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martes, 26 de junio de 2012

El asalto al Cuartel Moncada-José Martí, autor intelectual

El asalto al Cuartel Moncada   - José Martí, autor intelectual

El ataque a la segunda fortaleza militar del Ejército batistiano, el 26 de Julio de 1953, es el acontecimiento más trascendente de la historia contemporánea de Cuba, a pesar de fracasar la acción, pues actuó como detonante de la sociedad neocolonial. Cinco años, cinco meses y seis días después triunfó la Revolución Cubana.



El desarrollo en tan corto plazo de una guerra de liberación nacional y la autenticidad del proceso iniciado el Primero de Enero de 1959 evidencian que este hecho, unido al asesinato de la mayoría de los asaltantes y las circunstancias de anormalidad del juicio a los sobrevivientes (Causa Nº 37), conmovieron a la ciudadanía y contribuyeron decisivamente a propiciar y acelerar toda una serie de condiciones para que se creara nuevamente una situación revolucionaria en el país.



No se trataba de un golpe militar para reemplazar un gobierno militar. La acción fue concebida como un motor pequeño -la toma del cuartel Moncada de Santiago de Cuba y del cuartel Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo-para echar a andar uno mayor que implicaría amplia participación popular motivada por la proclamación inmediata de un programa de leyes y medidas revolucionarias. El pueblo seria armado con los pertrechos ocupados. El Programa del Moncada fue cumplido en su esencia durante el primer año y medio de la rebelión triunfante.



Previo al Golpe militar del 10 de Marzo de 1952, las aspiraciones de una gran mayoría de la población estaban cifradas en el triunfo del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), en las elecciones convocadas para el primero de junio de ese año.



Pero todas las esperanzas fueron al suelo con la llegada de Fulgencio Batista al poder, la abrogación de la Constitución de 1940, la anulación de las funciones legislativas, la suspensión de la autonomía de los gobiernos provinciales y municipales; y lo más importante, la supresión del Código Electoral y de los derechos de las organizaciones políticas.



En fin, cero elecciones. Batista dictó sus propios Estatutos Constitucionales, el 4 de abril, y obligó a su firma a los alcaldes y concejales que quisieran conservar su puesto, así como a todo funcionario público, incluidos los magistrados del Tribunal Supremo y del Tribunal de garantías constitucionales y sociales.



Los partidos políticos opositores al régimen militarse consumían en debates y divisiones internas, y en decir más que hacer. Este fue el caso de las conspiraciones auténticas de la Triple A.



Mientras, eran constantes las protestas estudiantiles antibatistianas que tomaron por bandera la profanada Constitución de 1940, con el respaldo de otros sectores, principalmente juveniles.



Y de las protestas pasaron a la efervescencia insurreccional. Se multiplicaron los grupos independientes de partidarios de la lucha armada en busca de quienes tuvieran medios para derrotar al tirano.



Así muchos se incorporaron al Movimiento Nacional Revolucionario del profesor Rafael García Barcena, que conspiraba casi públicamente, cuyo plan fue abortado en abril de 1953.



Entretanto, un importante sector de la juventud ortodoxa liderado por el joven abogado Fidel Castro Ruz se preparaba en secreto, con pocos recursos y más combatientes entrenados que armas.



El plan de ataque al Cuartel Moncada se concibió en gran medida en el apartamento de Abel Santamaría, en 25 y O, en el Vedado, y los entrenamientos en la Universidad de la Habana a cargo del estudiante de ingeniería Pedro Miret Prieto.



Hubo además reuniones en Artemisa -de donde procedían numerosos conspiradores- y en la casa de Melba Hernández, en Jovellar No. 107, también en el Vedado, La preparación militar fue completada en las fincas Los Palos y Pijirigua y en el Club de Cazadores del barrio habanero del Cerro. La discreción pudo ser mantenida porque existía una organización en la cual sólo se conocían los integrantes de cada célula y la dirección del movimiento estaba concentrada en pocas manos (Fidel Castro, Abel Santamaría, José Luis Tasende, Renato Cuitar) Rosell, Antonio López Fernández (Ñico), Pedro Miret y Jesús Montana Oropesa).



En la acción sólo participó un santiaguero, Guitart, quien se encargó de crear las condiciones sobre el terreno; elaborar un plano de la fortaleza, localizar los lugares donde se alojarían los combatientes y otras medidas de aseguramiento. La concentración final tuvo lugar en la Granjita Siboney la noche del 25 de julio.



De no haber ocurrido un encuentro con una posta de recorrido, el campamento habría caído por sorpresa en manos de los revolucionarios.



Simultáneamente fueron tomados el cercano Palacio de Justicia por Raúl Castro con siete hombres y el Hospital Civil Saturnino Lora por Abel Santamaría con 21 hombres (los acompañaban como enfermeras Haydee Santamaría y Melba Hernández).



Fidel Castro dirigió el ataque al Moncada con 45 hombres, precedido de ocho que tomaron la posta 3. Alrededor de otros 50 -el grupo de reserva- con las mejores armas nunca llegó pues se desvió por una calle equivocada.



En la acción de Bayamo estuvieron 25. El factor sorpresa falló. Los combatientes pelearon durante dos horas hasta agotar las municiones.



En los combates murieron ocho hombres, parte de ellos protegiendo la retirada de sus compañeros. Otros 53 fueron apresados y asesinados, 30 conservaron la vida y cumplieron prisión y 58 quedaron libres.



El reconocimiento de su participación y la denuncia de los asesinados y torturados cohesionó más al grupo, que se definió como "Generación del Centenario en honor a José Martí a quien Fidel Castro declaró autor intelectual de la acción y encomió el gesto de los jóvenes que en magnífico desagravio dieron su sangre cerca de su-tumba, pues -dijo- parecía que el Apóstol iba a morir en el año del centenario de su nacimiento.



El alegato de autodefensa de Fidel Castro, conocido después como "La Historia me Absolverá, se convirtió en el mejor argumento para la incorporación de decenas de miles de cubanos a la lucha antibatistiana.



En las acciones participaron cinco combatientes Villaclareños, cuatro en el Moncada: Abel Santamaría Cuadrado, Osvaldo Martínez Socarrás, Roberto Mederos Rodríguez y Elpidio Sosa González y uno en el ataque al Cuartel Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo: Pablo Agüero Guedes, cuyas biografías ofrecemos a continuación.







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