Uno de los héroes más sobresalientes de las gestas independistas cubanas en contra del colonialismo español. Constituye un héroe legendario de las luchas por la independencia y uno de los jefes más populares. Hábil en el empleo del machete, retó y derrotó en los campos de batalla a varios oficiales españoles reconocidos como excelentes esgrimistas.
Datos generales José Guillermo Moncada Veranes nació el 25 de junio de 1840 en Santiago de Cuba, Departamento de Oriente, Cuba. Su padre, Narciso Veranes, esclavo liberto, no quiso reconocer a sus hijos, por lo que Guillermón tenía como único apellido el de la madre, Dominga Moncada. De niño aprendió a leer y a escribir. De mozo, se hizo carpintero, oficio con el que supo ganarse el pan que comía.
Sus compañeros de armas lo llamaban Guillermón, por su estatura y coraje en las batallas. Hijo de una familia negra muy pobre, estuvo entre los primeros en incorporarse a las filas insurrectas en 1868, y gracias a su valentía ascendió a General del Ejército Libertador.
Murió en el campamento de Joturito, en Mucaral, término municipal de Alto Songo, Santiago de Cuba el 5 de abril de 1895. Sus restos reposan en el Cementerio de Santa Ifigenia, en la ciudad de Santiago de Cuba.
En su honor, durante la República se puso su nombre al cuartel donde estuvo ubicado el Regimiento No. 1 de Santiago de Cuba, donde el régimen colonial tuvo instalado el cuartel Reina Mercedes.
Participación en la Guerra de los Diez Años
En la Guerra de los Diez Años se alzó a mediados de noviembre de 1868 y se puso bajo las órdenes del mayor general Donato Mármol.
En Julio de 1869, Mármol lo designó segundo jefe de uno de los batallones de la División Cuba. En ese año combatió en Loma de Sevilla, El Salado, Mayarí, Michoacán, Jiguaní, Santo Domingo, Zarzal, Guanal de la Cana, Mayarí Arriba, El Ramón, La Sidónea y Jarahueca, entre otros sitios.
En julio de 1870, después de reorganizada la División Cuba por su nuevo jefe, el mayor general Máximo Gómez, Moncada quedó de jefe del Quinto Batallón.
En 1870 participó en los combates de La Curia, Cueva de Bruñí y Ti Arriba el 23 de octubre de 1870, donde recibió una herida de bala en el pecho.
En febrero de 1871 asumió interinamente el mando del regimiento, sustituyendo a Rustán, quien se hallaba gravemente herido.
El 16 de mayo de 1871, en un lugar conocido como Los Peladeros o El Palenque, derrotó y dio muerte al jefe guerrillero de las escuadras de Santa Catalina del Guaso, o de Guantánamo, el odiado coronel, de origen cubano, Miguel Pérez. Los días 6 y 12 de julio de ese año, participó en las acciones de La Galleta y La Estacada, respectivamente.
Fue jefe de la vanguardia de las fuerzas que invadieron Guantánamo en agosto de ese mismo año, participando en diversos combates, entre los que se destacan los de La Indiana, Dos Amigos y Oasis.
En junio de 1872 se subordinó al mayor general Calixto García, nuevo jefe de la División Cuba. En ese propio año combatió en Tiguabos, Tres Piedras, Rejondón de Báguanos, Samá, Cupeyal, Guisa y Holguín, y 1873 en Auras, El Zarzal, El Curial, Santa María de Ocujal, Bijagual y Manzanillo. Después de combatir en Melones, jurisdicción de Holguín el 9 de enero de 1874, se incorporó al destacamento que organizó el general Gómez para invadir Las Villas. Resultó herido en el combate de Naranjo-Mojacasabe, en Camagüey el 10 de febrero de 1874.
El 30 de septiembre de 1874 regresó a Oriente, junto con Antonio Maceo. Sobresalió en el asalto a un tren militar español entre Guantánamo y Caimanera, el 6 de septiembre de 1875 y resultó herido en el ataque a Sabanilla, el 23 de diciembre de 1876.
En 1877 fue nombrado jefe de la Brigada de Mayarí. Combatió en Duaba, nuevamente en El Purial, Las Cañas y Mayarí Arriba.
En febrero de 1878 se destacó en el combate de la Llanada de Juan Mulato y en el camino de San Ulpiano, para lo cual Maceo le confió el mando de la retaguardia con toda la impedimenta.
Rechazó el Pacto del Zanjón para convertirse en uno de los hombres de la Protesta de Baraguá el 15 de marzo de 1878 junto al General Antonio Maceo. El gobierno provisional del mayor general Manuel de Jesús Calvar lo designó jefe de la División de Guantánamo, con grado de general de brigada, para continuar la guerra. Depuso las armas el 10 de junio de 1878.
Intervención en la Guerra Chiquita
A pesar de ser uno de los protagonistas de los sucesos de Santiago de Cuba el 26 de agosto de 1879, donde se inició la Guerra Chiquita, no se incorporó hasta cuatro días después en que atacó el ingenio La Borgita.
Calixto García, siendo presidente del Comité Revolucionario Cubano lo designó jefe de las fuerzas del centro y sur de la provincia de Oriente, con grado de mayor general.
Libró algunas acciones en la región de Guantánamo, comprendiendo que la causa estaba perdida, junto con el entonces general de brigada José Maceo, realizó el Acuerdo de Confluentes, mediante el cual capituló el 2 de junio de 1880.
Después de embarcar hacia Jamaica, los españoles lo apresaron traicioneramente en alta mar y condujeron a Puerto Rico, de donde lo remitieron a España y a las Islas Baleares. En 1886 lo amnistiaron. Regresó a Santiago de Cuba el 22 de septiembre de ese año.
Participó en los preparativos del plan Gómez-Maceo (1884-1886), en sus postrimerías, y en la conspiración conocida como La Paz del Manganeso (1890). Por sus actividades subversivas, del 1 de diciembre de 1893 al 1 de junio de 1894, el régimen español lo mantuvo preso en el cuartel Reina Mercedes, de Santiago de Cuba.
Papel en la Guerra del 95
Al abandonar el presidio volvió a Cuba, a su Oriente. Allí supo de la creación del Partido Revolucionario Cubano, la obra de Martí, y se puso a conspirar en espera de la hora en que había nuevamente de tomar el camino de la manigua.
Dos días antes del 24 de febrero de 1895, Guillermón, con conocimiento de la orden de levantamiento, se echó al monte en compañía del pulcro Rafael Portuondo Tamayo, joven de lo más distinguido de Santiago de Cuba, después general de la revolución.
José Martí lo designó jefe de la provincia oriental durante la preparación de la Guerra de 1895. Después de dar la orden de alzamiento a la región Este de la provincia, Guillermón se dirigió a Alto Songo, donde se alzó al amanecer del 24 de febrero.
Ya la tuberculosis, mal que contrajera en las cárceles españolas, estaba en fase terminal. Sintiendo la proximidad de la muerte, confió la jefatura de su región al mayor general Bartolomé Masó, reunió a su Estado Mayor y le entregó el mando de las fuerzas a él subordinadas directamente, al coronel Victoriano Garzón. Murió el 5 de abril de ese mismo año. El general Enrique Collazo escribiría luego sobre el papel desempeñado por Guillermón en los inicios de la Guerra del 95:
"Guillermo Moncada, en Cuba, poco podía hacer, era un moribundo que venía en cumplimiento de su palabra, y guiado por su patriotismo a morir a la sombra de su bandera."[1]
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