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jueves, 29 de marzo de 2012

Ignacio Rolando Abreu

Ignacio Rolando Abreu
Santa Clara, 28 de marzo de 1927 - Playa Girón, 17 Abril 1961







Ignacio Rolando Abreu sabía que el momento era difícil. Era el 16 de abril, día en que habían sido enterradas las víctimas del ataque a la FAR. Fidel despidió el duelo, renovando a su vez, la consigna de ¡Patria o Muerte! Consigna, que hoy levanta todo nuestro pueblo y que recorre el continente de América Latina, enarbolada por las masas ansiosas de libertad. Ignacio Rolando había ingresado en las milicias nacionales revolucionarias en noviembre de 1959. Se encontraba en la citada fecha en la Escuela de Responsables de Milicias de Matanzas. Comprendiendo el peligro que amenazaba a nuestro país y pensando que de repetirse un nuevo ataque sería movilizado, escribió una carta a su compañera Petronila Alemán, en la que le decía:

Querida "Peco":
Llegué bien. Inmediatamente me incorporé a la guardia. Tal vez sea designado entre los que vayan a combatir a esos malvados. Será para mí un gran honor poder defender a mi Patria. No olvides cuanto te he recomendado en varias ocasiones: lee mucho y estudia. Trata de leer Los Hombres de Panfilov °. Debes pensar siempre que Conjuntamente cumplí con mi deber y explicárselo a sí a nuestros hijos. Ellos deben crecer al calor de nuestros ideales y en el amor a la Patria que dejiendo con mi vida para ellos.

Apenas unas pocas horas más tarde, en uno de los camiones que salía de la Escuela, iba Ignacio Rolando.

Había habido un desembarco por varios lugares de la Ciénaga de Zapata,era el 17 de abril.

Cuando llegaban los milicianos a Playa Larga aparecieron varios aviones que comenzaron a ametrallarlos.

A una orden abandonaron los vehículos para ripostar el ataque.

Aquel crimen que presenciaba ... los bandidos a la vista ... Ignacio Rolando, con verdadero coraje se lanzó a la carretera y descargó su "Fal" sobre el enemigo. Los asesinos continuaban disparando y nuestro valiente miliciano fue alcanzado por las balas calibre 50, muriendo a consecuencia de las heridas recibidas.

Ignacio Rolando Abreu, nació en el barrio del Condado en Santa Clara, el 28 de marzo de 1927. Era obrero zapatero. Dentro de ese sector desenvolvió sus actividades.

Al triunfar la Revolución se incorporó a las milicias populares. Después de cursar estudios y entrenamientos durante tres meses, organizó las milicias femeninas de Santa Clara. Sin apenas descansar y con gran entusiasmo siempre, le fue encomendada y cumplió la tarea de organizar, también, las milicias nacionales revolucionarias en su sector obrero.

Trabajaba en la fábrica de calzado organizada por el Gobierno Revolucionario, "Dinamo".

Más tarde salió para la Sierra Maestra de entrenamiento, venciendo la prueba de los 5 picos. Fue seleccionado a su regreso para cursar estudios en la Escuela de Responsables de Milicias de Matanzas.

Al producirse el ataque a la FAR, Ignacio se encontraba de permiso ese fin de semana, junto a su familia en Santa Clara.

Tan pronto supo lo ocurrido se dispuso a regresar a la Escuela. Hablando con su compañera mientras se preparaba, le decía: "Peco", este es el preludio de lo que intentan hacer esos bandidos contra nuestro pueblo. Es seguro que los yanquis enviarán nuevos mercenarios a combatirnos.

Me voy enseguida para la Escuela; lo mismo debe estar haciendo el resto de mis compañeros. Creo que nuestro deber es regresar antes que nos llamen. Y partió.

Aún en los momentos de partir, insistió una vez más, repitiendo todos los consejos que me daba en cada oportunidad que hablábamos de la Revolución, que era siempre, el tema de todas sus conversaciones. En aquélla ocasión me dijo: Aquí no hay que tener miedo. Tenemos que ser fuertes y resistir, Lo triste, lo terrible y doloroso para nuestro pueblo, sería que volviéramos al pasado de esclavitud en que vivíamos.

Algunos habremos de caer, pero eso no importa, porque la Revolución, seguirá adelante y Cuba continuará siendo libre. Tú —proseguía Ignacio diciendo a su compañera— reforzarás tus actividades si yo caigo y ocuparás mi puesto en la Revolución. No lo olvides. La causa de la independencia que defendemos no se perderá. Y concluyó haciéndome las recomendaciones de siempre de que leyera; de que si moría, explicara a sus hijos que murió por la más justa, por la más sagrada de las causas: por la preservación de la vida de la Patria que es la vida de todo el pueblo.

Petronila no ha olvidado ni un solo día las palabras de su compañero. A sus hijos les repite cuanto Ignacio Rolando le dijera. Ella está integrada a la Revolución y su trinchera de combate es la Federación de Mujeres Cubanas. Venera por todos los medios a su alcance la memoria de su compañero.


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