La liberación de Santo Domingo:
Un eslabón de la Batalla de Santa Clara
COMBATIENTES CAIDOS EN SANTO DOMINGO
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La liberación de Santo Domingo fue considerada dentro de La estrategia de las fuerzas revolucionarias en Las Villas y de su jefe, el comandante Ernesto Che Guevara, en el momento de dar el golpe definitivo a la dictadura decadente y desmoralizada impuesta al país, que aceleró la crisis existente en Cuba, e impuso el terror.
En este territorio, con tradiciones de lucha dentro del movimiento obrero después de 1953, y bajo la influencia de los sucesos del Moncada y el posterior desembarco del Granma, maduraron las ideas revolucionarias, surgió el Movimiento 26 de Julio y comenzó el desarrollo de acciones contra la tiranía. Este proceso cobró mayores bríos por la presencia cercana, o dentro del área del municipio, de la guerrilla que organizara y dirigiera Víctor Bordón, que creció con nuevos grupos que actuaban en la zona y que contó entre sus miembros con numerosos dominicanos.
La participación del municipio en la Huelga del 9 de Abril aceleró la feroz represión dirigida por el coronel Eleuterio Pedraza y, aunque Víctor Bordón y gran parte de sus hombres debieron marchar hacia las montañas del sureste villareño, otros pequeños contingentes permanecieron en el área del municipio, se fortalecieron y desarrollaron acciones en diversos puntos de Santo Domingo. Una de las principales fue el combate de Cejas de Baracaldo, próximo al Arroyo del Ciego, el 11 de noviembre de 1958, dirigido por el capitán Julio Chaviano.
Luego, Chaviano y sus hombres marcharon también hacia el Escambray, integrándose a las fuerzas que allí operaban, con las que ejecutó numerosos acciones militares en las montañas y después en la Campaña de Las Villas.
Como parte de la estrategia seguida por Ernesto Che Guevara para preparar las condiciones, a fin de atacar la ciudad de Santa Clara, correspondió al contingente del comandante Víctor Bordón cumplir una importante misión en su antiguo territorio de operaciones. Asi, esta tropa debía avanzar por el sur suroeste, a partir de Placetas, y llegar a la Carretera Central para derribar el puente sobre el río Sagua la Grande, aledaño a La localidad Santo Domingo.
En su marcha, las fuerzas revolucionarias hicieron un amplio recorrido que Llevó a la ocupación de varias Localidades en la carretera de Santa Clara a Cienfuegos y sus áreas cercanas como Palrrnra, Cruces, Abreus, Rodas y Ranchuelo. La ejecución de esta misión logró impedir el envío de refuerzos desde la ciudad sureña hacia la capital provincial en Los días de la batalla.
El 25 de diciembre de este mismo año, los grupos rebeldes del municipio conocían la orden que tenía Víctor Bordón dada por el comandante Ernesto Guevara:
Evitar desde Santo Domingo el avance de refuerzos de la tiranía a su ejército en Santa Clara.
Al amanecer del día 26, estos grupos se movían desde Cascajal hasta Santo Domingo en espera de La orden, y en su marcha cortaron cables telefónicos, derribaron postes eléctricos de alta tensión y árboles para obstaculizar La Carretera Central en el tramo.
El puente sobre el río Sagua la Grande, a unos dos kilómetros de Santo Domingo, era una gran armazón de hierro donde se situaron Las tropas del régimen que aprovecharon bien las condiciones del terreno. Ubicaron parapetos en diversos puntos, con armamento de diferentes tipos, entre las que se incluían 2 ametralladoras calibre 30. El propósito esencial era resistir cualquier intento si eran atacados, ya que la presencia de tropas revolucionarias en los alrededores, era conocida.
En La madrugada del 27 de diciembre, comenzó el enfrentamiento con disparos cruzados de ambos bandos. La fuerza que dispuso el comandante Bordón estaba dirigida por los capitanes Eladio Machín, auxiliado por Israel Chávez con una ametralladora y que atacaba por el oeste; Edelberto González, (Cente) que actuaba por el sur y Julio Chaviano que operaba hacia el norte mientras otros combatientes marchaban hacia Santo Domingo.
El combate se tornó encarnizado. Negados a escuchar Los llamados a rendición, los guardias contestaban con una Lluvia de disparos mientras La aviación comenzaba a hostilizar a los atacantes.
Pronto hubo heridos y muertos; cayeron: Pedro Julio Marcelo Maimó y Orlando Alfonso Cairo.
Ante La situación creada en el objetivo atacado, el comandante Bordón determinó que permanecieran en el lugar los hombres del capitán Julio Chaviano y con el resto de la tropa marchó sobre la localidad cercana para arremeter, junto a los combatientes que ya operaban en la población, contra el cuartel de La Guardia Rural, principal objetivo dentro del área urbana.
Un grupo tuvo La misión de atacar el citado cuartel mientras otros, como parte de la maniobra, debían ubicarse en los elevados de la Carretera Central, en la salida hacia Santa Clara, para defender este estratégico sitio. Estas acciones se realizaron bajo el hostigamiento de aviones B-26 que daban cobertura aérea a las fuerzas del régimen. Para cumplir su cometido, algunos combatientes se parapetaron en la azotea de la red telefónica donde cayó herido de muerte Rolando Morales Sanabria; en tanto, cuando trataba de buscar un equipo automotriz grande para obstaculizar la Carretera Central, fue sorprendido por un disparo y muerto, ErisbeL Paz Monzón.
EL combate duró aproximadamente hora y media y culminó con La victoria. Los 40 soldados que allí se encontraban trataron de resistir eL empuje de: Los revolucionarios, pero ante la imposibilidad de detener la acometida, se rindieron. EL reducto enemigo cayó en la tarde del día 27.
El jefe de los guardias capturados, el teniente Hernández, aceptó la propuesta de conminar a sus subordinados parapetados en el puente para que se rindieran. Ante el llamado de su superior, los soldados levantaron bandera blanca, pero cuando se esperaba que se entregaran volvieron a disparar, momento en que el militar que se mantenía sin ataduras, aprovechó para correr, escapar de sus captores y unirse a sus hombres.
Esta tropa se trasladó hasta un cañaveral cercano hacia eL final de la tarde.
Los combatientes rebeldes marcharon hacia el término y dispararon sobre el área, pero no encontraron respuesta. Hubo la impresión de que no estaban en condiciones de ofrecer resistencia. En esas circunstancias. Bordón decidió marchar para informar al comandante Guevara de la toma de Santo Domingo por sus fuerzas.
Sin embargo, la situación pronto se tornó compleja cuando los militares ubicados en el cañaveral cercano al puente, y que recibieron apoyo de lugares cercanos, se dispusieron a retomar el control sobre Santo Domingo. Con ese propósito, marcharon hacia La Localidad y se produjo un encuentro con las fuerzas rebeldes, ahora prácticamente a La defensiva, en el área de los elevados.
En medio del desconcierto existente sobre el número de Los integrantes del ejército y el desconocimiento de sí atacaban o no por varios lugares, La resistencia se realizó con un número redundo de combatientes revolucionarios, y ante los infructuosos intentos de rechazarlos, se determinó el repliegue para lo cual tomaron el camino de Lajas, en el cual se encontraron con Bordón que ya regresaba, a unos pocos kilómetros de Santo Domingo.
El jefe guerrillero determinó, ante la situación creada, que lo fundamental era cumplir una nueva orden dada por Che: aguantar en la zona de Mordazo un convoy de refuerzo que procedía de La Habana. Nuestra tarea ahora es cumplir la orden del Che de detener un convoy que viene de La Habana para reforzar la guarnición de Santa Clara. ¡Para aguantar ese bicho sí hay que tener cojones, y yo cuento con los de ustedes!
Yo venía de un encuentro con el Che en el que me había dicho: Bordón, no puede pasar ni un refuerzo. Si yo veo que un refuerzo entra es porque ya tú moriste. Por lo tanto no me iba a desgastar en reconquistar el cuartel. Pensé: Cuando los aisle se joden, y me dediqué a la tarea fundamental.
Ahí mismo comenzó a situar a los hombres al lado de la carretera Central. Colocó una avanzada en Mordazo bajo las ordenes del capitán Cente y determinó, además, otras dos barricadas en Manacas y la entrada del central Washington .
Ordené que desde que entrara el convoy a Mordazo trataran de dividir el ejército de los tanques, y no dejarles de disparar. La tarea era muy compleja ya que todo era terreno llano, sin protección, y no podía dedicar en ese frente a toda la tropa, pues una parte de ella permanecía haciendo un cerco sobre Santo Domingo, para evitar la entrada y salida de enemigos de esa ciudad.
Aquel convoy en verdad era un monstruo rodante. Los campesinos de la zona observaban horrorizados aquella mole de hierro, metralla y ruido ensordecedor. Una impresionante y asombrosa caravana de carros blindados con un equipo delante para despejar la vía de cualquier equipo u obstáculo que se interpusiera. Sobre los vehículos iban cerca de 200 hombres dotados de fusiles modernos, además de 4 tanques M-4, y el apoyo aéreo de una avioneta y dos aviones B-26. Eran un Goliat de infierno y plomo, y un David de ímpetu y vergüenza empeñado en no dejarlo llegar a su meta.
Dejó una parte de los hombres en Santo Domingo, en un cerco que impidiera a Los soldados salir del lugar o recibir ayuda de fuera.
EL refuerzo no pudo ser detenida en Mordazo, pero su marcha se hizo lenta y complicada. EL convoy avanzó hasta Cascajal donde fue hostigado por las fuerzas rebeldes, pero fue imposible impedir su avance; en este trayecto, en la zona de la Cervecería, las fuerzas revolucionarias incendiaron autos y ómnibus en La Carretera Central.
Al llegar al poblado de Manacas, fueron recibidos por los revolucionarios que construyeron trincheras a Lo Largo de La carretera. Otro impacto fuerte lo recibieron en el central Washington donde interceptaron el camino con vagones de cañas soldados a la línea que atraviesa la carretera.
En todas aquellas acciones, donde fue mucho el valor desplegado por La tropa contra un enemigo superior en su equipamiento, se destacó una mujer, Zobeida Rodríguez, "Mimí", combatiente de la tropa de Víctor Bordón.
En realidad, desde que el convoy entró a territorio de Las Villas, sufrió numerosas pérdidas y resultó frenado durante dos importantes días, ya que en este tiempo se combatía en Santa Clara y, aunque Logró entrar en Santo Domingo, ya llegaba el fin de la tiranía. La misión encomendada por Ernesto Che Guevara se había cumplido.
El comandante Bordón, con el contingente guerrillero que el mismo organizó y otros muchos que se Le incorporaron, lograron obstaculizar y demorar los refuerzos enemigos antes de su llegada a la capital provincial.
En ese tiempo, el Guerrillero Heroico descarriló y tomó el Tren Blindado y otras instalaciones militares y horas después quedó liberada Santa Clara.
EL 31 dedidembre, los soldados que se habían mantenido en la población controlados por algunos grupos de combatientes, conocieron en el cuartel la situación existente en Santa Clara que ya estaba prácticamente en manos de Los combatientes revolucionarios.
Ese día, los representantes de algunas instituciones locales dieron a conocer al mando rebelde la intención de rendirse de los uniformados, siempre que se les perdonara La vida.
La propuesta de rendición fue aceptada y los guardias depusieron las armas.
En el amanecer del 1 de enero de 1959, los dominicanos festejaban la victoria de las armas rebeldes. Santo Domingo había sido liberado y también Manacas, Mordazo, Cascajal, Rodrigo y otros poblados cercanos.
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Tomado de "Víctor Bordón: El nombre de mis ideas"- José Antonio Fulgueiras 2002.
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