A fines de abril el movimiento me trasladó para la ciudad de Cienfuegos. Estando aún escondido en Santa Clara, me dijeron que Aleida March —destacada luchadora quien se alzó en las montañas y después se casó con el Che— iría a verme tal día.
En aquel momento éramos compañeros de la lucha clandestina. Entonces llegó y me dijo, "Choy, mañana vienen a buscarte". Creo que era Morejón un chofer que trabajaba cerca de mi casa y pertenecía al Movimiento 26 de Julio. En el auto de Morejón venían dos de Sagua la Grande. Uno era Víctor Dreke, el otro, un tal Garrido, a quien le habían matado un hermano en Sagua. Este Garrido no sirvió, era cobarde y medio, después fue traidor.
Dreke, como todos sabemos, sí es un buen combatiente y compañero.
En Cienfuegos nos ingresan a una clínica como enfermos. Recuerdo que un enfermero revolucionario que se llamaba Víctor me puso Armando Pi.
Les digo que cómo me van a poner ese apellido de español.
"Pónganme un apellido chino, si no me van a descubrir".
Y me dice Víctor,
"Oye, si te descubren, de todas formas te van a matar, así que vamos a dejarte el que tienes puesto".
De Cienfuegos fui a las montañas.
KOPPEL: ¿Qué pasó después de su llegada?
CHOY: Recién se había abierto un frente del Movimiento 26 de Julio en la sierra del Escambray al mando del comandante Víctor Bordón. Me incorporé a esa guerrilla el 9 de mayo de 1958. Yo era el número 19 de la tropa del comandante Bordón. Ingresé al frente como un simple combatiente y en agosto fui ascendido a teniente por Bordón.
Esa columna guerrillera es un capítulo del Movimiento 26 de Julio en Las Villas poco conocido. Realmente tuvimos seis combates antes de integrarnos a la columna del comandante Che Guevara. Incluso el primer San Cristóbal —que es un fusil automático— lo tomamos durante una emboscada que hicimos en la zona de Mandulo, ubicada en la actual provincia de Cienfuegos.
Allí tuvimos fuertes fricciones con otra organización llamada Segundo Frente Nacional del Escambray, que traicionó al Directorio Revolucionario y se escindió de él. La masa de sus soldados era buena. Pero sus principales oficiales eran bandidos y luego, después de 1959, fueron contrarrevolucionarios. Esa es la realidad, como lo han comprobado los hechos. Ellos terminaron cayendo dentro de las fuerzas del imperialismo.
En octubre de 1958 recibimos la orden de marchar hacia el este de las montañas para unirnos al Che, que acababa de llegar con su columna desde la Sierra Maestra, en lo que había sido una marcha muy fuerte.5 Nosotros hicimos una marcha como de dos días, una marcha con mucho cuidado pues pensábamos que íbamos a tener un enfrentamiento con el Segundo Frente del Escambray. Pero no hubo tal enfrenta- Para un recuento de las columnas del Ejército Rebelde dirigidas por Che Guevara y Camilo Cienfuegos que marcharon desde la Sierra Maestra en Cuba oriental hasta la provincia de Las Villas en el centro de la isla durante septiembre-octubre de 1958 —en lo que en Cuba se conoce como "la invasión"—, ver el capítulo "La ofensiva final. La batalla de Santa Clara" y "Apéndices", en Guevara, Pasajes de la guerra revolucionaria, ob. di. miento por suerte. Habría sido doloroso que hubieran muertos entre la masa de combatientes revolucionarios. Yo fui nombrado segundo jefe de la vanguardia nuestra, en la que habíamos 65 combatientes con el capitán Cente, Edelberto González, al frente.
Cuando llegamos a una zona llamada Las Pinas, el Che nos habló. Allí empezamos a operar juntos.
En diciembre fui ascendido a capitán por el Che y allí me entregó un pelotón armado de 26 nuevos combatientes. En la columna del Che participamos en varios combates que contribuyeron a la liberación de la provincia de Las Villas por el Ejército Rebelde. Esa ofensiva culminó con la batalla de Santa Clara, que terminó el primero de enero de 1959, cuando huyó Batista.
Después nos ordenaron marchar hacia La Habana con la columna de Bordón, reforzando la Columna 2, al mando de Camilo Cienfuegos. El 2 de enero llegamos a Matanzas y allí participamos en la rendición del regimiento del ejército. Ese mismo día llegamos a La Habana y participamos también en la rendición del Columbia, el campamento militar más importante del viejo ejército. Al día siguiente me reincorporé a la columna del Che.
WATERS: ¿Tuvo impacto en su concientización revolucionaria el hecho de ser de ascendencia china?
CHOY: No, en realidad no. Sin embargo, está claro que por ser hijo de chinos eso creó un afecto especial hacia China, hacia su pueblo. Y admiro muchísimo a ese país y a su heroico y abnegado pueblo. Pero yo entré al movimiento como cubano. Pensaba como cubano y pienso como cubano, no como si fuera de China. Yo era coordinador del Frente Estudiantil del 26 de Julio en la antigua provincia de Las Villas. Y los cubanos dirigentes de los otros centros de segunda enseñanza me aceptaban como un cubano más. En el Movimiento no había ningún tipo de discriminación.
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Tomado de: "Nuestra historia aún se está escribiendo. La historia de tres generales cubano-chinos en la Revolución Cubana: Armando Choy,Gustaco Chui y Moisés Sio Wong.LA DIFERENCIA ES UNA REVOLUCIÓN
Para el recuento del propio Dreke de este episodio y mucho más, ver De la sierra del Escambray al Congo: en la vorágine de la Revolución Cubana {Pathfinder, 2002; Editora Política, 2008)
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