reproducción de la vida real. Ni Marx ni yo hemos afirmado nunca más que esto. Si alguien lo tergiversa diciendo que el factor económico es el único determinante, convertirá aquella tesis en una frase vacua, abstracta, absurda."
Calificado el humanismo como "ideología", como una ilusión que sembraba el individualismo burgués en las masas y paralizaba su lucha revolucionaria, la renuncia a él dejaba sin posibilidad de explicación aspectos como la correlación de lo humanamente universal y lo clasista en la moral, fundamentalmente los mecanismos de comunicación que "rigen a la par y simultáneamente" entre las clases y alcanzan su máxima expresión en el fenómeno de la identidad (nacional, religiosa, institucional y étnica); igualmente no se puede interpretar cómo una clase puede negar moralmente el viejo orden y cómo fundamenta su nuevo ideal ante sí y los demás sectores de la sociedad.
Tampoco esa renuncia al humanismo, permite explicar la correlación entre el contenido de los conceptos éticos y los avances del progreso moral; es prescindir de un criterio definitorio del progreso moral, sus fundamentos y cambios.
Lo más importante es que impide abordar los criterios de validez de la ética clasista, cuyos valores quedan reducidos al interés de clase y al programa político; pues absolutiza los límites que una ética clasista impone a lo general y humano de la ética, al tiempo que desconoce lo contrario, o sea, que el carácter limitador del humanismo siempre pasa a primer plano en períodos de crisis, convulsión o intensa lucha social y su función es evitar la desmoralización de las clases o el régimen social.
Esto nos explica que Anatoli Járchev escribiera: " la fase del desarrollo histórico del hombre en que, lejos de dominar sobre la naturaleza, aparecía en muchos sentidos como parte de ella, en que sus necesidades se circunscribían a asegurar los procesos naturales de su organismo, y sus relaciones sociales, a procurarse el sustento, conjuntamente con el rebaño... Mientras antes en la lucha por la existencia sólo sobrevivía el grupo, la comunidad (el rebaño)... "
Puede observarse que no hay embarazo en identificar comunidad con rebaño y tampoco en atribuir relaciones sociales a éste. Pero, no debe olvidarse que la utilidad práctica de la ética hace que con mucha frecuencia la política interfiera en su desarrollo teórico y ya se han conocido los efectos de su voluntarismo, tanto si recordamos el pasado reciente con Hitler, Mussolini y Franco u observamos el siglo XXI con Bush, Blair y el sionismo a la cabeza de las aberraciones. Por lo que es hora de preguntarse ¿Dónde han estado los filósofos humanistas? En Estados Unidos las ofensivas guerreras que emprende el imperialismo, no son cuestionadas desde el punto de vista moral por sus comunicadores e ideólogos, como justas o injustas, agresivas e injerencistas, legales o ilegales, sino, porque son cortas, producen riqueza, y se tienen pocas bajas, es decir, se enfocan con el sentido de la rapiña utilitaria de fenicios, vikingos, normandos y los posteriores colonizadores del oeste norteamericano.
Sólo cuando la política de un sistema se enfrenta a la incertidumbre de promover o conservar su base social, es que estimula las disquisiciones filosóficas de la ética. No es el caso del sistema norteamericano y europeo, quienes ya agotaron esas pretensiones y no se interesan por la opinión pública como confesaron claramente sus jefes. Pero si fue el caso del régimen soviético, obligado por el peso de una tradición anti-zarista, su guerra defensiva contra 19 Estados en la segunda década del siglo XX y su victoria contra el nazi fascismo de 1945, lamentablemente deformado por la política staliniana.
Esa situación afectó el pensamiento filosófico soviético y Abdusalá Guseinov es otro caso de lo que pudiéramos llamar "pesimismo" sobre el valor teórico de lo humano en la ética:
“¿En qué consiste el contenido universalmente humano de la moralidad? - y responde - "Es verdad que en este camino nos esperan resultados bastante modestos... En realidad no queda nada determinado, pero queda la forma de lo que incondicionalmente debe ser."
A continuación expresa: " idea de la igualdad es la premisa elemental de cualquier requisito moral. De hecho agota el contenido general (universalmente humano) de la moralidad."
Luego de sus argumentos sobre la vacuidad del "deber ser" y la "igualdad" que considera simples formas, incurre en contradicción: "...la idea de igualdad, por muy abstracta e irreal que pareciera al surgir, ha sido incorporada al contenido de la moralidad y llegó a nuestros días como su característica universal... la moral comunista, tal como se ha constituido y funciona en el socialismo, conserva en el contenido del ideal moral la idea de la igualdad de toda la humanidad y, de este modo, tiene parentesco directo con los sistemas morales precedentes."
En el trabajo no explica cómo la forma se hizo contenido, ni cómo se establece el "parentesco directo" con los sistemas morales precedentes. Al establecer dicho vínculo olvidó el desolador párrafo inicial de su trabajo, donde dijo:" Para los marxistas es incuestionable que en la sociedad de clases antagónicas no hay ni puede haber una moralidad humana común."
Esa forma mezquina que pretende representar a los marxistas y emplear su doctrina para abordar lo humano en general: negándolo cuando se esgrimen principios de ética de clase y aceptándolo parcialmente cuando la evidencia de la práctica lo pone a la orden del día, trajo consecuencias desastrosas para el modelo de socialismo creado en Europa del este. Conduce a la deformación de los cuadros políticos y estatales y fomenta una conducta oportunista, muchas veces perversa.
Lo asombroso de estas inconsecuencias es que olvidan un documento muy divulgado de Marx: ".unirse para lanzar una protesta común y reivindicar que las sencillas leyes de la moral y la justicia, que deben presidir las relaciones entre los individuos, sean las leyes supremas de las relaciones entre las naciones."
III. FUNDAMENTACION DEL HUMANISMO: construcción de una teoría ética.
SUMARIO: A. IDEA DE LA ÉTICA. B. FUENTES DE LAS TEORÍAS ÉTICAS. C. PRINCIPIOS DE LAS TEORÍAS ÉTICAS. D. LÓGICA DE LAS CATEGORÍAS ÉTICAS. E. OBJETIVOS O FINALIDADES DE LAS TEORÍAS ÉTICAS. F. CRITERIOS DE VALIDEZ EN LA ÉTICA.
A. Idea de la Ética.
Se dice que le Ética tiene como tarea u objeto propugnar y justificar la conducta moral de los hombres. Pero, antes de actuar, los hombres imaginan lo que van a hacer según fines que también han analizado previamente. De hecho, los que juzgan conductas ajenas lo hacen a partir de comparar sus conceptos sobre la situación, con los que suponen debe poseer aquellos que ejercitan una conducta moral. Por lo tanto, siempre que se juzga la conducta ajena o propia, en realidad se le compara con el modelo ético al que debe ajustarse la conducta.
Por ello, concluimos que el objeto real de la Ética es: a) el Paradigma Moral aceptado en los estratos sociales, su estructura y sus mecanismos de funcionamiento (incluida la conducta); b) la propia validez de la reflexión ética, que incluye los fundamentos para la creación o perfeccionamiento de un Paradigma Ético y c) los del aparato metodológico para la asimilación y enjuiciamiento del Paradigma en el contexto social.
El decursar histórico nos ha revelado que el Paradigma Moral es diferente para los distintos pueblos y épocas. En las condiciones contemporáneas, se han estabilizado sentimientos de nacionalidad al lado de formas de organización familiar, económica, política, comunitaria y un sistema cultural con un núcleo tradicional permanente, que permiten suponer como estructura del Paradigma Moral la siguiente:
1. Modelo Cívico.
2. Expresiones de Conducta o Estilo de Vida.
3. Universo Moral de los Individuos.
1. El Modelo Cívico está constituido por:
a) Idea de Nación o Etnia (objetivos históricos, tradiciones, áreas significativas de ella, personalidades, símbolos aceptados).
b) Sentido de la familia (visión de su estructura y jerarquización, funciones de los miembros, objetivos afectivos, económicos, educacionales y sociales que les corresponden)
c) Significación que se atribuye a la vida social (en cuanto a la justicia, coexistencias, obligaciones, beneficios, oportunidades, seguridad y expresiones de sociabilidad, es decir, aceptación de estructuras para las relaciones ya sean mecanismos institucionales, participaciones individuales o en equipo, normas como las de urbanidad y cortesía y otras.)
d) Apreciación de la naturaleza y sus recursos: como factor económico, de desarrollo social, en sentido ecológico y como referencia valorativa en la educación lograda o por lograr, de sentimientos éticos y estéticos, así como para motivaciones en el razonamiento y el interés por la ciencia en las nuevas generaciones (también, estos aspectos empiezan a recibir un fuerte impacto con la Revolución energética iniciada en Cuba y que ahora adapta Venezuela, además de los enfoques ecológicos en las políticas económicas y sociales de ambas naciones)
2. Expresiones de Conducta o Estilos de Vida, es decir, métodos de actuación ante perspectivas, dificultades y situaciones coyunturales de los estratos sociales, apreciables en:
a) aspectos psicológicos (actitudes, temperamento, carácter)
b) aspectos pragmáticos:
-formas de justificación de aspiraciones e intereses
-formas de relacionar medios y fines en el abordaje de metas.
--h-historia de su práctica social: resultados y logros (a diferencia de los dos anteriores que se infieren de las opiniones y conducta inmediata del sujeto, la historia de su práctica social debe tener un origen documentado, institucional o de resultados sociológicos, a fin de verificar la coherencia de los aspectos pragmáticos.)
En los aspectos pragmáticos se confrontan directamente los fundamentos generales o humanistas de la moral con los clasistas; es lo que se denomina “situación ética” en ella pueden presentarse tres modos de confrontación:
- la del aval mutuo entre los valores clasistas o de grupo y los humanistas: en ese caso, la conducta del sujeto es coherente y va en el sentido del Progreso Moral.
- cuando los principios humanistas se sobreponen y dejan de avalar el enfoque moral clasista, sectorial o profesional; entonces, aparece la crisis de conciencia y la actuación se paraliza, se desvía o se altera.
Cuando los intereses de clase, sectorial o profesional, desvaloran los fundamentos humanistas de la moral la conducta deriva hacia el individualismo o el fanatismo, según la ética particular que impone esos intereses.
3. Universo Moral de los Individuos
No son las ideas morales como norma externa, sustentadas en la opinión pública, sino la adaptación o sustitución de ellas en la conciencia, donde asume la forma de convicción, deber o ideal de vida, que rebasa el marco de los intereses coyunturales, mediante el cual el sector o individuo se autovalora, respecto a los demás y sirve como justificante básico de su conducta social; presenta la siguiente estructura:
-Enfoque clasista, sectorial o étnico.
-Enfoque humanista o ético general.
-Enfoque de prácticas diferenciadas (ética profesional)
Hagamos un bosquejo de cada uno:
- Enfoque clasista:
es determinante de los demás aspectos de la conciencia social, se asume en la conciencia individual con ayuda de alguna racionalización y se desarrolla para justificar intereses, no es como se pretende, algo adquirido por herencia, sino que hay que asumirla conscientemente desde posiciones clasistas, confesionales, etc. Sus objetivos aparecen con mayor precisión en las teorías sociales más representativas. Por ejemplo: John M. Keynes, presenta el capítulo 24 y último de su libro, con el título: Notas finales sobre la filosofía social a que podría conducir la Teoría General; allí expresa:
“-Por mi parte creo que hay justificación social y psicológica de grandes desigualdades en los ingresos y en la riqueza... Hay valiosas actividades humanas cuyo desarrollo exige la existencia del estímulo de hacer dinero y la atmósfera de propiedad privada, de riqueza. Además, ciertas inclinaciones humanas peligrosas pueden orientarse por cauces comparativamente inofensivos con la existencia de oportunidades para hacer dinero y tener riqueza privada... Es preferible que un hombre tiranice su saldo en el banco que a sus conciudadanos; y aunque se dice que lo primero conduce a lo segundo, en ocasiones, al menos, es una alternativa... para estimular estas actividades y la satisfacción de estas inclinaciones no es necesario que se practique el juego con apuestas y riesgos tan grandes como ahora. Apuestas y riesgos mucho menores pueden servir para el caso, con el mismo resultado, tan pronto como los jugadores se acostumbren a ellos. La tarea de trasmutar la naturaleza humana no debe confundirse con la de manejarla; aunque en el estado ideal los hombres pueden haber sido enseñados, inspirados o educados de manera que no se interesen en tales apuestas, aún puede ser sensato y prudente para un estadista permitir que se practique el juego, bien que sujeto a reglas y limitaciones, hasta que el común de los hombres o por lo menos una parte importante de la comunidad, se adhiera de hecho y fuertemente a la pasión de hacer dinero.”
En ese capítulo 24 de su obra económica fundamental, Keynes, además de asumir funciones de sociólogo y psicólogo social para justificar las desigualdades, de agente policial que dice prevenir delitos graves, propone una ética para la política burguesa, totalmente coherente con dicho sistema, donde el ciudadano común debe ser un jugador y el jefe de Estado un tahúr. Dejemos a ustedes la valoración del cinismo ético del renombrado economista burgués, quien considera valiosas virtudes los juegos de azar y la pasión por el dinero y confiesa que la tarea de trasmutar la naturaleza humana no debe confundirse con la de manejarla, echando por la borda el puritanismo victoriano.
Una valoración ética diferente realiza Federico Engels al analizar la propiedad privada: “Con este régimen como base, la civilización ha realizado cosas de las que distaba muchísimo de ser capaz la antigua sociedad gentilicia. Pero las ha llevado a cabo poniendo en movimiento los impulsos y pasiones más viles de los hombres y a costa de sus mejores disposiciones. La codicia vulgar ha sido la fuerza motriz de la civilización desde sus primeros días hasta hoy; su único objetivo determinante es la riqueza, otra vez la riqueza y siempre la riqueza, pero no la de la sociedad, sino la de tal o cual miserable individuo.”
Lenin también asume una apasionada posición humanista frente a la propiedad privada:
“Se trata de transformar las costumbres mismas, emporcadas y adulteradas por mucho tiempo por la maldita propiedad privada sobre los medios de producción, así como toda esa atmósfera de rencillas, desconfianza, hostilidad, dispersión y zancadilleo recíproco... La libertad de comercio, el intercambio libre ha constituido durante cientos de años y para millones de personas el postulado supremo de la sabiduría económica, la costumbre más arraigada de centenares de millones de seres humanos. Esta libertad es tan profundamente falsa y es tan usada para encubrir el engaño, la violencia y la explotación capitalistas, como las demás “libertades” proclamadas y puestas en práctica por la burguesía.”
-Enfoque Humanista.
Este segundo aspecto del Código Moral, podemos definirlo como lo común, universal o humanista de la moral, es lo que identifica parcialmente entre sí a elementos diferentes de la población, permite su comunicación y la estabilidad de relaciones beneficiosas para la generalidad; haciendo posible la supervivencia, el desarrollo y la continuidad de la sociedad.
Ese fondo común tiene formas y funciones universales, principios centrales o básicos y categorías; todos los cuales determinan su perdurabilidad, a pesar de que la moral se modifica con cada cambio del ser social o época.
Las Formas humanistas son universales, porque los promotores éticos de todas las clases y de todas las épocas, las emplean al proclamar la validez y eternidad de sus normas éticas particulares. En esencia son las siguientes:
-El sentido del deber: mediante el cual se enuncia y asume toda norma o prescripción moral.
-El libre albedrío: que se supone en todas las personas, pues si el hombre no puede escoger
una conducta, no puede hacérsele responsable por actos predeterminados al margen de si.
-La igualdad de todos los hombres para una decisión moral, o sea, la subordinación de todos
a las normas.
Por su valor metodológico, esas mismas Formas de la Moral, se convierten en Principios Universales de la Ética para la actividad de los individuos. Aparte de ello, también lo son durante la elaboración de la teoría, lo cual veremos más adelante.
Funciones comunes o humanistas. Toda moral representa intereses sectoriales, clasistas, confesionales, etc. Y estos intereses enmascaran las funciones comunes ante partidarios, antagonistas e incluso historiadores y analistas sociales de todo tipo; pero son discernibles en los objetivos que buscan para lograr la hegemonía ética. Ellos son:
-Pretensión de ordenamiento y estabilidad social a su modo.
-Propósito de lograr la cohesión interna (la cooperación o subordinación) de todos los
elementos sociales.
-Lograr la supervivencia o hegemonía de la propia clase o sector.
Resumiendo parcialmente: parte de lo humano de toda moral es la perennidad de formas y funciones, que subyace en las expresiones históricas de sus contenidos éticos clasistas, étnicos o sectoriales. Por eso, cuando una clase está en condiciones de sustituir a otra puede desplegar el contenido de su nueva moral sobre la base de los fundamentos humanistas para lograr aceptación y partidarios en el resto de la sociedad. La clase o sector en decadencia, que ha renunciado a esos basamentos, para imponer descarnadamente sus intereses particulares, se granjea la hostilidad de la mayoría de sus víctimas.
Si nos conformáramos con lo analizado, ese fondo común de la moral tendría un vulgar lastre utilitarista; por eso hay que extenderlo a los principios y categorías, que constituyen su núcleo o esencia, para definir de una vez por todas la preocupación por el ser humano:
Principios Centrales del humanismo
-La conservación de la integridad física de los hombres y sus relaciones interpersonales.
-El combate por las condiciones para la mejoría de las relaciones interpersonales y sociales
de los hombres.
-El deber de luchar por las aspiraciones y necesidades de los hombres que garanticen los dos
principios anteriores.
En sentido práctico, la existencia de problemas globales como el hambre, las pandemias y la ignorancia educacional y la crisis energética; la interdependencia y la globalización asimétrica (como se dice ahora), exigen la participación de todos con iguales derechos y deberes, lo cual no deja lugar para un supuesto humanismo individual y contemplativo.
En el campo teórico, las formas, funciones, principios y categorías humanistas, dan criterios de valor sobre las categorías políticas, jurídicas, teológicas, económicas, que articulan los proyectos y acciones sociales étnicas, confesionales, sectoriales y clasistas correspondientes, al brindar univocidad a la evaluación de esos programas que abordarían las funciones homólogas dentro de la diversidad de la especie. Por eso, todo el mundo tiene sentido del deshonor por violar la palabra empeñada o desconocer acuerdos jurídicos, comerciales, sanitarios o políticos.
-Enfoque de prácticas diferenciadas (Ética Profesional)
La Revolución Científico Técnica impulsó la diversidad de la interdependencia de todas las partes del planeta, creando a la par de nuevas realizaciones tecnológicas, la necesidad de una ética profesional, cuyo papel en el Universo Moral del sujeto interpretamos a seguidas:
La Ética Profesional es una particularidad de la Ética General en el campo de las relaciones laborales. Su fundamento es el Modo de Producción, expresado en las esferas de la producción, la circulación o los servicios, en la forma específica que le confiere la División Social del Trabajo.
Por esa razón sus categorías son particulares y concretas, tienen un valor operativo o funcional y se originan y desaparecen en la práctica de las relaciones de producción o servicio.
Es dicha vinculación a la práctica la que les confiere ese valor operativo, que descansa en cuatro bases fundamentales:
a) Psicológica: sentimientos y emociones al enfrentar la actividad.
b) Lógica: correspondencia con las categorías de la Ética General y coherencia dentro de su propio sistema de categorías, el de la Ética Profesional.
c) Sociológica: los mecanismos que obligan a un comportamiento específico (organización, reglas y normas, autoridad de agentes o personalidades).
d) Ideológica: principios y conceptos que vinculan la actividad profesional con el modelo social, según objetivos clasistas, nacionales y universales.
Directamente de esas bases se derivan las funciones de la Ética Profesional:
- conservar tradiciones laborales
- promover nuevos hábitos
- estimular la auto valoración profesional
- demostrar el significado social de la profesión
La Ética Profesional se expresa en indicadores concretos de comportamiento, que podemos denominar como "mentalidad profesional" o "profesionalismo" y puede ser objeto de evaluación objetiva. Los indicadores principales son:
- coherencia de sus conocimientos profesionales ( la lógica de sus operaciones y capacidad de organización en la actividad)
- sistematicidad de comportamiento (precisión de operaciones y disciplina)
- tendencia a la perfectibilidad de su método de trabajo (creatividad, planificación, ahorro, eficiencia)
- mantener la auto estima profesional
- observancia de objetivos laborales (responsabilidad, solución de dificultades, organización)
- calidad de la ejecución (evaluación de resultados)
- comprensión del significado de su actividad dentro del sistema de la institución
- búsqueda de superación (aspiraciones, planes, estudios)
- comprensión del significado social de su actividad
- desarrollo de sus relaciones profesionales dentro y fuera del centro (pertenencia a asociaciones, colectivos de intercambio, eventos, búsqueda y ofrecimiento de asesoría, consultas, etc.)
Estos indicadores no existen en abstracto y se expresan como parte de la conciencia individual del profesional. Por ello, es necesario disponer de un Modelo de Conciencia Ética Individual, que muestre el lugar que ocupa su "profesionalidad" en aquélla, o sea, para poder evaluar su coherencia con el sistema ético o Paradigma Moral que le sirve de referencia.
Para cada área social habría que desarrollar sus contenidos específicos mediante los elementos de la metodología.
Un esbozo de aplicación metodológica en un campo de la ética profesional, son las siguientes propuestas de la profesora Enma M. Martínez para el área de la educación.
“Tema de investigación: Afectaciones a la profesionalidad del trabajo educativo.
Introducción:
La reforma del sistema de educación cubano, iniciada con la nacionalización de la enseñanza y la campaña de alfabetización en 1961, no tuvo tiempo para seleccionar personal con actitudes y aptitudes que pudieran dar abasto a la gran explosión de matricula, en todos los niveles de la educación que pasó, en poco tiempo, de prácticamente urbana, parcialmente privada, e insuficiente en su extensión, a ser totalmente pública, nacional y masiva. Lo cual significa aún, un desafío para toda la sociedad.
Desarrollo:
¿En qué consiste el desafío?
Por poner un ejemplo: en 1958, un año antes del triunfo de la Revolución, en el país solo había 811 mil 345 matriculados en todo el sistema educacional, y pocos años después se llegó a tres millones 51 alumnos y que hoy esa cifra es muy superior.
En el Primer Congreso del Partido se reconoció como un error importante cometido en la educación durante la década del 60, la persistencia de propósitos en iniciar la formación de maestros en las montañas de Oriente, con la idea de adaptarlos a las condiciones difíciles de la vida rural. Tardamos en apreciar que era irreal este sistema, y ello afectó durante un tiempo la disponibilidad de maestros graduados…¨ .
Por otra parte, el sistema de Educación nacional también sufrió el éxodo de profesionales que estimula el imperialismo norteamericano y está afectando al país a partir del triunfo de la Revolución. Al propio tiempo, se impulsa un crecimiento constante de la enseñanza; en los años 90 se descubrieron nichos de aislamiento cultural y rápidamente se implementó la formación de varios miles de maestros emergentes y de instructores culturales o de arte, con jóvenes del nivel medio de enseñanza que desearan reorientar sus vocaciones o que ya no estuvieran estudiando o trabajando y quisieran incorporarse; en ese período se perfeccionó la atención de todos y cada uno de los 58 mil discapacitados del país en cuanto a servicios de salud, recreación, enseñanza y alimentación, lo cual requiere de más personal calificado y el salto más reciente en este comienzo del siglo XXI es tener Sedes Universitarias en cada municipio del país. Para atenderlos se ha convocado a los profesionales jubilados y en activo, que deseen un contrato adicional de trabajo o quieran incorporarse por vocación de trabajo social, a esa tarea.
Como consecuencia de lo anterior el Estado reiteradamente se ve obligado a hacer llamamientos masivos para suplir las carencias o aumentar las prestaciones del servicio educacional. Así a través de esas vías es que han entrado al sistema personas que poseen instrucción, pero en mas de un caso carecen de la educación y la ideología que exige el nuevo sistema social que está naciendo y por el cual murieron, luchan y volverán a morir y triunfar tantos hombres y mujeres en el mundo. La vida no es un laboratorio, por eso, así como un torbellino van las revoluciones, transformando, eliminando, incorporando todo tipo de material y personal utilizable y dispuesto.
Pero no podemos olvidar que un maestro o un profesor delante de un aula es siempre un multiplicador de actitudes y aptitudes, en fin un ejemplo positivo, o negativo según su condición.
Por afrontar la masividad creciente de la Educación la formación de personal docente de manera emergente ha sido una constante en el país lo cual, sin dejar de considerar que ha sido inevitable, ha afectado a varias generaciones y hoy sobran ejemplos de padres que no pueden contribuir a la educación a sus hijos porque nadie puede dar lo que no ha adquirido.
En la actualidad tenemos diferentes fenómenos que afectan a la educación y por supuesto a la sociedad, por tanto, la vida exige buscar los medios administrativos, sociales o jurídicos necesarios para resolverlos en el menor plazo posible. Por ello podemos coincidir con el planteamiento de que:
”Están en discusión cuestiones tan vitales como las funciones de la escuela y el maestro, los factores que afectan su imagen social, las relaciones interpersonales e inter¬grupales en la educación, la incidencia de la escuela en el desarrollo comunitario, los mecanismos para la selección de la profesión y los estudios, la eficiencia de la educación en la preparación del hombre para la vida laboral y social, etc.
“La educación, entendida en su sentido más amplio, es el proceso de preparación del hombre para la vida en sociedad, en esencia la socialización del individuo, que culmina con la inserción, de la manera más plena y armónica posible en el contexto social en que le ha correspondido vivir; tal como señalara José Martí: "Educar es depositar en cada hombre toda la obra social que le antecede... hacer de cada hombre resumen del mundo viviente hasta el día en que vive y ponerlo al nivel de su tiempo... es preparar al hombre para la vida"
Sencillo, breve y esencial es el concepto martiano de la educación: “preparar al hombre” y también sobre su objetivo: “para la vida”.
Martí nos indica que el centro de la educación es la persona y que el objetivo es enseñarla a vivir, no a ser un objeto.
Muy diferente es lo que hallamos en la literatura supuestamente avanzada sobre el tema:
“Por último, la Sociología de la Educación ha puesto de manifiesto que el docente, en la sociedad actual, no puede limitarse al papel de mediador del saber entre los alumnos y la sociedad, si no que tiene que conocerla, para que pueda analizar críticamente esa realidad y responder con éxito a lo innumerables retos que se presentan en su trabajo cotidiano con los niños, jóvenes y adolescentes, que reciben influencias de muy diversa intención y por los más variados canales, sin que necesariamente abunde la coherencia entre ellos.
“En primer lugar se somete a discusión la competencia del docente, pues si bien no puede ser juzgado por otras personas que no trabajan en la educación, de hecho es continuamente evaluado, criticado y puesto en entredicho por personas ajenas a la profesión, sean estos los padres, los funcionarios de organizaciones estatales o privadas, los medios de difusión, etc. En segundo lugar, se cuestiona la licencia del docente; si bien su campo de acción está bien acotado la defensa resulta muy relativa, porque en la vida y funcionamiento del sistema educativo en general y de una escuela en particular intervienen otros factores ajenos a la educación, desde las organizaciones sociales e instituciones estatales hasta los establecimientos económicos y grupos informales de la comunidad en que se asienta la escuela. En tercer lugar, la independencia del docente resulta muy cuestionada; si bien disfruta de cierta autonomía frente al “cliente”, como cualquier otro profesional, de hecho es un asalariado y por lo tanto sus patronos tienen derecho a criticar su trabajo, incrementar las exigencias y modificar la situación personal del maestro. Por último, la autorregulación del docente también está sometida a continua presión; si bien como profesional dispone de cierto margen para la elaboración de estrategias y la solución de conflictos, la burocracia del sistema es la que tiene el poder de decisión sobre cuestiones tan importantes como los planes de estudio y programas de asignaturas, la vida interna de los colectivos pedagógicos, los sistemas de promoción y sanciones, etc.
“En resumen, ¿qué tiene de profesional la labor del docente? Podríamos decir que el trabajo del maestro es de una naturaleza muy específica, que exige de un alto nivel de profesionalismo, su labor es poco estandarizable y en nada susceptible a la fragmentación, como también se resiste a la automatización, aunque se hayan hecho diversos intentos para sustituir al docente por la máquina. A cambio, ¿qué tiene el docente que lo convierte en parte del sector proletarizado? El maestro ha perdido el control sobre los medios y objetivos de su trabajo, que le vienen impuestos desde arriba, en muchos casos sin tomar en cuenta su opinión, su trabajo está en extremo regulado por las instancias administrativas. Que cuanto más altas mas se alejan de la realidad escolar. Su vida está decidida en multitud de reglamentos e indicaciones de todo tipo, que coartan su iniciativa y creatividad, convirtiéndolo en un elemento mas, despersonalizado, de la maquinaria educacional.” .
Como puede observarse, el docente en esta teoría es una pieza del sistema social un “mediador del saber entre los alumnos y la sociedad”. Por otro lado, el alumno es un “cliente” y el profesor un “asalariado” “que ha perdido el control sobre los medios y objetivos de su trabajo”
Lo primero que puede decirse es que las palabras implican un enfoque mercantil de la enseñanza, aunque no puede decirse si expresa una convicción a favor de la enseñanza privada o si es la simple y reiterada manera neoliberal de expresión acuñada por los medios masivos para presentar sus análisis.
Lo que si puede decirse es que ignora la realidad del proceso histórico, pues desde la revolución industrial no existen las “profesiones liberales” del Renacimiento y eso lo dice Carlos Marx en el Manifiesto Comunista (que toda la sociedad se dividirá en dos polos: burgueses y los asalariados), ahora un medico tiene que emplearse en una clínica pues un somatón ni es adquirible, ni rentable en un consultorio individual. Los ingenieros deben trabajar en Compañías, es decir, los monopolios no permiten sobrevivir a Paracelso ni a Leonardo.
Igualmente, hay una vulgarización de los conceptos sociológicos marxistas: proletarización, medios de trabajo y objetivos de trabajo, puesto que los emplea a ciegas para expresar la desesperanza del sector docente en el capitalismo. Los maestros siempre debieron cumplir los objetivos de los padres, clases sociales y sistema social dominantes, desde los Sofistas acá. Con eso ignora la historia de la enseñanza.
El medio de trabajo del educador son sus conocimientos y su ética, no la tecnología y eso lo diferencia del proletario, cuyos medios materiales e intelectuales (diseños, planos, etc.) pertenecen al burgués.
Con esta confusión metodológica en su sociología, no es de extrañar que empiece por anunciar su definición de profesionalidad y en vez de ello haga la “definición” negativa, es decir, el listado de lo que no es, dejando al lector la tarea de definir.
Pero la gran diferencia entre la Pedagogía cubana, revolucionaria y la de los países desarrollados capitalistas, no radica en técnicas (equipos y procedimientos), ni en considerar “cliente” al alumno, ni que el docente sea un “proletario” encadenado a una maquinaria institucional; radica en que su principio central es el enunciado por las ideas martianas ya citadas, atesoradas en la conciencia de nuestros educadores. Y el objetivo social e histórico que nos impulsa es formar humanistas capaces, no empleados, ni funcionarios, ello también es un impulso ético que rebasa la utilidad empresarial que no excluye mejorarla. Es ser solidarios, compartir ideas internacionalistas y luchar por la vida sobre el planeta.
Otro ángulo del proceso educacional lo ofrece Antonio Blanco, al incursionar sobre el contexto en que se efectúa dicha profesión:
”Desde el punto de vista sociológico la inserción del hombre en el contexto social, proceso que requiere de un aprendizaje a veces largo y traumático, se concreta en la incorporación del individuo en tres esferas de la vida social, que constituyen otras tantas funciones sociales de la educación: la vida laboral, como ser productivo, la vida política como miembro de organizaciones o simple ciudadano que disfruta de derechos y deberes y la vida cultural, como sujeto con cultura que participa de la creación colectiva que le antecede, de su contemporaneidad y de lo que se trasmitirá a las generaciones posteriores
“En el proceso de socialización juega un papel determinante la educación, tanto en el sentido amplio al que hicimos referencia como en el sentido estrecho que la relaciona con la institución escolar y el proceso de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo no puede considerarse a la escuela como el único factor, ni siquiera el más importante en la educación del individuo. Participan en este proceso tanto la familia como el medio social, identificado en la comunidad, los medios de difusión, las organizaciones políticas y de masas, las asociaciones culturales y religiosas, las instituciones administrativas del Estado, las entidades económicas y centros de trabajo, etc. aún cuando sus vías y métodos de influencia se diferencian mucho entre sí. Resulta significativo que en ocasiones, estas influencias, en forma de mensajes, estereotipos y esquemas, llegadas al sujeto por diversas vías resulten contradictorias y por lo tanto con¬traproducentes con los fines declarados de la educación.”
Precisamente, la tarea del educador es superar contradicciones y para ello, debe desarrollar el concepto preciso de las funciones que cumple la “profesionalidad” en el medio social donde actúa:
- conservar tradiciones laborales
- promover nuevos hábitos
- mantener su auto valoración profesional
- poseer el significado social de la profesión
Conservación de las tradiciones laborales.
Esto significa retomar los objetivos patrióticos y sociales de los educadores que nos antecedieron, desde Félix Varela, José de la Luz y Caballero, Rafael María de Mendive y José Martí Pérez, hasta Julio Antonio Mella, impulsor de la Primera Reforma Universitaria, y la Reforma Educacional Continua, desatada por el triunfo revolucionario del 1ro de enero de 1959.En esa tradición confluyen: un núcleo ético, dado por el cultivo de la razón cuyo fin es encontrar la verdad para integrarla a la dignidad personal y humana; un núcleo de justicia social, que es educar sin discriminaciones. Y un núcleo patriótico que se desarrolla a partir del aprecio de la identidad propia (cubanía) y el respeto a la ajena, concretadas ambas en el sentido de la solidaridad humanista (internacionalismo).Revelaciones puntuales de la realidad de esas tradiciones han sido:
Las Clases de “Filosofía Electiva” de Félix Varela que revolucionaron el mundo académico colonial, ya desde el título del curso.
El colegio “El Salvador” de Caballero, donde se formaron numerosos patriotas.
La abnegación y firmeza de Mendive.
La magna obra teórica y práctica de José Martí, donde destacan “Presidio Político”, “Vindicación de Cuba” y la constitución del Partido Revolucionario Cubano, cuyos objetivos eran la independencia de Cuba y el auxilio a la de Puerto Rico, mediante lo que llama en sus bases programáticas, una guerra breve, humana y sin odio al español.
La Reforma Universitaria impulsada por Mella, quien crea la Universidad Popular, además de su actividad como líder social destacado, su fin culminar la obra de Martí y Bolívar para liberar la América del imperialismo.
El aspecto más cercano de la herencia educacional se resume en la frase de Fidel:
“El futuro de Cuba es un futuro de hombres de ciencia”
¿Y como actuaría un profesional docente con todo esto?
Aprovechando las coyunturas de su trabajo y de su vida cotidiana, fuera de él, para traer a colación esa herencia, en forma de anécdotas, información y cuantas formas más pueda, a fin de que sea primero, conocida y después, querida y emulada por las nuevas generaciones.
Promover nuevos hábitos.
Los hábitos son estereotipos de comportamiento que ocurren en el medio social y para que sean aceptados deben identificarse con éste. Ello significa que parten de una base ideológica, donde se sintetizan las aspiraciones del sistema social.
En la definición de Educación en su sentido más amplio, vimos que su desarrollo depende de las llamadas agencias socializadoras: familia, escuela, comunidad, medios de comunicación e instituciones y organizaciones. Se supone que si todas o la mayoría de ellas parten de una base ideológica común, podrán funcionar como un sistema eficaz. Pero, la realidad confirma que eso nunca sucede. Lo más probable es que la familia y la escuela sean las que determinen la mayor parte de las interpretaciones sobre la realidad y los hábitos coherentes que deben derivarse. Pero las demás siempre van a tener algunos intereses propios opuestos a las bases ideológicas que las sustentan.
Dos intentos fallidos desde el ángulo político los realizaron el nazi-fascismo y muchos siglos atrás el Estado de la Polis de Esparta, que implementaron el reclutamiento y convivencia forzosa de niños y jóvenes. El resto de Las instituciones, incluso los medios masivos, no ha mostrado por si mismas posibilidades de hacer el trabajo de la familia y la escuela. Las fisuras o la orientación de estas últimas son las que sirven de base al trabajo educativo de las instituciones.
El carácter, la voluntad y los principios, deben ser a la vez atributos y objetivos de la formación educacional.
Para que la familia y la escuela puedan trasmitirlos a las nuevas generaciones, los conductores de esa formación deben:
Estar informados y convencidos de su tarea,
Ser ejemplares en su conducta,
Y ser persistentes.
Las posibilidades esenciales para una labor exitosa en ese campo parten, como dijimos arriba de dominar las bases ideológicas que sintetizan las aspiraciones del sistema social.
Dominar esas bases es conocer las expresiones estructurales que la moldean:
Doctrina y Programa social de desarrollo.
Principios y objetivos de la legislación vigente.
Fines y mecanismos de las instituciones y organizaciones.
Fuerzas sociales internas que apoyan y combaten el proyecto social.
Fuerzas sociales e instituciones externas que apoyan y combaten el proyecto social.
Doctrina histórica (heredada de los próceres) política, social y moral que definen la identidad del país.
Doctrinas externas, históricas y contemporáneas que apoyan o combaten la identidad.
Autovaloración profesional.
Esta función revela el aspecto más visible de la profesionalidad del educador. Parte de saber:
Si dispone y aplica con eficacia la mejor calificación técnica y moral en la profesión.
Lo cual es comprobable mediante los indicadores, durante el análisis de su currículum y las visitas a las actividades que realiza.
Es importante subrayar que a una alta auto-valoración profesional le acompaña, igual que a las otras funciones, una arista ética amplia, que va en nuestros mejores educadores, desde el aprecio al reconocimiento público de su trabajo, su sano orgullo por un sentido de la solidaridad y su capacidad de socialización, hasta su honestidad e integridad moral, ajenas al soborno, la envidia y las intrigas.
Podemos ver el alcance de esta función en su historial de méritos, tareas sociales y deméritos. Todo verificable mediante asambleas, encuestas y gestión administrativa. De aquí se deriva si se ha hecho o se hará una atención diferenciada al educador eficaz, que incluye reconocimiento académico (patrocinio para investigaciones y publicaciones, entre otras), ante el colectivo y su área de residencia.
Significado social de la profesión.
El carácter, la voluntad y los principios, tres atributos y a la vez objetivos de la educación, no podrían trasmitirse al educando si el propio educador no los posee, acompañados además, por la persistencia y la tenacidad. Tanto la responsabilidad en la preparación de sus actividades, como la estabilidad en el sistema educacional, es decir, el tiempo diario y el largo tiempo de vida laboral, indican si el educador comprende perfectamente la importancia social de su trabajo.
CONCLUSIONES
Pero, a fin de que el docente sea plenamente eficaz en su tarea, hace falta llamar la atención sobre una deficiencia del sistema que incide sobre la profesionalidad: los educadores han perdido autoridad ante alumnos díscolos, por disposiciones administrativas que impiden reeducar esos casos productos de familias disfuncionales. Su permanencia obligada en el aula atenta contra el sentido de disciplina, responsabilidad y respeto que debe inculcarse al resto del alumnado. Esperemos que la autoridad profesoral pueda ser rescatada en la enseñanza media y media superior.
RECOMENDACIONES
Preparar un ciclo de conferencias o un curso para los docentes, donde se exponga el contenido de las cuatro Funciones de la Profesionalidad, desarrollándolas para el campo de la Educación. Recordando el dicho de que “no se ama lo que no se conoce”, aquí pudiéramos decir: “no se ama bien, lo que no se conoce bien”.
De igual manera puede desarrollarse en otras áreas de la vida social, el contenido del esquema de análisis de la ética profesional de cada una.”
Para resumir: lo que hemos expuesto también es una referencia sobre la estructura de la Conciencia Ética Individual o Modelo Moral del Individuo, diremos que sus elementos pueden presentarse integrados como un sistema o disociados en cada personalidad; el grado de organización puede ir desde la coherencia hasta lo caótico y es evidente el tipo de conducta que acompañará a cada uno, al tratar de alcanzar determinados objetivos.
Como en toda situación ética se refleja la interacción de los Universos Morales de los participantes; para abordarla se precisa determinar en el Paradigma, Principios, Criterios de jerarquización categorial y Métodos éticos, lo cual será objeto de los epígrafes siguientes. Pero antes, concluyamos la Idea de la Ética:
No puede haber sociedad sin trabajo y si el surgimiento del trabajo marca la transición de la manada a la horda humana y trabajar significa cooperación y supervivencia, no puede concebirse el logro de ambas sin normas que las garanticen, es decir, sin moral.
La Ética como teoría de la Moral, es muy posterior a ésta y se dice, por lo que ha llegado hasta nosotros, que la teoría ética mejor organizada de la antigüedad fue la de Aristóteles, aunque hubo análisis anteriores sobre los fundamentos de la moral por Demócrito, los Sofistas, Sócrates y Platón.
Lo indiscutible es que la ética de la humanidad ha sido moldeada a lo largo de su historia por guerras y conquistas, por conflicto de intereses y prédicas, por revoluciones y desarrollo técnico; lo cual le ha conferido sus expresiones étnicas, nacionales, confesionales, de clases sociales y profesionales.
Casi todos los teóricos modernos y contemporáneos distinguen entre una Ética General y una Ética Particular; la primera casi siempre es general en la forma en que presenta intereses limitados y la segunda, más coherente, se presenta como sectorial o profesional. Así tenemos Ética Médica, Ética Militar, Ética de Raza, como la propugnada por el nazismo y de hecho existe en los últimos tiempos una Ética Generacional, cuyos ideólogos más popularizados fueron Ortega y Gasset y el más reciente Herbert Marcuse, también existe una suerte de Ética de Género, no concretada por el movimiento feminista y a su sombra una Ética homosexual tácita, cuyos esfuerzos no son teóricos, sino sociales y políticos. Un lugar especial ocupa la Ética Neoliberal, al amparo del hegemonismo norteamericano y los otros centros de poder monopolistas, que permite difundir la masacre de pueblos enteros por televisión o el secuestro de un niño, sin sonrojo para sus promotores. La Ética Neoliberal no es más que la Ética burguesa de este período; pero no es tema de la charla de hoy abordar los problemas de la Ética de las clases. Como se ve, el mundo de la Ética no es inerte, aunque otros objetivos más deslumbradores impidan a muchos detenerse en su análisis. Pero, nosotros vamos a abordar u suceso ético relativamente reciente que va tomando fuerza: la Bioética, surgida como una idea de un grupo reducido de profesionales de la medicina del llamado “primer mundo”, como un mecanismo para enfrentar el marco jurídico de la medicina privada, donde prolifera el negocio de los tratamientos caros y superfluos, junto a sus secuelas de denuncias e indemnizaciones. Tales propósitos se han deslizado por la vertiente de la propiedad intelectual de los consorcios médico-farmacéuticos y junto a la exigencia primaria y justificada de tener un comité de Bioética en cada instalación de investigaciones o tratamiento médico, aparece el plan de los Comités Bioéticos por áreas geográficas que tendrían la potestad supranacional de aprobar o desautorizar las gestiones en esos sentidos, lo cual avanza más rápidamente que la propia teoría ética que debiera avalarlos. El primer paso de esa corriente fue enfrentar a la Ética médica tradicional o hipocrática, acusándola de paternalista y autoritaria (tal como el neoliberalismo calificó al Estado), en vez de considerarla un antecedente histórico si aspiraba a superarla. Y así surge un primer problema: ¿Cómo evitar, entonces, el control de esos comités por los monopolios de la industria médico-farmacéutica?
Esta corriente, pobremente argumentada, pudo imponer su terminología cuando la doctrina neoliberal declaró la invalidez de las ideologías, incluyendo el enfoque social de la medicina, y parecía tener más posibilidades de hacerlo, dado que para ella los pacientes pobres no existían y se dedicaba a abordar con estilo ético, cuestiones médico-legales de la atención médica terciaria, de alta tecnología, reservada a pacientes con holgura económica en los países desarrollados. Sus teóricos no se interesaban por el acceso masivo de la población a la atención primaria de salud y con ello apareció la primera brecha: los médicos y enfermeros de los países subdesarrollados, con las mismas y pobres armas de la terminología bioética, comenzaron a debatir sobre el derecho universal a condiciones de sobrevivencia, al abaratamiento de terapéuticas para afrontar pandemias como la del SIDA, las relaciones entre las afectaciones ecológicas y la salud, cuya solución pasa por el enjuiciamiento de las condiciones sociales del sistema político económico, es decir, comenzaron a reclamar el ejercicio de las aspiraciones humanistas tradicionales.
En estos momentos, la ética humanista de la salud no se limita a argumentar sobre el derecho de todos a la atención primaria, sino que lo reclama para todos los demás niveles de atención; porque se trata del verdadero humanismo, que no descansa sólo en lo doctrinario y emocional, sino en la organización y los recursos sociales que pueden brindarle las profundas transformaciones que ocurrieron en Cuba y están ocurriendo en el resto del continente latinoamericano. El inexistente humanismo anterior, sólo era una aspiración, porque las compañías privadas nunca van a entregar sus recursos para la salud y el bienestar generales. Este verdadero humanismo, está naciendo y sólo puede hacerlo, con el ALBA.
La fuerza argumental de esta Ética humanista nos va a mostrar las debilidades de la teorización Bioética en moda: primero, no ha resuelto la imprecisión de su alcance:
¿Es una Ética general o sólo una Ética profesional para el “primer mundo”?
¿Si es una teoría Ética general por qué ignora las estructuras sociales?
¿Si es una Ética particular o profesional, por qué ignora la Ética social predominante y asume como categorías centrales conceptos de campos ajenos a la Ética, tales como “autonomía”, “costo-beneficio”?
De ello se derivan otras dificultades teóricas que se refieren al carácter de esa Bioética “primer mundista”:
No define si debe ser prescriptiva
Si debe ser normativa
Si siempre es una rutina operativa que unas veces llaman “procedimentalismo”, otras “casuismo”
Segundo; tales indefiniciones ocasionan dificultades metodológicas adicionales:
¿Cómo jerarquizar las decisiones ante problemas éticos en la práctica? ¿Cuál criterio de validez se tendría para la jerarquización? En un vano intento para resolver el enigma, unos autores recomiendan partir de disposiciones jurídicas; otros, remitirse a la autoridad de principios religiosos y hay quienes, descarnadamente, recomiendan atenerse a intereses administrativos e institucionales.
Esa diversidad y ambigüedad metodológica deja desamparados a profesionales y pacientes de ese ámbito médico. Tales argucias y evasivas (ajenas a la argumentación ética), se producen para no aceptar que toda teoría Ética es una teoría social y ello implica una posición de clase. En realidad, al manejar la Bioética como un conjunto de procedimientos, tratan de presentarla como una Ética General abstracta que inutilice un enfoque humanista de la medicina.
Pero, si se pretende considerar la Bioética como una Ética Profesional, debe hacerse un trabajo serio y buscar su fundamento en la División Social del Trabajo. De ese modo, sus categorías serán particulares y concretas, a fin de concederles el valor operativo o funcional que se origina en la práctica de los servicios.
B. Fuentes de las Teorías Éticas.
La primera pregunta que debe hacerse ante toda argumentación o teoría ética es cuales son sus fuentes o puntos de partida. La precisión de las fuentes de toda teoría ética tiene máxima importancia para definir su lugar histórico y social, es decir: las condiciones históricas en que funciona, sus objetivos y la base social clasista, étnica, nacional o confesional que la identifica. Interpretadas por sus contemporáneos o los que les sucedieron, todas las apreciaciones que se han hecho sobre las fuentes de la ética pueden reducirse a tres tipos generales:
Primero, las que deducen la ética y la moral de principios extrahistóricos (Dios, naturaleza del hombre, leyes del Universo). Por ejemplo, Aristóteles parte de considerar que, según su naturaleza, los hombres se dividen en libres y esclavos. También, en virtud de su naturaleza, sus acciones y ocupaciones, tienen una finalidad que debe ser aceptada y es su bien fundamental; así, el zapatero debe hacer zapatos y no mesas porque éstas son producto de los carpinteros. De tales presupuestos crea una estratificación social donde el hombre libre ocioso (el amo de esclavos) ocupa el lugar preferente. Establecida la clasificación, Aristóteles plantea las consideraciones éticas de su teoría, empezando por su análisis de la igualdad y proclama que esta sólo es posible entre iguales (una tautología que pasa por alto) y ella permite lo que llama Justicia Distributiva, aclara que si se establece la igualdad entre desiguales, la Justicia no existe. Para justificar la reciprocidad a que obligan ciertas relaciones sociales, inventa la Justicia Conmutativa, la cual no considera una norma general, sino consecuencia de decisiones personales en el intercambio de servicios y favores. Como se observa, la ética aristotélica busca su coherencia con el sistema esclavista, partiendo de una supuesta desigualdad natural convertida en fuente de su teoría. Aplicar las formas distributiva y conmutativa de la ética aristotélica es una manera de legitimar la discriminación en las relaciones humanas.
Segundo, los que tienen como fuente o fundamento central de la ética y la moral las cualidades individuales abstractas, supuestamente invariables en todos los tiempos y lugares, tales son: la voluntad, el deseo, el placer, etc.
Tercero, fuentes basadas en consideraciones sociales: costumbres, contratos, autodesarrollo social (esta última variante es la fuente de esta exposición).
C. Principios de las teorías éticas.
Estos se derivan de los tipos de fuentes mencionadas:
Si se supone un origen divino de la ética, los principios se considerarán absolutos, descansarán en la autoridad de lo sobrenatural y de las instituciones que lo representan, por tanto las conductas serán valoradas como tocadas por la gracia si se encaminan a fortalecer la creencia o pecadoras si se desvían de su orientación. Si parte de la naturaleza del hombre, la tradición y la costumbre serán el criterio de las conductas por generaciones y cualquier novedad será considerada con desconfianza, mientras que sus opositores considerarán arcaicos los enfoque tradicionalistas. Si se considera su origen en Leyes Universales, el fatalismo presidirá la conducta, etc.
Respecto al segundo tipo de fuentes, la subjetividad y el relativismo marcarán la conducta de los hombres, con grandes riesgos de generalizar la desconfianza, el cinismo y la crueldad en la sociedad. Cada cual podrá decir que posee su verdad y ello equivaldría a la justificación de cualquier conducta.
En el tercer tipo, si la ética se considera producto de un contrato, sus principios serán por fuerza relativos y ello permitirá legitimar modalidades contradictorias de enfoque de los problemas éticos.
En todos los casos anteriores, sus representantes no considerarían necesario un criterio objetivo para validar su teoría ética. De esa forma todos sus principios poseen el mismo nivel en la abstracción y en consecuencia no podrán hacer una jerarquía de valores.
Una modalidad peculiar presenta la ética que tiene como fuente el auto desarrollo de la sociedad. En momentos críticos una parte de los que admiten esa fuente, piensan que ello origina un relativismo inevitable, expresado en la desarticulación de muchas conductas, lo cual es un índice de la inutilidad o caducidad de la ética; es la posición peculiar del existencialismo ateo. Sin embargo, Marx creó un método y una fundamentación de la historia (concebida como sucesión de Modos de Producción) que excluye ese relativismo pesimista, pues permite definir un criterio de referencia básica: el Progreso Moral.
Como primera aproximación diremos que es la expansión de las características de la conciencia social, incluidas modalidades de expresión gestual, indumentaria, vocabulario y por supuesto los valores éticos, de una clase en ascenso histórico, a la conciencia de las otras clases y sectores de la sociedad. Frecuentemente la apropiación ética va acompañada de esas manifestaciones externas reales o atribuidas que la clase receptora desea asimilar como prueba de su identificación con la nueva moral. Eso pudo apreciarse en parte de la pequeña burguesía urbana que se incorporó al proceso revolucionario cubano en 1959 que creyó ya era revolucionaria cuando incorporó a su vestuario el desaliño inevitable de las tropas del Ejército Rebelde y comenzó a utilizar el vocabulario de sectores marginales, pensando que así era más de pueblo: términos como “¿Qué bolá?; Hola Acere; Aquí en la burumba”: que lamentablemente la burocracia de los niveles inferiores ha extendido a las nuevas generaciones y que los medios masivos electrónicos (no ha sido sistemática en esto la prensa plana) han magnificado, perpetuando la imagen del solar habanero como virtud, en vez de denunciar la desgracia que significa.
Otro ejemplo: cuando la emigración originada en las provocaciones de la Embajada de Perú en La Habana en 1982, un grupo de emigrantes fue admitido en Lima y acampó en un parque de esa capital sudamericana, negándose a abandonarlo. Uno de sus integrantes dijo a la prensa el motivo: dejarían el lugar cuando el gobierno peruano les diera casas para vivir. A pesar de que tendría más de 50 años y vivió el régimen capitalista en Cuba, trasladaba al Estado de aquel país la política cubana de que el Estado tiene una obligación con los ciudadanos. Su indignación indicaba que había asimilado, sin comprenderla, parte de la ética socialista.
De aquí se deduce que la asimilación indiscriminada de una ética clasista ajena no es, por sí, un indicio de Progreso Moral; para que pueda considerarse de ese modo, la clase portadora de la nueva moral debe incluir en su programa la lucha contra las trabas jurídicas y estructurales que excluyen a los sectores y clases dominados tradicionalmente, a fin de equipararlos a sus propias condiciones de vida y con ello, propiciar que esos excluidos comprendan y comprueben que en el proyecto social se integra su aspiración al desarrollo humano en todas sus manifestaciones. La concreción de ese proceso es el Progreso Moral, porque define condiciones y objetivos de participación, capaces de generar sentimientos morales superiores. He aquí el concepto de Batalla de Ideas de Fidel, quien concibe la llamada Formación de valores como un proceso indivisible, material y de conciencia.
Puede apreciarse la pertinencia de emplear ese concepto de Progreso Moral como criterio de validez objetiva para evaluar las teorías éticas. Pero, el Progreso Moral no es la negación de toda la conciencia anterior, también es la conservación de aspectos que permitan consolidar el Progreso Moral; por ejemplo, muchas de las actuales formas de urbanidad y cortesía que incorporamos de la sociedad burguesa, fueron adquiridas de las relaciones de vasallaje feudales, porque les parecieron elegantes desde el punto de vista estético. Para los feudales eran un reconocimiento visible de la jerarquía, relaciones de ética interna de su clase que no tenían interés en trasmitir a toda la sociedad. Toda la vida cotidiana estructurada dentro de aquel poder regional y omnímodo se regía por el principio dual del vasallaje y la servidumbre y sus categorías éticas eran la “gracia” esperada por el inferior, cuya contraparte era la “merced” del superior, su gusto y posibilidad de ejercer la violencia se representaban por las de “superior” y “poderoso”, también al superior le gustaba ser considerado “magnánimo” y proclamaba su “dignidad” y “nobleza”; de los plebeyos esperaba “sumisión”, “humildad”, y “obediencia”, al propio tiempo que lo calificaba en sus desviaciones como “soberbio”, “rebelde” o “renegado”. Estos conceptos de la ética feudal eran su expresión clasista de otras cualidades éticas perdurables de la humanidad, surgida en sus albores de cooperación comunitaria, que acompañan a los hombres en todos los tiempos: “valor”, “lealtad”, “tenacidad”, “resistencia”. Por su parte, la sociedad burguesa que tiene como núcleo esencial la propiedad capitalista de propiedad, con una dinámica que no permite confinarla permanentemente en una casta o región, muestra cómo en unas décadas capas y países se desplazan mutuamente el control del mercado y los medios económicos, forma a partir de la individualidad económica ideal, su ideal de la individualidad ética. Con ella, las virtudes o categorías éticas feudales sufren las primeras sustituciones radicales cuando los conflictos sociales se hicieron antagónicos con el sistema de los nobles: “lealtad” se cambia por “independencia”, “veneración” por “popularidad” y “prestigio” y el “deber de vasallaje” por “derecho de asociación”; poco después, también, las virtudes perdurables adquieren connotación burguesa: la “tenacidad” y la “astucia” se definen como “capacidad de decisión” o “espíritu emprendedor”, la “fuerza” y el “valor” como “capacidad competitiva”, la “audacia” y el “riesgo” como “oportunidad” o “casualidad del mercado”. De los trabajadores de sus fábricas y empresas exigen “disciplina” en vez de obediencia, “iniciativa” en vez de “sumisión”, “responsabilidad” en lugar de “humildad”, es decir, hay una mediación sobre las categorías éticas feudales y de la primera cooperación comunitaria, buscando idéntica finalidad: lograr la estabilidad de las relaciones sociales dentro del orden social.
La explicación de por qué se tiende un puente o hay una mediación, entre las diferencias de clase que permite la adopción modificada de sus valores respectivos, la hallamos en tres principios éticos universales o comunes:
- la suposición del libre albedrío, para que cada cual pueda elegir una conducta.
- la igualdad de todos ante las exigencias éticas, para que cada cual responda por sus actos.
- el deber de todos de cumplir y hacer cumplir las normas éticas, que garantiza los dos anteriores.
Tales principios: libertad, igualdad y deber, constituyen la carta de presentación de cualquier ética, sugieren una independencia relativa de sus fuentes y confirman que el origen de la ética es social. Con ellos, la mediación es posible.
Debe hacerse notar que a pesar de su reconocimiento universal, la generalidad de las clases hegemónicas a lo largo de la Historia, han apartado a los integrantes de las clases sojuzgadas de los dos primeros principios, mediante coacciones legales, físicas o psicológicas a fin de garantizar su dominio. Lo que nunca han olvidado exigir es el principio del deber, tanto dentro como fuera de su clase.
Principios Centrales del Humanismo. Al abordar el Universo Moral de los Individuos, a fin de explicar el mecanismo de su funcionamiento, expusimos estos principios que existen parcialmente en la conciencia de la generalidad de las personas, pero la vida social ha demostrado que en otros tienen un despliegue notable, es de esperar que puedan desarrollarse mediante cambios sociales y culturales. Recordemos su enunciado:
- La conservación de la integridad física y moral de los hombres y sus relaciones inter personales.
- El combate por condiciones para la mejoría de las relaciones inter personales y sociales de los hombres.
- El deber de luchar por las aspiraciones y necesidades de los hombres que garanticen los dos principios anteriores.
Ahora, de los Principios Centrales del Humanismo, se derivan los Principios de Jerarquización, porque son los que permiten precisar los fines de la conducta ética humanista. Lamentablemente en muchas teorías sobre la moral no son tenidos en cuenta y se les sustituye por intereses, presentados como fines. Por ejemplo, la teoría utilitarista de las virtudes, esbozada por Sócrates, desarrollada por Aristóteles como teoría de los bienes y que aparece modificada en nuestros días como teoría de los valores, deja al criterio del individuo, del sector o de la propaganda, una jerarquización aleatoria. En todas esas formas históricas esas teorías son teorías de los fines y sabemos que éstos dependen de intereses sectoriales, clasistas y parciales.
Los principios que proponemos tienen en cuenta a la Humanidad en su conjunto y por el hecho de ser humanistas no debieran dejar de ser clasistas. Lo que sucede es que sólo pueden admitirlos las clases que se identifican con el futuro de los hombres. Los consideramos en dos grupos:
Principios de Jerarquización General.
Son imprescindibles para orientar la teoría, de manera que pueda dar respuesta al viejo dilema que se presenta en las decisiones éticas, de qué proteger primero:
¿Al individuo o al grupo?
¿A la organización o al individuo?
¿A la institución o a la especie?
Como en toda decisión están implicados: la composición de la población, las estructuras sociales con sus alcances o posibilidades coyunturales y estratégicas, el carácter y los intereses que motivan las alternativas de decisión; se justifica que en lo teórico la estructuración del sistema categorial de la ética humanista y la práctica de las decisiones éticas humanistas, deben partir de los elementos del dilema, jerarquizándolos en principios:
Primero, la especie.
Segundo, la etnia, sector o clase.
Tercero, los individuos.
Cuarto, las instituciones.
Ante la santidad neoliberal que los monopolios quieren imponernos, hay que situar a las instituciones en el último lugar, dado que todas dicen estar al servicio de los hombres y por tanto, tienen la oportunidad de demostrarlo acatando tal jerarquización.
El criterio para jerarquizar principios, categorías y decisiones, es el concepto de Progreso Moral, con él es posible establecer una prioridad de conservación y desarrollo y nos apartamos de los etólogos que trasladan la tarea de jerarquizar decisiones a alguna forma de autoridad basada en normativas o dogmas diversos; recurren a categorías de otras disciplinas como las de “costo beneficio” de la economía burguesa o predican un relativismo amoral, donde cada cual tiene su verdad, dicen, para presentar los intereses como fundamento ético y terminar su sistema de dudas considerando que las decisiones son siempre coyunturales y el individuo queda a su suerte abandonado para decidir, mientras le informan que eso se llama “casuismo”, “procedimentalismo”, etc. Como hace la Bioética.
Principios Complementarios.
Son los que implican directamente las relaciones interpersonales o conducta personal con el contexto social que expresan:
Definición de sus intereses:
Propósitos de conducta: objetivos y métodos.
Valoración de expectativas: si será o no aceptada.
Respuesta ante expectativas.
Estos principios se articulan como un proceso que expresa sus resultados como pares de valores o de virtudes abstractas, aparente inmutables, arquetípicas:
Sinceridad frente a simulación.
Voluntariedad frente a obligatoriedad.
Honradez frente a utilitarismo.
Tolerancia frente a dogmatismo.
Bondad frente a maldad, etc.
Los enfoques irracionalistas los jerarquizan por encima de los principios precedentes o simplemente los suplantan por ellos, para dar la apariencia de preocupación por el ser humano. Pero, en la práctica social los hombres no se engañan y establecen la relación de las categorías o virtudes personales con los principios centrales del humanismo, por eso, la sinceridad con el enemigo se considera traición; la “compasión” de Bush bombardeando yugoslavos e irakíes, merece ser calificada como hipocresía. Es que las virtudes individuales no existen al margen de las condiciones sociales y cuando se prescinde de su subordinación (en este orden): a la especie, la etnia, la nación y la clase, no se está hablando de ética, sino que se presenta con apariencia ética los intereses de individuos o sectores que los identifican con los intereses de las instituciones a las cuales que pertenecen.
Ejemplo, la palabrería sobre la libertad, la democracia y los derechos humanos en el Consejo de Seguridad de la ONU, presentados como intemporales, para desarticular nacionalidades, culturas e identidades. De esa manera se pretende suplantar el contenido humanista de la moral con el de los intereses hegemónicos de Estados Unidos y Europa.
D. Lógica de las Categorías Éticas.
Conceptos de nivel empírico son los que, desde el punto de vista lógico, ocupan un lugar inmediato a la realidad física, por ejemplo “azul”. Se pretende que a partir de otros semejantes, se logra la abstracción del concepto teórico: “color” Pero “color” no es un concepto teórico, es un concepto empírico, porque al igual que “azul”, “rojo” o “verde”, no rebasa el plano inmediato de la realidad, la función de éstos es describirla y la de “color” es informar que están describiéndola.
Un concepto teórico debe formar parte de otro sistema: el que explica mecanismos y relaciones del sistema empírico o fundamenta la coherencia de su argumentación, es decir, rebasar lo fenomenológico, porque debe superarlo para obtener su esencia. Por ejemplo, es lo que ocurre con el concepto “gravedad” que adquiere sentido en el sistema teórico de la Física cuando se articula con abstracciones sobre relaciones como “aceleración”, “velocidad”, “masa”, “espacio”, “tiempo”. Antes de que Newton precisara la categoría “gravedad”, la Física no rebasaba los conceptos de “caída”, “movimiento”, que son inducciones científicas, abstracciones empíricas, no conceptos teóricos. Hoy día “caída de cuerpos” y “movimiento”, sólo se emplean como elementos de comunicación para enunciar el tema que se va a abordar.
Lo dicho sirve para ilustrar la confusión histórica que ha habido en el manejo de las categorías éticas desde que Platón, por boca de Sócrates, puso a flotar sobre la humanidad el concepto genérico del “Bien”. Como se sabe, la posterior evolución de entelequias abstractas alcanzó su culminación en los Imperativos Categóricos de Kant, que no son tan categóricos por su anti historicismo y subjetivismo esenciales; abstractos y vacíos de contenido, no hay modo de aplicarlos como referencia común al diverso mundo moral existente.
Puede deducirse que el valor de los Imperativos no es el supuesto de que contribuyen a una lógica de la Ética, sino a las de la Psicología y la Política y en eso reside el mérito del filósofo alemán, puesto que en la primera desplazaron la autoridad clerical de la mente de las personas y en la segunda, anularon la legitimidad de la autoridad monárquica sobre el pueblo.
Análogamente a los conceptos empíricos de “color y “caída”, “bien” y “mal”, son abstracciones logradas a partir de observaciones de resultados o de conductas e incluso de propósitos, referidos a las relaciones interpersonales de una época, nación o clase, están restringidos al plano empírico y no rebasan su carácter relativo, lo cual impide que puedan realizar funciones metodológicas o filosóficas, como referentes o criterios de validez de una moral común y menos de sistemas o teorías éticas que los rebasan en el alcance o nivel lógico. Ese es el defecto de las generalizaciones dicotómicas con las expresiones: justicia - injusticia; sinceridad - engaño; honestidad - deshonestidad; que se agrupan en connotaciones respectivas de “bien” (virtudes - valores) y “mal” (vicios - disvalores) Al término de ese proceso no se ha abandonado el nivel empírico, puesto que su empleo teórico o práctico, sólo es referible a una conducta individual abstracta. Dicho de otro modo: el “bien” y el “mal”, sólo existen como abstracción y cuando se intenta darles un contenido, siempre es el de un “bien” particular de un individuo, nación o clase, que puede estigmatizar a sus análogos como “representantes o ejes del mal”. Estupidez simplista que reiterara con frecuencia el presidente norteamericano George Bush.
El problema del “bien” y el “mal”, por tanto, está mal planteado éticamente por Platón y sus continuadores, porque no tiene solución en su formalización lógica de la Ética. Sus frustraciones en ese campo los conducen al relativismo moral y a imitación del relativismo gnoseológico que absurdamente proclama que cada cual tiene “su verdad”, pretenden vendernos una ética para cada uno, desconectada de la Ética General, Humanista.
Para dejar atrás esa cuadratura del círculo de un “bien” y un “mal” intemporales, hay que buscar el referente metodológico que confiere validez a la teorización ética y a la educación moral. Si la moral se deriva de las relaciones sociales e interpersonales, el referente de la ética que las explica, no puede estar en ellas, sino en el sustento de las mismas, o sea en la jerarquización de las determinaciones históricas en que se ha organizado la humanidad desde sus orígenes. Dicho de otro modo, en las formas preclasistas y clasistas que se han sucedido: la especie, la etnia-nación, la clase y el colectivo o institución, en ese orden decreciente de importancia, porque el nivel anterior determina la existencia del posterior. No se olvida al individuo, lo que ocurre es que en él se encarnan esos niveles y sus intereses y conducta se justificarán en la medida que respeten esa significación jerárquica. El individuo quedará amparado ética y moralmente en la medida que cumpla esos requisitos.
Como producto racional, una teoría de cualquier tipo debe aspirar a una coherencia y para ello, debe poseer una estructura sistematizada de fuentes, principios, categorías, objetivos y criterios de validez, dado que aspira a una capacidad demostrativa ante los miembros de la sociedad. Por tal razón, las categorías o conceptos fundamentales del sistema ético que necesita la humanidad en la actualidad no puede contradecir los principios centrales del humanismo:
La conservación de la integridad física y moral de los hombres y sus relaciones inter personales.
El combate por condiciones para la mejoría de esas relaciones inter personales y sociales.
El deber de luchar por satisfacer las aspiraciones y necesidades de los hombres que garanticen los dos principios anteriores.
Dado que estos principios centrales ofrecen un criterio evaluativo sobre las circunstancias, los medios y los fines, relacionados con la conducta del sujeto y además, permiten explicar cómo las categorías éticas generales se desligan en un momento de determinadas categorías éticas clasistas.
Tampoco, las categorías éticas del humanismo pueden contradecir los principios generales de libre albedrío, igualdad y deber ético, ni el criterio de Progreso Moral.
A partir de ahí, deben cumplir los requisitos para cualquier categoría ética en cualquier sistema ético, que intencionadamente se han violado en la mayor parte de los códigos morales, éstos son:
l. La categoría ética debe expresar relaciones sociales. Esto invalida conceptos psicológicos como “voluntad” o conceptos políticos como “autonomía” que por definición (independencia), debe desentenderse de los demás para realizarse y se le hace coincidir con “libre albedrío”, para distorsionar la decisión ética.
2. Debe suponer reciprocidad en su empleo. Por ejemplo: el amor o el sacrificio por una causa, que puede ejercerlo cualquiera. No así “utilidad”, procedente de la Economía, que excluye la reciprocidad.
3. Debe tener como referente objetivo las relaciones de los hombres y no consideraciones abstractas, intemporales, originadas al margen del sistema ético o ser simples fines institucionales expresados como conceptos. Así, aunque puedan tener sentido social, no son categorías éticas:
Consideraciones psicológicas como “felicidad”, “temor”, “odio”
Consideraciones organizativas: “disciplina”, “obediencia”.
Consideraciones religiosas como: “pecado”, “elegidos”, “gracia”
Consideraciones jurídicas como: “legalidad”, “justicia”
Consideraciones políticas como: “paz”, “guerra”.
Sin embargo, es una categoría ética “solidaridad”, que puede ser núcleo central de una política: el internacionalismo y cumple con los requisitos mencionados anteriormente.
Las categorías abstractas de “lo bueno”, “lo malo”, “lo injusto”, generalmente no tienen significación unívoca, sino justificativa para grupos o clases sociales. Por ejemplo, el cambio de mercancía es justo para la burguesía e injusto para el proletariado con conciencia de clase para sí.
La univocidad y universalidad de las categorías generales se adquiere cuando se identifican con los tres principios centrales del humanismo, es decir, cuando se aplican a la evaluación de conductas destinadas a preservar funciones y relaciones homólogas entre individuos de diferentes grupos o clases: así ocurre con el "respeto" que se exige a la palabra empeñada, el "heroísmo" como suprema expresión de desinterés, es simple "temeridad" si el motivo es individualista; un bloqueo que prive de alimentos, agua y atención médica a una población civil es valorado como “crueldad”.
Estas categorías abstractas y generales devienen humanistas, cuando en su momento determinado pueden expresar la relación “individuo-grupo-especie” y aunque los intereses étnicos, nacionales o clasistas condicionan su significación genérica, no pueden anularla permanentemente, porque la determinación que las origina es su posibilidad de servir de referencia a toda la sociedad. De ese modo, las categorías humanistas generales, se desligan en su momento de las categorías clasistas determinadas por un modo de producción en crisis y se avienen con los intereses de la clase emergente, que las emplea como criterios de valor para sus propias categorías éticas y refutar las de sus antagonistas.
Una clasificación más general de las categorías permite considerarlas de la siguiente manera:
Categorías interpersonales: generosidad y sus variantes (desinterés, liberalidad, bondad, honradez, sinceridad), egoísmo y sus variantes (oportunismo, ambición, maldad, falsedad, engaño) el amor y el odio son subvariantes de bondad y maldad, respectivamente.
Categorías sociales:
a) Estratificadas: clasistas (obediencia-sublevación en el esclavismo; humildad-soberbia en el feudalismo; disciplina-desorden en el capitalismo; organización-participación en el socialismo)
b) No estratificadas: étnico-nacionales (dignidad-humillación; identidad-desmoralización; orgullo-afrenta) patriotismo y nacionalidad, son expresiones históricas de “identidad”, como sus opuestos: traición y desarraigo, lo son de “desmoralización”.
E.- Objetivos o finalidades de las teorías éticas.
Son los propósitos de incidir sobre la estructura de las relaciones y la conciencia social, para:
-Establecer la motivación de la conducta. Bajo ese aspecto las ideas éticas llegan a ser banderas que unifican movimientos diversos. Ejemplos, la oposición a la Guerra contra Vietnam y contra Irak, el apoyo de la población norteamericana a la devolución del niño cubano secuestrado en Estados Unidos.
-Homogeneizar o polarizar la conducta de la población, tanto en períodos de normalidad como críticos.
-Justificar moralmente el rechazo o la aceptación de teorizaciones no éticas: la geopolítica sustrato de la xenofobia o acciones como las fundamentalistas.
-Poner de manifiesto las contradicciones o la coherencia de otras teorías con sus fuentes, criterios de referencia y principios.
Esa posibilidad de incidencia social de las teorías éticas la dan cuatro bases fundamentales, ya mencionadas al caracterizar a la ética profesional; psicológicas, lógicas, ideológicas y prácticas.
E. Criterios de validez en la Ética.
Los criterios de validez de una teoría están determinados por el método que emplea. En el caso del método ético hay peculiaridades significativas, pues muchos confunden su capacidad para popularizar argumentos éticos, con la de validar la doctrina. El método ético consiste en:
- Determinación precisa de las Fuentes de la Teoría.
- Fundamentación del objeto de estudio.
- Argumentar criterios para jerarquizar principios y categorías éticas en relación coherente con la lógica de la teoría.
- Atender a los elementos mencionados para determinar fines y medios ante situaciones éticas.
- No apartarse de los métodos y resultados de la Ciencia, a fin de preservar la coherencia lógica del discurso, es decir, renunciar a teorías irracionales, porque tal incongruencia impide hablar de una lógica de los problemas éticos.
Estos son criterios de validez, fundamentales, que debemos exigir a cualquier tipo de actividad teórica, inclusive la Ética.
IV SURGIMIENTO DE LA SOCIEDAD HUMANISTA.
El humanista no necesita de utopías, sino conocer la tendencia del desarrollo social y hoy es más evidente que el capitalismo nunca fue la utopía de felicidad general que pretendía ser y por el contrario, se tiene la certidumbre de que conduce al descalabro de la especie. Esto ha sido bien fundamentado, no sólo por Marx en su tiempo, sino en el nuestro por otras personalidades y numerosos organismos con reconocimiento internacional, cuya validez científica en las investigaciones se acepta sin reparos.
Además de conocer la tendencia, el humanista necesita claridad de objetivos. Estos dos factores pueden producirse en nuestros tiempos, debido a que el capitalismo ya desplegó todas sus posibilidades de progreso social y lo que logra en progreso tecnológico es para ir en contra de él. La propia historia nos dio las lecciones pertinentes y ella misma nos brinda la solución. La sociedad humanista va a surgir del trabajo y la lucha de todos los que tengamos el ideal humanista y las formas para ello no están escritas, sino en proceso práctico de ejecución. Para comprender este proceso debemos remitirnos a quienes han representado con más firmeza y eficacia ese ideal, a los que hoy tienen la posibilidad de aglutinar pueblo a su alrededor, no a los que puedan surgir fabricando teorías perfeccionistas, melindrosas o críticas, limitadas al ámbito psicológico, con las que tratan de desviar la fuerza de los pueblos. Este es un proceso práctico de lucha, política, económica, cultural y social, por la identidad, la independencia, la integración y la justicia, cuyos resultados ya no pueden resumirse en el manido concepto de libertad, que los utópicos colocan como un objetivo aislado, siendo en realidad que sólo puede conseguirse por grados, mediante una base material de organización y recursos para poder construirla como una síntesis de muchos logros anteriores del proceso práctico de lucha que libra la humanidad desde sus comienzos.
Y como se trata de un proceso político, económico, de organización social, de ejercicio de prácticas solidarias, sólo se puede realizar con la participación popular, organizada desde el poder del Estado o desde un poderoso movimiento social que lo controle. En nuestro hemisferio, esto ha podido comenzar por dos países: Cuba y Venezuela. Impulsado por esas dos revoluciones, el futuro latinoamericano y caribeño y tal vez de todo el tercer mundo, desborda todas las expectativas promisorias. Ese futuro que va concretándose mediante la Alianza Bolivariana para las Américas, que vincula programas con organismos especializados como la OPEP, en una visión estratégica del empleo de los recursos energéticos o vitales como el agua, el desarrollo cultural, científico y tecnológico de la población, que requiere no sólo de "voluntad política", sino de recursos económicos y financieros que no van a ser aportados por los monopolios del imperialismo, ni por los capitales privados sin orientación estatal, por su insuficiencia, requiere de una "locomotora económica, política y moral" como la que constituye la alianza cubano-venezolana, fundadora del ALBA.
Si las analogías ilustran algo, vale la pena comparar este proceso revolucionario latinoamericano con la aparición de la "masa crítica" del Uranio; esta "masa crítica" de la Revolución se forma por la persistente y tenaz resistencia del proceso cubano y la volcánica erupción de la revolución bolivariana, ambos procesos, conducidos por dirigentes excepcionales y capaces permiten canalizar los variados fenómenos sociales que se producen en su camino y desatar una "reacción en cadena" revolucionaria, capaz de alcanzar la máxima justicia social y la definitiva independencia. Sobre esa base, es que podemos vislumbrar la nueva sociedad humanista, mediante las ideas y proyectos expuestos por Fidel y Hugo ( VER ANEXOS). El primer paso formal de la integración latinoamericana y caribeña es la Declaración Conjunta de Cuba y Venezuela en el Acta Constitutiva del ALBA. (Dic. 2004)
Además de los importantes factores económicos, políticos y los correspondientes Programas derivados de ellos, que deben impulsar el proceso de construir una sociedad verdaderamente humanista, es necesario desarrollar un elemento imprescindible y decisivo: el sistema de valores humanistas, en los cuadros revolucionarios y en la población, que permita la participación coherente y el control populares, sobre los cambios de la vida cotidiana y su estabilidad; es decir, la formación de una nueva moral en la conciencia social de los pueblos. Esa es una doble tarea: de desarrollo teórico y de resultados de la práctica política y viceversa, que no puede hacerse de una sola vez, ni por una sola persona, sino durante un proceso social, pero que constituye la motivación central de este trabajo, que trata de llamar la atención de esa necesidad y propone un primer enfoque sobre el asunto:
LA FORMACIÓN DE VALORES
Se sabe que el objetivo cultural principal, en la trasformación social latinoamericana, es desarrollar el respeto de la identidad, la ideología revolucionaria y el sentido general de humanidad; es decir, formar ciudadanos en la mejor acepción del término. Según los intereses estratégicos y coyunturales que las transformaciones sociopolíticas ponen a la orden del día, ese objetivo debe recibir un reacomodo constante a través de la política educacional y cultural; porque el recrudecimiento de la tradicional hostilidad de los gobiernos norteamericanos contra Cuba y Venezuela, se encamina a la supresión de la independencia y soberanía nacionales, al control económico de nuestros recursos y potencialidades tanto materiales como intelectuales, en resumen, a suprimir el modelo social de países que demuestran al resto del mundo la posibilidad de sobrevivir y superar las agresiones más inicuas, si se organiza al pueblo alrededor de sus intereses fundamentales.
Los propósitos de esa hostilidad imperialista progresivamente globalizada, en forma de guerra económica, ideológica, desinformativa, política, de aislamiento científico, artístico y deportivo, sin excluir sabotajes, terrorismo, agresiones biológicas y otras, con apoyo de gobiernos cómplices de Europa y algunos otros lacayos de otras regiones, sólo pueden cumplirse a través de la destrucción de nuestra identidad, mediante la desvaloración de nuestras instituciones, inoculando la desconfianza primero y el pesimismo más tarde, para obstruir el trabajo, estimular egoísmos e indisciplinas y fomentar, por último, estallidos sociales o sublevaciones.
Frente a esa escalada, nuestro modelo social no sólo es una esperanza, es también un desafío, una convocatoria, un llamamiento a luchar contra el fatalismo de la explotación organizada sistemáticamente. Para alcanzar el triunfo, debemos desarrollar el importante papel de la formación de valores, porque éstos contribuyen a sentirnos dignos cuando ellos quieren hacernos despreciables; fortalecen la confianza y el valor del pueblo, cuando quieren hacerlo débil y sumiso; porque orientan el camino hacia la victoria, cuando pretenden demostrar que no tenemos opción.
Educar para formar valores, no es hacer una cronología de hechos curiosos, excepcionales o de cualquier tipo, sino exponer móviles e intereses en relación a clases y estructuras; para deducir tendencias, mecanismos sociales y consecuencias; es decir, descubrir la necesidad histórica que preside dichos acontecimientos. En resumen: es tener la teoría, la abstracción que sitúa en el tiempo las circunstancias del destino del pueblo y la importancia de su lucha. Cuando eso se logra, prenden en las generaciones la dignidad nacional, la esperanza futura, la firmeza y el ánimo de combate, el orgullo y amor por la obra social, en dos palabras: los valores.
Tal enfoque es el marxista, único científico y sobre esa base se requieren principios filosóficos generales que presidan su enseñanza. La Revolución cubana, inspirada en la doctrina de José Martí y la Filosofía marxista’leninista, permite desarrollar como principales para educadores y educandos:
1. Principio de la identidad del amor patrio y la dignidad humana, expresado en Cuba por el pensamiento martiano: “Yo quiero que la ley primera de la República sea el respeto a la dignidad plena del hombre.”
2. Principio de la objetividad, es decir, ausencia de distorsiones especulativas; considera con Marx, que aunque la Historia parece producirse por intereses y decisiones humanas, éstos responden a leyes. En su estilo José Martí expresó gráficamente lo mismo: “Hombre es el que va a las raíces de las cosas, lo otro es rebaño.”
3. Principio de la Lógica de la Historia, consistente en que se producen niveles de desarrollo histórico, identificables por criterios esenciales de progreso social y tendencias, expresados a través de movimientos sociales, cambios estructurales, personalidades y resultados técnico-productivos. Dicho de otro modo: puede identificarse en la sociedad, que existe en forma concreta la sustitución de unos modos de producción por otros, también ocurre la interacción de modos de producción diferentes y siempre los Modos de Producción generan sus propios sectores con intereses específicos y las instituciones que los apoyan..
4. Principio de la historicidad o carácter concreto de los fenómenos sociales, es decir, que no aparecen por voluntad pura de una o cientos de personas, sino cuando se han acumulado condiciones objetivas, aunque sean parciales, para impulsar su establecimiento. Ello significa que hay un fluir histórico o secuencia de los acontecimientos debido a circunstancias específicas de cada lugar y momento, lo cual no debe obviarse para evitar en unos casos traspolaciones inoportunas y en otros pérdida de oportunidades para la acción.
5. Principio de la contrastación práctica de los hechos. Es el más poderoso factor educativo que se expresa en formas diversas: en lo personal mediante el ejemplo de la conducta; en la política social con la promulgación de leyes y medidas, cuyos resultados se interpretan más fácilmente que el nombre doctrinal que se les atribuya. Dos ejemplos: Bush habla de aplicar la democracia y realiza guerras de conquista y exterminio. Las Revoluciones cubana y venezolana, rescataron los recursos nacionales y los pusieron a disposición del pueblo y después proclamaron lo realizado como un paso al Socialismo, lo cual educó más profundamente que cientos de discursos o lecturas políticas. La Pedagogía de los hechos, la viven los contemporáneos; pero los que están distantes geográfica o temporalmente de los acontecimientos tienen un acceso a ella mediante las diversas formas de manejo y búsqueda de la información.
Un ejemplo sencillo de cómo aplicar estos principios es la siguiente interpretación de un progreso técnico como la aparición de la rueda, que generalmente se presenta como un logro anónimo abstracto, al decirse lo evidente: “fue un gran avance porque permitió transportar grandes cargas a sitios lejanos e impulsó el intercambio comercial y cultural de las comunidades.” Pero esto no aborda las causas y premisas: que primero debía estarse en posesión de animales capaces para el tiro, domesticados; haber conocimientos de medición, un desarrollo de los oficios, que la productividad del trabajo se expresara en excedentes estables y que existieran la propiedad privada, la circulación monetaria, ciudades, caminos que las enlazaran y un cierto equilibrio político-militar que permitiera el despliegue de la gestión transportadora del comercio.
De esa forma, el conocimiento del origen e importancia de la rueda, queda establecido como un proceso de origen social y no como un acontecimiento abstracto de ideación lógica de un individuo, o grupo de aficionados a cavilar, que un día descubrieron la rueda ajenos al desarrollo social.
Esta forma de abordar la Historia, que obliga a síntesis y generalizaciones para fijar las esencias del hecho histórico, constituye no sólo un impulso al pensamiento abstracto o científico, también a la valoración y formación ética, porque como enuncia Favelo Corzo:
“El hecho de que la valoración constituye la expresión subjetiva de la significación que poseen los objetos y fenómenos del mundo circundante para nuestra vida y actividad, presupone que en forma de valoración se produzca, por un lado, el reflejo de los intereses y necesidades del sujeto, y por otro, la asimilación de las propiedades naturales y sociales de estos objetos y fenómenos... El conocimiento del objeto es condición necesaria para su valoración.”
El problema del análisis, formación y conservación del sistema de valores ha sido preocupación permanente en los distintos sistemas sociales, desde los antiguos sofistas griegos, los patriarcas religiosos y los ideólogos del siglo de las luces, hasta los pedagogos modernos. La peculiaridad más frecuente de sus aseveraciones es que enfocan ese proceso como la trasmisión de un modelo abstracto de individualidad o como dice Arthur Meier: “basado en el ilusorio supuesto de que el consenso de valores de un sistema social es homogéneo y de larga duración.”
Si la formación de valores se basa en el abordaje exclusivamente individual, fundamentada por una Psicología abstracta, que enarbola motivaciones e intereses personales como “propósito”, “acción”, “resultado”, expresados en abstracto por conceptos como amor, temor, ambición, preeminencia, gustos, opiniones, según se maneja en muchas encuestas, los valores implicados sólo podrán ser los de exitoso o “winner”, popular, perdedor, superior, único, etc. Son obvias las implicaciones y medios para conseguir tales resultados, que no deben enseñar la escuela, ni el resto de las instituciones culturales y económicas del país.
Pero si se considera explícitamente que el hombre no es Robinson Crusoe y que vive en familia, colectivo, sector social, nación y planeta, las motivaciones e intereses que deben manejarse para el desarrollo de valores consistirán en: solidaridad, supervivencia, organización, criterios de defensa común y del progreso social, los cuales se corresponden lógicamente con valores como : sacrificio, sentido del deber y del derecho, generalización del bienestar, legalidad, patriotismo e internacionalismo.
Todo lo expresado anteriormente sirve de base para incorporar a ese proceso los principios filosóficos, formas y categorías del humanismo analizados anteriormente, que deben complementarse con principios históricos particulares, vinculados directamente a las motivaciones e intereses que provoca en las personas la dinámica social que viven. Esto quiere decir que nuestro objeto de estudio o campo a abordar es el Paradigma Moral definido y desarrollado en el capítulo III de este ensayo:
“Es el sistema de conocimientos, opiniones, convicciones y proyectos de comportamiento, que le sirven de referencia al hombre en su medio, para desarrollar conductas y relaciones, cuyos componentes básicos son:
El Modelo Cívico.
Sus Expresiones de Conducta o estilo de Vida.
Su Universo Moral.
Estos elementos pueden presentarse como integrados o disociados en cada personalidad; el grado de integridad puede ir desde la coherencia hasta lo caótico” Para saberlo hay que hacer estudios sociológicos de sus manifestaciones, empleando los recursos de las disciplinas sociales correspondientes. Con este objeto de estudio establecido, es decir, el Paradigma Moral, podemos pasar a precisar los principios históricos particulares que sirven de referencia en la formación de valores humanistas:
1. Principio de la asimilación cultural del período que se aborda. Que consiste en comprender las limitaciones y posibilidades del marco social del acontecimiento, sociedad, personalidad o fenómeno de la conciencia social que interesa analizar, es decir, la necesidad histórica de su existencia. Con ello se evita la discriminación de otras culturas y no hay cabida para ideas de raza o civilización inferior en un sentido intrínseco.
2. Principios de la traspolación de funciones sociales. Que se expresa en respuestas a preguntas como: ¿Podría funcionar algunas de nuestras instituciones en ese medio? ¿Qué haría uno de nosotros en ese medio?
3. Principio de la valoración histórica. Es la síntesis y generalización del hecho histórico, que puede expresarse en respuestas a preguntas como: ¿Qué consecuencias significativas se derivan de este hecho? ¿Es positivo o negativo para el proceso histórico-social? ¿Por qué?
4. Principio de aplicación de Mecanismos Educativos. La disposición del orientador social, sea líder comunitario, cuadro político, funcionario estatal o maestro, para formar valores debe basarse en esos mecanismos educativos que puedan incidir en la individualidad de cada alumno o subordinado. El período especial ha provocado que la individualidad de muchos jóvenes sea vista por éstos como seccionada de la vida social, se les aparezca como ajena al marco de los principios históricos particulares, porque su vida tiene diversidad de problemas acuciantes y la ideología capitalista les ha fomentado una concepción imprecisa del mundo y la sociedad. Lo más común, para ellos, es no discriminar entre medios y fines, además de no relacionarlos con claridad con los obstáculos y oportunidades generales de la sociedad y los suyos personales, ni con la posibilidad de superarlos mediante el empleo de dichos medios y fines.
Los Mecanismos Educativos varían con las épocas y sistemas sociales, en la comunidad tribal los adolescentes eran sometidos a un proceso de entrenamiento y pruebas, basado en las relaciones de la sociedad con la naturaleza, que debían pasar, antes de considerarlos adultos con todos los derechos. Con la aparición del Estado, las ciudades y la división social del trabajo, esa tarea fue encargada por las aristocracias esclavistas a los gimnasios y academias. En el medioevo, los jóvenes nobles aprendían las reglas del vasallaje haciendo de auxiliares o pajes al servicio de personajes de mayor jerarquía familiar que la propia. En el capitalismo, surgió la relación aprendiz maestro, inicialmente y después, con la Revolución Industrial las escuelas de oficios, educaron como obreros para la producción grandes masas de descendientes de campesinos que llegaban a las ciudades. Junto a ellas, la burguesía implantó sus escuelas especiales para dirigir o formar una burocracia que sirviera sus intereses. En general los mecanismos educativos muestran a los nuevos miembros de la sociedad, el lugar que deben ocupar en ella. Su objetivo es fomentarles el sentido de identidad con el sistema social. En esta etapa de lucha por la soberanía, la integración y la salvación de la especie, nuestros jóvenes deben aprender a:
l. Valorar la importancia de la tradición nacional e internacional: patriótica, política, cultural, científica, deportiva, internacionalista, en la vida de la nación y la del área latinoamericana, refiriéndolos a períodos históricos, obstáculos y enemigos semejantes y fundamentalmente al concepto de Progreso Social y Progreso Moral, expresados en la formación de la nación: los patriotas y los traidores, sus métodos y recursos: Doctrina Monroe, ALBA, etc.
2. Entender la complejidad del Marco Social en que actúan, la importancia de que sepan discriminar sus niveles:
a) Sistema, Doctrina o Filosofía Social: concepto y necesidad histórica.
b) Estado: concepto, carácter y necesidad histórica.
c) Gobierno: su dinámica de funcionamiento como concreción coyuntural del Estado en políticas y agentes de las mismas. Es decir, dirigentes con un programa sobre: - elecciones, no imposiciones y sistema de revocación de cargos.
- uso de la riqueza social (recursos humanos, manejo de la economía, planes de desarrollo, medidas para su protección).
- universalidad de la educación y la capacitación.
- seguridad social, entendida como premisa del desarrollo de las personas: para el campo y la ciudad y para los demás sectores, en la salud, la vivienda, el acceso a la cultura, el deporte, el bienestar de la población.
3.- Entender la racionalidad de las instituciones: normas y criterios vigentes en nuestra sociedad, determinando su pertinencia histórica en relación a otras épocas y países, sus objetivos de superar la contradicción campo-ciudad, capital-provincia-municipio mediante áreas de desarrollo integral, el enfoque sustentable de la economía, atención a sectores vulnerables ( en Cuba todos los 58 mil discapacitados reciben atención individualizada), preservación y cuidado de instituciones básicas como la familia promulgando el Código de Familia. Información sobre procesos sociales en otros países, como China, Haití, Santo Domingo.
4. Entender la evolución histórica de las capacidades y posibilidades de los individuos: a) la vertiente histórica de las inmoralidades y la violencia, como los saqueos de Vikingos, Fenicios, Griegos y Cartagineses, la piratería del mediterráneo en tiempos romanos, las cruzadas, la expansión mongola, la conquista del nuevo mundo y saqueo de África, la expansión yanki, su genocidio de indios, con la secuela de cuatrerismo en el oeste y la agresión a México, la guerra de secesión, y sus resultados como fueron las bandas de sureños asaltantes como Jesse James, en la etapa Imperialista la política hacia sus inmigrantes, represión obrera y su consecuencia: aparición del gangsterismo, los escuadrones de la muerte en Brasil, los “boinas verdes” en Vietnam, el narco tráfico y los contras en Nicaragua, los narco políticos y los paramilitares en Centro América y Colombia. La historia de la campaña de mentiras e Ideología del Odio contra los pueblos: comenzada en la colonización con el descrédito hacia los representantes de los pueblos originarios y luego contra independentistas como los “mambises” en Cuba, ejemplo de la cual es la imagen española sobre Manuel García o la leyenda satanizadora de los “zombis” haitianos, que no eran otra cosa que enfermos por falta de potasio en su organismo, causado por el bloqueo europeo de la sal a esa población inconquistable; ahora, ese mismo odio colonial tiene a Fidel, Chávez, Ortega, Evo y Correa bajo el fuego mediático. Los cómplices y los comprados cumplen los objetivos del Imperio, los jóvenes deben conocer su psicología torcida y su miseria moral y comprender lo que ha costado a sus antecesores la lucha por la dignidad y la independencia de los pueblos.
b) Vertiente de la legalidad y la moral: pudiera llamarse la conquista del futuro, para lo cual los jóvenes decididos deben ser ayudados a concebir:
- Un plan personal de desarrollo.
- Valoración de sus opciones.
- El sentido de la participación social.
- La adquisición de la dignidad en la promoción y reconocimiento social.
- Conocimiento y consolidación de las relaciones, con la familia, el barrio, las instituciones.
5.- El papel de la solidaridad en la formación de sentimientos: diferencia entre emoción y sentimiento: el paso de la emoción al sentimiento se da mediante la racionalización y la identificación con situaciones. La explicación vívida de situaciones permite que el individuo, desde el marco de sus motivaciones y cualidades morales que ha asimilado del medio, se identifique con un acontecimiento. Por ejemplo, durante el medioevo se educó a la infancia en el temor a Dios que podía enviar a cualquiera al infierno y el remedio que se proponía era amarlo. Se descubrió que eso podía durar mientras no llegara una situación límite y entonces se ideó un mecanismo de recuperación de la conciencia religiosa admitiendo el arrepentimiento de quien como Pedro, hubiera negado a su Salvador. Nuestro mecanismo pedagógico no descansa en la contraposición del temor y el amor, sino en el de la Solidaridad y la Responsabilidad. En la formación de la conciencia nacional cubana, jugó un papel muy importante que atesoramos, el ejemplo del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes quien puesto por el poder colonial español, en la alternativa de que le conservaran la vida a su hijo a cambio de rendir al Ejército Libertador y la República en Armas, respondió: “Oscar no es mi único hijo, yo soy el padre de todos los cubanos.” También evocamos con respeto y dolor la despedida mortal de Micaela Bastidas de sus pequeños hijos, condenados a morir descuartizados por el colonialismo español, para castigar la sublevación de su padre Tupac Amaru. Igualmente América Latina conserva en su memoria la despedida del lancero de la Independencia Negro Primero de Simón Bolívar. Es decir, hay suficientes motivaciones de Solidaridad y Responsabilidad en la Historia humana, como de conductas reprobables ejemplificadas recientemente en el asesinato perenne de palestinos, la guerra contra Irak o el bloqueo genocida y la crueldad de agresiones militares, biológicas y publicitarias contra Cuba o de otros pueblos, como para poder singularizar el deber de luchar por un mundo mejor a cualquier precio.
V. Incursiones de la Bioética en la Historia de la Filosofía
A pesar de que la Bioética es un proyecto contrahecho o por decirlo más suavemente: sólo esbozado de Ética Profesional, que debe desarrollarse a partir de la División Social del Trabajo, dentro de ella se ha propugnado una obsesión por la Historia de la Filosofía europea, fundamentalmente por bioetólogos de ese origen, para justificar y apuntalar el sistema capitalista, en vez de criticarlo a fondo por su incapacidad como promotor de Salud para Todos, como pretendía el encuentro de Alma Atá de 1978. Así nos quieren presentar como referencias para modelos sociales las elucubraciones de Platón y Aristóteles, los presupuestos ontológicos y metafísicos de Agustín, Tomás de Aquino, Descartes, Spinoza, Leibnitz, Kant, Hume, y las versiones utilitaristas desde Bentham y Stuart Mill hasta una pléyade de teóricos contemporáneos de esa rama, todos apologistas del capitalismo, fuera quedaron Paracelso y Hegel, los grandes incontrolables del pensamiento y los representativos de las milenarias culturas china e india. No es de esperar que ese enfoque eurocentrista los incline a promover el pensamiento social de los próceres del llamado tercer mundo, más cerca de las necesidades concretas de sus pueblos que las abstracciones intemporales de los mencionados anteriormente. A pesar de eso, aquí están Simón Bolívar, José Martí, Benito Juárez, Franz Fanon, Amilcar Cabral, Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa.
Toda Ética es una teoría social y para que tenga vida debe tener como referencia y objeto la realidad de la existencia; pretender que los logros de la gnoseología y la lógica son suficientes para validar una teoría ética, es un error por dos razones: una, las reglas y logros del pensamiento son de un orden diferente a las leyes de la sociedad; dos, sólo comprendiendo la realidad social es posible teorizar sobre las relaciones que tienen los hombres en ella. En la parte del Programa docente del Diplomado impartido en Victoria de Girón bajo su nombre, de 2000 á 2005, que me tocaba explicar, se incluyeron los temas de Historia de la Filosofía que expongo a continuación: “Teorías Éticas Heterónomas” y “Naturalismo Cristiano”. Mi amigo, el Dr. José Acosta Sariego, coordinador de los cursos, no me dio una argumentación lógica sobre la validez de relacionar esos temas con una Ética Profesional; pero, ambos sabemos que distintos partidarios de la Bioética toman de allí categorías y referencias para armar sus argumentos y tampoco ofrecen una lógica que lo justifique. De todos modos aceptó que expusiera mis objeciones en las conferencias que impartí, no sólo el primer año, sino en los cuatro siguientes.
Teorías Éticas Heterónomas
Sumario: 1. Éticas Heterónomas y Autónomas. 2. Los Sofistas. 3. Sócrates. 4. Platón.
1, Éticas Heterónomas y Autónomas.
El término “heterónomo” lo introduce Kant en la ética, por oposición al de “autónomo”; éste último designa el carácter independiente de la ética de todo deseo, de la voluntad e incluso objeto de deseo. Cuesta trabajo imaginar, en ese intento de Kant por ser imparcial y objetivo, una voluntad ética indiferente y que según el filósofo alemán, debe moverse por una ley propia que es la razón. Sentada esa base establece que las ideas morales suponen, por principio, el deseo de lograrlas y son por ello heterónomas, por lo cual, según el propio Kant, no responden a una ley propia.
Este proceder por antípodas es de hecho antidialéctico según los marxistas o contradictorio, según los seguidores de la lógica aristotélica, porque hay que preguntarse:
¿Puede hablarse de una moral sin convicciones?
¿Hay que renunciar a la educación moral de los individuos?
¿Cómo lograr una educación moral fuera de la ética autónoma, si perdemos el propósito de objetividad de sus principios?
Por otra parte, el título del tema y el contenido del sumario que nos piden explicar, son contradictorios, porque al sugerirnos las escuelas indicadas en el sumario, se presupone que éstas parten de lo irracional y al menos, entre los sofistas, no encontraremos a muchos que puedan ser encasillados en ese esquema. Esto vale para decir que el último tema del ciclo que me piden explicar: ética del Naturalismo Cristiano, especialmente las argumentaciones de Agustín y Tomás de Aquino, tiene más carácter heterónomo que las de los filósofos griegos que explicamos hoy, debido a su carácter militante, no hablo de la incongruencia de titularlas Naturalismo Cristiano, puesto que las bases de éste son sobrenaturales.
De todos modos, olvidemos esa confusión o pseudo problema y abordemos las características generales de las éticas que nos piden: Sofistas, Sócrates, Platón y Aristóteles en una exposición posterior.
2. Sofistas.
Constituyen un amplio movimiento que traza los fundamentos de escuelas posteriores. Lo común a todos ellos es que sustituyen las interpretaciones cosmológicas por enfoques antropológicos, tanto en la Filosofía como en todos los demás aspectos de la vida cultural y social. Para comprender las razones del cambio de objeto de las ideas filosóficas, como de todo tipo de ideas, hay que seguir el método de Marx y remitirse a los nuevos problemas o nuevas condiciones sociales. Estas son las que empezaron a vivir los griegos del siglo V a.n.e.:
Han terminado victoriosos las guerras médicas, que permitieron el auge de Atenas como ciudad comercial, manufacturera y marítima, centro y punto de partida de empresas militares, económicas y políticas. Es la época de pensadores, artistas y políticos como Hipócrates, Esquilo, Sófocles, Eurípides, Demóstenes, Pericles, Fidias, Policleto, Apeles; también de prostitutas como Lais, Thais, Aspasia, enriquecidas a la sombra de aquellos y también de la primera gran malversación conocida de un presupuesto: el destinado a la construcción del famoso templo de Atenea, el Partenón.
La ineptitud y cobardía de la aristocracia durante el enfrentamiento a medos y persas promovió nuevos cuadros militares y políticos, quienes regresaron con poder y derechos para dirigir la sociedad. Era obligado cederles un espacio en la vida social ateniense y la aristocracia tuvo que replegarse ante una opinión pública que era irrespetuosa. Su contrarréplica la expresa en esa etapa el libro Anábasis escrito por Jenofonte, General aristócrata, quien incapacitado para vencer elaboró esa novela de aventuras donde justifica su retirada al frente de diez mil fugitivos, perfectamente armados. Por su parte, los nuevos dirigentes quisieron una nueva vida, requirieron conocimientos sobre nuevas formas de organización y participación en la vida pública y de disfrute de los beneficios alcanzados en la vida particular. Fue entonces, que aparecieron los instructores de la nueva capa de funcionarios, comerciantes y artesanos que disputaban el poder. Esos instructores “filosofaban” por un salario y enseñaban en cambio, retórica, es decir, relaciones públicas, daban información económica, geográfica y política sobre el mundo conocido y fundamentalmente trasmitían su convicción de que era más legítimo el prestigio y poder social derivado del esfuerzo propio que el obtenido por el linaje familiar. Estos primeros pedagogos de la cultura occidental que pusieron los primeros obstáculos teóricos a la aristocracia, fueron los Sofistas, quienes ridiculizaban las tradiciones y varios de ellos, como Hippodamos, combatieron el sistema de esclavitud o como Protágoras negaban la existencia de los dioses. Este jefe de escuela tenía como lema que: “el hombre es la medida de todas las cosas”.
Los Sofistas se desentendieron de la Cosmología y los argumentos de un orden tradicional del mundo. Para ellos había que abordar un nuevo contenido en los análisis filosóficos: la vida del hombre en su tiempo; por esa razón, el objeto de la Filosofía debe ser la Polis o ciudad Estado y junto a ella, la Pragma o acción del individuo; ambos explicables por la política y la ética, respectivamente. De ese modo, la Filosofía es comprendida como un modo de vida, no como una teoría. Esto permite comprender que los sofistas fueron los primeros que se plantearon el conocimiento como problema de análisis y con ello lograron a partir de entonces, que el dogmatismo fuera imposible en la Filosofía. En esa lucha antidogmática destacaron el relativismo del conocimiento y por extensión, de todas las cuestiones sociales; pero, debe advertirse que este relativismo no era escepticismo, como pretenden algunos seguidores de la línea platónica. Por ejemplo, plantearon que el Derecho no tiene origen divino, la Ley que establece la esclavitud es un acuerdo arbitrario y la violencia es la que hace prevalecer al amo; muchos pedían igualdad económica y educación para todos. Frente al derecho consuetudinario (no escrito), opusieron la necesidad de la Ley escrita (nomos). Su propuesta de ideal de hombre para su ideal de sociedad, era que las virtudes (areté) a desarrollar serían el arte militar, la retórica y la política; es decir, capacidades que requieren reconocimiento social y no las admitidas por tener un supuesto origen noble. Como puede apreciarse, los planteamientos de los sofistas se orientaban a cuestiones prácticas de la vida y por ello sabían que eran relativos. Los textos sofistas fueron destruidos por sus contrarios, sólo quedan fragmentos citados por éstos o reconstrucciones parcializadas, como la de Protágoras en el Diálogo de Platón del mismo nombre. A pesar de ello, se puede apreciar la fuerza de los argumentos que pueden desarmar a Sócrates.
4. Sócrates.
Considerado generalmente como otro sofista, debido a que abordaba la misma problemática, debe entenderse que era lo contrario por su espíritu antidemocrático y opositor a los objetivos de esa escuela. Sócrates, representante de la aristocracia derrotada, estaba obligado a discutir en el campo de los ideólogos contrarios. Mientras los sofistas se ufanaban de ser independientes para escoger alumno y salario, Sócrates se vanagloriaba de ser invitado a comer en casa de los mecenas que de esa forma retribuían el adoctrinamiento de sus hijos. Los primeros empeñados en liquidar el prestigio de la vieja casta y el segundo con una obsesión servil de que se le considerara miembro de ella. Ya en ese terreno, emplea el reverso de las armas teóricas de los sofistas para crear la segunda contrarréplica de la aristocracia.
El punto de partida de su Filosofía es el agnosticismo: “sólo se que no se nada”
Su objeto de estudio no es la Polis, de esa manera evade el enfoque práctico de su organización y en cambio propone ocuparse de un modelo abstracto de individuo, específicamente de su alma o conciencia, que afirma, “es lo que podemos conocer realmente”; se opone al naturalismo cosmológico, arraigado desde siglos antes por el prestigio de Tales, alegando que conduce al ateísmo y produce el nihilismo en la conciencia.
En consecuencia, frente a las virtudes (aptitudes, diremos hoy) prácticas de los sofistas, opone virtudes abstractas que supone universalmente válidas en los sujetos, es decir, los conceptos que las representan; por ejemplo, “justicia” y “ley”. Pero ignora las raíces históricas y sociales de esos conceptos, pretende remontarse a la verdad de una justicia y ley abstracta, que no parte de los hechos, ni de las sociedades, porque ello lo obligaría a establecer “tipos de justicia”; él quiere que sus antagonistas las definan a partir de sus propias opiniones. Para ello emplea su método: la mayéutica, consiste en preguntar una y otra vez, contraponiendo declaraciones abstractas con enfoques relativistas, hasta que logra una contradicción lógica, cualquiera supondría que debe dar una conclusión; pero su objetivo es preguntar, no responder los problemas. Su moral se reduce, según vemos en Jenofonte y Platón a este desaguisado:
“Todo hombre tiende necesariamente a la mayor felicidad. Cada una de sus acciones tiende a ese fin. Cualquiera que haga el mal es sólo un ignorante que se ha equivocado al elegir los medios... nadie es malo voluntariamente.”
Los frutos pedagógicos más notables de esta doctrina fueron: el alumno predilecto de Sócrates, Alcibíades, considerado un aberrado por sus propios amigos e implicado posteriormente en la estafa de la construcción del Partenón y en conspiraciones sucesivas a favor de tracios, espartanos, persas y frigios contra su patria. Sigue Jenofonte, quien fue mercenario de Tracia y sirvió a Agesilao contra su Polis, por lo cual los atenienses también lo desterraron.
Se corrobora de ese modo, que se ha inventado el mito de que Sócrates predicaba el mejoramiento del destino del hombre. Lo que se observa es su tenacidad en distorsionar la prédica de los sofistas para justificar a la capa aristocrática de esclavistas y la superioridad de sus intereses respecto a la reorganización social propuesta por los sofistas, que intentan considerar a la Polis y sus leyes libres del carácter divino que presidía las relaciones sociales y creían al hombre concreto capaz de adquirir capacidades superiores a los privilegios aristocráticos.
Por eso, no debe extrañar que Sócrates fuera condenado a la cicuta, acusado de corromper a la juventud; lo que se infiere de lo narrado por Platón en otros Diálogos, adjuntos al que lleva el nombre de su maestro. Pero en éste no presenta los argumentos políticos de la acusación; sino valores religiosos supuestamente comunes; porque son los que justifican el orden social que aman alumno y maestro para su clase. Su objetivo es salvar esos valores, no el recuerdo de Sócrates. De la actitud poco seria de Platón dan fe los relatos de Diógenes Laercio, quien indica que aquél se dedicó a comprar las ediciones de los demás filósofos y las quemó, entre ellas las de su contemporáneo Demócrito, considerado entre los atenienses como un sabio en medicina, botánica y astronomía. De éste tampoco tenemos originales gracias a esa precaución platónica.
4. Platón.
Los historiadores burgueses de la Filosofía, no desean que se hable de la conducta de sus preferidos; pero, como cualquier hijo de una clase, estos ideólogos asumen una representatividad de ella en sus escritos. Platón es otro producto pedagógico de Sócrates: huyó de Atenas a los 28 años por suponérsele vinculado a la conspiración de su tío Cratilo, condenado también a la cicuta por los ciudadanos de la Polis; volvió a los 40 años con mayor resentimiento contra la democracia esclavista.
La diferencia fundamental entre la Filosofía de Platón, respecto a la de Sócrates, es que aquél abandona el subjetivismo individual de su maestro y asume el enfoque global de los sofistas (la Polis y el hombre), pero con un sentido idealista recalcitrante. En su obra “Las Leyes” propugna emplear los mitos (en los que asegura no cree) para justificar las leyes ante los gobernados. Toda su obra es para escarnecer la democracia y en su modelo social la aristocracia tiene reservado el puesto dirigente; para ello la considera integrada por filósofos.
El principio último de todas las cosas, según Platón, es la “idea del bien”, lo cual constituye una teleología de las esencias, igual que en Sócrates y después en Leibniz. Su idea de “libertad” está descontaminada del mundo real, es una libertad espiritual; por tanto, no hace falta comprenderla a través de leyes o necesidad alguna, es una trascendencia del mundo real. De igual modo aborda la “justicia” como un problema abstracto que no necesita de referencias o justificaciones sociales, por ello expresa:
“La Justicia no versa sobre la acción exterior del hombre, sino sobre el interior, la que se aplica a él, a lo suyo, sin dejar que ninguna parte (del alma o conciencia) obre contradictoriamente, de tal manera que en todo lo que emprende, bien que se afane por conseguir riquezas o por cuidar su cuerpo... considerará justa la acción que contribuya a conservar y completar la ciencia de prudencia que vigila su actuación.”
La justicia platónica es lo que más se aleja de ella, porque es idéntica al interés individualista; en ella está el espíritu de su maestro, quien afirmaba que el mal se hacía por ignorancia. Justificada así la injusticia, no hay obstáculo moral para perdonar a su violador y si además, siglos después se acepta que “colabore” con el arrepentimiento, sobran en el mundo la opinión pública, el derecho y las consecuencias del abuso. Ello se comprende cuando vemos que se propone orientar la conciencia de los hombres (alma), partiendo de una estructura básica que le atribuye:
“El raciocinio (loguistikón), que permite el conocimiento de las ideas y cuya función propia o virtud es la sensatez o prudencia cuyo nivel superior es la sabiduría.
La voluntad o cólera (thymós) que obedece a aquella y cuya virtud específica es el valor y la fuerza.
El apetito sensual (epithymetikón), como concupiscencia, deseo insaciable regulado por la virtud de la templanza o moderación”
¿En que consiste esa tarea? En lograr el equilibrio de esos elementos en la conciencia; a fin de que el individuo viva satisfecho de si mismo. Para lograrlo, según Platón, hay que desarrollar una virtud superior y esa no es otra que la “justicia” mencionada antes. Cuando la justicia orienta en una sola dirección: la interpretación de las cosas, la voluntad (fuerza y valor) y el deseo, se obtiene lo que Platón llamó el ciudadano perfecto, el hombre justo. Se deriva de esto, que el hombre justo no es otra cosa que un hombre sin remordimientos o sin escrúpulos.
No es gratuito el hecho de que este alumno de Sócrates atribuya a la Polis una estructura semejante a la de la conciencia o alma individual: una capa de razonadores o filósofos (los aristócratas) que deben tener el mando; otra de voluntariosos, portadores de la fuerza y el valor (los guerreros) que deben obediencia a la clase anterior y una masa devorada por apetitos que debe ser dominada (la plebe de artesanos, comerciantes y extranjeros) y cuya tarea es producir la riqueza. Y si esa son las cualidades de cada estrato, la justicia social consiste en el ejercicio de ellas en los límites de cada sector. Esto subyace en la idea de justicia distributiva que elaborará Aristóteles más tarde. Con la extrapolación de este modelo de conciencia esclavista a la estructura social, Platón crea todo un programa de adiestramiento ideológico a favor de la aristocracia esclavista y ello puede verse en “La República”:
“..Me parece que nuestros magistrados se verán obligados muchas veces a acudir a engaños y mentiras consultando el bien de los ciudadanos y hemos dicho en alguna parte que la mentira es útil cuando nos servimos de ella como un remedio.
- Con razón.
- Si hay una ocasión en que la mentira pueda ser útil a la sociedad, es cuando se trata de lo relativo a los matrimonios y a la propagación de la especie.
- ¿Cómo?
- Es preciso, según nuestros principios, que las relaciones de los individuos más sobresalientes de uno y otro sexo sean muy frecuentes, y las de los individuos inferiores muy raras; además es preciso criar a los hijos de los primeros y no a los de los segundos, si se quiere que el rebaño no degenere. Por otra parte, todas estas medidas deben ser conocidas sólo de los magistrados, porque de otras maneras podría exponer al rebaño a muchas discordias...
- Llevarán al redil común los hijos de los mejores ciudadanos y los confiarán a ayas, que habitarán en un cuartel separado del resto de la ciudad. En cuanto a los hijos de los súbditos inferiores, lo mismo que respecto a los que nazcan con alguna deformidad, se los ocultará, pues así es conveniente, en algún sitio secreto que estará prohibido revelar.
- Es el medio de conservar en toda su pureza la raza de nuestros guerreros.”
Todo lo expuesto deja claro que en lo social, la Ética de Platón puede emplearse como fuente reaccionaria de muchas aberraciones que pretenden ser modernas. En lo subjetivo, su escala de virtudes es un sistema de cinismo, para tranquilizar los escrúpulos de cualquier esclavista sensible.
Conclusiones: los sofistas establecen el enfoque antropológico en la Filosofía, dando por supuesta la solución del problema cosmológico de la etapa precedente. La cuestión antropológica tiene dos vertientes: la política y la ética, que en estos sofistas no están separadas porque el objeto de su Ética es hacer ciudadanos identificados con su ideal de Polis. Recordemos que esto se pone a la orden del día, por el descrédito que sufre la aristocracia en las guerras médicas y que Sócrates se refugia en el análisis del lenguaje y los conceptos, para dar coherencia ideológica y combatir la marea renovadora de los plebeyos que adquirieron poder militar y riquezas; su ética “pura” tiene por objetivo invalidar la política concreta y los aportes gnoseológicos que destacan sus admiradores son un subproducto de su lucha anti sofista. Y aunque se insista en que las contribuciones socráticas al estudio de los conceptos, sus definiciones y empleo, sentaron las bases para la Lógica que fundaría Aristóteles, ya eso se manejaba por sus antagonistas; la afirmación es muy aventurada, basta leer el Diálogo “Protágoras”, donde este filósofo acusa al maestro de Platón de hipostasiar conceptos para ganar el debate. Por otra parte, muchos de los historiadores tradicionales de la Filosofía se apoyan en esa comunidad metodológica para clasificar a Sócrates como un sofista más.
Después de Sócrates, en el reflujo de la historia ateniense y el predominio de Esparta, que los apoya, los aristócratas pretender demoler las posiciones de los plebeyos. Son representados por Platón, quien traslada las ideas de su maestro a la realidad social, diseñando una Polis modelo en “La República” donde expone abiertamente el enfoque oligárquico de su ética y su política.
Teorías Éticas Heterónomas (continuación)
Sumario: Aristóteles.
Aristóteles (384 á 322 a.n.e.), alumno de Platón, desarrolla su pensamiento en otras condiciones. Primero, no es ateniense y no se involucra directamente con la oligarquía de esa ciudad. Segundo y más importante, en ese momento las Polis griegas no son independientes; pues Alejandro las incorpora a la cadena del Imperio macedónico forjado por Filipo, al servicio del cual estuvo el padre de Aristóteles como médico y como educador de Alejandro, Aristóteles propició la amistad de su sobrino con el futuro conquistador, es decir hay un grado de intimidad entre el filósofo y la familia real. Tercero, casi todos los filósofos, excepto Diógenes el can, están reclutados en las fuerzas macedónicas que invaden Persia y la India. Todos estos filósofos fueron reclutados para cumplir tareas ideológicas equivalentes a las que hoy realizan innúmeras instituciones (diplomáticas, propagandísticas, sociológicas, control administrativo, inteligencia y contra inteligencia, etc) Aristóteles no participa físicamente en la expansión militar; pero quiere aportar a la organización del Imperio que está fundando su alumno Alejandro, una teoría social común a todas las polis, cuyas ideas expone en su obra “La Política”.
Como complemento y en virtud de preocupaciones filiales, a fin de que el fruto de sus amores con la hetaira Herpilis supiera a que atenerse en aquella compleja situación histórica, escribió “Ética a Nicómaco”. También escribió otra ética: “Ética a Eudemo” y una “Gran Ética” que es un resumen de las dos anteriores. Algunos especialistas consideran que las dos últimas no son de su mano, sino versiones de sus ideas hechas en los siglos II y III antes de nuestra era.
Ética y política constituyen una unidad integral en Aristóteles (se observa la permanencia del enfoque de los sofistas sobre el tema); para él, el funcionamiento del Estado depende de las virtudes de sus ciudadanos (excluye a los comerciantes, los artesanos, los campesinos, los marineros, los hombres libres de las colonias, las ciudades sometidas y desde luego a los esclavos). Por virtud no entiende las capacidades o habilidades, como definía Sócrates, sino el fin que debe cumplir cada ser; por ejemplo, el fin del esclavo es obedecer y el del amo, mandar; el del carpintero hacer muebles; el del zapatero, zapatos. Si se alteran estas funciones se contraría la naturaleza de las cosas.
” . la ciudad (Estado) no consiste en la comunidad del domicilio, ni en la garantía de los derechos individuales, ni en las relaciones mercantiles y de cambio; estas condiciones preliminares son muy indispensables para que la ciudad (Estado) exista: pero aún suponiéndolas reunidas, la ciudad no existe todavía. La ciudad es la asociación del bienestar y la virtud, para bien de las familias y de las diversas clases de habitantes, para alcanzar una existencia completa que se basta a si misma.”
Esta idea del individuo unido a la polis o Estado por un vínculo moral, lo expresa Aristóteles en su ética: “La felicidad es una cierta actividad y es evidente que se engendra en el ejercicio y no se posee como un objeto... la vida solitaria es acerba, porque no es fácil estar por si mismo en actividad continua, mientras que es más fácil con otros y para otros.”
Considerar la felicidad como actividad y no como posesión de objetos, significa verla como expresión de relaciones sociales y requiere conocer su aspecto esencial: ¿Cuál es el fin último de la conducta? La respuesta la ha dado en el comienzo de su Ética:
“Todo arte y toda investigación científica, toda acción y toda acción deliberada parecen apuntar a algún bien: de allí que el bien se defina justamente como: aquello a que tienden todas las cosas”
Este enfoque teleológico, que explica los fenómenos no a partir de las causas y circunstancias que lo originan, sino de los fines o “aquello” hacia lo cual se desenvuelven, serviría siglos después para fundamentar las modernas teorías utilitaristas; pero para Aristóteles fue un recurso que le permitía continuar la oposición socrático-platónica a la idea de los sofistas de que el Estado, las Leyes y las costumbres, son resultado de anteriores contratos que podrían ser modificados.
Establecido el principio de que todas las cosas tienden a su fin, que es su bien, la pregunta esencial viene a ser: ¿Cuál es el bien preferible? Porque ello es el primer paso para una jerarquización categorial de la moral y la ética
Pero como su visión clasista le impele a considerar distintos grupos en la sociedad, ajenos entre sí, pero obligados a participar en conjunto, enuncia el “bien”, finalidad o “virtud” que atribuye a cada uno:
1. Existe el placer propio de la mayoría, natural a los esclavos y los animales.
2. El honor, al que tienden los mejores de la vida social.
3. La riqueza, que mas bien considera un medio y no un fin.
5. La Theoría o vida contemplativa, es decir, la vida ociosa a la que deben tender los esclavistas.
Es obvio que la clasificación presenta similitudes con la estructura de la conciencia y la sociedad de Platón. Pero, Aristóteles busca el bien supremo, con ello trata de superar el relativismo de los sofistas; por eso afirma que si se trata del bien último del hombre (el ciudadano, y dentro de éstos el amo de esclavos) dicho “bien” no está en sus ocupaciones concretas. Por tanto, el bien supremo sólo se alcanza por el ejercicio de esa función que corresponde a la Theoría o sea, la vida ociosa del esclavista.
El ocio tiene una doble importancia para Aristóteles: a) desde el punto de vista ético, cuando predica el desprecio al trabajo físico y lo sitúa como invalidante para ser ciudadano, previene de raíz que pueda haber un sentimiento solidario hacia las personas ajenas a la clase esclavista; porque observar una jornada agotadora donde alguien se desgasta, sólo puede conmover a quien haya realizado un esfuerzo semejante: “escalar montañas hermana hombres”, diría José Martí, dos mil años después. b) desde el punto de vista político, al fomentar ese sentimiento de desprecio, se evita que dentro de la clase esclavista puedan surgir opositores al sistema y al propio tiempo le señala a esa clase la obligación de emplear ese ocio para controlar el sistema y participar en todas las funciones del gobierno del Estado. De ahí deduce una conclusión pedagógica: “la virtud es un hábito de elección”.
Esta idea es difícil para los seguidores de la axiología, quienes consideran la virtud como un fin o modelo definitivo: “la virtud como valor supremo no puede ser término medio”, dice Hartmann. Por otro lado, al convertir la virtud en actividad personal Aristóteles abandona su teleología, las virtudes dejan de ser fines, se vuelven medios y con ello margina las decisiones morales de la Ética, basándolas en una “sabiduría” práctica cuyo núcleo es la teoría de los “términos medios” tanto del individuo como del colectivo.
Sin embargo, el mentor y protegido de Alejandro debe regresar a la teoría para legitimar sus argumentos y entonces expone su interpretación esclavista de la igualdad y la justicia:
“Así, la igualdad parece y es justa; pero no entre todos, sino más bien entre iguales. También parece justa la desigualdad y en efecto lo es, pero no entre todos, sino entre desiguales.”
“.. la virtud del ciudadano, tal como la hemos definido, debe entenderse con relación, no a todos los hombres de la ciudad, ni aún a todos los que tienen solamente la cualidad de libres, sino tan sólo respecto de aquellos que no tienen que trabajar necesariamente para vivir. Trabajar para un individuo en las cosas indispensables para la vida es ser esclavo; trabajar para el público es ser esclavo y mercenario.”
“.. en un Estado el ciudadano y el hombre virtuoso no son más que uno; que en otro se separan; y, en fin, que no todo son ciudadanos, sino que este título pertenece sólo al hombre político, que es o puede ser dueño de ocuparse, personal o colectivamente, de los intereses comunes."
Para resolver este problema de cuatro grupos de relaciones morales endógenas, en una sociedad que debe funcionar como una totalidad, al servicio de la clase esclavista, Aristóteles inventa la categoría fundamental de su sistema que los abarca a todos: la Justicia.
“El bien en política es la justicia; en otros términos, la utilidad general. Se cree comúnmente que la justicia es una especie de igualdad;... queda por averiguar a que se aplica la igualdad y a que la desigualdad, cuestiones difíciles que constituyen la filosofía política.”
La justicia de Aristóteles está desdoblada en dos especies:
d) la Justicia Distributiva: “que se aplica a la distribución de los honores, de las riquezas y de las otras cosas que puedan distribuirse entre los miembros de un Estado ...Y debe haber la misma igualdad en las personas y en las cosas, porque en la relación en la cual están las cosas, en ella deben estar también las personas que las poseen; si en efecto, no son iguales, no debe haber cosas iguales, antes bien, surgen de aquí contiendas y lamentos cuando los iguales tienen posesiones y distribuciones desiguales, y los desiguales iguales... Lo justo se halla, pues, en una especie de proporción.”
e) “La otra especie en la conmutativa, que surge en los cambios voluntarios e involuntarios...Lo justo en los contratos es una igualdad, y lo injusto una desigualdad, pero no de acuerdo a la proporción dicha, sino según la aritmética... Por eso es necesario que las cosas, en que hay cambio, sean comparables de algún modo: para ese fin fue inventada la moneda, que es como un medio: porque ella todo lo mide... Entonces, habrá reciprocidad ...”
Debido a la estructura social que toma como referencia, donde sólo los esclavistas que sean ciudadanos, son los que pueden ocupar cargos y participar en el ágora, queda claro que la Justicia Distributiva de Aristóteles tiene como subordinada a la Justicia Conmutativa, que ninguna de ellas es una virtud moral, sino económica o jurídica, es decir, política. De ese modo, Aristóteles inaugura la ética utilitarista, cuya influencia hallamos en la terminología neoliberal de la Bioética, expresada en conceptos vulgares del mercantilismo, como costo-beneficio y que propone la Justicia Distributiva como ideal, o sea dar a cada cual lo que merece, según su lugar en la estructura social capitalista: al mendigo la limosna, al burgués la plusvalía, al obrero un precario empleo y al campesino indígena el desalojo. A su sombra, la Justicia Conmutativa, no es más que la expresión enmascarada del viejo grito en los naufragios: “sálvese el que pueda” Eso nos lo indica el propio Aristóteles en un libro posterior de La Política (el IV ó el VII, según los compiladores):
“.. porque es natural que un gobierno perfecto procure a los ciudadanos a él sometidos, en el curso ordinario de las cosas, el goce de la más perfecta felicidad, compatible con su condición...”
Recordemos que “perfecto” para el filósofo es aquello que cumple el fin para el cual existe y ya sabemos cual es la de ese Estado.
La Justicia humanista no puede ser parcial, sectorial o limitada, debe ser total o no es Justicia.
ÉTICA DEL NATURALISMO CRISTIANO
Esta es la Conferencia que el 21 De Marzo de 2000, se me pidió ofreciera con ese título para el Diplomado de Bioética que se impartía en el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas "Victoria de Girón" de Ciudad de La Habana con el siguiente SUMARIO:
1. La Patrística. 2. Aurelio Agustín. 3. Alberto Magno. 4. Tomás de Aquino.
Lo primero que llama la atención, en el tema que nos proponen analizar, es el calificativo de naturalismo a la concepción cristiana; precisamente porque conserva el enfoque subjetivista del neoplatonismo y la parte idealista del objetivismo aristotélico, que se encaminan a considerar las leyes del mundo y su conocimiento, subordinadas a la predestinación divina y eso es lo opuesto a lo que normalmente se entiende siempre por naturalismo y ninguna “petición de principio” tiene validez para cambiarlo. Prescindiré de las motivaciones que llevan al cambio de sentido del término; puesto que pueden inferirse directamente de la historia social de esta religión.
1. La Patrística: Se designa como tal la doctrina cristiana que se elaboró en los inicios de esa secta, distinta de los argumentos de los racionalistas y religiosos antiguos que el cristianismo designa errónea y peyorativamente como "paganos". Pagano es relativo al campo y por extensión a lo que se considera ignorancia de campesinos incultos, practicantes de supersticiones y creencias animistas. Sin embargo, esas ideas que no concebían el mesianismo de Jesús eran urbanas y fundadas sobre pensamientos estructurados racionalmente, lo cual veremos que se confirma en los planteamientos de Tertuliano y Agustín y puede comprobarse en el libro Los Hechos de los Apóstoles (Capítulo 17) que aparece en La Biblia, al reseñar la presencia de Pablo en Atenas:
"Y algunos de los filósofos de los Epicúreos y de los Estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué quiere decir este palabrero? Y otros: Parece que es el predicador de nuevos dioses... (vs. 18)
Y tomándole le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podemos saber qué es esa nueva doctrina que dices? (vs. 19)
Puesto que pones en nuestros oídos nuevas cosas: queremos saber pues que quiere ser esto (vs.20)
Entonces todos los atenienses y los huéspedes extranjeros, en ninguna otra cosa entendían, sino en decir o en oír alguna cosa nueva. (vs. 21)
Esa es la versión de Cipriano de Valera y Casiodoro de la Reina, revisada y editada por Sociedades Bíblicas Unidas en Gran Bretaña en 1956. Se observa que le conducen amablemente a la plaza pública. Por su parte, la versión del Comité de Traducción de la Biblia del Nuevo Mundo, de Nueva York, 1987, dice que “se apoderaron de él y lo condujeron al Areópago y dijeron: ¿podemos llegar a saber que es esta nueva enseñanza que hablas?”
Esta versión también reitera la formulación amable de la pregunta y además, indica un deseo de intercambio de ideas, característica de personas acostumbradas a comparar opiniones; es decir, distantes de la ignorancia rural que la doctrina cristiana atribuye al paganismo. Lo confirman dos hechos: primero, la forma cortés en que Pablo se dirige al auditorio: “Varones de Atenas, contemplo que en todas las cosas ustedes parecen estar más entregados que otros al temor a las deidades. Por ejemplo, al ir pasando y observando cuidadosamente sus objetos de veneración, también hallé un altar sobre el cual se había inscripto: “Al Dios Desconocido” Por tanto, a aquello a lo que ustedes sin conocerlo dan devoción piadosa, esto les estoy publicando” (vs 22,23) Sobre este pasaje afirma que hay una adulteración Erasmo de Rotherdam en su “Elogio de la Estupidez”, por cierto mal traducido como “Elogio de la Locura”
Segundo, la forma pacífica en que terminó su alocución, pues según Valera y de la Reina, Pablo pudo hablar hasta que afirmó que Dios “ha establecido un día en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por aquel varón al cual determinó; dando fe a todos con haberle levantado de los muertos (vs 31)
“Y así como oyeron de la resurrección de los muertos, unos se burlaban y otros decían: te oiremos acerca de esto otra vez” (vs 32)
Por su parte, el Comité mencionado traduce: “Pues bien, al oír de una resurrección de muertos, algunos empezaron a mofarse, mientras que otros dijeron: te oiremos acerca de aquello hasta en otra ocasión. Así que Pablo salió de en medio de ellos “ (vs 32,33)
Se observa que pudo marcharse sin problemas; por otra parte, los atenienses conocían esas ideas traídas por Pitágoras desde Persia y que Platón actualizó sin éxito. El asunto escatológico (doctrina del fin del mundo, resurrección de los muertos, castigos de ultratumba y el alumbramiento por una virgen del futuro salvador, fue planteado por Zoroastro o Zaratustra en el siglo VII antes de nuestra era, al formular su religión dualista para el antiguo Irán. Los cristianos tomaron esa doctrina, pero rechazaron inicialmente la lucha de los dos principios: el bien y el mal por el dominio del hombre, hasta que en la Edad Media fue incorporada bajo la forma de antagonismo entre Cielo e Infierno.
El zoroastrismo había sido recibido en Grecia por Pitágoras y sus seguidores, Empédocles y Platón, bajo la denominación de Orfismo, secta filosófico-religiosa difundida en el siglo VI antes de nuestra era, cuya creencia fundamental era que la vida terrenal era una preparación para una vida superior que puede alcanzarse mediante ceremonias y ritos purificadores.
Además del zoroastrismo, la Patrística incorpora neoplatonismo, que es el empleo de la filosofía platónica para defender esencias religiosas, redescubiertas en la conciencia íntima del hombre (teoría de la reminiscencia de Platón que hoy explicamos como técnicas de inducción y generalización). De esas fuentes se derivan sus rasgos:
1. Carácter revelado de la verdad.
2. Carácter absoluto de la trascendencia divina, es decir, que está fuera de la razón y por ello es considerada INEFABLE, o sea, que simplemente no hay palabras que puedan explicarla, no que se considere incognoscible o absurda. Esto es un equivalente al Dios Desconocido mencionado por Pablo.
3. Teoría de la EMANACIÓN de todas las cosas a partir de Dios, las que serán menos perfectas a medida que se alejan de él, esto explica la existencia del mal como una responsabilidad del hombre que se aparta de la línea divina y de ahí también se distingue entre MUNDO INTELIGIBLE (Dios, intelecto y alma del mundo) y el MUNDO SENSIBLE o material que es imagen o apariencia del otro. En esto se observa la presencia de la Teoría de las Ideas de Platón.
4. Retorno al mundo de Dios a través de su interiorización progresiva que lleva al ÉXTASIS o sea la unión con Dios: una teoría del pitagorismo religioso.
La Patrística tiene tres etapas: la primera, cuyo ideólogo más importante fue Tertuliano (155-222 n.e.), con Justino, Atenágoras, Teófilo, Ireneo y otros, sienta las bases doctrinarias; la segunda, la representan Clemente de Alejandría (150-215), Orígenes 185-254) y Agustín (354-430), quienes elaboran los grandes sistemas teológicos; la tercera etapa donde se reelaboran doctrinas y sistemas ya construidos, carente de formulaciones originales, la representan Juan de Damasco, Boecio, Isidoro de Sevilla y Beda el Venerable.
La Patrística se caracteriza por no distinguir entre religión y filosofía. Por eso, el cristianismo no es la culminación de la filosofía griega; a pesar de los que hablan dentro de la Bioética de helenización del cristianismo y cristianización de la filosofía griega; pretensión arbitraria, porque en realidad la mayor parte de las doctrinas cosmológicas, gnoseológicas y sociológicas griegas, idealistas o materialistas como se dice ahora, incluyendo sus métodos, fueron repudiadas por el cristianismo desde sus orígenes. Lo dice el propio Quinto Séptimo Tertuliano, abogado nacido en Cartago, quien señaló que esa tradición griega era una verdadera locura, el origen de todas las herejías. Señalaba la contradicción entre la razón y la revelación, que según él muestra la infinita superioridad de la segunda frente a la primera. Toda filosofía se convierte así en inútil y perniciosa, pues nada tiene que ver con el cristianismo. Los ataques de Tertuliano contra la filosofía culminaron en su ensalzamiento de la verdad cristiana como verdad incomprensible y absurda, pues “la muerte de Dios es creíble porque es contradictoria y su resurrección es cierta, porque es increíble”. Después, buscando conciliar la existencia de Dios espiritual con el mundo material y la del cuerpo con el alma, adoptó el materialismo espiritualista de los estoicos y se afilió al partido de Montano, exsacerdote de Cibeles, quien pretendió incluir el culto de esa diosa de los eunucos en el cristianismo. De ese modo Tertuliano se situó entre los herejes, aunque luego fueron reivindicadas sus concepciones más irracionales y se ha olvidado la causa de su exclusión.
Más tarde, Clemente de Alejandría, filósofo platónico convertido por Santa Paulina, a quien sucedió como catequista cristiano en dicha ciudad, consideraba que la escuela de donde provenía era una preparación para el cristianismo, que podía “preparar para la fe y a la vez convertir la fe en conocimiento. Entre la fe y el saber filosófico no hay, así, contradicción, pues ambos se complementan y encuentran su verdad en la verdad única de lo revelado.”
La imposibilidad de conciliar estas posiciones irracionalistas y racionalistas, contribuyó a que en el mundo cristiano se expresaran contradicciones, llamadas herejías de los primeros tiempos: los montanistas y los gnósticos, por ejemplo. Los gnósticos fueron identificados por Plotino como cristianos antagonistas de la filosofía helenística, postulaban la salvación por el “saber”, entendiendo éste como la revelación hecha por Cristo y suponiendo que hay una dualidad luchando en el mundo: el mal representado por el Dios del antiguo testamento que fracasa al transformar la materia que consideran pre existente y el bien, representado por el Dios del nuevo testamento enunciado por Jesús. Otra corriente supone que los dos principios son: uno masculino (el Padre o el Abismo) y otro femenino (el Silencio), la unión de ambos dio origen al nous (razón), hasta que aparece la Sophia o deseo de conocer la esencia del Abismo y eso es una rebelión que trastorna al hombre. La ética que se deriva de este dualismo indica que el cuerpo depositario del mal puede hacer lo que le plazca, pues por despreciable no afecta la pureza del alma.
Estas herejías se desarrollan por la falta de sistematicidad de la doctrina y la diversidad de lugares donde se implanta el cristianismo, que aún no tiene una orientación centralizadora. Después de la oficialización del cristianismo aparece un cambio de las herejías posteriores, pues se centran en interpretaciones sobre la conducta de los Obispos y las comunidades cristianas y su influencia en coyunturas sociales. Tal es el caso de Arrio, quien negaba la consustancialidad de Jesús, su divinidad y la virginidad de María, lo cual es un conflicto teológico, pero por sí no suficiente para determinar la guerra que le declaró el gobierno, exterminando a medio millón de adeptos. Lo objetivo es que Arrio era Obispo de Alejandría y amenazaba o se dijo que amenazaba los almacenes de cereales, siendo Egipto una fuente, principalmente de trigo, de lo que no podía prescindir el Imperio; basta recordar antes de esa etapa, la muerte de Germánico decretada por el Emperador, cuando osó penetrar en ese territorio y también la desesperación romana por los saqueos de los piratas y cómo Pompeyo había ganado prestigio por haberlos destruido.
AGUSTÍN. (354-370) Definía El libre albedrío como la facultad de la razón y la voluntad para poder elegir el bien, mediante el auxilio de la Gracia. El mal era la ausencia de ella, es decir, que aunque el hombre se oponga caerá en pecado si Dios no lo auxilia. Agustín pasó toda su vida tratando de hallar explicaciones racionales a esto, al origen del mal a partir de las emanaciones, a la explicación de la Trinidad (¿Si es hijo de Dios, tiene el mismo poder que éste? ¿Si el Espíritu Santo es una derivación de Dios y Cristo quiere decir que los dos últimos no son eternos y tienen una diferencia de sustancia respecto a Dios? Etc.) Al final asumió las posiciones de Tertuliano y proclamó una máxima que repetía constantemente: “Creo porque es absurdo”
“Los polos conceptuales entre los cuales se mueve pensamiento de Agustín son dos: Dios y el Alma. Confiesa que sólo anhela conocer a Dios y al Alma, nada más. Se trata de llegar a Dios a través del Alma humana. Es una aspiración a lo sobrenatural, mediante lo natural: el alma, mezclada de filosofía y religión, saber y fe, donde en última instancia la filosofía se identifica con la religión y la filosofía no pasa e ser un amor hacia Dios. ¿Cómo el alma llega a la verdad divina? La respuesta agustiniana se encuentra en la unión de la fe con la razón. La verdad es como un péndulo que va desde la autoridad de la fe hasta la vigencia de la razón. Desde luego una razón limitada, en tanto que la fe es ilimitada”
El método que propone Agustín es el de la introspección. “La tesis central de esta perspectiva es que el hombre llega a Dios interiorizándose. Es el célebre fundamento eclesiástico de la confesión: Dios se busca por intermedio de la confesión, a manera de introspección de cada alma personal. Por iluminación sobrenatural (ratio superior) el hombre alcanza a Dios. Es la conocida teoría del iluminismo agustino que tanta vigencia tuvo en el movimiento místico medieval.” Eso no es otra cosa que la catalepsia de los estoicos y que seguidores como Jaques Chevalier consideran una anticipación del existencialismo, olvidando que éste no pierde la referencia con el mundo social. En la práctica, el sentido común de las masas populares hasta el Renacimiento, no les permitía realizar la introspección cataléptica, pero ello no impedía que narraran sus pensamientos a los confesores. En consecuencia, la concepción moral de Agustín derivan a un ascetismo y una intolerancia excepcionales: según Ferrater Mora “pone la fe por encima del saber, la esperanza por encima de la seguridad, la misericordia por encima de la justicia”
“Todos los hombres han merecido la condenación. La salvación no puede hallarse en parte alguna, sino en la Iglesia Católica. Dos ha dicho no matarás, pero si Dios, por una prescripción especial ordena matar, es una virtud el homicidio.”
Según esto, la autoridad civil tiene que intervenir contra los herejes. “Los herejes matan almas, se les castiga en sus cuerpos. ¿Han de quejarse de recibir la muerte corporal los que infligen la muerte eterna?
“Por derecho divino todo es de los fieles; los infieles no poseen legítimamente nada. Las virtudes de los paganos no son sino vicios brillantes.”
Estos argumentos aparecen en “La Ciudad de Dios”, obra donde Agustín expone sus ideas sobre la predestinación divina de la Historia y opone a la ciudad laica, terrenal, pecaminosa, “La Ciudad de Dios” o dominio mundial de la Iglesia: tales ideas jugaron un papel destacado en la lucha de los Papas contra los feudales laicos y fundamenta la aspiración a la teocracia o fundamentalismo cristiano. Bajo los auspicios de esa teología filosofante se organizaron las cruzadas.
Características de la “Gracia” en la “ética” de Agustín:
1. No es un concepto o categoría ética, puesto que no expresa una relación social, sino un atributo de Dios.
2. Tiene un carácter autoritario; pues se concede por decisión superior de Dios, tal cual amo, señor o Rey, respecto a siervos o esclavos.
3. No es una norma a la cual ajustarse, puesto que se ignoran los mecanismos de su funcionamiento.
4. No es un principio, puesto que no puede tomarse como referencia metodológica para las actividades teórica o prácticas de los individuos.
5. Trasciende la intención ética del hombre, puesto que es incognoscible; Epícteto la clasificaría entre las “cosas que no dependen de uno”
6. Es un limitante al libre albedrío que socava la confianza del hombre en la seguridad de sus actos.
7. Crea una expectativa de dependencia del hombre respecto a la Iglesia Católica, al proclamarse ésta como intermediaria de Dios para su otorgamiento.
Podemos extender el análisis a las demás categorías cristianas y se verá que tampoco cumple los requisitos para considerarlas parte de una ética. Son exclusivamente, categorías o conceptos teológicos como les cuadra a una religión. Como puede apreciarse, no hay motivos filosóficos y lógicos, para considerar que este sistema teológico u otro semejante, pueda en sí ser una superación o herencia de lo que caracteriza a la filosofía griega, es decir, su racionalismo. Si a partir de él, partidarios del bienestar humano elaboran otras teorías sociales, ello es otra cosa y así lo vemos en Morelly, Mably, Munzer o Campanella anteriormente y en Félix Varela, Luz y Caballero o Morelos e Hidalgo en el siglo XIX de América Latina y Camilo Torres en la misma área en el siglo XX, junto a los creadores de la Teología de la Liberación.
3. ALBERTO DE BOLLSTADT O DE COLONIA, llamado el Grande (1206-1280) ingresó a los Dominicos y profesó en las Universidades de Friburgo, Colonia y París. Ya en su tiempo Buenaventura había difundido el aristotelismo llegado por vía de Averroes y otros filósofos árabes. Al igual que los sacerdotes musulmanes, Alberto consideró que esas traducciones incluían opiniones heréticas de Aristóteles; pero a diferencia de aquellos, pensó que era útil tomar lo que sirviera para el cristianismo. En eso seguía las huellas de Clemente de Alejandría. Apoyándose en la idea del primer motor de Aristóteles, trató de demostrar que era insostenible la idea de la eternidad del mundo y agregó, a diferencia de Tertuliano y Agustín, que no debía recurrirse al absurdo para defender la religión; sino, que bastaba con poner límites al razonamiento subordinándolo a la teología. Dentro de esos límites la razón debía tener una expresión plena y cuando hubiera contradicciones con la fe, había que decidir a favor de la creencia. En realidad, Alberto estaba poniendo límites al absurdo teológico y liberando parcialmente al razonamiento, lo cual fue entendido por poderosos antagonistas en su medio y como, además, realizaba por su cuenta estudios de Alquimia, Física y Biología, fue censurado y estuvo bajo sospecha de brujería. De todos modos, aportó importantes logros a su Iglesia aprovechando las tesis idealistas de Aristóteles, para elaborar a partir de ellas un coherente sistema de lógica teológica.
4. TOMÁS DE AQUINO (1225-1274) Llamado Doctor Angélico, nació en el castillo de Rocaseca, Nápoles. Es fundamentalmente un compilador, pues como alumno de Alberto Magno lo que hizo por un lado, fue ordenar sistemáticamente los materiales recogidos por su maestro. Por otro, se valió de la Lógica de Aristóteles para eliminar de la obra de éste todo lo que podía contradecir a la Teología. Aparte de eso pretendió construir una enciclopedia con sus interpretaciones sobre infinidad de fenómenos naturales, psicológicos y sociales, desde el sentido teológico de su Iglesia, es decir, un modelo católico de concepción del mundo para su tiempo que posteriormente han aplicado los cuadros de esa institución.
El tema fundamental de su meditación es ante todo la relación entre la filosofía y la fe, para evitar una total racionalización de la fe o una negación de toda razón. Según Tomás, la razón es empleada de modo incorrecto cuando pretende la imposibilidad de comprender los Misterios y establecer los vínculos completos entre la razón y la revelación. Esta teoría postula la existencia de una doble verdad. La razón debe partir de la revelación para buscar la verdad.
A diferencia del agustinismo que no quiere racionalizar sobre el mundo y proclama el abandono de todo lo que no sea la salvación personal, la doctrina tomista es teleológica y declara que hay un orden jerárquico en el universo que comienza con Dios en la escala superior y sigue con los querubines, arcángeles, ángeles, santos y el hombre hasta los demás seres inferiores. Dentro del mundo humano hay también una jerarquización que copia el ordenamiento celestial y por ello no debe ser violado. Esto implica el reconocimiento de una posición ética que distingue las virtudes cristianas de las virtudes originales proclamadas antes por los griegos; si éstos exaltaban el valor, la agresividad, la magnanimidad, las aventuras, las cualidades cristianas serán la emotividad, la humildad, la pasividad, imprescindibles para mantener el orden jerárquico social. El fiel o creyente es considerado una oveja o siervo y Dios un pastor o un Señor y los sacerdotes vicarios (depositarios) del poder divino. Roger Garaudy, quien escribiera un libro filosófico titulado Dios ha Muerto y que después se pasara al campo religioso reconsiderando su diagnóstico, escribió antes del salto:
“todas las cosas que existen en el tiempo son, para Dios, eternamente presentes. Dios conoce todas las cosas, no sólo en acto, sino en potencia, tanto en él como de la criatura. Así todos los contingentes futuros, como son en si mismos, él los conoce todos a la vez e infaliblemente por toda la eternidad."
Traducida, esta terminología significa que la providencia de Dios no sólo prevé, sino que determina todas nuestras acciones. Esa doctrina de dependencia se llama "premonición física". Entonces, ¿cuál libertad deja esa teoría? Tomás responde con esta tautología absurda: "estoy predeterminado a actuar, pero predeterminado a actuar libremente."
La consecuencia de este enfoque es que se sustituye la ética por la disciplina. La concepción tomista no es original, es una concepción ecléctica de todo lo que consideró útil para su teología. El error de calificar como naturalista esta doctrina se revela en su teoría del Ser o del Ente. Existen para él dos tipos de Ser: uno con mayúsculas que se identifica con Dios y otro con minúsculas que se refiere al mundo real. Aunque Dios creó al hombre a su imagen y semejanza y emanó de si el resto del mundo, no hay identidad entre ambos tipos de ser; porque, para este asunto Tomás atempera la tesis que antes aceptara para definir la relación causa-efecto: "el efecto no puede ser engendro de la causa si ésta no contiene en mayor grado lo que es intrínseco al efecto" (El mundo está lleno de imperfecciones, porque el Ser perfecto que lo creó no le trasmitió todas sus cualidades. De haberlo hecho, no podría distinguirse quien creó a quien); pero, ¿cuál es la valoración de esas imperfecciones si Dios es la causa única de su origen?
Porque, la emanación que explica resultados imperfectos producidos por un creador perfecto, responsabiliza a éste con la situación moral que deben afrontar los hombres; entonces hay que preguntar si un Ser omnisapiente y omnipotente deseaba esos resultados o si podía evitarlos. Todas esas cuestiones las resuelve Tomás de Aquino del mismo modo que sus antecesores: se zambulle en la irracionalidad al declarar que se trata de un MISTERIO que no podemos ni intentar conocer, porque además es DIVINO. Con ello, esta teología regresa a las posiciones irracionalistas de Tertuliano y de Agustín en el final de su vida. Hace un último esfuerzo para superar la contradicción, afirmando que Dios como perfecto Ser, no puede tener ninguno de los atributos de lo creado; o sea, entre otras cosas no puede ser material, espacial o temporal. ¿De dónde saldrán entonces, esos atributos incluyendo, además, las imperfecciones? Dios queda situado fuera del espacio y el tiempo, es decir, sin lugar, sin antes, sin ahora y sin después, privado de la posibilidad de comenzar una decisión. Y lo que es más grave: “algo”, que existe aparte de él, debe ser responsable de los atributos indeseados. Las implicaciones éticas y gnoseológicas de esa consideración se expresan al final de la "quinta vía" para demostrar la existencia de Dios: " a la infinita beatitud de Dios pertenece el permitir que haya cosas malas y obtener de ellas cosas buenas"
Semejante a los metafísicos y filósofos que hacen un manejo específico del concepto y las categorías, diferente al que practica la moral y la interpretación comunes, Tomás precisa los significados de las que emplea en su teoría. Apoyado en el Evangelio de San Juan (18, 37) expresa:"y mis labios detestarán al impío, designando con ese término la falsedad contra la verdad divina, que es contraria a la religión, la cual se llama piedad; por eso la falsedad contraria a ésta toma el nombre de impiedad"
Queda explícito que la "piedad" no es “lástima”, sino una categoría teológica, no se destina a valorar las relaciones de los hombres entre sí, sino la prédica o formulación de la creencia; es decir, no tiene carácter socializador directo y por tanto no es posible reconocerla como categoría ética por esa definición.
Los dos grupos principales de categorías de Tomás de Aquino: las virtudes cardinales y las virtudes teologales, tampoco cumplen los requisitos para clasificar como categorías éticas; las primeras: "justicia", "prudencia", "fortaleza" y "templanza" son definidas en la Suma Teológica como cualidades internas del individuo, es decir, lo que hoy llamaríamos psicológicas, allí se dice que son promovidas por el hábito, no por convicciones Las segundas: "fe", "esperanza" y "caridad", tampoco pueden ser categorías éticas, tanto porque el propósito es permitir al hombre relacionarse con Dios, como por la naturaleza subjetiva que se les atribuye
Como se dijo al inicio de este capítulo: " Toda Ética es una teoría social y para que tenga vida debe tener como referencia y objeto la realidad de la existencia. Pretender que los logros de la gnoseología y la lógica son suficientes para validar una teoría ética, es un error por dos razones: una, las reglas y logros del pensamiento son de un orden diferente a las leyes de la sociedad; dos, sólo comprendiendo la realidad social es posible teorizar sobre las relaciones que tienen los hombres en ella." Como un intento de ética profesional que ha proclamado su propósito de sustituir a la Ética Médica, la Bioética debiera partir de considerar su lugar en la División Social del Trabajo y desde allí, elaborar sus Principios y Categorías propios, considerar algo más que el recinto hospìtalario y las demandas del seguro médico y no refugiarse en la autoridad de Fuentes ya sean teológicas o extra-éticas en general (cuya valoración de respetabilidad no es intención ni objeto de este estudio), para sacarles de su contexto histórico-social el esqueleto teórico que necesita, dándoles una significación abstracta e intemporal, con las inhibiciones prácticas que ello implica.
Quiero repetir que, desde que el marxismo reveló la interdependencia económica y cultural en el desarrollo social, puede comprenderse con toda claridad que la humanidad ha transitado hacia un peligro común, más acentuado en estos tiempos: el de la desaparición de la especie, dada por cambios ecológicos y políticas genocidas que incluyen riesgos de conflictos nucleares y bacteriológicos. Sin embargo se trabaja para poner en moda “ser auténtico”, “natural”, tener “autoestima”, “seguir tus instintos”, “ser original”, es decir: ser irracional. Para justificarlo buscan una cara ingenua para el egoísmo individual y disfrazan tales intentos con la búsqueda de una “identidad” tautológica, un derecho suprahumano cuya meta no se aleja un nanómetro del solipsismo moral. Sobre la base histórica del desamparo individual que crearon las sociedades de clase, se ha erigido la política desmoralizadora del capitalismo y especialmente de su última fase: el imperialismo. Éste ahora emplea como instrumento los “poderosos” medios masivos de adoctrinamiento que conocemos (cine, música, arte, periodismo y el sistema educacional), luego de haberse vuelto menos eficientes los habituales instrumentos de convencimiento: autoridad de las tradiciones y la religión, cuyas aristas de progreso ganan espacio en la conciencia popular y refuerzan el rechazo a la dominación. “Huérfano de ideas”, como indicara Fidel, el imperialismo emplea como última arma el entrenamiento en el cinismo. Confía en que los integrantes de una humanidad impregnada de cinismo no tendrán escrúpulos para drogarse, matar, torturar, admitir las mentiras, pervertirse integralmente y dejarse explotar y principalmente, porque piensan que los pueblos del planeta perderán la capacidad de organizarse para vencerlo.
El cinismo es un fenómeno social y aunque lo evidente no necesita ser demostrado, no viene mal una explicación. Comienzo por la socorrida argumentación negativa de los teóricos que no tienen algo que aportar, pero quieren cobrar sus cuartillas: el cinismo no es fisiológico, porque el metabolismo del cínico es inalterable; el cinismo no es un sentimiento, porque no provoca inquietudes morales; el cinismo no es un programa, porque no tiene un objetivo general; el cinismo no es un ideal, porque no incorpora la posibilidad del sacrificio propio a su consecución; el cinismo no es altruista, porque ignora el beneficio ajeno; el cinismo no es sincero, por razones obvias, no es un pastel porque dañaría a los diabéticos y así, hasta el infinito.
Descartados los intentos de la definición negativa. El cinismo es el oportunismo confeso. Lo proclamó Cheney. Vicepresidente de Bush el pequeño, al tomar posesión de su cargo cuando el primer fraude electoral: “emplearemos la mentira para llevar a cabo esa guerra” y ha sido así desde entonces. El objetivo de estas líneas no se limita a la política cínica del imperialismo; sino, a la difusión de su modelo en las masas populares. No es casual que la resistencia mayor a esa política esté en las comunidades marginadas de la “cultura” que emiten los medios. Ello obliga a pensar la responsabilidad que debe exigirse a quienes utilizan el presupuesto nacional que se destina a la cultura, para crear corrientes de simpatía alrededor de proyectos limitados a sectores o a inquietudes individuales, so pretexto de “libertad de creación”, “apoliticismo”, rechazo al “panfleto político” o los “manuales” y so pretexto de “hacer arte” . Hay que poner a la humanidad en pie de lucha; ella va a vivir o morir según sea el resultado que podamos propiciar con nuestro trabajo educativo y después podrá saberse si aparece la supercultura o cultura especial por la que dicen trabajar sus profetas. Ese trabajo debe levantarse desde lo simple a lo complejo. No es una tontería enseñar a deletrear y articular antes de poner una revista en manos de un niño; o un tornillo de banco, un taladro, un transistor, un soldador eléctrico o un laboratorio auspiciado por la ANIR en una Casa Municipal de Cultura, para los adolescentes y la población. La creación científica y técnica también son placeres y necesidades culturales; la cultura no debe inducirse exclusiva e indirectamente hacia el mercado artístico, como ocurre con las secciones “culturales” de los diarios y programas informativos que son carteleras para hablar de ferias, venta de entradas, personalidades nacionales y extranjeras en giras y además, casi ni muestran qué ver u oír de la obra del artista. El sistema propagandístico imperial, multiplicado en los seguidores, ha hecho creer que no está de moda la épica: parece que no merecen una oda los Héroes del Trabajo. Parece que Bertold Bretch fue jubilado y Maiacoski nunca existió. “Recitan” los poemas, los declaman en forma de quejidos, impersonales, aburridos, desnaturalizados, con vergüenza, imitando el fluir místico del sonido que desarrolla el “prana”, mejora el “karma”, consigue la “iluminación”; por eso podemos decir, pobre Martí, Ballagas, Villena, Birne, Guillén, Almafuerte, Netzahualcoyolt. Hasta el Himno Nacional, hecho para ser gritado, quieren entonarlo como una excusa musical.
El solipsismo moral no puede desarmarnos. La “autoestima” no puede oponerse a la integración. El yo no debe manipular el nosotros. El egoísmo hecho público se identifica con el cinismo. El “objetivismo” cultural no es neutral: y es tan inconcebible que un cubano vaya a buscar “datos” sobre la psicología y la ética del Ejército Mambí a los archivos españoles de Indias, cuando conocemos lo que han dicho nuestros abuelos y abuelas, protagonistas hace cuatro generaciones de sus sacrificios por la independencia y menos que sea capaz de impartir una conferencia en una cátedra nombrada Valeriano Weyler, como que alguien se sienta obligado aquí a reflejar la nostalgia de Miami por supuestas personalidades de la cultura farandulera que siempre sirvieron a la burguesía y traicionaron la Patria desde el principio del triunfo de Enero.
Dada la presión de problemas globales, que requieren de la colaboración mancomunada para solucionarlos, y las aspiraciones, cada vez más generalizadas de lograr la unidad dentro de la diversidad humana, no tiene sentido la construcción de una teoría ética o cultural que se proponga objetivos individualistas o institucionales restringidos Para enfrentar ese reto, el Humanismo debe ser activo, responsable y diáfano en sus argumentaciones, es decir: político, en el sentido correcto y originario del término. A medida que se abra paso en su confrontación a la política de los monopolios, los objetivos desmoralizadores de la propaganda burguesa y al estilo de vida no sólo derrochador sino también corrupto de la sociedad imperialista, veremos desarrollarse en el Humanismo su estructura ética y su asimilación como moralidad de nuestra especie. La recién fracasada Cumbre de Copenhague de Diciembre de 2009 es una muestra fehaciente de este proceso del choque del Humanismo y el Anti-humanismo capitalista. En los ANEXOS, que exponemos a continuación en orden cronológico, se denuncia el cinismo imperial que predominó en dicho evento y en intentos posteriores.
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ANEXOS
Fidel Castro Ruz
Reflexiones del 19 de Octubre de 2009
“El ALBA y Copenhague”
En los actos festivos de la Séptima Cumbre del ALBA, que tuvo lugar en la histórica región boliviana de Cochabamba, se pudo observar cuan rica es la cultura de los pueblos latinoamericanos y cuantas simpatías despiertan en los niños, jóvenes y adultos de todas las edades los cantos, bailes, trajes y rostros expresivos de los seres humanos de todas las etnias, colores y matices: indígenas, negros, blancos y mestizos. Allí se expresaban milenios de historia humana y la rica cultura, que explican la decisión con que los líderes de varios pueblos del Caribe, Centro y Suramérica convocaron esa Cumbre.
La reunión constituyó un gran éxito. Su Sede fue Bolivia. En días recientes escribí sobre las excelentes perspectivas de ese país, heredero de la cultura aymara-quechua. Un pequeño grupo de pueblos del área están empeñados en demostrar que un mundo mejor es posible. El ALBA –creado por la República Bolivariana de Venezuela y Cuba, inspiradas en las ideas de Bolívar y Martí, como ejemplos sin precedentes de solidaridad revolucionaria- ha demostrado cuánto puede hacerse en apenas cinco años de cooperación pacífica. Esta comenzó poco después del triunfo político y democrático de Hugo Chávez. El imperialismo lo subestimó; de forma burda intentó derrocarlo y eliminarlo. Por haber sido Venezuela el mayor productor petrolero del mundo por largo trecho en el siglo XX y una propiedad virtual de las multinacionales yankis, el camino emprendido era particularmente difícil.
El poderoso adversario contaba con el neoliberalismo y el ALCA, dos instrumentos de dominación con los cuales aplastó siempre toda resistencia en el hemisferio después de la Revolución en Cuba.
Indigna pensar la forma burda y despectiva con que el gobierno de Estados Unidos impuso el gobierno del millonario Pedro Carmona e intentó eliminar al presidente electo Hugo Chávez cuando la URRS había desaparecido y la República Popular China estaba a pocos años de constituir la potencia económica y comercial que es hoy, gracias al crecimiento de más del 10% durante dos décadas. El pueblo de Venezuela, como el de Cuba, resistió la brutal embestida. Los sandinistas se recuperaron, y la lucha por la soberanía, la independencia y el socialismo cobró fuerzas en Bolivia y Ecuador. Honduras que se había incorporado al ALBA, fue víctima de un brutal golpe de Estado, inspirado por el embajador Iñaki e impulsado desde la base militar de Estados Unidos en Palmerola.
Hoy somos cuatro los países latinoamericanos que hemos eliminado radicalmente el analfabetismo: Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua; el quinto, Ecuador, avanza aceleradamente hacia ese objetivo. Los planes de salud integral marchan en los cinco países a un ritmo como nunca tuvo lugar en pueblos del Tercer Mundo. Los programas de desarrollo económico con justicia social se han convertido en proyectos de los cinco Estados, que cuentan ya con reconocido prestigio en el mundo por su valiente posición frente al poder económico, militar y mediático del imperio. Al ALBA se suman tres países caribeños de origen negro y habla inglesa, que luchan decididamente por su desarrollo.
De por sí, esto constituye un gran mérito político, si en el mundo de hoy tal hecho fuese el único gran problema de la historia del hombre.
El sistema económico y político que en una breve etapa histórica ha conducido a la existencia de más de mil millones de hambrientos, y de otros muchos cientos de millones cuyas vidas apenas rebasan la mitad del promedio del que disfrutan los de los países privilegiados y ricos, era hasta este momento el principal problema de la humanidad.
En la Cumbre del ALBA se planteó con gran fuerza un nuevo problema de extrema gravedad: el cambio climático. En ningún otro momento de la historia humana se presentó un peligro de tal magnitud.
Mientras Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega se despedían de la población en las calles de Cochabamba ayer domingo, ese día, de acuerdo con informaciones divulgadas por BBC Mundo, Gordon Brown presidía en Londres una reunión del Foro de las Grandes Economías del mundo, integrado en su mayoría por los países capitalistas de mayor desarrollo, máximos responsables de las emisiones de dióxido de carbono, gas que origina el efecto invernadero.
La importancia de las palabras de Brown es que no las pronuncia un representante del ALBA o uno de los 150 países emergentes o subdesarrollados del planeta, sino de Gran Bretaña, donde se inició el desarrollo industrial y uno de los que más dióxido de carbono ha inyectado a la atmósfera. El Primer Ministro británico advirtió que si no se alcanza en la Cumbre de Naciones Unidas en Copenhague un acuerdo, las consecuencias serán “desastrosas”.
Inundaciones, sequías y olas de calor letales son algunas de las consecuencias “catastróficas”, afirmó por su parte el grupo ecológico Fondo Mundial para la Naturaleza, refiriéndose a lo señalado por Brown. “El cambio climático quedará fuera de control en los próximos 5 a 10 años si no se recortan drásticamente las emisiones de CO2. No habrá un plan B si fracasa Copenhague.”
La misma fuente noticiosa afirma que: “El especialista de la BBC, James Landale, explicó que no todo está saliendo como se esperaba.”
Newsweek publicó que: “Parece cada día más improbable que los Estados se comprometan a algo en Copenhague.”
El presidente de la reunión, Gordon Brown, declaró –según informó el importante órgano norteamericano de prensa- que “si no se alcanza un acuerdo, sin dudas el daño de las emisiones descontroladas no podrá ser reparado con un acuerdo futuro”. A continuación enumeró conflictos como “emigración descontrolada y 1 800 millones de personas con escasez de agua”.
En realidad, como informó la delegación cubana en Bangkok, Estados Unidos estaba al frente de los países industrializados que más se opusieron a la reducción necesaria de las emisiones.
Una nueva Cumbre del ALBA ha sido convocada en la reunión de Cochabamba. De ese modo, el cronograma será: 6 de diciembre, elecciones en Bolivia; 13 de diciembre, reunión del ALBA en La Habana; 16 de diciembre, participación en la Cumbre de Naciones Unidas en Copenhague. Allí estará el pequeño grupo de países del ALBA. Ya no es cuestión de “Patria o Muerte”; realmente y sin exageración, es una cuestión de “Vida o Muerte” para la especie humana.
El sistema capitalista no solo nos oprime y saquea. Los países industrializados más ricos desean imponer al resto del mundo el peso principal de la lucha contra el cambio climático. ¿A quién van a engañar con eso? En Copenhague, el ALBA y los países del Tercer Mundo estarán luchando por la supervivencia de la especie.
Fidel Castro Ruz
Octubre 19 de 2009
Fidel Castro Ruz:
Mensaje al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
(Tomado de CubaDebate.14 de Diciembre de 2009)
Querido Hugo:
Hoy se cumplen 15 años de nuestro encuentro en el Aula Magna de la Universidad de la Habana, el 14 de Diciembre de 1994. La noche antes te había esperado en la escalerilla del avión que te trajo a Cuba.
Conocía tu levantamiento en armas contra el gobierno pro yanki de Venezuela. A Cuba habían llegado noticias de tus ideas cuando guardabas prisión, y al igual que nosotros, te consagrabas a la profundización del pensamiento revolucionario que te llevó al levantamiento armado del 4 de febrero de 1992
En el Aula Magna, de forma espontánea y transparente, vertiste las ideas bolivarianas que llevabas dentro, y te condujeron, en las condiciones específicas de tu país y de nuestra época, a la lucha por la independencia de Venezuela contra la tiranía del imperio. Después del esfuerzo de Bolívar y demás colosos que llenos de sueños lucharon contra el yugo colonial español, la independencia de Venezuela era sólo ridícula apariencia.
Ningún minuto de la historia es igual a otro; ninguna idea o acontecimiento humano puede ser juzgado fuera de su propia época. Tanto tú, como yo, partimos de conceptos que fueron evolucionando a lo largo de milenios, pero tienen mucho de común con la historia lejana o reciente en que la división de la sociedad en amos y esclavos, explotadores y explotados, opresores y oprimidos fue siempre antipática y odiosa. En la época actual constituye la mayor vergüenza y la principal causa de infelicidad y el sufrimiento de los seres humanos.
Cuando la productividad del trabajo, apoyada hoy en la tecnología y la ciencia, se multiplicó por decenas y en algunos aspectos cientos y hasta miles de veces, tales y tan injustas diferencias debían desaparecer.
Tú, yo y con nosotros millones de venezolanos y cubanos compartimos esas ideas.
Tú partiste de los principios cristianos que te inculcaron y un carácter rebelde, yo de las ideas de Marx y un carácter también rebelde.
Hay principios éticos universalmente admitidos que son válidos tanto para un cristiano, como para un marxista.
Desde ese punto de partida, las ideas revolucionarias se enriquecen constantemente con el estudio y la experiencia.
Es conveniente señalar que nuestra sincera y revolucionaria amistad surge cuando tu no eras Presidente de Venezuela. Nunca te solicité nada. Cuando el movimiento bolivariano obtiene la victoria en las elecciones de 1999, el petróleo valía menos de 10 dólares el barril. Lo recuerdo bien porque me invitaste a tu toma de posesión.
El apoyo tuyo a Cuba fue espontáneo, como lo fue siempre nuestra cooperación con el hermano pueblo de Venezuela.
En pleno Período Especial, cuando la URRS se derrumbó, el imperio endureció su brutal bloqueo contra nuestro pueblo. En un momento determinado los precios del combustible se elevaron y nuestros suministros se dificultaban. Tú garantizaste el abastecimiento comercial seguro y estable a nuestro país.
No podemos olvidar que después del golpe político contra la Revolución Bolivariana en abril de 2002, y tu brillante victoria frente al golpe petrolero a fines de ese mismo año, los precios se elevaron por encima de 60 dólares el barril, nos ofreciste entonces suministro de combustible y facilidades de pago. Bush era ya Presidente de Estados Unidos y fue el autor de aquellas ilegales y traidoras acciones contra el pueblo de Venezuela.
Recuerdo cuanto te indignó que exigiera mi salida de México como condición para aterrizar en ese sufrido país, donde tú y yo asistíamos a una conferencia internacional de Naciones Unidas en la que también él debía participar.
A la Revolución Bolivariana no le perdonarán nunca su apoyo a Cuba cuando el imperio imaginó que nuestro pueblo, después de casi medio siglo de resistencia, caería de nuevo en sus manos. En Miami, la contrarrevolución reclamaba tres días de licencia para matar revolucionarios, tan pronto se instaurara el gobierno de transición en Cuba que Bush exigía.
Han transcurrido 10 años de ejemplar y fructífera cooperación entre Venezuela y Cuba. El ALBA nació en ese período. Había fracasado el ALCA –promovido por Estados Unidos- pero el imperio está de nuevo a la ofensiva.
El golpe de Estado en Honduras y el establecimiento de siete bases militares en Colombia, son hechos recientes ocurridos con posterioridad a la toma de posesión del nuevo Presidente de Estados Unidos. Su predecesor había restablecido ya la IV Flota, medio siglo después de finalizada la última contienda mundial y no existía ni Guerra Fría, ni la Unión Soviética. Son obvias las intenciones reales del imperio, esta vez, bajo la sonrisa amable y el rostro afroamericano de Barack Obama.
Daniel Ortega explicó ayer como el golpe en Honduras determinó el debilitamiento y la conducta de los miembros del Sistema de la Integración Centroamericana.
El imperio moviliza tras sí a las fuerzas derechistas de América Latina para golpear a Venezuela, y con ella, a los Estados del ALBA. Si de nuevo se apodera de los cuantiosos recursos petroleros y gasíferos de la Patria de Bolívar, los países del Caribe anglófono y otros de Centroamérica perderán las generosas condiciones de suministro que hoy ofrece la Venezuela revolucionaria.
Hace unos días, después del discurso pronunciado por el Presidente Barack Obama en la escuela militar de West Point, para anunciar el envío de 30 mil soldados a la guerra de Afganistán, escribí una Reflexión en la que calificaba de acto cínico aceptar el Premio Nobel de la Paz cuando ya había adoptado esa decisión.
El pasado 10 de diciembre, al pronunciar en Oslo el discurso de aceptación, hizo afirmaciones que constituyen un ejemplo de la lógica y el pensamiento imperialista “…soy responsable por desplegar a miles de jóvenes a pelear en un país distante. Algunos matarán. A otros los matarán”, afirmó, tratando de presentar como una “guerra justa” la brutal carnicería que lleva a cabo en aquel distante país, donde la mayoría de los que perecen, son pobladores indefensos de las aldeas donde estallan las bombas lanzadas por aviones no tripulados.
Después de esas frases, pronunciadas entre las primeras, dedica más de 4 600 palabras a presentar su carnicería de civiles como guerra justa. “En las guerras de hoy –afirmó- mueren muchos más civiles que soldados”.
Sobrepasan el millón de civiles no combatientes los que han muerto ya en Irak y Afganistán y en la frontera de Pakistán.
En ese mismo discurso elogia a Nixon y a Reagan, como personalidades ilustres, sin detenerse a recordar que uno lanzó más de un millón de toneladas de bombas sobre Vietnam, y el otro hizo estallar por medios electrónicos el gasoducto de Siberia bajo la apariencia de un accidente. Fue tan fuerte y destructiva la explosión que los equipos monitores de las pruebas nucleares lo registraron.
El discurso pronunciado en Oslo se diferencia del de West Point, porque el enunciado en la academia militar estaba mejor elaborado y declamado. En el de la capital noruega, el rostro del orador expresaba la conciencia de la falsedad de sus palabras.
Tampoco el momento y las circunstancias eran iguales. Oslo se ubica en las proximidades de Copenhague. En este punto, tiene lugar la importantísima Conferencia sobre el Cambio Climático, donde se que tu y Evo piensan asistir. En aquel lugar se libra en estos momentos la batalla política más importante de la historia humana. Allí se puede apreciar en toda su magnitud, cuanto daño ha causado el capitalismo desarrollado a la humanidad. Hoy, esta debe luchar desesperadamente no sólo por la justicia, sino también por la supervivencia de la especie.
Seguí de cerca la reunión del ALBA. Los felicito a todos. Disfruté mucho al ver tantos y tan queridos amigos elaborando ideas y luchando unidos. Los felicito a todos.
¡Hasta la victoria siempre!
Un fuerte abrazo.
Fidel Castro Ruz
Diciembre 14 de 2009
Hugo Chávez Frías
Discurso pronunciado en la Cumbre Climática de las Naciones Unidas convocada para Copenhague, Dinamarca, el 16 de Diciembre de 2009.
Señor Presidente: Señores, Señoras; Excelencias; amigas y amigos.
Les prometo que no voy a hablar más que el que más ha hablado esta tarde aquí.
Permítanme un comentario inicial, que hubiera querido hacer como parte del punto previo que fue ejercido por la delegación de Brasil, de China, de India, de Bolivia ¬–nosotros estábamos allá pidiendo la palabra, pero fue posible tomarla.
Dijo la representante de Bolivia –saludo por cierto al Presidente Evo Morales, quien está por allí (Aplausos), Presidente de la República de Bolivia—entre otras cosas, lo siguiente –tomé nota por aquí—“El texto presentado no es democrático, no es inclusivo”.
Yo venía llagando apenas y estábamos sentándonos cuando oímos a la Presidenta de la sesión anterior, la Ministra, decir que venía un documento por ahí, pero que nadie conoce. Yo he preguntado por el documento, aún no lo tenemos; creo que nadie sabe de ese documento top secret. Ahora, ciertamente la camarada boliviana lo dijo: “No es democrático, no es inclusivo”.
Ahora, señoras, señores, ¿acaso no esa precisamente la realidad de este mundo? ¿Acaso estamos en un mundo democrático? ¿Acaso el sistema mundial es inclusivo? ¿Podemos esperar algo democrático, inclusivo del sistema mundial actual? Lo que vivimos en este planeta es una dictadura imperial y desde aquí la seguimos denunciando: ¡Abajo la dictadura imperial y que vivan los pueblos, la democracia y la igualdad en este planeta! (Aplausos)
Esto que aquí vemos es reflejo de ello: exclusión. Hay un grupo de países que se creen superiores a nosotros los del Sur, a nosotros el Tercer Mundo, a nosotros los subdesarrollados, o como dice el gran amigo Eduardo Galeano, nosotros los países arrollados como por un tren que nos arrolló en la historia.
Así que no nos extrañemos pues de esto, no nos extrañemos: No hay democracia en el mundo, y aquí estamos, una vez más, ante una poderosa evidencia de la dictadura imperial mundial.
Aquí subieron dos jóvenes, los agentes del orden han sido decentes, algún empujón por ahí, y ellos colaboraron, ¿no?
Allá afuera hay mucha gente, ¿saben?; claro, no caben en este salón. He leído por la prensa que hubo algunos detenidos, algunas protestas intensas ahí en las calles de Copenhague, y quiero saludar a toda esa gente que está allá afuera, la mayor parte de ella jóvenes (Aplausos). Claro, son jóvenes preocupados, creo que con razón, mucho más que nosotros por el futuro del mundo. La mayoría de los que estamos aquí tenemos el Sol a la espalda; ellos tienen el Sol al frente y están muy preocupados.
Uno pudiera decir, Señor Presidente, que un fantasma recorre Copenhague, parafraseando a Carlos Marx, el gran Carlos Marx. Un fantasma recorre las calles de Copenhague, y creo que ese fantasma anda en silencio por esta sala, por ahí anda entre nosotros, se mete por los pasillos, sale por debajo, sube. Ese fantasma es un fantasma espantoso, casi nadie quiere nombrarlo. ¡El capitalismo es el fantasma! (Aplausos), casi nadie quiere nombrarlo, es el capitalismo. Ahí rugen los pueblos, ahí afuera se oyen.
Yo venía leyendo algunas consignas que hay en las calles pintadas, y creo que esas consignas de estos jóvenes algunas de ellas las oí cuando iban el joven y la joven allá Hay dos de las que tomé nota, se oyen, entre otras, dos poderosas consignas: Una: “No cambien el clima, cambien el sistema” (Aplausos) y yo la tomo para nosotros: No cambiemos el clima, cambiemos el sistema y, en consecuencia, comenzaremos a salvar el planeta. El capitalismo, el modelo de desarrollo destructivo está acabando con la vida, amenaza con acabar definitivamente con la especie humana.
El otro lema lleva a la reflexión, muy a tono con la crisis bancaria que recorrió al mundo y todavía lo golpea, y la forma como los países del Norte rico auxiliaron a los banqueros y a los grandes bancos: solo Estados Unidos…bueno, se perdió la cifra, es astronómica, para salvar bancos. Dicen en las calles lo siguiente: “Si el clima fuera un banco, ya lo habrían salvado”, y creo que es verdad (Aplausos). Si el clima fuera un banco capitalista, de los más grandes, ya lo hubieran salvado los gobiernos ricos.
Creo que Obama no ha llegado, recibió el Premio Nobel de la Paz casi el mismo día que mandaba 30 000 soldados para matar inocentes en Afganistán, y viene ahora a presentarse aquí con el Premio Nobel de la Paz el Presidente de Estados Unidos.
Estados Unidos tiene la maquinita de hacer billetes, de hacer dólares y ha salvado…bueno, creen haber salvado los bancos y el sistema capitalista.
Bien, esto, comentario al margen, que yo quería hacerlo allá, porque estábamos levantando la mano para acompañar a Brasil, a India, a Bolivia, a China en su interesante posición, que Venezuela y los países de la Alianza Bolivariana comparten con firmeza; pero, bueno, no nos dieron la palabra, así que no me cuente estos minutos, por favor, Presidente, eran para eso (Aplausos).
Bueno, fíjense, por ahí tuve el gusto de conocer a este escritor francés, Hervé Kempf. Recomiendo este libro, lo recomiendo, se consigue en español –por ahí está Hervé--, también en francés, en inglés seguramente, Cómo los ricos destruyen el planeta, de Hervé Kempf.
Por eso fue que Cristo lo dijo: “Más fácil será que un camello entre por el ojo de una aguja, que un rico entre al reino de los cielos”. Eso lo dijo Cristo nuestro señor (Aplausos).
Los ricos están destruyendo el planeta. ¿Será que piensan irse para otro cuando destruyen este, tendrán planes para irse a otro planeta?; hasta ahora no se ve ninguno en el horizonte de la galaxia.
Apenas este libro me ha llegado –me lo ha regalado Ignacio Ramonet, que está por ahí también en esta sala--, y terminando el prólogo o el preámbulo esta frase es muy importante. Dice Kempf lo siguiente: “No podremos reducir el consumo material a nivel global si no hacemos que los poderosos bajen varios escalones, y si no combatimos la desigualdad; es necesario que al principio ecologista, tan útil a la hora de tomar conciencia: pensar globalmente y actuar localmente, le sumemos el principio que impone la situación: consumir menos y repartir mejor.” Creo que es un buen consejo que nos da este escritor Hervé Kempf.
Bien, Señor Presidente, el cambio climático es, sin duda, el problema ambiental más devastador del presente siglo: inundaciones, sequías, tormentas severas, huracanes, deshielos, ascenso del nivel medio del mar, acidificación de los océanos y olas de calor, todo eso agudiza el impacto de las crisis globales que nos azotan.
La actual actividad humana supera los umbrales de la sostenibilidad, poniendo en peligro la vida en el planeta; pero también en ello somos profundamente desiguales, quiero recordarlo. Los 500 millones de personas más ricas, ¡quinientos millones!, esto es el 7% ¡siete por ciento!, seven por ciento de la población mundial. Ese 7% es responsable, esos 500 millones de personas más ricas son responsables del 50% de las emisiones contaminantes, mientras que el 50% más pobre es responsable de sólo 7% de las emisiones contaminantes. Por eso a mi me llama siempre la atención, es un poco extraño llamar aquí a Estados Unidos y a China al mismo nivel. Estados Unidos llegará si acaso a 300 millones de habitantes; China tiene casi cinco veces más población que Estados Unidos. Estados Unidos consume más de 20 millones de barriles diarios de petróleo; China llega apenas a 5 ó 6 millones de barriles diarios. No se puede pedir lo mismo a Estados Unidos y a China. He allí temas que hay que discutir. Ojalá pudiéramos los jefes de Estado y de Gobierno sentarnos a discutir de verdad, verdad, sobre estos temas.
Luego, Señor Presidente, el 60% de los ecosistemas del planeta están dañados, el 20% de la corteza terrestre está degradada. Hemos sido testigos impasibles de la deforestación, las alteraciones de los sistemas de agua dulce, la sobreexplotación de los recursos marinos, la contaminación y la pérdida de la diversidad biológica. La utilización exacerbada de la tierra sobrepasa en un 30% la capacidad para regenerarla. El planeta está perdiendo la capacidad para autorregularse, eso lo está perdiendo el planeta; cada día se liberan más desechos de los que pueden ser procesados. La supervivencia de nuestra especie martilla en la conciencia de la humanidad.
A pesar de la urgencia, han transcurrido dos años de negociaciones para concluir un segundo período de compromisos bajo el Protocolo de Kyoto y asistimos a esta cita sin un acuerdo real y significativo.
Y por cierto, acerca del texto que viene de la nada –como algunos lo calificaron, el representante chino--, Venezuela dice y los países del ALBA decimos, la Alianza Bolivariana, que nosotros no aceptamos, desde ya lo decimos, ningún otro texto que no sea el que venga de los grupos de trabajo del Protocolo de Kyoto y de la Convención, son los textos legítimos que se han estado discutiendo con tanta intensidad en estos años y en estas últimas horas. Creo que ustedes no han dormido; además de que no han almorzado, no han dormido ¿eh?, no me parece lógico que salga un documento de la nada, como dicen ustedes.
El objetivo científicamente sustentado de reducir la emisión de gases contaminantes y lograr un convenio de cooperación a largo plazo, a todas luces, hoy, a esta hora, parece haber fracasado, por ahora. ¿La razón cuál es? No tenemos duda, la razón es la actitud irresponsable y la falta de voluntad política de las naciones más poderosas del planeta. Nadie se sienta ofendido, recurro al gran José Gervasio Artigas cuando dijo: “Con la verdad ni ofendo ni temo”; pero, en verdad es una actitud irresponsable, de marchas de contramarchas, de exclusión, de un manejo elitesco de un problema que es de todos y que solo podremos resolver todos.
El conservadurismo político y el egoísmo de los grandes consumidores, de los países más ricos denotan una insensibilidad y falta de solidaridad con los más pobres, con los hambrientos, con los más vulnerables a las enfermedades, a los desastres naturales.
Señor Presidente, es imprescindible un nuevo y único acuerdo aplicable a partes absolutamente desiguales, por la magnitud de sus contribuciones y capacidades económicas, financieras y tecnológicas y que esté basado en el respeto irrestricto a los principios contenidos en la Convención.
Los países desarrollados deberían establecer compromisos vinculantes, claros y concretos en la disminución sustancial de sus emisiones y asumir obligaciones de asistencia financiera y tecnológica a los países pobres, para hacer frente a los peligros destructivos del cambio climático. En tal sentido, la singularidad de los Estados insulares y de los países menos desarrollados debería ser plenamente reconocida.
Señor Presidente, el cambio climático no es el único problema que afecta hoy a la humanidad; otros flagelos e injusticias nos acechan, la brecha que separa a los países ricos y pobres no ha dejado de crecer, a pesar de todos los Objetivos del Milenio, la Cumbre de Monterrey sobre financiamiento, todas esas cumbres –como decía aquí el Presidente de Senegal, denunciando una gran verdad, promesas y promesas, promesas incumplidas, y el mundo sigue su marcha destructiva.
El ingreso total de los 500 individuos más ricos del mundo es superior al ingreso de los 416 millones de personas más pobres. Unos 2 800 millones de personas que viven en la pobreza, con menos de dos dólares al día, y que representan el 40% de la población global ¡ese 40% de la población global!, obtiene solo el 5% del ingreso mundial.
Hoy mueren al año 9.2 millones de niños antes de alcanzar el quinto año de vida, y el 99% de estas muertes ocurren en los países más pobres. La mortalidad infantil es de 47 por cada 1 000 nacidos vivos; pero es de solo 5 por 1 000 en los países ricos. La esperanza de vida en el planeta es de 67 años, en los países ricos es de 79, mientras en algunas naciones pobres es de solo 40 años.
Adicionalmente existen 1 100 millones de habitantes sin acceso al agua potable; 2 600 millones sin servicio de saneamiento; más de 800 millones de analfabetos y 1 200 millones de personas hambrientas. Ese es el escenario del mundo.
Ahora, la causa, ¿cuál es la causa? Hablemos de la causa, no evadamos responsabilidades, no evadamos la responsabilidad de este problema. La causa, sin duda –vuelvo al tema—de todo este desastroso panorama es el sistema metabólico, destructivo del capital y su modelo encarnado: el capitalismo.
Aquí hay una cita que quiero leerles, brevemente, de ese gran teólogo de la Liberación, Leonardo Boff, como sabemos, brasileño, nuestramericano.
Leonardo Boff dice, sobre este tema, lo siguiente: “¿Cuál es la causa? ¡Ah!, la causa es el sueño de buscar la felicidad a través de la acumulación material y del progreso sin fin, usando para eso la ciencia y la técnica, con las cuales se pueden explotar de forma ilimitada todos los recursos de la Tierra”, y cita por aquí a Charles Darwin y su selección natural, la sobrevivencia de los más fuertes: pero sabemos que los más fuertes sobreviven sobre las cenizas de los más débiles.
Juan Jacobo Rousseau –siempre hay que recordarlo—decía aquello: “Entre el fuerte y el débil la libertad oprime”. Por eso es que el imperio habla de libertad, es la libertad para oprimir, para invadir, para asesinar, para aniquilar, para explotar, esa es su libertad. Y Rousseau agrega la frase salvadora: “Solo la ley libera”.
Hay algunos países que están jugando a que aquí no haya documento, porque precisamente no quieren una ley, no quieren una norma, porque la inexistencia de esa norma les permite jugar su libertad explotadora, su libertad arrolladora.
¡Hagamos un esfuerzo y presionemos, aquí y en las calles, para que de aquí salga un compromiso, salga un documento que comprometa a los países más poderosos de la Tierra! (Aplausos).
Se pregunta, Presidente, Leonardo Boff --¿usted le ha conocido a Boff? No se si pudo venir Leonardo, yo lo conocí hace poco en Paraguay, siempre lo hemos leído--: “¿Puede una Tierra finita soportar un proyecto infinito?” La tesis del capitalismo: el desarrollismo infinito, es un modelo destructivo, aceptémoslo.
Luego nos pregunta Boff: “¿Qué podríamos esperar de Copenhague?”Apenas esta sencilla confesión: así como estamos no podemos continuar y un propósito simple: ¿Vamos a cambiar de rumbo? Hagámoslo, pero sin cinismo, sin mentiras, sin dobles agendas, sin documentos salidos de la nada, con la verdad por delante.
¿Hasta cuándo, nos preguntamos desde Venezuela, Señor Presidente, Señoras, Señores, hasta cuándo vamos a permitir tales injusticias y desigualdades? ¿Hasta cuándo vamos a tolerar el actual orden económico internacional y los mecanismos de mercado vigentes? ¿Hasta cuándo vamos a permitir que grandes epidemias como el VIH/SIDA arrasen con poblaciones enteras? ¿Hasta cuándo vamos a permitir que los hambrientos no puedan alimentarse ni alimentar a sus propios hijos? ¿Hasta cuándo vamos a permitir que sigan muriendo millones de niños por enfermedades curables? ¿Hasta cuándo vamos a permitir conflictos armados que masacran a millones de seres humanos inocentes con el fin de apropiarse los poderosos de los recursos de otros pueblos?
¡Cesen las agresiones y las guerras, pedimos los pueblos del mundo a los imperios, a los que pretenden seguir dominando el mundo y explotándonos! ¡No más bases militares ni golpes de Estado! Construyamos un orden económico y social más justo y equitativo. Erradiquemos la pobreza. Detengamos de inmediato los altos niveles de emisión, frenemos el deterioro ambiental y evitemos la gran catástrofe del cambio climático. ¡Integrémonos en el noble objetivo de ser todos más libres y solidarios!
Señor Presidente, hace casi dos siglos un venezolano universal, libertador de naciones y precursor de conciencia, dejó para la posteridad un apotegma pleno de voluntad: “si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”. Era Simón Bolívar, El Libertador.
Desde la Venezuela bolivariana, donde un día como hoy, por cierto, hace diez años exactos vivimos la tragedia climática de nuestra historia, la tragedia de Vargas, así llamada; desde esa Venezuela cuya revolución intenta conquistar la justicia para todo su pueblo, solo posible por el camino del socialismo…El socialismo, el otro fantasma del que hablaba Carlos Marx, ese anda por ahí también; más bien es como un contrafantasma. El socialismo, ese es el rumbo, ese es el rumbo para la salvación del planeta, no tengo yo la menor duda. Y el capitalismo es el camino al infierno, a la destrucción del mundo.
El socialismo, desde esa Venezuela que enfrenta por ello las amenazas del imperio norteamericano, desde los países que conformamos el ALBA, la Alianza Bolivariana, exhortamos, yo quiero, con respeto, pero desde mi alma exhortar, a nombre de muchos en este planeta, a los gobiernos, a los pueblos de la Tierra, parafraseando a Simón Bolívar, El Libertador: si la naturaleza destructiva del capitalismo se opone, pues luchemos contra ella y hagamos que nos obedezca, no esperemos con los brazos cruzados la muerte de la humanidad.
La historia nos llama a la unión y a la lucha. Si el capitalismo se resiste, nosotros estamos obligados a dar la batalla contra el capitalismo y a abrir los caminos de la salvación de la especie humana. Nos toca a nosotros, levantando las banderas de Cristo, de Mahoma, de la igualdad, del amor, de la justicia, del humanismo, del verdadero y más profundo humanismo. Si no lo hiciéramos, la más maravillosa creación del universo, el ser humano, desaparecerá, ¡desaparecerá!
Este planeta tiene miles de millones de años, y vivió este planeta miles de millones de años sin nosotros, la especie humana; es decir, no le hacemos falta nosotros para que él exista. Ahora, sin la Tierra nosotros no vivimos, y estamos destrozando la Pachamama, como dice Evo, como dicen nuestros hermanos aborígenes de Suramérica.
Finalmente, señor Presidente, ya para terminar, oigamos a Fidel Castro cuando dijo: “Una especie está en peligro de extinción: el hombre”. Oigamos a Rosa Luxemburgo cuando dijo: “Socialismo o barbarie”. Oigamos a Cristo, el Redentor, cuando dijo: “Bienaventurados los pobres, porque de ellos será el reino de los cielos.”
Señor Presidente, señoras y señores, seamos capaces de hacer de esta Tierra no la tumba de la humanidad, hagamos de esta Tierra un cielo, un cielo de vida, de paz y de hermandad para toda la humanidad, para la especie humana.
Señor Presidente, señoras, señores, muchísimas gracias y buen provecho. (Aplausos).
Segundo discurso de Hugo Chávez en la Cumbre Climática de las Naciones Unidas, efectuada en Copenhague, Dinamarca, el 18 de diciembre de 2009.
Buenas tardes.
Señora Presidenta:
Ha dicho usted una gran verdad, hay que almorzar.
Napoleón Bonaparte decía que los ejércitos caminan sobre los estómagos.
Agradezco mucho que nos hayan dado la palabra al presidente Morales y a este servidor, la habíamos solicitado en la mañana, porque tenemos aquí varios días ya.
Obama vino, habló y salió por la puertita esta (Risas), esa puertita, una puerta camuflada ahí, me imagino que para el servicio, para la logística, las coordinaciones de la presidencia, y por ahí se fue, por la puerta de atrás, ¡es el imperio!, el imperio que llega a medianoche, y en la oscuridad, ¿eh?, a espaldas de la mayoría, de manera antidemocrática pretenden cocinar un documento que nosotros no aceptamos ni aceptaremos, ¡jamás lo aceptaremos! (Aplausos).
Yo estoy absolutamente seguro de que por la dignidad que aquí defendemos nosotros, el gobierno anfitrión, el Reino de Dinamarca, a quien agradecemos la amabilidad, las atenciones: he cargado un chofer muy atento que se llama Thomas, los amigos que nos han dado la seguridad, la señora del hotel, los trabajadores del hotel; anoche nos reuníamos aquí en un gimnasio con miles, de movimientos sociales que han estado por las calles bajo la nieve, con pancartas; movimientos que luchan por la justicia social, partidos políticos; conseguimos aquí en Copenhague compatriotas de América Latina, del Caribe, de todos los países. Así que hemos estado muy contentos. Anoche apostamos una carrera; a pesar de que Evo es mucho más joven que yo, le he ganado una carrera de 100 metros planos sobre la nieve, y corre duro Evo. Así que estoy seguro que el gobierno anfitrión comparte estos criterios de nosotros, la inmensa mayoría; los que no la comparten: el que sale por la puerta de atrás. Y así va a salir el imperio yanki de este mundo, por la puerta de atrás, ¡va a salir por la puerta de atrás de manera indigna! (Aplausos)
Ahora, nosotros estuvimos muy preocupados porque nos enteramos de que había unas reuniones, un pequeño grupo de amigos de la presidencia de la Conferencia. Nosotros no somos enemigos, ¿verdad?, nosotros somos amigos también de todos. No nos invitaron a participar para nada, ni siquiera una consulta para oír nuestra opinión, y nosotros queremos dejar bien firme que todos los países somos iguales y nosotros los presidentes, jefes de Estado y de Gobierno tenemos el mismo nivel, aquí no hay presidentes de primera y presidentes de segunda, ni hay pueblos de primera y pueblos de segunda, todos somos iguales, y eso queremos dejarlo bien claro aquí (Aplausos).
Creo que ha sido un manejo no transparente, por decirlo de manera elegante, ¿saben?, para tratar de abortar aquí una solución que –como dijo Lula—solo un milagro salvaría, y como para esto no creemos en milagros, nosotros tenemos que partir, yo hablo a nombre no solo de Venezuela, he sido autorizado por los representantes aquí presentes de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, es decir, el gobierno y pueblo de Bolivia, el gobierno y pueblo de Cuba, el gobierno y pueblo de Ecuador, el gobierno y pueblo de Nicaragua, los gobiernos y pueblos del Caribe: los países Dominica, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, y Venezuela, no vaya a ser que de la puerta de atrás, por donde salió Obama, salga esta tarde, por debajo, un papelito en secreto, top secret, y se pretenda presentarlo al mundo como la solución. ¡Desde ya lo impugnamos!, porque nosotros no conocemos ningún documento tampoco. Han estado circulando por ahí versiones y documentos poco transparentes, eso hay que reclamarlo.
Estamos seguros de que no se intentará ningún tipo de fraude, porque sería un fraude a los pueblos del mundo. Si algo debe implantarse en el mundo, recuperarse en el mundo es la confianza entre nosotros. Ya basta de que algunos se crean superiores a nosotros, los indios del Sur, a nosotros los negros africanos, indígenas, los pueblos del Sur, todos somos iguales.
Pues bien, dejamos sentada nuestra protesta, esa violación a los procedimientos de Naciones Unidas.
Teníamos el temor, incluso, de que no nos dieran la palabra, nos habían por aquí, por Secretaría, que ellos no lo garantizaban, y nos explicaban desde esta mañana que solo iba a hablar un grupo de presidentes, muy dignos jefes de Estado que estaban en una lista que alguien hizo, no se sabe quien la hizo, ¿no? Por eso agradecemos mucho a la Presidenta que nos haya dado la palabra al presidente Morales y a mí, hubiera sido algo lamentable que nos hubiesen pretendido vetar en esta reunión. No quiero ni penarlo ¿no?, ni sospecharlo.
El Protocolo de Kyoto --ya lo dijo Lula—no puede ser declarado muerto o extinguido, que es lo que pretende Estados Unidos. Por eso dice Evo una gran verdad: Si Obama, el Premio Nobel de la Guerra dijo aquí mismo –por cierto, ¡huele azufre aquí!, ¡huele a azufre!, ¡sigue oliendo a azufre en este mundo!--, que él a lo que vino fue a actuar. Bueno, demuéstrelo señor, no se vaya por la puerta de atrás, ¿eh?, haga todo lo que tiene que hacer para que Estados Unidos se adhiera al Protocolo de Kyoto, y vamos a respetar Kyoto, y a potenciar Kyoto y a responderle al mundo de manera transparente.
Por otra parte, todos coincidimos en que las reducciones a las emisiones carbono para le año 2050 no deben ser inferiores a un 80%, un 90%, la mayoría coincidimos en eso.
Nosotros creemos, señora Presidenta, que Copenhague no termina hoy, para la dignidad de este pueblo. No queremos irnos con el amargo sabor de la frustración, no; queremos irnos con el recuerdo de un pueblo alegre, de un pueblo al que no conocíamos, una ciudad, un país, Dinamarca: queremos llevarnos a Copenhague en el corazón, no como una frustración sino como una esperanza.
Anoche lo decíamos, Copenhague no termina hoy, Copenhague abrió las puertas para que sigamos dando un gran debate mundial sobre como salvar el planeta, como salvar la vida en el planeta. Copenhague no es un fin, Copenhague es un inicio, para que logremos los acuerdos que haya que lograr –y ya lo decía Evo—lograr el equilibrio de la Madre Tierra, la Pachamama.
Esto que dice Obama es algo verdaderamente ridículo. Estados Unidos que tiene la máquina de hacer dólares; Estados Unidos, que creo asignó 700 000 millones de dólares para salvar los bancos –con razón dicen allí en las calles que si el clima fuera un banco ya lo hubieran salvado, ¿eh?—ahora viene a decir que va a aportar 10 000 millones de dólares al año, una cifra irrisoria. Es algo así como un chiste lo que ha expresado el presidente de Estados Unidos.
El gasto militar de Estados Unidos es de 700 000 millones de dólares al año; solo bajando el gasto militar a la mitad, por lo menos, habría. Estados Unidos que es el gran emisor, es el gran contaminante y es el gran culpable el imperio yanki de haberle puesto a punta de invasiones, de guerras y de amenazas, de asesinatos y hasta de genocidios el capitalismo a este mundo. Estados Unidos y sus aliados. ¡He ahí el gran culpable!, debería asumirlo con dignidad. Sabemos que no lo va a asumir en verdad este gobierno de Estados Unidos, porque no es sino la continuación del gobierno anterior. Obama quedará ante la historia como una de las más grandes frustraciones para mucha gente que creyó en él en Estados Unidos y en otras partes del mundo; ahí está demostrándolo, una gran frustración. Pero qué importa, ¡qué importa!, lo más importante es que los pueblos del mundo y los gobiernos dignos del mundo, la gran mayoría, nos pongamos de acuerdo e impulsemos soluciones verdaderas.
Nosotros no venimos aquí a pedir limosnas, venimos en condiciones de igualdad a aportar modestas ideas para buscar fórmulas de solución. Que nadie lo olvide, ¡que nadie lo olvide!: la culpa es del capitalismo y hay que atacar las causas.
Desde Venezuela, modestamente lo decimos: la única manera de conseguir el equilibro de las sociedades, de salvar la vida, de obtener niveles superiores de vida, de llevar el ser humano a condiciones dignas de existencia es a través del socialismo. Ese es un debate eminentemente político, eminentemente moral, eminentemente necesario, absolutamente necesario. El capitalismo es el camino a la destrucción del planeta.
Señora Presidenta, queremos que quede claro: Nosotros no podemos esperar más, nos vamos, pero los países del ALBA dejamos claro que impugnamos desde ya cualquier documento que saque Obama por debajo de la puerta, o que salga por ahí de la nada, como ayer decían algunos de ustedes, tratando de presentar esto como una solución salvadora. ¡No hay soluciones salvadoras!
Sencillamente nos vamos a sabiendas de que fue posible un acuerdo aquí en Copenhague, y no fue posible por lo que ayer decíamos: la falta de voluntad política de los países más desarrollados de la Tierra, comenzando por Estados Unidos, y esto es una verdadera vergüenza. Es el egoísmo de los más responsables, sobre todo por los patrones irracionales de producción y consumo de su capitalismo hiperdesarrollado.
Fidel Castro escribió –y con esto termino para no interrumpir el almuerzo, la foto y las sesiones que vienen—una reflexión anoche, por ahí anda, pendiente, como está, desde La Habana, de esta reunión, con esperanzas de que se tomen decisiones para salvar a la humanidad , y hablaba de una ingloriosa clausura, una clausura sin gloria. Estoy de acuerdo, será una clausura sin gloria.
Pero también quiero decir, señora Presidenta, en honor de todos los que han participado, porque aquí hay gente que no ha dormido no se cuantos días, un reconocimiento especial para ustedes, los negociadores, los ministros, los delegados, los jefes de delegación, los expertos, cuánto han trabajado, hay que darles un reconocimiento a todos (Aplausos), y tengamos fe en que el trabajo intenso de ustedes no se va a perder, es un aporte, es un aporte, nosotros nos vamos más conscientes del problema y más comprometidos a crear conciencia en nuestros pueblos por el tema del clima y por el tema del desequilibrio ambiental.
Ahora, así como Fidel dice que es una clausura la que va a ocurrir, sin gloria, no quiero decir que sea con pena; no, no es con pena, no es una penosa clausura la que va a ocurrir esta tarde, es una clausura que deja al mismo tiempo abiertas esas esperanzas, esas esperanzas de que nosotros logremos tomar decisiones para salvar a la humanidad, y solo lo lograremos dejando de lado los intereses egoístas, principalmente de los países más desarrollados.
Quiero rendir tributo a Copenhague y a su espíritu, a su pueblo y a los pueblos del mundo, y comprometernos con la vida, comprometernos con el futuro.
Ingloriosa clausura, pero bonita clausura, llena de esperanzas. Así nos llevamos a Copenhague en el corazón.
Señora Presidenta, muchas gracias.
Buenas tardes, señores (Aplausos).
Evo Morales Ayma.
Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia.
Discurso pronunciado en la Cumbre Climática de las Naciones Unidas, en Copenhague, Dinamarca, el 18 de diciembre de 2009.
Muchísimas gracias, señora Ministra, Presidenta de la Conferencia.
Primero, agradecer por permitirme nuevamente intervenir, como otros presidentes que intervinieron el día de ayer, así como también en el día de hoy.
Me siento sumamente preocupado sobre la forma como se quiere intentar aprobar un documento por presidentes que llegaron en el último momento; hay presidentes, delegaciones, que estamos desde hace dos o tres días atrás, respetando las formas de negociación para llegar a un acuerdo.
Saludo las palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, donde textualmente dijo: “Ha llegado el momento de todos” Esto es de todos y no de unos pocos.
Denunciamos desde acá que todavía hay grupos de presidentes que siguen trabajando un documento de pocos, no es de todos los presidentes; menos será de los pueblos del mundo que luchan por la vida y por la humanidad (Aplausos).
Comparto algunas palabras de los presidentes que han intervenido en esta mañana. De aquí debemos salir orgullosos de este evento, y eso es trabajando de manera transparente, democrática, para tener documentos que permitan salvar vidas.
También rescato las palabras del Presidente Obama, dijo: “No venimos a hablar sino a actuar”. Si queremos actuar, quiero pedirle que a partir de este momento cumpla con el Protocolo de Kyoto, y así vamos a creer que venimos a actuar y no a hablar (Aplausos); que a partir de este momento, toda la plata que se destina a las guerras se destine para salvar vidas humanas, y así vamos a creer que venimos aquí a actuar y no solamente a hablar.
Queridos presidentes, hermanos presidentes, delegaciones de todo el mundo:
Aquí está en debate si vamos a vivir o si vamos a morir, aquí estamos debatiendo si vamos a salvar vidas o si vamos a matar. Y las diferencias, es muy claro, son con relación a las temperaturas –yo no soy experto, quiero ser muy sincero—y de acuerdo con las explicaciones de nuestros técnicos que van trabajando, ¿cuáles son las diferencias? Países que quieren, por ejemplo, permitir que la temperatura del mundo se incremente a 2 grados centígrados. Y de acuerdo con las orientaciones y las vivencias, elevar la temperatura en el mundo a 2 grados centígrados es eliminar a islas en el mundo, es elevar las nevadas de las montañas de los Andes, es eliminar las nevadas de todo el mundo. Es gravísimo, y eso nuestros pueblos no lo van a aceptar, y tarde o temprano lo van a juzgar.
Otro tema está en debate. Los países industrializados irracionalmente, llamados en otras palabras países ricos, esas potencias, ¿qué nos plantean? Lo que ellos plantean es cómo reducir de manera real sus emisiones de gases en un 50% Los planteamientos de los pueblos que luchan por la vida son, por lo menos, reducir, hasta el 2050, de un 90% a un 100% Eso está en debate, lo he entendido así.
Entonces acá tenemos profundas diferencias: unos plantean solamente reducción de esos gases de efecto invernadero en un 50%, y otros planteamos reducción del 100%. Si no hay acuerdo --yo quiero reiterarles--, si no hay acuerdo en estos niveles de presidentes, ¿por qué no someternos a los pueblos? Es lo más democrático.
Yo aprendí, en este corto tiempo de presidente, que es mejor gobernar subordinado a nuestros pueblos, que mejor es gobernar entendiendo y atendiendo las demandas de nuestros pueblos, es lo más importante, y es una democracia participativa donde nuestros pueblos deciden.
Me atrevería a decir, incluso en abril del próximo año se recuerda el día internacional de la Madre Tierra, ¿por qué no los países? Sometamos a nuestros pueblos, mediante un referendo, estas diferencias que tenemos los presidentes, y apliquemos lo que decidan nuestros pueblos en temas del cambio climático (Aplausos).
Para qué vamos a estar forzando grupos, unas peleas, discusiones internas, trabajo secreto, oculto. Yo no comparto, de verdad, las formas como quieren manejarse desde acá, y por eso quiero apelar a las palabras del Secretario General de las Naciones Unidas: ha llegado el momento de todos, y debe ser de todos y no de unos pocos.
Queridos presidentes, para terminar esta pequeña intervención, no podemos seguir acá días y días, ustedes saben que tenemos muchas responsabilidades, yo tengo que retornar esta tarde; pero quede bien claro que dejo esta propuesta de someterlo a nuestros pueblos; pero también, si hablamos de la vida, seamos muy responsables. ¿La responsabilidad radica en qué? En vez de seguir destinando plata a bases militares, a intervenciones militares, esa plata hay que destinarla para salvar el planeta Tierra, así, realmente, vamos a ser responsables todos.
De verdad, nos corresponde actuar de manera conjunta, transparente, pero no solo transparencia de todos los presidentes, sino consultando permanentemente a nuestros pueblos. Nuestros pueblos saben sus problemas, pero también saben sus respuestas, y esa es la vivencia que yo tengo. Puedo compartir una experiencia de una vivencia de cuatro años de presidente: cuando gobernamos sometidos a nuestros pueblos los resultados son mejores, porque trabajamos la igualdad en nuestros pueblos; pero quiero decirles que estamos debatiendo problemas del medio ambiente, problemas llamados cambio climático, y es obligado debatir de dónde viene este problema del cambio climático, quiénes son los responsables, desde cuando hay responsabilidad. Y la responsabilidad es del sistema capitalista; si no entendemos, si no identificamos a los causantes del cambio climático, seguramente va a haber tantas conferencias, tantas cumbres de jefes de Estado y nunca vamos a resolver ese tema. Y por eso –quiero ser muy sincero--, si queremos salvar las vidas, si queremos salvar a la humanidad, si queremos salvar al planeta Tierra, es obligado cambiar ese modelo, ese sistema capitalista y así salvaremos a la humanidad.
Muchísimas gracias (Aplausos).
¡EXIGIMOS QUE ESTA SESIÓN NO SE LEVANTE…!
Intervención de Claudia Salerno, representante de la República Bolivariana de Venezuela en la sesión final de la Cumbre Climática de Naciones Unidas, efectuada en Copenhague, Dinamarca, el 18 de diciembre de 2009, donde se hirió una mano al reclamar que no se quitara el derecho de su país a opinar.
Gracias, señor Presidente.
Es con indignación que mi país levanta la voz en este momento para señalar.
Con sorpresa vemos que su Presidencia, después de habernos hecho esperar durante horas en esta sala, a países soberanos, decida lanzarnos sobre la mesa dos papeles, inconsultos, que fueron realizados sin mandato de las partes, de modo que son ilegítimos, y después de que los lanza sobre la mesa, porque esa fue su decisión; después de que varios países desarrollados han dado ruedas de prensa para decir que en Copenhague hay un acuerdo, cuando los delegados de los países que conformamos el sistema de las Naciones Unidas ni siquiera conocemos el texto de esos acuerdos, usted lanza sobre la mesa estos papeles y se va de la sala.
Señor Presidente, ¿a usted le parece que un país soberano tiene que hacer sangrar su mano para levantar un derecho de palabra porque usted simplemente no quiere escuchar lo que aquí está pasando? Esta mano que sangra quiere hablar, y tiene tanto derecho como cualquiera de estas que usted llama “un grupo representativo de líderes”.
Los acuerdos internacionales, señor Presidente, no se pueden imponer por un pequeño y selecto –como usted lo llama—“grupo de países”.
Hemos sido pacientes, hemos sido diplomáticos, hemos sido discretos, y en este momento queremos saber si bajo la presencia y el testimonio del propio Secretario General de las Naciones Unidas se va a consumar en este país un golpe de Estado a la Carta de las Naciones Unidas.
Quiero recordar, señor Presidente, porque creo que es necesario, que los propósitos de las Naciones Unidas son: fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y a tomar otras medidas adecuadas para fortalecer la paz universal.
¿Es que acaso la Carta de las Naciones Unidas no forma parte de la Convención de Cambio Climático o la Convención de Cambio Climático es un sistema forajido que actúa de la manera que le da la gana bajo la propia mirada del Secretario General de las Naciones Unidas?.
Señor Presidente, nuestro país se reserva, hasta tanto tengamos tiempo suficiente de hacer las consultas, y que usted nos garantice de dónde salieron estos textos, primero, que no fueron mandatados por las partes; es lo primero que queremos saber. Y segundo, nosotros exigimos que esta sesión no se levante, porque el mundo ya ha esperado lo suficiente como para que esta sesión se levante sin que los países que tenemos derecho a hablar tengamos derecho a hacerlo y tengamos que hacer un punto de orden haciendo sangrar nuestra mano para que usted tenga la dignidad de sentarse a escucharnos.
Gracias, señor Presidente (Aplausos).
Fidel Castro
Reflexiones del 17 de diciembre de 2009.
La hora de la verdad
Las noticias que llegan de la capital danesa reflejan caos. Los anfitriones, después de concebir un evento en el que participarían alrededor de 40 mil personas, no tienen forma de cumplir su palabra. Evo, que fue el primero de los dos Presidentes del ALBA en llegar, expresó profundas verdades que emanan de la cultura milenaria de su raza.
Aseguró, según las agencias de noticias, que tenía un mandato del pueblo boliviano de bloquear cualquier acuerdo si el texto final no satisface las alternativas. Explicó que el cambio climático no es la causa sino el efecto, que estábamos en la obligación de defender los derechos de la Madre Tierra frente a un modelo de desarrollo capitalista, la cultura de la vida frente a la cultura de la muerte. Habló de la deuda climática que los países ricos deben pagar a los países pobres, y devolverles el espacio atmosférico arrebatado.
Calificó de ridícula la cifra de 10 mil millones de dólares anuales ofrecidos hasta el año 2012, cuando en realidad se necesitan cientos de miles de millones cada año y acusó a Estados Unidos de gastar trillones en exportar el terrorismo a Irak y Afganistán y crear bases militares en América Latina.
El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela habló el día 16 en la Cumbre a las 8 y 40 a,m., hora de Cuba. Pronunció un discurso brillante, que fue muy aplaudido. Sus párrafos eran lapidarios.
Impugnando un documento propuesto a la Cumbre por la Ministra danesa que presidía la Conferencia, expresó:
“..es un texto que viene de la nada, no aceptaremos ningún texto que no venga de los grupos de trabajo, que son los textos legítimos que se han estado negociando estos dos años”.
“Hay un grupo de países que se creen superiores a nosotros los del Sur, los del Tercer Mundo…”
“..no nos extrañemos, no hay democracia, estamos ante una dictadura”.
“..venía leyendo algunas consignas que hay en las calles pintadas por los jóvenes…Una: “no cambien el clima, cambien el sistema”…Otra: “si el clima fuera un banco, ya los habrían salvado””.
“Obama(…) recibió el Premio Nobel de la Paz el mismo día que envió 30 mil soldados a matar inocentes a Afganistán”.
“Apoyo el criterio de los representantes de las delegaciones de Brasil, Bolivia, China, solo quería apoyar (…) pero no me dieron la palabra..”
“Los ricos están destruyendo el planeta, ¿será que se van a otro cuando destruyan este?”
“…el cambio climático es sin dudas el problema ambiental más devastador de este siglo.”
“…Estados Unidos llegará si acaso a 300 millones de habitantes; China tiene casi cinco veces más población que Estados Unidos. Estados Unidos consume más de 20 millones de barriles diarios de petróleo; China apenas llega a cinco o seis millones diarios. No se puede pedir lo mismo a Estados Unidos que a China.”
“…reducir la emisión de gases contaminantes y lograr un convenio de cooperación a largo plazo(…) parece haber fracasado, por ahora. ¿La razón cuál es? (…) la actitud irresponsable y la falta de voluntad política de las naciones más poderosas del planeta.”.
“…la brecha que separa a los países ricos y pobres no ha dejado de crecer pese a todas esas cumbres y promesas incumplidas y el mundo sigue su marcha destructiva.”
“…el ingreso total de los 500 individuos más ricos del mundo es superior al ingreso de los 416 millones de personas más pobres.”
“La mortalidad infantil es de 47 por cada 1 000 nacidos vivos pero en los países ricos es de solo 5.”
“ …¿hasta cuándo vamos a permitir que sigan muriendo millones de niños por enfermedades curables?”
“Dos mil 600 millones viven sin servicios de saneamiento”.
“El brasileño Leonardo Boff escribió:
“Los más fuertes sobreviven sobre las cenizas de los más débiles.”
“Juan Jacobo Rousseau decía… “Entre el fuerte y el débil la libertad oprime.”
Por eso es que el imperio habla de libertad, es la libertad para oprimir, para invadir, para asesinar, para aniquilar, para explotar, esa es su libertad. Y Rousseau agrega la frase salvadora: “Solo la Ley libera.”
“¿Hasta cuándo vamos a permitir conflictos armados que masacran a millones de seres humanos inocentes con el fin de apropiarse los poderosos de los recursos de otros pueblos?
“Hace dos siglos un libertador universal, Simón Bolívar dijo: “Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca.”
“Este planeta vivió miles de millones de años sin nosotros, sin la especie humana; no le hacemos falta nosotros para que él exista, pero nosotros sin la Tierra no vivimos..”
Evo habló en la mañana de hoy jueves. Su discurso será también inolvidable.
“Deseo expresar nuestra molestia por la desorganización y por las dilaciones que existen en este evento internacional…” dijo con franqueza al inicio de sus palabras.
Sus ideas básicas:
“Cuando preguntamos qué pasa con sus anfitriones, (…) nos dicen que es Naciones Unidas; cuando preguntamos qué pasa con las Naciones Unidas, dicen que es Dinamarca, y no sabemos quien desorganiza este evento internacional…”
“…estoy muy sorprendido porque solamente tratan de los efectos y no de las causas del cambio climático.”
“Si nosotros no identificamos de donde viene la destrucción del medio ambiente (…) seguramente nunca vamos a resolver este problema…”
“están en debate dos culturas: la cultura de la vida y la cultura de la muerte; la cultura de la muerte, que es el capitalismo. Nosotros, los pueblos indígenas, decimos, es el vivir mejor, mejor a costa del otro.”
“…explotando al otro, saqueando los recursos naturales, violando a la Madre Tierra, privatizando los servicios básicos…”
“…vivir bien es vivir en solidaridad, en igualdad, en complementariedad, en reciprocidad…”
“Estas dos formas de vivencia, estas dos culturas de la vida están en debate cuando hablamos del cambio climático, y si no decimos cuál es la mejor forma de vivencia o de vida, seguramente este tema nunca vamos a resolverlo, porque tenemos problemas de vivencia: el lujo, el consumismo que hace daño a la humanidad, y no queremos decir la verdad en esta clase de eventos internacionales.”
“…dentro de nuestra forma de vivencia, el no mentir es algo sagrado, y eso no lo practicamos acá.”
“…en la Constitución está el ama sua, ama llulla, ama quella: no robar, no mentir, no ser flojos.”
“…la Madre Tierra o la Naturaleza existe y existirá sin el ser humano; pero el ser humano no puede vivir sin el planeta Tierra, y, por tanto, es nuestra obligación defender el derecho de la Madre Tierra.”
“…saludo a las Naciones Unidas, que este año, por fin, ha declarado el Día Internacional de la Madre Tierra.”
“…la madre es algo sagrado, la madre es nuestra vida; a la madre no se alquila, no se vende ni se viola, hay que respetarla.”
“Tenemos profundas diferencias con el modelo occidental, y eso está en debate en estos momentos.”
“Estamos en Europa, ustedes saben que muchas familias bolivianas, familias latinoamericanas vienen a Europa. ¿A qué vienen acá? A mejorar sus condiciones de vida. En Bolivia podía estar ganando 100, 200 dólares al mes; pero esa familia, esa persona viene acá a cuidar un abuelo europeo, a una abuela europea y al mes gana 1 000 euros.”
“Estas son las asimetrías que tenemos de continente a continente, y estamos obligados a debatir como buscar cierto equilibrio, (…) reduciendo estas profundas asimetrías de familia a familia, de país a país, y especialmente de continente a continente.”
Cuando (…) nuestras hermanas y hermanos vienen aquí a sobrevivir o a mejorar sus condiciones de vida, son expulsados, existen esos documentos llamados de retorno (…) pero cuando los abuelos europeos hace tiempo llegaban a Latinoamérica nunca eran expulsados. Mis familias, mis hermanos no vienen acá a acaparar minas, ni tienen miles de hectáreas para ser terratenientes. Antes nunca había visas ni pasaportes para que llegaran a Abya Yala, ahora llamada América.”
“…si no reconocemos el derecho de la Madre Tierra, en vano vamos a estar hablando de 10 000 millones, que es una ofensa para la humanidad.”
…los países ricos deben acoger a todos los migrantes que sean afectados por el cambio climático y no estarlos retornando a sus países como les están haciendo en este momento…”
“…nuestra obligación es salvar a toda la humanidad y no a la mitad de la humanidad…”
“…el ALCA, Área de Libre Comercio en las Américas, (…) no es Área de Libre Comercio en las Américas, es un área de libre colonización en las Américas…”
Entre las preguntas que sugería Evo para un referéndum mundial sobre el cambio climático estaban:
“…¿Está usted de acuerdo en restablecer la armonía con la naturaleza, reconociendo los derechos de la Madre Tierra?”
“…¿Está usted de acuerdo con cambiar este modelo de sobreconsumo y derroche que es el sistema capitalista?...”
“…¿Está usted de acuerdo con que los países desarrollados reduzcan y reabsorban sus emisiones de gases de efecto invernadero?...”
“…¿Está usted de acuerdo en transferir todo lo que se gasta en las guerras y en destinar un presupuesto superior al presupuesto de defensa para el cambio climático¿…”
Como se conoce, en la ciudad japonesa de Kyoto, en el año 1997 se firmó el Convenio de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que obligaba a 38 países industrializados a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un determinado porcentaje en relación a las emitidas en 1990. Los países de la Unión Europea se comprometieron el 8%, y entró en vigor en el año 2005, cuando la mayoría de los países firmantes ya lo había ratificado. George W. Bush, entonces presidente de Estados Unidos –el mayor emisor de gases de efecto invernadero, responsable de la cuarta parte del total de éstos--, había rechazado el convenio desde mediados de 2001.
Los demás miembros de Naciones Unidas siguieron adelante. Los centros de investigación continuaron su tarea. Es evidente ya que una gran catástrofe amenaza nuestra especie. Quizás lo peor sea que el egoísmo ciego de una minoría privilegiada y rica pretenda lanzar el peso de los sacrificios necesarios sobre la inmensa mayoría de los habitantes del planeta.
Esa contradicción se refleja en Copenhague. Allí miles de personas están defendiendo con gran firmeza sus puntos de vista.
La fuerza pública danesa utiliza métodos brutales para aplastar la resistencia; muchos de los que protestan son arrestados preventivamente. Me comuniqué con nuestro canciller Bruno Rodríguez, que estaba en un acto de solidaridad en la capital Copenhague, junto a Chávez, Evo, Lazo y otros representantes del ALBA. Le pregunté a quiénes estaba reprimiendo con tanto odio la policía danesa, retorciéndole los brazos y golpeándolos repetidamente por la espalda. Me respondió que eran ciudadanos daneses y de otras naciones europeas y miembros de los movimientos sociales que demandaban a la Cumbre una solución real ahora para enfrentar el cambio climático. Me dijo, además, que a las doce de la noche continuarían los debates de la Cumbre. Cuando hablé con él era ya de noche en Dinamarca. La diferencia horaria es de seis horas.
Desde la capital danesa, nuestros compañeros informaron que lo de mañana viernes 18 es peor. A las 10 de la mañana se suspenderá durante dos horas la Cumbre de las Naciones Unidas y el Jefe del Gobierno de Dinamarca sostendrá un encuentro con 20 Jefes de Estado invitados por él a discutir con Obama “problemas globales”. Así denominan la reunión cuyo objetivo es imponer un acuerdo sobre el cambio climático.
Aunque en la reunión participarán todas las delegaciones oficiales, solo podrán opinar “los invitados”. Ni Chávez, ni Evo, por supuesto, se encuentran entre los que pueden emitir su opinión. La idea es que el ilustre Premio Nobel pueda pronunciar su discurso preelaborado, precedido por la decisión que se adoptará en esa reunión de transferir el acuerdo para fines del año próximo en la Ciudad de México. A los movimientos sociales no se les permitirá estar presentes. Después de ese show, en el salón principal del evento proseguirá la “Cumbre” hasta su ingloriosa clausura.
Como la televisión trasmitió las imágenes, el mundo pudo contemplar los métodos fascistas empleados en Copenhague contra las personas. Jóvenes en su inmensa mayoría, los manifestantes reprimidos se ganaron la solidaridad de los pueblos.
Para los jefes del imperio, a pesar de sus maniobras y sus cínicas mentiras, está llegando la hora de la verdad. Sus propios aliados creen cada vez menos en ellos. En México, como en Copenhague y en cualquier otro país del mundo, encontrarán la resistencia creciente de los pueblos que no han perdido la esperanza de sobrevivir.
Fidel Castro Ruz
Diciembre 17 de 2009
6 y 46 p.m.
Fidel Castro
Reflexiones del 19 de diciembre de 2009
La verdad de lo ocurrido en la Cumbre
A los jóvenes interesa más que a nadie el futuro.
Hasta hace muy poco se discutía sobre el tipo de sociedad en que viviríamos. Hoy se discute si la sociedad humana sobrevivirá.
No se trata de frases dramáticas. Hay que acostumbrarse a los hechos reales. Lo último que pueden perder los seres humanos es la esperanza. Con la verdad en la mano, hombres y mujeres de todas las edades, especialmente los jóvenes, han librado en la Cumbre ejemplar batalla, ofreciendo al mundo una gran lección.
Lo principal ahora es que se conozca lo más posible en Cuba y en el mundo lo ocurrido en Copenhague. La verdad posee una fuerza que supera la inteligencia mediatizada y muchas veces desinformada de quienes tienen en sus manos los destinos del mundo.
Si en la capìtal danesa se logró algo importante, fue que a través de los medios masivos la opinión mundial pudo observar el caos político creado y el trato humillante a Jefes de Estado y Gobierno, Ministros y miles de representantes de movimientos sociales e instituciones, quienes llenos de ilusiones y esperanzas viajaron a la sede de la Cumbre en Copenhague. La brutal represión contra manifestantes pacíficos por parte de la fuerza pública, recordaba la conducta de las tropas de asalto de los nazis que ocuparon Dinamarca en abril de 1940. Lo que nadie podía imaginar es que, el 18 de diciembre del 2009, último día de la Cumbre, esta sería suspendida por el gobierno danés –aliado de la OTAN y asociado a la carnicería de Afganistán—para entregar la sala principal de la Conferencia al Presidente Obama, donde él y un grupo selecto de invitados, 16 en total, tendrían el derecho exclusivo de hablar. Obama pronunció un discurso engañoso y demagógico, lleno de ambigüedades, que no expresaba compromiso vinculante alguno e ignoraba el Convenio Marco de Kyoto. Se marchó de la sala poco después de escuchar a algunos oradores más. Entre los invitados a usar de la palabra estaban los países más industrializados, varios de las economías emergentes y algunos de los más pobres del planeta. Los líderes y representantes de más de 170, solo tenían derecho a escuchar.
Al finalizar el discurso de los 16 escogidos, Evo Morales, con toda la autoridad de su origen indio aymara, recién electo por el 65% de los votos y el apoyo de las dos terceras partes de la Cámara y el Senado de Bolivia, solicitó la palabra. Al Presidente dinamarqués no le quedó otra alternativa que cedérsela ante la demanda de las demás delegaciones. Cuando Evo concluyó sus sabias y profundas frases, el danés tuvo que cederle la palabra a Hugo Chávez. Ambos pronunciamientos pasarán a la historia como ejemplos de discursos breves y oportunos. Cumplida cabalmente la tarea, los dos partieron hacia sus respectivos países. Pero cuando Obama hizo mutis por el foro, no había cumplido todavía su tarea en el país sede de la Cumbre.
Desde la noche del 17 y la madrugada del 18, el Primer Ministro de Dinamarca y altos representantes de Estados Unidos se reunían con el Presidente de la Comisión Europea y los líderes de 27 países para proponerles en nombre de Obama, un proyecto de acuerdo, en cuya elaboración no participaría ninguno de los restantes líderes del resto del mundo. Era una iniciativa antidemocrática y virtualmente clandestina, que ignoraba a miles de representantes de los movimientos sociales, instituciones científicas, religiosas y demás invitados a la Cumbre.
Durante toda la noche del 18 hasta las tres de la madrugada del 19, cuando ya muchos Jefes de Estado se habían marchado, los representantes de los países estuvieron esperando el reinicio de las sesiones y la clausura del evento. Todo el día 18, Obama sostuvo reuniones y conferencias de prensa. Lo mismo hicieron los líderes de Europa. Después se marcharon.
Ocurrió entonces algo insólito: a las tres de la madrugada del 19, el Primer Ministro de Dinamarca convocó una reunión para la clausura de la Cumbre. Quedaban representando a sus países ministros, funcionarios, embajadores y personal técnico.
Fue sin embargo asombrosa la batalla que libraron esa madrugada un grupo de representantes de países del Tercer Mundo, que impugnaban el intento de Obama y los más ricos del planeta de presentar como acuerdo por consenso de la Cumbre el documento impuesto por Estados Unidos.
La representante de Venezuela, Claudia Salerno, con energía impresionante mostró su mano derecha, de la que brotaba sangre, por la fuerza con que golpeó la mesa para ejercer su derecho a usar de la palabra. El tono de su voz y la dignidad de sus argumentos no podrán olvidarse.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, pronunció un enérgico discurso de aproximadamente mil palabras, del cual escojo varios párrafos que deseo incluir en esta Reflexión:
“El documento que usted varias veces afirmó que no existía, señor Presidente, aparece ahora. (…) hemos visto versiones que circulan de manera subrepticia y que se discuten en pequeños conciliábulos secretos…”
“…Lamento profundamente la manera en que usted ha conducido esta conferencia.”
“…Cuba considera extremadamente insuficiente e inadmisible el texto de este proyecto apócrifo. La meta de 2 grados centígrados es inaceptable y tendría consecuencias catastróficas incalculables…”
“El documento que usted, lamentablemente, presenta no tiene compromiso alguno de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.”
“Conozco las versiones anteriores que también, a través de procedimientos cuestionables y clandestinos, se estuvieron negociando en corrillos cerrados…”
“El documento que usted presenta ahora, omite, precisamente, las ya magras e insuficientes frases clave que aquella versión contenía…”
“…para Cuba, es incompatible con el criterio científico universalmente reconocido, que considera urgente e isoslayable asegurar niveles de reducción de, al menos, el 45% de las emisiones para el año 2020, y no inferiores al 80% ó 90% de reducción para el 2050.”
“Todo planteamiento acerca de la continuación de las negociaciones para adoptar, en el futuro, acuerdos de reducción de emisiones, debe incluir, inevitablemente, el concepto de la vigencia del Protocolo de Kyoto (..) Su papel, señor Presidente, es el acta de defunción del Protocolo de Kyoto que mi delegación no acepta.”
“La delegación cubana desea hacer énfasis en la preeminencia del principio de “responsabilidades comunes, pero diferenciadas”, como concepto central del futuro proceso de negociaciones. Su papel no dice una palabra de eso.”
“Este proyecto de declaración omite compromisos concretos de financiamiento y transferencia de tecnologías hacia los países en desarrollo como parte del cumplimiento de las obligaciones contraídas por los países desarrollados bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (…) Los países desarrollados, que imponen sus intereses mediante su documento, señor Presidente, evaden cualquier compromiso concreto.”
“…Lo que usted llama, señor Presidente, “un grupo de líderes representativos” es, para mí, una grosera violación del principio de igualdad soberana que consagra la Carta de las Naciones Unidas…”
“Señor Presidente, le solicito formalmente que ésta declaración sea recogida en el informe final sobre los trabajos de esta lamentable y bochornosa 15 Conferencia de las Partes.”
Se les había concedido solo una hora a los representantes de los Estados para emitir sus opiniones, lo cual condujo a situaciones complicadas, vergonzosas y desagradables.
Se produjo entonces un largo debate en el que las delegaciones de los países desarrollados ejercieron fuerte presión para tratar que la Conferencia adoptara dicho documento como resultado final de sus deliberaciones.
Un reducido número de países insistió con firmeza en las serias omisiones y ambigüedades del documento impulsado por Estados Unidos, en particular en la ausencia de compromiso de los países desarrollados en cuanto a la reducción de emisiones de carbono y al financiamiento para adoptar medidas de mitigación y adaptación de los países del sur.
Después de larga y extremadamente tensa discusión, prevaleció la posición de los países del ALBA y de Sudán, como Presidente del Grupo de los 77, de que el documento en cuestión era inaceptable para ser adoptado por la Conferencia.
Ante la evidente falta de consenso, la Conferencia se limitó a “tomar nota” de la existencia de ese documento como la posición de un grupo de alrededor de 25 países.
Tras esa decisión adoptada a las 10 y 30 de la mañana, hora de Dinamarca, Bruno –después de discutir junto a otros representantes del ALBA amistosamente con el Secretario de la ONU y expresarle la disposición a seguir colaborando junto a Naciones Unidas para impedir las terribles consecuencias del cambio climático—partió en compañía del Vicepresidente cubano Esteban Lazo hacia nuestro país para asistir a la reunión de la Asamblea Nacional, dando por finalizada su tarea. En Copenhague quedaban algunos miembros de la delegación y el embajador para participar en los trámites finales.
En la tarde de hoy informaron lo siguiente:
“…tanto los que participaron en la elaboración del documento, como los que –como el Presidente de los Estados Unidos--, se anticiparon a anunciar su adopción por la Conferencia…como no podían rechazar la decisión de limitarse a “tomar nota” del supuesto “Acuerdo de Copenhague”, intentaron proponer un procedimiento para que otros países Partes que no habían estado en esta componenda se sumaran a ella, declarando su adhesión, con lo cual intentaban darle un carácter legal a dicho acuerdo, que de hecho podía perjudicar el resultado de las negociaciones que deberán continuar.”
“Este intento tardío recibió nuevamente una firme oposición de Cuba, Venezuela y Bolivia, que advirtieron que ese documento que la Convención no había hecho suyo no tenía ningún carácter legal, no existía como documento de las Partes y no podía establecerse regla alguna para su supuesta adopción…”
“Es en ese estado que terminan las sesiones de Copenhague, sin que se haya adoptado el documento que fuera preparado subrepticiamente durante los últimos días, con una clara conducción ideológica de la administración americana…”
Mañana la atención se centrará en la Asamblea Nacional.
Lazo, Bruno y el resto de la delegación llegarán hoy a media noche. El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba podrá explicar el lunes, con los detalles y la precisión necesaria, la verdad de lo ocurrido en la Cumbre.
Fidel Castro Ruz
Diciembre 19 de 2009
8 y 17 p.m.
Fidel Castro Ruz
Parte final de la Reflexión de Enero 3 de 2010
El mundo medio siglo después
(…) No concluiría, sin embargo, el problema. Los poderosos no están habituados, ni admiten resistencia. El 30 de diciembre la Misión Permanente de Dinamarca ante Naciones Unidas, en Nueva Cork, informó cortésmente a nuestra Misión en esa ciudad que había tomado nota del acuerdo de Copenhague del 18 de diciembre de 2009, y adjuntaba copia avanzada de esa decisión. Textualmente afirmó: “…el Gobierno de Dinamarca, en su calidad de Presidente de la COP15, invita alas Partes de la Convención a informar por escrito a la Secretaría de la UNFCCC, lo antes posible, su voluntad de asociarse al Acuerdo de Copenhague.”
Esta sorpresiva comunicación motivó la respuesta de la Misión Permanente de Cuba ante Naciones Unidas, en la que “…rechaza de plano la intención de hacer aprobar, por vía indirecta, un texto que fue objeto de repudio de varias delegaciones, no sólo por su insuficiencia ante los graves efectos del cambio climático, sino también por responder exclusivamente a los intereses de un reducido grupo de Estados.”
A su vez, originó una carta del Viceministro Primero del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de la República de Cuba, Doctor Fernando González Bermúdez, al Sr. Yvo de Boer, Secretario Ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, algunos de cuyos párrafos transcribimos:
“Hemos recibido con sorpresa y preocupación la Nota que el Gobierno de Dinamarca circulara a las Misiones Permanentes de los Estados miembros de las Naciones Unidas en Nueva York, que usted seguramente conoce, mediante la cual se invita a los Estados Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático a informar a la Secretaría Ejecutiva, por escrito, y a su más pronta conveniencia, su deseo de asociarse al denominado Acuerdo de Copenhague.”
“Hemos observado, con preocupación adicional, que el Gobierno de Dinamarca comunica que la Secretaría Ejecutiva de la Convención incluirá, en el informe de la Conferencia de las Partes efectuada en Copenhague, un listado de los Estados Partes que hubieran manifestado su voluntad de asociarse con el citado Acuerdo.”
“A juicio de la República de Cuba, esta forma de actuar constituye una burda y reprobable violación de lo decidido en Copenhague, donde los Estados Partes, ante la evidente falta de consenso, se limitaron a tomar nota de la existencia de dicho documento.”
“Nada de lo acordado en la 15COP autoriza al Gobierno de Dinamarca a adoptar esta acción y. mucho menos, a la Secretaría Ejecutiva a incluir en el informe final un listado de Estados Partes, para lo cual no tiene mandato.”
“Debo indicarle que el Gobierno de la República de Cuba rechaza de la manera más firme este nuevo intento de legitimar por vía indirecta un documento espurio y reiterarle que esta forma de actuar compromete el resultado de las futuras negociaciones, sienta un peligroso precedente para los trabajos de la Convención y lesiona en particular el espíritu de buena fe con que las delegaciones deberán continuar el proceso de negociaciones el próximo año.”, concluyó el Viceministro Primero de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba.
(…) Muchos conocen, especialmente los movimientos sociales y las personas mejor informadas de las instituciones humanitarias, culturales y científicas, que el documento promovido por Estados Unidos constituye un retroceso de las posiciones alcanzadas por los que se esfuerzan en evitar una colosal catástrofe para nuestra especie. Sería ocioso repetir aquí cifras y hechos que lo demuestran matemáticamente. Los datos constan en las páginas Web de Internet y están al alcance del número creciente de personas que se interesan por el tema.
La teoría con que se defiende la adhesión al documento es endeble e implica un retroceso. Se invoca la idea engañosa de que los países ricos aportarían una mísera suma de 30 mil millones de dólares en tres años a los países pobres para sufragar los gastos que implique enfrentar el cambio climático, cifra que podría elevarse a 100 mil por año en el 2020, lo que en este gravísimo problema, equivale a esperar por las calendas griegas. Los especialistas conocen que, esas cifras son ridículas e inaceptables por el volumen de las inversiones que se requieren. El origen de tales sumas es vago y confuso, de modo que no comprometen a nadie.
¿Cuál es el valor de un dólar? ¿Qué significan 30 mil millones? Todos sabemos que desde Bretton Woods, en 1944, hasta la orden presidencial de Nixon en 1971 –impartida para echar sobre la economía mundial el gasto de la guerra genocida contra Vietnam--, el valor de un dólar, medido en oro, se fue reduciendo hasta ser aproximadamente 32 veces menor que entonces; 30 millones significan menos de mil millones, y 100 mil divididos por 32, equivalen a 3 125, que no alcanzan en la actualidad ni para construir una refinería de petróleo de mediana capacidad.
Si los países industrializados cumplieran alguna vez la promesa de aportar a los que están por desarrollarse el 0,7 por ciento del PIB –algo que salvo contadas excepciones nunca hicieron--, la cifra excedería los 250 mil millones de dólares cada año.
Para salvar los bancos el gobierno de Estados Unidos gastó 800 mil millones. ¿Cuánto estaría dispuesto a gastar para salvar a los 9 mil millones de personas que habitarán el planeta en el 2050, si antes no se producen grandes sequías e inundaciones provocadas por el mar debido al deshielo de glaciares y grandes masas de aguas congeladas en Groenlandia y la Antártica?
No nos dejemos engañar. Lo que Estados Unidos ha pretendido con sus maniobras en Copenhague es dividir al Tercer Mundo, separar a más de 150 países subdesarrollados de China. India, Brasil, Sudáfrica y otros con los cuales debemos luchar unidos para defender en Bonn, en México o en cualquier otra conferencia internacional, junto a las organizaciones sociales, científicas y humanitarias, verdaderos Acuerdos que beneficien a todos los países y preserven a la humanidad de una catástrofe que puede conducir a la extinción de nuestra especie.
El mundo posee cada vez más información, pero los políticos tienen cada vez menos tiempo para pensar. Las naciones ricas y sus líderes, incluido el Congreso de Estados Unidos, parecen estar discutiendo cuál será el último en desaparecer.
Cuando Obama haya concluido las 28 fiestas que se propuso celebrar estas Navidades, si entre ellas está incluida la de los Reyes Magos, quizás Gaspar, Melchor y Baltasar le aconsejen lo que debe hacer…”
Fidel Castro Ruz
Enero 3 de 2010
NOTAS:
1.- El autor: Camagüey 1936.Graduado en Ciencias Políticas y en Filosofía. Profesor Titular de Filosofía en el ICBP Victoria de Girón del ISCM de La Habana, Impartió docencia en las Universidades de La Habana y Central de Las Villas. Docente durante 40 años en la educación superior. Textos publicados: Religión y Revolución; Filosofía y Ciencia de la Salud. artículo en la antología: Bioética desde una perspectiva cubana, de la editorial Félix Varela; artículo en Bioética para la sustentabilidad, de la editorial Félix Varela. Recibió la Distinción por la Educación Cubana y el honroso Diploma de Fundador del Partido Comunista de Cuba. Participó en el movimiento estudiantil contra la última tiranía de Batista, miembro del Directorio Revolucionario 13 de Marzo en la clandestinidad y de sus tropas guerrilleras en el Escambray, dirigidas por el Comandante Faure Chomón , incorporadas a la jefatura del Che al llegar a ese territorio como representante de Fidel.
2 JOSÉ MARTÍ: Héroe Nacional de Cuba, ensayista, poeta, escritor, Mayor General del Ejército Libertador, político creador del Partido Revolucionario Cubano, condenó el colonialismo en todas partes, el primero que definió y denunció al naciente imperialismo norteamericano, defensor de la unidad latinoamericana y caribeña, anti esclavista , defensor de la mujer y la infancia, inspirador de nuestras ideas, que nos legó una frase inmortal: "Patria es Humanidad". Murió en combate el 19 de Mayo de 1895
3 Engels, Federico: "Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana" Ob. Escogidas de Marx y Engels. Tomo III pág. 365. Ed. Progreso Moscú 1978.
4 Engels, Federico: íbid. pág. 374
5 MATERIALISMO DIALÉCTICO Y MATERIALISMO HISTÓRICO. Rev. Pensamiento Crítico núm.5 1967 La Habana.
6 MANUSCRITOS ECONÓMICOS Y FILOSÓFICOS DE 1844. Carlos Marx. Editorial Pueblo y Educación. La Habana 1975.
7 "Bosquejo de una crítica de la economía política" por Federico Engels, en MANUSCRITOS ECONÓMICOS Y FILOSÓFICOS de 1844 de Carlos Marx. p.190 Editorial Pueblo y Educación. La Habana 1975.
8 MANUSCRITOS... p. 88
9 "Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana" F. Engels, en Carlos Marx, Federico Engels. Obras Escogidas. Ed. Progreso. Moscú 1978 Tomo III p.374
10 C.MARX, F.ENGELS. Obras Escogidas. Carta de Marx a Joseph Weydemeyer 5 de Marzo 1852 Tomo I Editorial Progreso. Moscú 1973 p.542
11 C.MARX. Introducción a la crítica de la "Filosofía del Derecho" de Hegel: HEGEL. FILOSOFÍA DEL DERECHO. Ed. Claridad Buenos Aires 1955
12 "estado", equivale a clase, sector, esfera, en la terminología de la época.
13 C.MARX. Introducción a la ... p. 18
14 Ídem. p.21
15 C.MARX. Manuscritos Econ., Fil, 1844. Ob. Cit p.107
16 ídem. p. 22
17 Fidel Castro: Discurso por el 40 aniversario de la UJC. Teatro “Karl Marx”. La Habana 4 de Abril de 2002. Periódico Granma. 5 de Abril de 2002.
18 Aquí se emplea la primera edición de Editorial Claridad. Buenos Aires 1956
19 Discurso de Evo Morales, Presidente de Bolivia del 14 de Junio 2006 en Valle Grande al inaugurar un centro de diagnóstico médico de alta tecnología, para dar servicios gratuitos.
20 Blánquez, A. DICCIONARIO MANUAL LATINO-ESPAÑOL Y ESPAÑOL-LATINO. Ed. Ramón Sopena S.A. Barcelona 1958
21 CORLISS LAMONT "El Humanismo como una Filosofía" Ed. Claridad Buenos Aires 1956 p. 44
22 EMIL LUDWIG "El Mediterráneo" Editorial Diana S.A. México 1956 p. 256
23 KARL KAUTSKY. "El Cristianismo sus orígenes y fundamento." Ed. Política La Habana 1986 p. 156
24 "PAGANO" Significa urbano, por tanto, se emplea incorrectamente, pues dichos restos son de origen rural.
25 CARLOS ÍÑIGUEZ. " Historia Moderna" Editorial Minerva La Habana 1955 p. 79
26 EDWARD MCNALL BURNS. "Civilizaciones de Occidente" Ediciones Peuser Argentina 1947 p. 450
27 CARLOS IÑIGUEZ Ob. cit. p. 87
28 CARLOS IÑIGUEZ. Ob. Cid p. 89
29 ANIBAL PONCE: "Educación y Lucha de Clases" Imprenta Nacional. La Habana 1961 p. 208
30 Ibíd. P. 158
31 íbid. P. 189
32 íbid. P. 212
33 CARLOS MARX "El Capital" Ed. Ciencias Sociales Instituto del Libro. La Habana 1973 Tomo I p. 680
34 Marx; Engels: " Manifiesto Comunista" Obras Escogidas 3 Tomos. Ed Progreso. Moscú 1973. Tomo I
p.114-115
35 FEDERICO ENGELS: "Anti-Düring" Ed. Pueblos Unidos. Montevideo 1960 p. 115
36 FEDERICO ENGELS: " Engels a Bloch en Könisberg". Ob. Escogidas de Marx y Engels Ed. Progreso.
Moscú 1978 Tomo III p. 514
37 ANATOLI JARCHOV: "La estructura de la moral y el objeto de la Ética" Problemas del Mundo Contemporáneo (74) Academia de Ciencias de la URSS 1980 p. 5-6
38 ABDUSALÁ GUSEINOV: "Solución marxista del problema de lo clasista y lo universalmente humano en la moral" Problemas del Mundo Contemporáneo" (74) Academia de Ciencias de la URSS 1980 p. 67-70
39 CARLOS MARX: " Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de Trabajadores". Marx-Engels. Obras Escogidas. Ed. Progreso Moscú 1973 Tomo II p. 13
40 Este capítulo fue publicado como artículo en el libro: "Bioética para la sustentabilidad" Publicaciones Acuario, Ed. Félix Varela La Habana 2002 con el título: "Construcción de una teoría ética", p.27. Aquí se reproduce revisado
41 John Maynard Keynes: “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero”.Instituto Cubano del Libro. Ed. Revolucionaria. La Habana 1976 pág. 358
42 Federico Engels: “ El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado” Marx-Engels: Obras Escogidas en 3 Tomos Ed. Progreso Moscú 1978 Tomo 3 p. 350
43 Vladimir Ilich Lenin: “Discurso del 2 de Mayo de 1920” Selección de Marx, Engels y Lenin: “La Sociedad Comunista” Ed. Progreso Moscú 1973 p. 141
44 Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba. Informe Central.
45.-”Introducción a la Sociología de la Educación” INSTITUTO SUPERIOR PEDAGÓGICO ENRIQUE JOSÉ VARONA Facultad de Ciencias de la Educación, año 2000, del Dr. Antonio Blanco Pérez
46 .Apple, M. W. “¿Qué enseñan las escuelas? La enseñanza, su teoría y práctica”. Barcelona, Editorial AKAL, 1998, p. 210.
47 Dr. Antonio Blanco.: ob. citada
48 Blanco, Antonio:
49 Martínez Núñez, Enma M.: “Proyecto de Tesis para Postgrado sobre Sociología de la Educación”.La Habana 2010.
50 Favelo Corzo, José: “Práctica, conocimiento y valoración” Ed. Ciencias Sociales. La Habana 1989 p. 125
51 Meier, Arthur: “Sociología de la Educación” Ed. Ciencias Sociales. La Habana 1984 p. 59
52 Jenofonte: “Memorables” Cap. II epígrafe 9
53 Platón: “Diálogos” (Hipias Menor)
54 Platón: “La República”
55 íbid. Libro V
56 “
57 Aristóteles: “La Política” Colección Austral Ed. Espasa-Calpe Argentina S.S. Libro III p.101 Buenos Aires 1943
58 “ “Ética a Nicómaco”, citado por Rodolfo Mondolfo: “El Pensamiento Antiguo” Tomo II p.69 Instituto Cubano del Libro La Habana 1971
59 Núñez Tenorio, J.R.: Introducción a la Filosofía”, Tomo 1 pág. 369 Universidad Central de Venezuela. Dirección de Cultura. Caracas 1969
60 Núñez Tenorio, J.R. ob. Citada, pág 370
61 Aristóteles: “La Política” Libro III Capítulo V p. 99 Colección Austral Ed. Espasa-Calpe Argentina S.A. Buenos Aires 1943
62 ídem. p. 93
63 ídem. p. 95
64 íbid. p. 106-107
65 Aristóteles.: “Ética a Nicómaco” V, citado por Rodolfo Mondolfo, ob, cit, p.68
66 ídem.
67 Aristóteles.: La Política, Libro IV, p. 124 Colección Austral citada.
68 Ferrater Mora: Diccionario de Filosofía Ed. Sudamericana 4ta edición Buenos Aires 1958
69 Ídem.
70 Núñez Tenorio, J.R.: ob. cit. P.142
71 ídem.
72 Chevalier, Jaques. “Historia del Pensamiento” Tomo II Ed. Aguilar Madrid 1960
73 Garaudy: "La Libertad" Ed. Lautaro Buenos Aires 1960
74 ídem
75 Suma Teológica Parte Primera Cuestión 2 Artículo III, citado por Torres-Cuevas p. 352 "Antología del Pensamiento Medieval. Ed. Ciencias Sociales La Habana 1975
76 Torres-Cuevas ob.cit. p.318
77 Ídem. p. 435
78 ídem
79 Asociación Nacional de Inventores y Racionalizadotes. Los aportes de sus miembros, sustituyendo piezas de repuesto que nos impiden adquirir las medidas del bloqueo yanki, en el desarrollo de la ingeniosidad científica y principalmente en la formación de una cultura del trabajo revolucionaria, tienen lugar destacado en el espíritu de resistencia del pueblo cubano.
jueves, 3 de junio de 2010
El Humanismo: política del presente y Etica del futuro
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