LA OFENSIVA DEL PEDRERO
30 Noviembre 1958
El 29 de noviembre, el general Alberto del Río Chaviano, jefe del Tercer Distrito Militar y del Regimiento No. 3 "Leoncio Vidal", ordenó concentrar mil hombres, ocho tanques de esteras, carros M-8, bazookas, morteros y otros materiales bélicos en Cabaiguán y Fomento, desde donde saldrían hacia las zonas de El Pedrero y Gavilanes, lugares en que se suponía se encontraban los rebeldes.
Esas tropas estaban integradas por los Batallones 11 y 22 y las compañías de reserva 33-A y 36. El mando contrario decidió efectuar misiones de bombardeo y ametrallamiento aéreo para ablandar las posiciones. En el plan de la tiranía se disponía que sus hombres avanzaran en tres direccio¬nes, pero no precisaban cuál sería la principal. En él se contemplaba que el Batallón 11 se desplazaría siguiendo el itinerario Cabaiguán-Santa Lucía y estaría reforzado con dos tanques T-17; el Batallón 22 se movería en la dirección Fomento-Sipiabo-EI Pedrero, con dos tanques T-17; la otra estaría constituida por un batallón del Tercer Distrito Militar, igualmente reforzado con medios blindados, que se desplazaría por la ruta Sancti Spíritus-Manaquitas-EI Pedrero.
Las tres agrupaciones avanzarían hasta un objetivo común: El Pedrero, el que, a juicio del enemigo, era el principal punto de concentración de los rebeldes, y man¬tendrían en reserva a las compañías 33-A y 36, ubicadas en Fomento y Santa Lucía respectivamente. El plan estipulaba que la ofensiva solo duraría cuatro días.
Mediante informes suministrados por el movimiento clandestino, el Che supo que la tiranía se preparaba para lanzar una ofensiva, pero resultó imposible precisar el destino de la misma. Dedujo que el enemigo incursionaría en la zona donde operaba la columna y tomó medidas que aseguraran una sólida defensa. Ordenó la construcción de fortificaciones y refugios antiaéreos, dispuso la colocación de minas y la creación de fuerzas de reserva. Las tropas rebeldes establecieron emboscadas distantes de las posiciones principales, con el objetivo de contener o dificultar el posible avance del adversario. En caso de que lograra desalojarlos de las embosca¬das, retrocederían hasta llegar a la línea de defensa principal.
El puesto de mando del comandante Guevara quedó instalado en la finca Manacas Ranzola, en las proximidades de El Pedrero. Para enfrentar el ataque, Che disponía de unos 150 hombres con armamento diverso y poco parque. Como arma pesada solo poseía una bazooka. La reserva fue creada, en lo fundamental, con los combatientes que se encontraban en la Escuela de Reclutas "Ñico López" y seria empleada en la medida en que se dispusiera de armas y las necesidades del combate lo requiriesen.
En esa fecha, los guerrilleros se encontraban dislocados de la siguiente for¬ma: en Manacas se encontraba el Che con parte de su Estado Mayor; en el caserío de Santa Lucía estaba el capitán Manuel Hernández; en Las Tunitas, el capitán Joel Iglesias; en Sipiabo, el capitán Víctor Bordón y en El Pedrero, el teniente Rogelio Acevedo con parte del pelotón de retaguardia apoyado por el comandante Camilo Cienfuegos, quien se encontraba en la zona desde el 27 de noviembre con un grupo de hombres; por último, en las cercanías de Banao se hallaba el capitán Silva.
La ejecución del plan sufrió variaciones después de que los soldados de la tiranía se concentraron en Fomento y Cabaiguán, pues el Batallón 22 y el del Tercer Distrito Militar no hicieron los recorridos planificados inicialmente, sino que unieron sus efectivos para partir de Fomento en dirección a El Pedrero. La fusión de estos dos batallones conllevó a la formación de una tropa reforzada con cuatro tanques.
El Ejército inició sus movimientos el 30 de noviembre, luego de los bombardeos y ametrallamientos aéreos efectuados los días 28 y 29.
El contingente que salió de Cabaiguán llegó a Santa Lucía, cuya posición estaba defendida por el capitán Manuel Hernández con unos doce hombres, quien decidió retirarse ante la superioridad numérica del enemigo. En esa dirección el adversario combatió contra los hombres del teniente Alfonso Zayas, que lo hizo retroceder hasta Santa Lucía. El Ejército intentó nuevamente avanzar hacia Las Tunitas pero los hombres de Joel Iglesias, que habían sido reforzados con otros quince bajo el man¬do de Elíseo Reyes, los obligaron a retirarse.
El propio día 30, los efectivos de la tiranía que avanzaban por Fomento-Sipiabo--El Pedrero, chocaron cerca de Sipiabo con las tropas de Víctor Bordón y las del capitán Manuel Hernández. El comandante Camilo Cienfuegos participó en el combate y brindó toda su experiencia guerrillera.
A pesar de que los rebeldes inutilizaron un tanque, no pudieron impedir que el adversario penetrara hasta Sipiabo, donde fue detenido. Las fuerzas revolucionarias arremetieron nuevamente y lo obligaron a retirarse hacia Fomento luego de destruirle otro tanque y ocuparle gran cantidad de armas y municiones.
GRUPO DE HISTORIA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA EN VILLA CLARA (ACRC)
domingo, 28 de octubre de 2012
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